Me voy al monasterio

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Terminó finalmente la Nochebuena sin excesivos desperfectos emocionales, aún a pesar de que los pesares pecaron de avaricia en el pesar. Queda ya atrás la noche y sus luces y sombras, en el lugar del pasado, es decir, en el ahora mental.

Estos días quería dedicarlos al monasterio en su conjunto, a la convivencia con los cistercienses de Santa María de Sobrado, de los que soy deudo en asistencia desde tiempo atrás. Pero debo aparecer en Madrid por problemas burocráticos la semana que viene, así que excesivamente corto el plazo del que dispongo para moverme entre esa zona central de Galicia y la calle Triana. Pero como no quiero renunciar al silencio, y asumiendo que en cualquier lugar en el que habite gente, salvo la instalada en la disciplina monacal, el ruido resulta compañero tan inseparable como insoportable, me ocupé de otro lugar perteneciente a la misma orden en un radio mas asequible a mis condicionantes. Lo encontré y a partir de mañana me muevo por allí.

Quiero seguir consumiendo silencio en la versión mas pura que se despache en esos lugarese. Aprovecho para otros fines no excesivamente originales, por cierto, como recomponer algo las lecturas que llevan tiempo maltrechas, entre otras razones por escribir a diario en el blog, pero lo de la sarna y el picor ya compusieron una premisa en el castellano viejo.

Seguramente me resultará imposible atender como es debido este movimiento que entre todos empujamos. Es posible que tenga acceso a internet y en ese caso se me había ocurrido redactar cada noche, o tal vez en las madrugadas después de las vísperas, mi experiencia del día. No se si dará, preservando la intimidad no transferible, para un relato con sustancia. Tal vez si. Veremos. En cualquier caso es imprescindible que disponga de los medios técnicos necesarios. Me llevaré el ordenador y el cacharro ese de conectarse en los portátiles. Tal vez la cobertura no abunde. No lo se. No quiero consumir futuro antes de que fermente en presente.

Si no puedo, nos veremos a a vuelta.

Gracias y hasta pronto.