La tentación de la manecilla del reloj

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No se a vosotros, pero a mí el cambio de hora me perturba bastante, sobre todo el que se produce en estas fechas, cuando tienes que adelantar el reloj y las dos son las tres, y las tres las cuatro…. Vives sobre la epidermis del horario, sobre la realidad virtual, una hora menos. ¿Es posible? Si claro, pero con la condición de que inexorablemente tendrás que vivir una hora mas en algún otro instante. Y así sucederá, si seguimos vivos claro, cuando llegue Octubre -me parece que esa es la fecha- y en alguna madrugada de algún domingo ejecutemos silentes o con algarabía el movimiento contrario, es decir, atrasar el reloj y de esta manera nominalmente recuperar la hora perdida. Si razonara al modo de un economista diría que en términos “consolidados” el movimiento es nulo.

Y lo es. Ojalá fuera tan sencillo nuestro vivir que con un movimiento virtual del reloj alargáramos o encogiéramos nuestra existencia. Cultura de lo virtual, especie sublimada de lo epidérmico. Gigantesco poder de atracción el que puede llegar a ejercer sobre mentes esculpidas en la inducción. Se aproxima al poder imantado de la magia. Por eso cuidado con la palabra. No es la cosa, como dice Krishnamurti, pero fabrica “cosas” virtuales que funcionan en el mundo de la superficie con el que se confeccionan demasiadas parcelas de nuestro diario vivir. Edificios sin cimientos. Presa fácil de cualquier soplo de viento.

No. Aunque cambien la hora no cambian lo real. Lo que sucedió, sucedió por las razones que fueron. Aunque lo llamen como lo llamen. Aunque lo griten. Aunque consuman miles de páginas y cientos de horas de imágenes y voces. Con eso solo cambian la hora. Pero llegará un día en que lo artificialmente cortado de nuestro vivir, tendrá que ser artificialmente recuperado para dejar las cosas como son. Nada mas. Sin irritarse. SIn congestionarse. Sin prisas. Sin emociones del bajo vientre con las que algunos cambiaron la manecilla del reloj.

Los amantes de la vela sabemos que las partículas del aire al que llamamos viento tienen que moverse todas al compás. Si tropiezan con un promontorio, del tipo que sea, las partículas que contra el escollo chocan se ven obligadas a recorrer mas distancia que las que circulan por espacio franco. Y tienen que alcanzarlas. Así que no les queda mas remedio que darse prisa. Se aceleran. Eso significa que el aire llamado viento sopla mas fuerte en ese breve espacio/tiempo. Por eso, cuando se sale de un canal entre islas, hay que amollar escota de mayor para evitar que la fuerza artificial del aire llamado viento nos escore en exceso el barco. Pero sabiendo, como sabemos, que esa mayor intensidad es meramente coyuntural, un producto derivado de que algo -el promontorio- interrumpió el curso normal de los acontecimientos. Así que amollar escota, caer un poco hacia través y sonreír…. Porque sonreír es imprescindible. En algún momento puede resultarlo también dejar salir lágrimas, pero sonreír es esencia de la paciencia y patrimonio de la quietud.

El aire llamado viento tiene intensidad constante en esos momentos, pero no afecta por igual a todos los barcos. El Alejandra con veinte nudos del través apenas si sentía algo mas que una caricia. 40 metros de eslora imponían su ley. Esos mismos veinte nudos podían crear problemas al viejo Atormentado, mi primer velero, si no amollábamos algo la escota navegando al descuartelar. Así que todo es relativo. Hasta que se convierte en absoluto. Frente al poder de la Naturaleza la eslora cede, se convierte en ridiculez. Como la soberbia, que no es que sea dañina o perjudicial, sino que constituye por encima de todo una profunda estupidez. En este blog situé un día las posiciones relativas de nuestro planeta en el contexto del cosmos. Las comparaciones son de tal nivel que después de contemplar aquellas imágenes sentirse importante es definirse como amante nocturno de la estupidez.

