Exercitiorum virtutis: la dietética de la moral

La cultura actúa como nexo de unión entre los seres humanos y el libro se transforma en el inseparable vehículo de aquella. Como expresa el autor de este artículo, la Editorial Séneca apuesta por el reto de tratar de alcanzar la satisfacción interior a través de un proyecto que entiende la transmisión cultural como un servicio necesario a la comunidad.

A veces me preguntan cual es la razón por la que apostamos ciegamente por la editorial Séneca. Un proyecto cultural cuyo único beneficio es la satisfacción de la entrega a una causa mayor justificada únicamente por los réditos interiores. Nos decía Kant en su Metafísica de las Costumbres que las reglas para ejercitar la virtud –exercitiorum virtutis– remiten a las dos disposiciones del ánimo: la del ánimo valeroso y la del alegre –animus strenuus et hilaris-. Cada vez que nos acercamos a una biblioteca, a un salón de plenos, a un ateneo perdido o a cualquier sala que nos permita presentar algún libro, un trozo de cultura, tenemos cierta sensación de éxito, de ánimo valeroso y alegre. La condición de valedor de la cultura, de la hazaña de crear y recrear momentos únicos que servirán para escribir alguna humilde página en la historia de cada pueblo, es algo que nos llena de orgullo y nos aporta una sensación amplia de paz interior. Editar libros está bien. Pero rescatar la cultura, ser resucitadores de historia, de arte y de ciencia es algo muy diferente. Por eso deseamos acto tras acto apostar de nuevo por el camino virtuoso expresado en la victoria sobre los obstáculos que al parecer la cultura deberá soportar en estos tiempos. La ilusión de ver un libro editado, un autor satisfecho y una comunidad alegre no tiene ningún precio.

Así, en la presentación de cada nuevo libro sobre la historia de nuestros pueblos, deseamos mostrar de forma humilde esa divisa estoica que nos permite acostumbrarnos a soportar los males contingentes de la vida y también a abstenernos de los deleites superfluos. Tras meses de trabajo podemos presentar la amabilidad cultural en actos que son capaces de unir. Y es que lo que la política no puede unir, lo hace la cultura. Ahí reside su grandeza.

Por eso, ser hombres y mujeres cultos no es tener cientos de títulos, ni haber leído muchos libros ni saber mucho de casi todo, sino más bien, es estar en paz con el prójimo, sentar las bases de la emancipación individual y poder practicar la virtud de servir desinteresadamente a la comunidad que nos acoge. Porque no hay mayor bien que el estar felices con nosotros mismos, pero sobre todo, el estar felices y en paz con los demás. Y qué mayor virtud que la de poder dar a tu pueblo todo aquello que esté en tus manos para que de forma generosa, los bienes sean compartidos y la felicidad entregada. Es la dietética de la moral: sanos por dentro, por fuera y en todas direcciones.

El virtuoso Epicuro decía que la única señal que observamos como humana y moralmente sana está en el corazón siempre alegre. La alegría es síntoma inequívoco de que hoyamos el camino correcto, el camino que dirige nuestros pasos hacia la potencia de nuestro ser.  La tristeza, la culpa o la melancolía solo puede ser síntoma inequívoco de enfermedad del alma. La consciencia de haber reconquistado la libertad solo puede nacer tras una gimnasia humana, ética, de valores que nos hagan grandes simplemente porque hemos elegido el camino de la generosidad máxima. Sólo desde ella, seremos ampliamente libres. Y sólo desde la valentía y la alegría podremos alcanzarla. De ahí que las palabra del sabio estén siempre de plena actualidad: nunca desfallezcas, nunca te rindas, nunca temas perder nada. Ponte a dieta y empieza a sentirte ufanamente emparentado con la cósmica proporción de la plenitud.

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42 pensamiento sobre “Exercitiorum virtutis: la dietética de la moral

  1. Eliseo de Bullón

    «cultura.
    (Del lat. cultūra).
    2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
    3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.»

    La cultura como conocimiento de lo que ya somos y como puerta a nuevos mundos.

  2. jtamames

    Bonito y emancipador texto el que nos traes, Javier.

    A veces, en el devenir diario, tengo la sensación de la futilidad del 90% de lo que nos rodea. Lo que dicen los medios de comunicación, lo que nos decimos las personas, lo que marca nuestras conversaciones.

    Ayer almorcé en silencio, solo. Observé y escuché a mi alrededor. En la mesa de la izquierda 5 personas ponían a caldo a un colega de trabajo ausente, en el que concentraban todos los males del mundo. En la de la derecha, una mujer comentaba a otra que la compañera X “sacaba lo peor de ella”. A tenor de los comentarios de estas mujeres, la compañera X salió muy mal parada entre el primer plato y el postre.

    La reflexión es: 7 personas que en vez de estar comiendo y agradeciendo a la vida ese alimento, están poniendo a caldo a otras dos. Imaginemos este ejercicio elevado a la enésima potencia en todo el mundo.

    No es el camino.

    Tu texto es hermoso.

    “Por eso, ser hombres y mujeres cultos no es tener cientos de títulos, ni haber leído muchos libros ni saber mucho de casi todo, sino más bien, es estar en paz con el prójimo, sentar las bases de la emancipación individual y poder practicar la virtud de servir desinteresadamente a la comunidad que nos acoge. Porque no hay mayor bien que el estar felices con nosotros mismos, pero sobre todo, el estar felices y en paz con los demás. Y qué mayor virtud que la de poder dar a tu pueblo todo aquello que esté en tus manos para que de forma generosa, los bienes sean compartidos y la felicidad entregada. Es la dietética de la moral: sanos por dentro, por fuera y en todas direcciones”.

