Lo de Banesto fue otra cosa (Miguel Martin)

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Lo de Banesto es otra cosa

El artículo de Jesus Cacho en www.elconfidencial.com de ayer es muy ilustrativo. Lo mas importante de todo, en mi modesta opinión, es precisamente la opinión de Miguel Martín que en aquellos días, cuando sucedió lo de Banesto, fue el brazo político de la intervencion decidida por González/Aznar. Precisamente por ello su opinión es autorizada. Curiosamente, al ser preguntado al respecto por fuentes de el confidencial, según relata Jesus Cacho, asegura que lo de Banesto fue otra cosa. Y es verdad. Huelga decir lo obvio: una entidad se interviene por razones económicas o politicas. Si al ser preguntado por lo primero dice que fue otra cosa, no queda mas remedio que entenderle bien entendido. Y es que fue así.

El artículo merece figurar en este blog y por eso lo reproduzco, con independencia de que os aporte el link. Conviene retenerlo porque la intervención de Caja Castilla La Mancha va a dar que hablar.

El modelo FG de intervención de bancos
En plena refriega dialéctica y de Poder en torno a la forma de abordar el saneamiento de aquellas entidades financieras con problemas de solvencia… Francisco González (FG), ejemplo de alto ejecutivo silente como no ha habido otro en la historia bancaria española, ha tenido la humorada de proponer que se siga el “modelo Banesto” como fórmula para salvar bancos en peligro de muerte. Acabáramos. Lo ha dicho en Houston, USA, ante un grupo de clientes del BBVA Compass, filial del antiguo banco vasco en Tejas y Alabama, y siendo Houston una de las calderas del planeta, con el Lago Maracaibo, cabe pensar que haya sido la “caló” la que le ha jugado una mala pasada.
Del susto todavía no se ha recuperado la mayoría de los que participaron, por activa o pasiva, en aquel episodio trufado de escándalo. O FG no se enteró muy bien de lo ocurrido en el caso Banesto o ha perdido la memoria, porque sugerir la aplicación de ese “modelo” al salvamento de nuestras Cajas y bancos con problemas es lo más parecido a un disparate. Con la expropiación de Banesto, como con la nacionalización de Rumasa, lo mejor es no meneallo. Por si las moscas, convendría repasar de forma sucinta la “tecnología” made in Spain seguida entonces, y hacerlo paso por paso, para el caso de que alguien, no desde luego el gobernador Fernández Ordóñez, alias MAFO, se decida un día de estos a intervenir la Caja Castilla La Mancha (CCM), por ejemplo, cuyo agujero, ironías de la Historia, es muy parecido al que supuestamente dio lugar en su día a la intervención del Español de Crédito: unos 600.000 millones del ala de las antiguas pesetas.

Primero. Para empezar por el principio, será necesario que la decisión de intervenir CCM la tome el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, y sin informar a sus respectivos partidos para evitar filtraciones. Así sucedió con González y Aznar en 1993. No en vano Rajoy todavía cuenta a quien quiere oírle que él no se enteró de la misa la media de la intervención del banco entonces presidido por Mario Conde. El Rey se lavará las manos y dirá que no puede intervenir: Juan Pedro, te has pasado de listo. Naturalmente que aquí y ahora será difícil sacudir al personal con el factor sorpresa, porque hasta la vecina del quinto, sus labores, está hoy al cabo de la calle de las angustias del sistema financiero, que ya se ha preocupado ella de preguntar a su cuñado si los cuatro euros que tiene en la cartilla de la Caja están seguros o hay que sacarlos para esconderlos en el colchón.

Segundo. Dos días después de la intervención se convocará pleno del Congreso de los Diputados, con intervención del Ministro de Economía. La casualidad hace que quien ocupa el sillón sea Solbes, el mismo que estaba en el oficio cuando lo de Banesto, lo que permite suponer que lo tiene fácil, porque con repetir el discurso que pronunció aquel 30 de diciembre de 1993, cambiando CCM donde diga Banesto, asunto concluido sin necesidad de castigar las neuronas. Además de Solbes, deberán intervenir los representantes de todos los grupos políticos de la Cámara, que en dos días, como sucedió entonces, tendrán tiempo sobrado para estudiar los balances y demás prolija documentación financiera capaz de arrojar luz sobre el hemiciclo de las justas razones financieras y económicas que justificaron la intervención entonces, y de lo justa, equilibrada y necesaria que resultará ahora la de la Caja que preside Hernández Moltó, el del “míreme a los ojos, señor Rubio”.

Tercero. La sesión extraordinaria del Parlamento deberá ser, como entonces, transmitida en directo por televisiones y radios nacionales y extranjeras, para escarnio de los gestores y escarmiento de los cachazudos impositores que no saben con quién se juegan los cuartos ni a quién confían su dinero. Más emocionante aún: dos meses después de la intervención de CCM, los inspectores del Banco de España presentarán informe explicando por qué se intervino. Sí, ya sé, lo normal es hacerlo al revés, pero como se trata de seguir el “modelo Banesto”, pues lo primero es intervenir y después explicar por qué se interviene. Como es norma, se convocará la inevitable Comisión de Investigación del Parlamento con la intención de llegar a saber cómo el señor Moltó se ha gastado los duros de los impositores manchegos en proyectos faraónicos, tal que el aeropuerto Don Quijote, y ad maiorem gloriam de los cuatro caciques locales (Díaz de Mera y por ahí). Ante dicha Comisión comparecerán los representantes de todos los grupos políticos. Para la ocasión se podrán recabar los servicios del señor Montoro (PP) y de la señora Araoz (PSOE), que ya tienen la lección aprendida de Banesto, lo cual facilitará mucho las cosas.

