Morir viviendo. Disolverse en el ser mientras sigues siendo

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DISOLVERSE EN EL SER MIENTRAS SIGUES SIENDO

Sábado, 14 de Abril de 2007

Ayer, mientras el AVE recorría la distancia entre Madrid y Sevilla, pensaba de nuevo en la idea de penetración. Javier contestó entusiasmado con el término. Creo que, en efecto, al margen de elogios, refleja de manera adecuada nuestras relaciones con el Espíritu. Penetra todo lo manifestado. En puridad no se detiene, pero como es infinito se mueve a velocidad tal que el movimiento equivale a quietud. ¿Se capta la noción de que ese plano nada puede permanecer quieto sin movimiento?. ¿Se alcanza que el movimiento eterno se alimenta de eterna quietud?, Yo lo siento como cierto, incluso en este instante, al escribirlo, un escalofrío me recorre, porque percibo la esencia profunda de cuanto digo, o de cuanto diga quien dice lo que yo transcribo. Penetrarnos en un movimiento lleno de eterna quietud….Por ello al penetrarnos sentimos como si se detuviera en nosotros. Esa es la ilusión que nos permite creer que tenemos un trozo de Ser. Y a ese trozo ilusorio le llamamos individualidad…Obviamente lo Absoluto es no descomponible en partes, porque su esencia es holográfica.

El espiritu nos penetra y sigue su camino cuando la forma se descomponga. Porque la esencia de lo manifiesto es la forma. La materia está ahi, antes y después de que surja la forma. Bueno, mejor es con independencia de la forma, porque desde el instante en que algo es manifiesto lo es en un abanico de formas, pero no carente de toda forma. Ese atributo pertenece a lo no manifiesto. Son factores adicionales, como la presión, las que determinan una forma. En el fondo y en la forma somos así porque la materia cae a 9,8 metros por segundo al cuadrado. Cualquier variación de esa cifra alteraría nuestra forma, y los que no comprenden creerían que se produciría alteración de sustancia. Pero en cualquier caso, a 9,8 metros por segundo al cuadrado o a 10.000 kilómetros segundo al cuadrado, el Espíritu inmutable seguiría penetrando sin atender ni por un segundo, esto es, ni por toda una eternidad, a semejantes alteraciones que al nacer ya han muerto.

Sí, al morir sencillamente no seremos, porque nos disolveremos en el Ser sin rastro de forma. Eso es dejar de ser para Ser.Pero, ¿y mientras somos?. ¿Podemos ser al tiempo que volvemos en vida al Ser?. ese es el gran sueño. Esa es la verdadera liberación. Esa es la verdadera Muerte, esto es, la verdadera Vida. Si entendemos la profundidad de poder seguir siendo en esta forma al tiempo que nos disolvemos en el Ser, entonces morimos en vida, nacemos a la verdadera vida mientras susbistimos envueltos en esta forma. ¿Que temor puede producir la muerte al que ya ha nacido a la vida?. Esa es la única liberación verdadera. ¿Y cómo morir en vida?. Liberándose de las ataduras ilusorias. Entre ellas la perpetuidad de nuestra supuesta individualidad. Si eso sucede, porque no se consigue tras un proceso, sucede o no sucede, eso es todo. Si sucede, entonces hemos muerto a lo ilusorio, hemos vencido la tiranía de la forma, hemos nacido a la vida de ser en el Ser, disfrutaremos de ese individualidad que provoca la penetración del movimiento/quietud del Eterno para nacer al Ser cuando dejemos de ser. Por eso un día dije : “siendo, eso es todo”.(Cosas del Camino)