    Gracias y vamos a por ello, a discurrir en este día limpios de mente y de corazón.

    1. JaimeLopez

      @jtamames, Es curioso querido Joaquin, ayer en la oficina un compañero, comentaba con cierta nostalgia o tal vez lamento que le aburria esta epoca que vivia, que le aburren las personas, las conversaciones con la gente. Echaba de menos una conversacion profunda, sin criticas a los demas, sin insultos. Y lo que mas anhela es que llegue el viernes para irse a su casa de campo, en medio de la naturaleza, para disfrutar de ella y dejar atras el sopor del asfalto.
      Me impacto bastante la sinceridad del comentario.

      Me uno a tu deseo de discurrir nuestra vida limpios de corazon.

      1 abrazo fuerte.

    2. samsara

      @jtamames,
      Si Joaquín, en el almuerzo o en el aeropuerto, si observamos, nos damos cuenta la cantidad de reproches que se reparten a diestro y siniestro y claro que si, se eleva a la enésima potencia.Yo lo he hecho también, hasta que me di cuenta de que no sólamente era estéril este tipo de comportamientos, sino nocivo tanto para los demás como para mi, aún tropiezo algunas veces, pero ya se enciende una lucecita que me dice que ese no es el camino. Doy fé de tu sonrisa almorzando, hace ya algún tiempo, y esto me llamaba la atención, no sabía quien eras, pero me decía a mi mismo, que expresión de plenitud lleva este hombre. Te felicito.

      Si me gustaría decir, que la tristeza, el sufrimiento, forman parte de la vida igual que la alegría. El intentar evitar el sufrimiento solo lleva a más sufrimiento y a insatisfacción, solo queremos abordar una cara de la moneda, pero la moneda tiene dos caras. Al trascender el sufrimiento es cuando verdaderamente vivimos y podemos decir cuando somos felices, que realmente somos felices.
      Un abrazo

  3. Mario Conde

    En este artículo de Javier se tocan muchas cosas, quizás demasiadas, a la vez, porque todas ellas tienen importancia.
    La primera cuestión, la referida a Seneca como editorial, tiene un valor especial. Es cierto lo que dice Javier, pero es igualmente cierto lo que hace. Me cansa oir repetidas las frases de cómo debemos actuar. Me importa saber como estamos actuando. No en un acto, en un día, en un momento, sino en la continuidad de una conducta. Seneca lleva tiempo haciendo lo que dice Javier que se debe hacer. Obras. Amores.
    La segunda, sobre el conocimiento y la erudición. San Juan de la Cruz y Eckhart, desde la misitica cristiana, y Krishnamurti, desde otro planteamiento, aclaran el valor negativo del llamado conocimiento. Importa retener el dato. Rene Guenon habla de la dinámica de lo cuantitativo en la sociedad de Occidente. La erudición intelectualizada al uso de Occidente es dinámica de lo cuantitativo en su grado máximo. Un dia me dijeron que un artículo mio estaba muy bien porque decía cosas seria y nunca dichas, pero que le faltaban citas bibliográficas, referencias a autores. Cuando dije que no encontré ninguno que tratara del asunto que yo analizaba me respondieron que eso no importa, que lo que cuenta es citar, que los no citados se ofenden, que el derecho de todo escritor es a ser citado…Publicaron el artículo pero en la sección digamos de segunda clase. Me di cuenta de que ese era un camino equivocado. No volví a mandar un articulo a ese sitio. Muchos años después fue elegido como uno de los cien mejores de toda la historia centenaria de ese centro de publicaciones. Una Ley fue confeccionada siguiendo los criterios allí expresados. Pero no era erudito porque no tenía citas bibliográficas….
    Tercera «La tristeza, la culpa o la melancolía solo puede ser síntoma inequívoco de enfermedad del alma. » La referencia a Epicuro y esta frase merecen una entrada independiente. Un día escribir en el viejo blog que la tristeza y su derivada el sufrimiento epidérmico son estados que pueden crear adición porque es mas cómodo, aunque parezca lo contrario, instalarse en ellos que comprender el profundo sentido de vivir. Merece la pena desarrollarlo

    1. BORJA

      @Mario Conde, Conocimiento y erudición. Cúan común es en el mundo empresarial que se reconozca como mérito profesional saberse de memoria el balance de la unidad de negocio a cargo del reconocido. Juan sbe bien los datos de su balance. Juan domina su negocio. Cuando lo que debe valorarse es la capacidad de Juan para generar riqueza, entendiendo riqueza como crecimiento sostenible para todos (empresa y sociedad) a largo plazo.
      Cuán común es que ocultemos nuestra incapacidad detras del conocimiento de las cifras. y que lejos de dedicar nuestro tiempo a mejorar nuestra capacidad de desarrollo personal lo dediquemos a empaparnos en esas cifras con las que justificarnos.

    2. AIGLOBAL

      @Mario Conde, Realizando una reducción al máximo de lo que representa la estancia del ser humano en este plano de consciencia, he llegado al convencimiento que todo lo vivido se podría encuadrar en solo tres categorías:
      CONOCIMIENTO, EMOCIÓN Y EXPERIENCIA.
      En este esquema, la voluntad sería el motor de arranque que impulsa a los tres.
      El primero, utilizaría los recursos de la memoria, con sus estructuras (almacén a corto y largo plazo), la atención, representaciones proposicionales, imágenes mentales, comprensión y, en definitiva, todo lo relacionado con el pensamiento (razonamiento deductivo, inductivo y solución de problemas).
      El segundo, las emociones, utilizarían también estos recursos, e influirían de forma determinada en nuestra percepción del mundo.
      El tercero, la experiencia, se basa en nuestra interrelación con el mundo y es, en definitiva, el bagaje con que abandonamos este plano al finalizar nuestra existencia.