Ayer me llamó un amigo antes de almorzar. Su madre murió inesperadamente mientras practicaba un reconocimiento médico mas o menos de rutina. Eso es importante. Ayer Lourdes cumpliría años. Eso es importante. La reflexión sobre la vida/muerte. La madurez de convertir el recuerdo en presencia, de asumir que hay sitios a los que no se puede volver, lugares que no admiten regreso. Solo presencia, vida, existencia. Siendo…eso es todo.

Ayer intervinieron la Caja Castilla Mancha. Eso no es importante. Ayer falsearon realidades de antaño los mismo voceros de siempre. Querían seguir cambiando la hora del reloj….eso no es importante.

Gracias a todos por vuestras opiniones. Sinceramente las pedí y afectivamente las valoro. No solo la inteligencia que desprenden sino sobre todo el afecto que rezuman. La inteligencia a veces también se acompasa con el odio. Pero en tales casos, mas tarde o mas temprano se nubla. Termina por equivocarse. El sendero del afecto no está exento del error, pero es una equivocación cálida, placentera, gratificante, humana.

El sabio no actúa, dice el Tao. Pero la inactividad del Tao no es la ausencia de todo movimiento. El sabio respira, porque el mundo respira. El sabio contempla, porque el mundo contempla. El sabio camina, porque el mundo camina. La inactividad del Tao es la ausencia de inactividad contra el Tao…¿Galimatías?. No. El tao es el Tao. No se lo que es. “El Tao que se puede describir no es el Tao eterno”. No se puede describir, pero se siente. Ahora mismo, al redactar estas lineas, al teclear sobre el ordenador estas palabras dirigidas a vosotros, siento que es lo que es, y no me preocupa no poder describirlo; al contrario. Ayer decía que la mayor inteligencia reside en entender que lo incomprensible es incomprensible verdadero, que nuestro conocimiento fragmentario nos obliga a discurrir por el sendero de la humildad del tao: lo que se puede describir no es el Tao verdadero…

No salirse del sendero. ¿Cual es el sendero?. El servicio. La inactividad del taoísmo es actividad en el sendero del servicio e inactividad en su opuesto. Porque Lao Tsé sabia que cambiar la hora del reloj no es ni alargar ni acortar la vida. Solo cambiar una cosa a la que llaman hora que dicen que miden con otra la que mentan como reloj…

Hoy a las 22,00h responderé unas preguntas Intereconomia TV. Banesto es cosa del siglo pasado.Nosotros somos de este instante. La venganza mata al vengativo. Me horrorizan las máquinas que solo sirven para demoler. Mi mundo de frustraciones existenciales se compone de enseñanza y arquitectura. Me encantaba transmitir conocimientos y construir cosas. Las comparaciones no es que sean mas o menos odiosas, es que sirven para muy poco. Los que no quieren ver o no pueden ver, jamás verán. Seguirán con la hora del reloj cambiada. No debemos detenernos a enseñarles como se mueve la manecilla. Tenemos que continuar nuestro camino. Ahí afuera se respira un ambiente difícil. Ayudemos. Cuidado con la prudencia porque en ocasiones es cobardía disfrazada. Si podemos ayudar que se siga el sendero del tao, actuemos. Si es para consumir productos interiores del bajo vientre, callemos. Ya se que ellos, algunos de ellos, no actúan así. Pero es que ellos no leen el Tao. Y si lo leen por un casual, no lo pratican, no es su norma de conducta. Son adoradores de lo conveniente. Se entretienen cambiando las manecillas del reloj y sintiéndose mas vivos por disponer de una hora virtual mas

Ahí fuera algunos sienten angustia. Buscan soluciones. No quieren diatribas demoledoras. Quieren algo de luz y un trozo de esperanza. Un poco de luz…pero para seguir caminando no para detenernos a destruir.

Sopla algo mas de viento porque atravesamos canal entre islas. Amollemos la escota, mantengamos el rumbo. Y..bueno, pues eso. Que fácil decirlo y que difícil practicarlo: mantengamos el rumbo