Cuarto. A esa Comisión, como entonces, serán llamados los representantes de la vida social y económica, con Juan Abelló a la cabeza, naturalmente, pero también con los Amusátegui (sería interesante que cifrara el agujero del coetáneo BCH que, sin embargo, no fue intervenido), Entrecanales, Del Rivero, Pérez y otros egregios especímenes de la cultura del pelotazo. Más que nada para que cuenten cómo hacerse ricos en la España de los 4 millones de parados. Del Rivero podría disertar, por ejemplo, sobre la innata sabiduría que es preciso atesorar para no suspender pagos a pesar de estar quebrado, al margen, claro está, de ser amigo de ZP. Entrecanales, por su orden, podría relatar cómo se “españoliza” una eléctrica como Endesa, Enel mediante, también con la ayuda de ZP y saliendo del intento con 2.000 millones de plusvalías. Para la lección magistral, en fin, deberían comparecer los Albertos, prestos a aleccionar sobre cómo, a pesar de haber sido condenados en firme por estafa, no han pisado la cárcel gracias a los buenos oficios de su amigo el Rey Juan Carlos I. A ver si aprende Conde, pringao, que ya tiene guasa haber sido el único banquero que ha ido a parar a la cárcel en la España de la corrupción.

La oferta ganadora deberá ir sin firma

Quinto. Llegado el momento, se sacará a subasta el banco o la entidad (un problema en este caso, tratándose de CCM) después de  que el presidente en funciones o interventor salga en televisión (aquí es importante contar con Alfredo Sáenz como locutor) diciendo que la acción no vale nada, que eso es quiebra total. Esta es la mejor manera de despistar a la competencia, mientras, de tapadillo, pasamos las cifras de verdad a quien ha prometido darnos un empleo bien remunerado para el futuro. A la hora de la presentación de plicas, es también esencial que alguien (que, a ser posible, deberá llamarse Emilio y apellidarse Botín) presente una oferta que supere en dos o tres veces el precio sugerido oficialmente por el de la tele, lo cual asegura que al Emilio Ybarra (BBV) de turno, que era por entonces el patrón que le pagaba el sueldo a Sáenz, se le quede cara de panoli de por vida. Y eso sí, algo absolutamente imprescindible para la adjudicación: es obligatorio que la oferta ganadora vaya sin firmar, que los ricos de toda la vida tienen estos caprichos y no se trata de cabrearles por un quítame allá esa rúbrica.

Y sexto. Una vez adjudicado el banco o la entidad intervenida al mejor postor, que obviamente será el de la plica sin firma, se le otorgarán las ayudas públicas pertinentes para que en apenas un año pueda demostrar cómo, gracias a la maravillosa gestión desarrollada, las pérdidas millonarias de meses antes se  transforman de repente en beneficios ingentes. Si algún problema surgiere, sería suficiente con una nueva llamadita a Sáenz. Y como hay que rematar la faena, será obligado meter en la cárcel durante unos cuantos años a algunos consejeros de la entidad intervenida. Si sus accionistas no estuvieran por la labor de exigirlo, no hay que preocuparse, que en Alicante sigue viviendo María Victoria de la Muela, una mujer que seguro continúa dispuesta a hacer lo que sea menester sin contraprestación alguna, como ocurrió en el caso Banesto. Este es el punto más peligroso para ti, amigo Juan Pedro, y no te fíes de nadie -menos aún de MAFO-, que los Regímenes en descomposición necesitan de cuando en cuando hacer un escarmiento en cabeza ajena. Mayormente para que la ficción prosiga y la fiesta continúe.

Comprenderán que con la que está cayendo, con la mayor crisis del sistema financiero que ha conocido nunca este país, la aplicación del “modelo Banesto” para la intervención de bancos y cajas con problemas sería sencillamente una locura. El propio  Miguel Martín, hoy al frente de la patronal AEB, que de esto sabe un rato, responde con cautela cuando se le pregunta al respecto: “Lo de Banesto fue otra cosa”. No cabe mejor definición. Tampoco ha dicho ni “mu” el gran beneficiado de aquel episodio, Emilio Botín, en una clara manifestación de prudencia. Ha tenido que ser FG quien sacara los pies del tiesto. Hay quien dice que el de Chantada tiene miedo de que puedan obligarle manu militari a comerse el marrón del Santander, aunque no faltan los que aseguran que la comida será a la inversa. Lo que es claro es que se avecina una drástica reducción de la capacidad instalada de nuestro sistema de cajas y bancos, sin que los dos grandes partidos hayan conseguido, hasta el momento, ponerse de acuerdo en la metodología a aplicar en aquellos casos en que sea preciso intervenir/cerrar entidades. Para entretener la espera, FG ha decidido salir a escena. Para decir una chorrada.