      En este contexto: ¿Son importantes los libros? ¿Es importante la cultura?. Mi respuesta es contundente : ABSOLUTAMENTE SI.

      Pero es imprescindible ordenar adecuadamente este conocimiento en nuestra memoria, para que sirva a los fines de servir de incremento de nuestras consciencia y de la percepción de la realidad. Por eso es tan importante la estructura de la memoria, en especial el almacén a largo plazo y, lo que es mucho mas importante, el controlador que nos permite recuperar la información y aplicarla al fin previsto (resolución de problemas, comprensión de una realizad de nivel superior, etc).

      El «Solo se que no se nada», socrático, es un punto de partida para que, con nuestra voluntad, nos iniciemos en el camino del conocimiento, de la experiencia y de las emociones que ello nos puede deparar.

      «Visita el interior de la tierra y rectificando, hallarás la Piedra Oculta».

      Todo está en los LIBROS y hoy los libros están a nuestro alcance.

      Aiglobal

  4. Socrates

    Deus sum, si hoc ita est, soy el más feliz, si esto es así… Pero dudo que haya un amor tan puro…

  5. Isabel

    Obras son amores…
    Desde el primer momento que leí la página de la editorial Séneca, hará en abril dos años, me pareció genial la gran labor de la editorial y la oportunidad que brindaba a autores nóveles.
    Además andaba yo por entonces intentando poner negro sobre blanco (como acertadamente me dijeron) una personal historia en forma de libro. Así que todavía lo valoré más… por aquello de que una sueña 🙂
    En todo este tiempo han sido muchos los textos o borradores que han pasado a ser libros por Séneca, con toda la ilusión y alegría que ello trae consigo.
    Así que estoy muy de acuerdo en que hacéis una gran labor por la sociedad y en forma de cultura, que aún considero más importante.
    En el otro punto de la tristeza del alma, yo he sido una buena consumidora de ella y a grandes dosis, y el alma al enfermar, termina por enfermar el cuerpo.
    Buenos días a tod@s

  6. lisbert

    Pocas cosas envidio. Nada material. Nada superficial.

    En todo caso, el saber.

    Me encanta escuchar. Sobre todo a los ancianos. Fuente de sabiduria. Experiencias sin límite. Algunas en condiciones extremas.

    No todo tiene cura actualmente. Refiriéndome a enfermedades, desgraciadamente.

    Una de ellas, la enfermedad del alma. ¿Por qué enferma?. Y lo peor, qué ocurre cuando enferma?.

    Quién no conoce a personas, que por el mero hecho de haber obtenido un título académico se cree mejor que tú?. Yo, bastantes por desgracia.

    En una cena, una noche hace años, un hombre curtido en experiencia, me dijo algo que no he olvidado ni olvidaré. El no ténía título académico. Se molestó porque la persona que me había tocado «al lado en la mesa» no paraba de hacerme preguntas sobre mi vida, en un momento de revolución personal. Me preguntó todo lo habido por haber. Yo, en mi inexperiencia, dí más información que la que debía haber dado.
    Yo me sentía insegura, creía que sobraba en aquel lugar. Todos eran más que yo.
    Y lo peor, es que con cada conversación que se iba generando, me sentía más pequeña. Ya me lo habían hecho sentir durante años, pero ahí, sentada, oyendo lo que iban a hacer todos, su trayectoria, el futuro de sus hijos proyectado fuera incluso de España, no hacía sino, destruirme poco a poco.

    Con el tiempo entendí, que no eran ellos los culpables. La única culpable por sentirme así era yo.

    Esa persona, a la que quiero y admiro profundamente, empezó a trabajar a los siete años con una bicicleta llevando pieles de una lado a otro. Hoy en día es un empresario jubilado, con una vida plena y un patrimonio a base de trabajo. El me dijo, que en una mesa nunca se ha de hablar de dinero y de temas como los que se me había preguntado allí.
    Nunca lo he olvidado.

    Ahora, han pasado bastantes años. Años difíciles, donde quizá he aprendido lecciones muy duras. He aprendido que nadie es más que yo.
    Trato a todos por igual, como siempre había hecho. Pero ahora no me siento inferior.

    Ahora, he aprendido que mi respeto al tratar a la gente es mi mayor tesoro. El que dá recibe. Aún así, no me libro de sorpresas desagradables.

    Ahora, cuando alguien me habla del «status» en la vida alcanzado, simplemente le dejo hablar. Normalmente, sin generalizar, he descubierto que detrás hay un cretino.

    La verdadera cultura nace de la experiencia. Leer ayuda. Pero no hay mejor libro que la vida. No hay mayor experiencia que la calle. Curte sin duda, como aquella persona que llevaba pieles.

    Cuando descubres como dice el texto, la limpieza del alma, ya tienes mucho de este camino en la vida ganado. Lo demás viene sólo.

    Un gran saludo al autor y gran día para todos.

    Luz.

      1. lisbert

        @Naciendo,

        Muchas gracias. Aún me queda mucho por aprender. Afortunadamente.

  7. juanarmas

    De Editorial Séneca sólo puedo hablar desde mi experiencia. Hasta hoy he pedido tres obras de un autor; las tres me han llegado en menos de cuatro días a Canarias, y sin coste adicional. Si la verdad es una experiencia, los hechos señalan la verdad.

    De tu inspirador texto, que nos anima a proseguir en el Camino, destaco también el consejo de Epicuro, si bien a veces, por la propia dinámica cíclica de la existencia, la tristeza (y otros sentires considerados «negativos») también ha de ser bienvenida y entregarse a ella como vía para que, una vez nos atraviese, continuemos en la medida de lo posible vacíos y limpios por dentro y abiertos y vulnerables a todo lo que la vida nos ofrezca.

    Buen día 🙂

  8. Pau Llanes

    Leo con atención el siguiente párrafo y no dejo de estar en desacuerdo, aunque lo suscribiría casi de pe a pa para otros casos que no fueran los artistas y creadores: «La tristeza, la culpa o la melancolía solo puede ser síntoma inequívoco de enfermedad del alma. La consciencia de haber reconquistado la libertad solo puede nacer tras una gimnasia humana, ética, de valores que nos hagan grandes simplemente porque hemos elegido el camino de la generosidad máxima. Sólo desde ella, seremos ampliamente libres. Y sólo desde la valentía y la alegría podremos alcanzarla. De ahí que las palabra del sabio estén siempre de plena actualidad: nunca desfallezcas, nunca te rindas, nunca temas perder nada. Ponte a dieta y empieza a sentirte ufanamente emparentado con la cósmica proporción de la plenitud»…

    En realidad lo que quiero decir es que buena parte de los pensadores, los filósofos, los escritores y artistas que nos han legado extraordinarias muestras de su genio crativo, ejemplos de sublime belleza, modelos de ser y estar en el mundo con absoluta generosidad, dedicación y compromiso humanistas, referencias máximas de creatividad, han sido seres tristes, melancólicos, de algún modo atormentados… Y no por ello, o mejora aún, por eso mismo… se dieron y regalaron sin medida… con dolor… dando lo mejor de sí mismos y su imaginación creadora… Me explico.

    La relación entre la creatividad, o más precisamente la genialidad —allí donde la capacidad creadora alcanza su máxima expresión— (y algún grado de patología mental) es señalada desde la antigüedad, aunque autores modernos como Rudolf y Margot Wittkower —“Nacidos bajo el signo de Saturno”— hayan argumentado suficientemente lo contrario. Aristóteles ya expresaba ese juicio en esta pregunta hasta cierto punto capciosa: «¿Por qué todos los hombres extraordinarios son melancólicos?», continuando, «…hasta tal punto, que muchos de ellos sufren de manifestaciones patológicas cuyo origen está en la bilis negra».

    Los filósofos y escritores de la Grecia Clásica entendían por «melancolía» la condición de aquellas personas que sufrían oscilaciones de ánimo tanto hacia la euforia (o manía) como hacía la depresión; lo que de algún modo Kraepelin llamaría en tiempos modernos «psicosis maníaco depresiva» y más tarde, casi a finales del siglo, «enfermedad bipolar». Fue Tellenbach quien describió primero el “typus melancholicus”, propio de las formas monopolares de depresión, y años más tarde el “typus manicus”, personalidad característica de las formas bipolares…

    Pero Tellenbach no se circunscribió sólo al mundo de la patología, sino que investigó en el campo de la literatura y la filosofía, para buscar en los genios estos estados de ánimo alterados, pero en cierto modo no patológicos, enunciados por los filósofos griegos. Y entonces descubre que muchos personajes de la gran literatura universal, pero también muchos de los creadores de esos mismos personajes, muestran signos evidentes de esta suerte de “melancolía sin depresión”, como es el caso de Hamlet, entre los personajes literarios, y de los poetas von Kleist, Grillparzer y Baudelaire y los filósofos Kierkegaard y Nietzsche, entre otros creadores geniales. Para Tellenbach la melancolía consiste en el fracaso de la capacidad de trascender hacia la obra creadora: “Melancolía es estar dominado por la torturante sensación de no poder liberar (de una suerte de encierro) a la propia capacidad”. La diferencia entre la melancolía y la depresión patológica parece entonces radicar en el hecho que esta última compromete mucho más la corporalidad y los ritmos vitales que aquella. El profesor Otto Dörr Zegers nos proporciona otra interesante reflexión al respecto: “Yo agregaría que la actitud hacia el futuro es diferente en ambas formas de “depresividad”: en la verdadera depresión el futuro está más o menos cerrado, según la intensidad del cuadro, mientras que el genio, durante su melancolía, anhela recuperar el flujo de la temporalidad y consecuentemente, su capacidad creativa. Con otras palabras, su futuro permanece abierto”… Por su parte, Kay R. Jamison, en un exhaustivo y reciente estudio sobre el tema, afirma que gran parte de los genios, tanto de la literatura como de la pintura y de la música, han sido maníaco-depresivos o han sufrido al menos de una depresión mayor. Su estudio se basa en las biografías de estos genios, así como en algunos antecedentes genéticos. Los casos más estudiados por ella son Lord Byron, Robert Schumann, Hermann Melville, Vincent van Gogh y Ernest Hemingway. No hay duda que estos personajes de la cultura universal sufrieron de alguna enfermedad mental severa, muy probablemente de una enfermedad bipolar, además que todos tenían antecedentes hereditarios.

    Para Tellenbach la melancolía consiste en el fracaso de la capacidad de trascender hacia la obra creadora: “Melancolía es estar dominado por la torturante sensación de no poder liberar (de una suerte de encierro) a la propia capacidad”. La diferencia entre la melancolía y la depresión patológica parece entonces radicar en el hecho que esta última compromete mucho más la corporalidad y los ritmos vitales que aquella.

    Así como existen una depresión como enfermedad y una depresión como estado particular del “genio creador” —o melancolía— también hay que señalar la existencia de la “angustia” y la ansiedad… ¿existe también una angustia y una ansiedad necesarias para la creatividad? ¿Cómo podría alguien crear en ese estado? Sin embargo el mismo Kierkegaard en su obra “El concepto de la angustia” describe este tipo de angustia paralela a la angustia del neurótico, la angustia como posibilidad: “La angustia está siempre vinculada con el futuro… y cuando decimos que nos angustiamos por el pasado estamos en el fondo haciendo referencia al futuro… lo pasado que me angustia debe hallarse en una relación de posibilidad conmigo. Si me angustio por una desgracia pasada no me sucede así en cuanto pasada, sino en cuanto pueda repetirse, vale decir, en cuanto pueda hacerse futuro”.

    El poeta checo Rainer Maria Rilke fue otro de los grandes “melancólicos” del arte, de la poesía contemporánea… En su extensa correspondencia con Lou-Andreas Salomé y con la Princesa Marie von Thun und Taxis podemos seguir sus periódicas recaídas melancólicas, su angustia y ansiedad creativa, sus reflexiones al respecto… un estado en el que lo más significativo era su incapacidad y falta de inspiración, la improductividad; angustia que también está presente durante los estados de melancolía, pero que no lo abandona cuando ésta desaparece y el tiempo parece volver a fluir, quizás una melancolía heredada, o “cultural”, que le acompañó desde la niñez hasta su muerte. El poeta reconocía claramente su enfermedad , o al menos el estado de permanente malestar, angustia e incapacidad en que se encontraba, pero al mismo tiempo esperaba salir de él y recuperar el flujo creativo; aún más, admira esta extraña particularidad de su naturaleza que renace una y otra vez desde el abismo de la angustia y la melancolía, “avanzando de salvación en salvación”. Rilke parecía establecer una relación casi mecánica entre su padecimiento y su obra creadora, por cuanto para él lo más importante en la vida del artista es su obra y si admiraba tanto su propia existencia —a pesar de los sufrimientos por los que tuvo que pasar—, es por que sólo así, en ese estado de “sufrimiento espiritual y existencial” ha sido posible crear su obra. Siguiendo las reflexiones de Rilke sobre su “ser” creador y su “estado” de creación, parecería que el ser humano y en especial el artista no es dueño de su destino y por tanto no tiene derecho a cambiar arbitrariamente esa naturaleza que la Naturaleza le ha dado, porque ese cambio podría poner en peligro la obra de arte, y ésta parece tener un sentido que todo lo trasciende, incluso al artista mismo. Rilke escribe una frase que viene a representar una íntima conclusión necesaria en todo su pensamiento al respecto: “ … a mi me sigue pareciendo que mi propio trabajo (creativo) no es en rigor otra cosa que un auto-tratamiento”… No hay otra terapia para el artista que dejar fluir la creatividad… el artista necesita las polaridades y las contradicciones para su obra creadora, algo que el poeta expresa magistralmente en su segunda carta a von Gebsattel, el 24 de enero de 1912: “Quizás sean exageradas las reservas que yo manifestara recientemente (con respecto al psicoanálisis), pero en la medida que me conozco me parece seguro que si me expulsaran mis demonios, también mis ángeles pasarían (digamos) un pequeño susto y compréndalo usted, eso es justamente lo que no puede ocurrir”…

    La persona de naturaleza contemplativa se mueve en el mundo de las cosas como entre ruinas, en un mundo donde todo está a medio terminar, donde el sentido último de las acciones pareciera no existir. Es por ello que debe huir a otro plano, debe saltar de la inmanencia de las cosas hacia su trascendencia, eludiendo de esta manera la carga destructivo-temporal que las afecta. Sin embargo, esta huida conlleva la corroboración de que vivir parece carecer de toda importancia, por lo tanto la vida se transforma en un tremendo peso, casi en una parálisis melancólica… La vida misma es quien se rebela ante tal devastación: de ahí surge el sentimiento del luto, como una manera de encontrar satisfacción en la contemplación de la catástrofe. Lo propio de quien padece luto, es parecer envuelto en una profunda meditación con el fin de conseguir un vínculo con la plenitud del objeto. Esta operación tiene la lentitud y solemnidad de las manifestaciones de los poderosos. En la mirada del melancólico se unen dos caminos distintos: por una parte, la condición perecedera de la criatura y, por otra, la posibilidad de salvación, la esperanza de lograr trascender la condición de criatura… En esta extraña unión, entre los sentimientos de tristeza y alegría sucesivos y encadenados, se decanta la figura del melancólico. Victor Hugo afirmaba sobre la melancolía que “es la dicha de estar triste”… Es la recompensa de la espera, encontrar el pasado divino en medio del mediocre espectáculo de la caducidad… La mirada del contemplador ve transformarse al cubo de hielo en un calidoscopio, cada nueva figura le conecta a la siguiente por analogía y así ad infinitum: la superficie de los objetos parece envolver y ocultar recuerdos primitivos, imprevisibles acontecimientos extraordinarios. Lo extraordinario es la secreta sabiduría que busca el coleccionista, es hacia donde se dirige la mirada contemplativa, hacia ese lugar perdido en el origen de los tiempos donde el destino de los hombres coincidía con el del resto del cosmos, esa deseada (aunque irrepetible) lejanía, la experiencia sagrada y primigenia de la salvación… cuando todavía había esperanza…

    Sólo quería decir que el luto, la contemplación dolorida de las catástrofes (las propias, las ajenas), las experiencias contradictorias de lo sagrado, por ejemplo, han sido motivos de inspiración y creación acaso más decisivos que la gimnasia, la valentía y la seguridad personal en la mayoría de los grandes genios de la humanidad… Ser humanos, demasiado humanos, fue su más conmovedora realidad…

    Menos mal que nadie se atervió a legislar en favor de la limpieza étnica y eutanasia contra los melancólicos.

    Desfallecer, rendirse a veces, tener miedo… contarlo… renacer de nuevo, superarse, crecer, contarlo de nuevo… es una hermosa (aunque dolorosa) manera de vivir y dar esperanza a los demás… también cobardes y temerosos a tiempo parcial… ¿Qué sería de nosotros si nuestros modelos fueran perfectos e ideales?

    Saludos nocturnos:

    Pau Llanes

    1. quasimodo

      @Pau Llanes,

      Después de leerte no de que decir … Que pinceladas de humanidad , que descripción tan hermosa de la condición humana , las musas nocturnas han estado contigo para deleite nuestro.

      Bueno , no es imprescindible escribir todos los días , otro día será.

      saludos cordiales

    2. mjm

      @Pau Llanes, La inteligencia es sinónimo de sensibilidad, para lo bueno y lo malo. Nos lleva al grado de consciencia de la gracia o desgracia que uno siente y de ahí la satisfacción o no con lo que se es (relatividad). Claro que de la melancolía y el inconformismo surgen las genialidades, porque la necesidad de crear algo nuevo es por querer cambiar lo que existe porque no te llena, o crees que lo puedes mejorar…Pero aquí es donde entra el «virtuosismo», intentar unir inteligencia, genio y cultura para conseguir ese estado de felicidad y paz del alma.Lo de la «gimnasia humana» que ha dicho Javier, efectivamente es así. Yo extiendo mis entrenamientos deportivos a todas las facetas de la vida. Evolucionar, aprender constantemente, y no dejarse vencer nunca…solo para meditar, descansar y tomar fuerzas.

      1. Pitigrilli

        @mjm, Estimado amigo Pau Llanes.: Escribes con la pluma que suelen llevar los ángeles en sus alas, amigo.

        Poco mas que aportar a tu respuesta a la compañera mjm.Si me permites una salvedad…yo hubiese plasmado…..»la buena inteligencia es sinóninimo de sensibilidad». La otra la considero el uso de la inteligencia para conseguir fines espúreos.

        Un abrazo en tu alma.

      2. Pau Llanes

        @mjm, Gracias por tu comentario… Ya dije en mi texto que suscribo de pe a pa las ideas de Javier… Pero debemos considerar que los creadores, aquellos a los que se refiere Javier, en realidad los que escriben los libros o crean las obras de arte referenciales, en muchos casos son sufrientes, adolecen de algún tipo de melancolía, de inquietud espiritual y de pensamiento… Es así, mjm… A lo mejor habría que profundizar más sobre este binomio muchas veces necesario… Saludos cordiales…

    3. Nowitzki

      @Pau Llanes, Buen compendio de la relación pensamiento-psiquiatría, de donde mucho hay que hablar, y mucho has señalado. Los grandes pensadores son aquéllos capaces de descubrir y describir las causas y efectos del maremágnum cognoscitivo que ebulle en sus sesos, y en gran parte de los seres humanos pero que no saben identificar. Plasmar en palabras los procesos mentales es una sublimación en la que se pierden cualidades de la materia primigenia, etérea per se. Las palabras solamente permiten una aproximación. De ahí en parte esa melancolía, proveniente en parte por la incapacidad de la expresión, la traducción del formato mental al formato material, irreconciliables de base, aunque con aristas que se pueden acercar. Pocos literatos han alcanzado la profundidad psicológica de Dostoyevski, capacidad reconocida e incluso admirada por el propio Nietzsche. Don Fiodor vivió gran parte de lo que escribió, y sabía convertir como casi nadie el proceso de asimilación cognitiva de lo vivido en descripciones escritas con una profundidad psicológica a la qu nadie ha llegado. En su caso las aristas antes referidas casi llegan a contactar. Como amante de la psiquiatría y admirador de la literatura agradezco tu extenso comentario. Un saludo.

      1. Pau Llanes

        @Nowitzki, Gracias por tus reflexiones… estoy de acuerdo en todo lo que dices… En todo caso, pienso, éste es un buen tema para profundizar… La psicología del autor, del creador, todavía es desconocida o incomprendida por la sociedad en general… Habría que desarmar ciertos tópicos… Un saludo cordial desde México…

    4. Sananda

      @Pau Llanes,
      Leyendo de nuevo su formidable, completo y necesario comentario en este tema,
      he vuelto de nuevo a alegrarme de que lo haya hecho.
      Y durante esta segunda lectura, he recordado varas veces a Gustavo Adolfo Bequer, su tristeza y sufrimientos…….. y su genial obra poética, con la que en tiempos pasados, con sus lecturas, me permitió gozar….. y mucho más que ello.
      Me ayudó a poder contemplar mejor, aspectos y momentos difíciles de la vida en el ser, desde el bálsamo artístico……..
      Una de sus muchas poesias que tanto me gustaron, no solo por su valor artístico y creativo, sino por el valor del contenido como mensaje, fué la del: Arpa….

      «En el ángulo oscuro del salón
      de su dueño talvez olvidada
      toda cubierta de polvo
      veíase el arpa.
      ……….. cuanta nota dormida….. (no me acuerdo de los versos exactos)
      Así… a veces también le ocurre al alma (explica G.A.Bequer en su poesia)
      donde el genio yace dormido……….
      y espera que un dia la mano de su dueño,
      como a Lázaro, le diga:
      Levántate y anda.

      ________________—-

      Ya sabrá usted a la poesia que me refiero.

      Saludos.

      1. Pau Llanes

        @Sananda, Gracias por tus comentarios y aportación personal… Estoy de acuerdo contigo… Becquer y cuántos otros… Sobre todo poetas… Muchas veces su soledad nos hizo compañía, ¿no?… Saludos cordiales… Pau

  9. diferente

    Javier nos abre la puerta de nuestras cansadas almas y nos trae con su texto, aire fresco que desintoxica y aporta vigor. Nada que objetar, siempre será bienvenido y oportuno este desinteresado regalo.
    Sin embargo opino que aplicar la misma vara de medir a conceptos como la tristeza, la culpa, y la melancolía como enfermedades del alma no es del todo justo. Si estoy alegre es porque he sufrido la tristeza y, como estados temporales que son, tan válido será uno como el otro. No tiene sentido estar alegre si se desconoce la tristeza, si no se ha pasado por ella, y, por libre elección se ha podido superar y trascender hacia el otro plano más atractivo superficialmente pero que si no viene avalado por un trasfondo interior resulta hasta irresponsable…

    Por otro lado felicito a todo el equipo editorial de Seneca por la impagable labor de difusión del saber y del conocimiento que sólo dan los libros.

    Gracias Javier!!

    1. Alcyon

      @diferente,
      Diferente. Comparto contigo «no se puede estar en un estado de felicidad de una manera continuada».

      La tristeza, culpa, melancolia. Son estados que se producen en el alma humana por alguna razón. Habría que saber, primero comprenderlos, para mas tarde vivirlos, experimentarlos y transmutarlos.

      Lei hace no mucho, que estos estados, bien confrontados, le sirven a uno para desarrollar su creatividad. Para luego mas tarde, con esa creatividad ya desarrollada, salir a la vida a plasmarla, y hacerla real, cuando ya uno esta en un estado de animo positivo.

  10. Erlaiz

    “La tristeza, la culpa o la melancolía solo puede ser síntoma inequívoco de enfermedad del alma.” No creo que exista ser humano que no conozca, por experiencia propia, esos tres sentimientos. La reflexión es hasta que punto esos sentimientos paralizan la voluntad y embotan el entendimiento. Los hombres de acción, los emprendedores, resueltos y optimistas, con la seguridad que da la experiencia y la confianza en las propias fuerzas también saben de tristezas y culpas, y seguro que a veces les embarga la melancolía. La diferencia es que no se rinden.

  11. es_Maria

    Los poetas enmarcan sus desgarros hablan de tristeza, melancolía y culpa de perdida, buscando la paz que nos pueda traer el conformismo como única lectura de resignación.
    Cuando no se puede cambiar aquello que deseamos o cuando el desencanto lo tenemos detrás de nosotros como una sombra silente y sin quejarnos de la soledad, la queremos también tiene su ternura, su talante. La utilizamos, a lo mejor para sentirnos más acompañados en el alma.

  12. Nowitzki

    Observo con cierta alegría las labores de algunas personas por recuperar lo trascendente de nuestra cultura. Os digo algo: está chungo -hablando llanamente-. Pero eso no es más que un acicate, o al menos así lo veo yo. Laminar poco a poco la vacua literatura consumida por personas bajas en calorías en lo que a criterio se refiere es un trabajo arduo, pero excitante a la vez. No se trata de eliminar de un plumazo lo que hay, pues es imposible; ni tan siquiera convertir al lector pagano. No señor. Se trata de cultivar el espíritu, de llegar aunque sólo sea a uno, pero que será el todo de la motivación. Al hacer apuestas de este tipo no se busca amasar fajos de papel con la última regurgitada «novedad». Cuántas veces el leer dos páginas de un clásico enseña y descubre con palabras lo que intuíamos pero no acertábamos a expresar, a lo que toda la sección de best sellers no llega ni por asomo. Redescubrir lo descubierto años, siglos atrás, es un paso adelante. Es una apuesta por la que vale la pena pagar, y que se viene observando últimamente con otras editoriales que también surgen para volver la mirada a la esencia. Ánimo pues. Infórmese de proyectos y novedades en la editorial Séneca para hacernos partícipes de ese intento, y así hacer del intento una realidad y un bien.
    Un saludo.

    1. Nowitzki

      @Nowitzki, Respecto a lo dicho de que la literatura fútil siempre estará ahí tenemos el ejemplo más claro en el Quijote, que surge en buena parte con una base crítica hacia los que eran los best sellers en la época cervantina: las novelas de caballerías. Dicho esto, a por los molinos, aunque se vistan de gigantes.

  13. Aloe

    En ocasiones hay que tocar fondo para tomar impulso. El alma está vigente, unas veces alegre, otras triste.
    Coincido en la matización, de que hay que haber sentido la tristeza, para disfrutar y aferrarse a la alegría, pero esta segunda viene y se va, libremente.
    Al final lo verdaderamente importante, es «querer ver amanecer», aunque al momento siguiente notes que la tierra desaparece bajo tus pies. Así aprendemos a valorar los momentos felices, los estados alegres y es cierto que esa alegría se trasmite y revierte con creces sobre nosotros mismos, es un boomerang, hay momentos y situaciones que, casi tenemos la obligación de ser o estar alegres… Saludos.

  14. Naciendo

    Me gusta tu deseo» nunca desfallezcas, nunca te rindas, nunca temas perder nada. Ponte a dieta y empieza a sentirte ufanamente emparentado con la cósmica proporción de la plenitud.

    Buenos y sabios consejos.
    A mi me falta un libro de los que pedí, no tengo prisa, doy por hecho que hay lista de espera y como tengo lista de espera para leer, recibí dos, me falta uno, gracias

    1. Javier León Autor del artículo

      @Naciendo, Ruego amigo o amiga que remitas esta consulta por correo a la editorial con tus datos para que podamos ver que ha ocurrido con tu libro.
      Un abrazo sentido,
      J.

  15. Rubialegal

    En mi opinión la cultura y la sonrisa van unidas…amar la cultura no es sólo públicar un libro y recibir aplausos…amar la sonrisa no es sólo ser un buen cuenta-chistes y que te llamen gracioso,cultura no es sólo
    inteligencia,sonrisa no es sólo carcajada…la cultura y la sonrisa son algo más..son sensibilidad,terapia,comunicación,afecto…
    Cuando por distintas razones ,como a todos los humanos, me embarga la tristeza y la melancolía como buen antidoto me refugio en la escritura y me abrazo a la sonrisa pues dicen de ella que es el más saludable masaje de belleza para el rostro…El ropaje más lindo del alma…El mejor antídoto contra las preocupaciones…Una clara manifestación de salud mental, emocional y espiritual…
    Descanso para los fatigados, calor para los tristes y luz para los decepcionados…Y como el sol, ilumina, calienta y se irradia.:)

    Curiosamente hoy estaba viendo un pequeño reportaje sobre una iniciativa cultural que ha realizado El Centro Internacional de Investigación Teatral presentando la obra de teatro, La casa de Bernarda Alba, de Lorca, interpretada por mujeres gitanas de la barriada de El Vacie, en clara situación de exclusión social..mujeres que no habían tenido la oportunidad de acercarse a la cultura y no habían visto una obra de teatro en su vida..Independientemente de valorar o no como dicen algunos comentarios en la red de que eso solo pueda ser una tapadera de la realidad de los barrios marginales me ha emocionado ver la ilusión de esas mujeres,su enorme entrega y esfuerzo pero sobre todo me ha emocionado su sonrisa….

  16. Auxi

    La satisfacción interior es mas plena cuando de ella no se espera nada y se da mucho.
    Felicidades ya que eso es lo que hacen ustedes con editorial Seneca.
    Esas pequeñas cosas son las que hacen grande al alma.
    Todos los días así sea dar una sonrisa es dar vida, dar dar dar todos pueden, pero pocos lo hacen.

  17. Esencia

    Está comprobado que un coeficiente intelectual alto, no es garantía de triunfo para nadie sino guarda armonía con los valores y las virtudes humanas, porque más importante que el conocimiento es aún la actuación, la conducta, la realización.

    La inteligencia sin amor, o sin bondad, deja de tener valor para pasar a ser hasta peligrosa, ya que puede convertir en mountruos eruditos sin escrúpulos ni sentimientos, a los seres humanos y solo dependiendo de nuestras buenas acciones y de que sean de manera continua, podremos sentirnos en paz con nosotros mismos y acercarnos a la serenidad interior, en la que se encuentra la paz y la felicidad.

    Gracias Javier, por dar ejemplo con tu conducta. Buenas tardes a todos.

  18. atati

    Una de las muchas aportaciones efectuadas por Internet, es que ya no tiene mucho mérito el ser o aparentar ser erudito. Antes la erudición te la podías ganar a golpe de lecturas de libros y cuadernillo al lado para apuntar las frases que más gustasen. No es que tampoco tuviese mucho mérito la recopilación de citas si además no se era capaz de encontrar el punto común de cada teoría o discurso aprendido, pero al menos había que trabajarlo y dedicar un montón de horas al estudio.

    Ahora en cambio, cualquier lector mínimamente inteligente tiene acceso a cualquier resumen o síntesis, o frase célebre, de cualquier tema o personaje, lo cual hace que ya no tenga el mismo mérito que antes; cosa por cierto que me parece bien por dos motivos.

    Uno es la ampliación de la información que gozamos, lo cual hace innecesario un trabajo previo de recopilación, puesto que lo tienes hecho por otros y a tu disposición a través de Internet.

    El otro es consecuencia de lo anterior, al tener más tiempo, se puede abarcar más materias y así ir obteniendo la capacidad de síntesis que haga ver que todo está interrelacionado, que todo funciona bajo las mismas leyes y que todo tiene un origen común.

    Esta capacidad de conocimiento sintético, preludio de la intuición, acompañado de ese corazón generoso al servicio de la comunidad como dice El Loco (creo), es la única fórmula conocida para ascender del marasmo existencial en el que se vive en Occidente, a una nueva manera de relacionarnos y ayudar al bien común. Gracias amigo por la gran labor que realizas a favor de una nueva sociedad más solidaria, y por ende, más inteligente. Saludos.

  19. Pitigrilli

    El amigo Javier, que gusta de usar como nick El Loco; es el vivo reflejo de la inteligencia sensible puesta al servicio de los Seres humanos.

    Estoy mas que convencido de que algunos meses meterá su mano en el bolsillo con el fin de darse un pequeño placer con su compañera de viaje, y solo encontrará un agujero por donde saldrán mas de dos dedos, en busca de alguna moneda extraviada.

    A eso le llamo…riqueza de Alma y consecuencia de acciones.

    Un abrazo en tu alma.

  20. Luna

    La cultura como forma integral e integrante de y en toda persona es lo que nos puede hacer mejores, más sabios, más bondadosos, más creyentes en el ser humano y sus posibilidades que son infinitas.

    Es bueno que haya editoriales dedicadas a esa labor, así que gracias.

  21. Jorge Tamames

    Siempre es un placer compartir día de publicación con Babajavier (;

    Bello artículo. Mis reflexiones no valen mucho ahora porque estoy recién levantado, pero he disfrutado leyéndolo.

    Abrazo!

    PD: ¿Cuándo vais a la India?

  22. EOLO

    Y me pregunto en voz alta ¿por que Editorial Séneca?
    Fue Seneca una persona influyente en vuestras mentes o simple admiración a Séneca … o …

    EOLO
    uuuuuuffff

  23. Tovares

    Dále la vuelta a tu respiración
    para beber con tus ojos
    la sangre del cordero…

    Píde a tus manos
    que piensen lo que dicen
    cuando no hacen
    nada…

    Duerme
    en el estómago del indigente

    para que así
    con tus orejas
    puedas estornudar…

    (Buenas noches y buen fin de semana. Saludos. Tovares)

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