He recibido un correo. Contiene una reflexión. Dura, pero las reflexiones duras en ocasiones enseñan mas que las complacientes. Las palabras dulces no constituyen por sí solas reflexión dulce. A veces las duras si conducen a la profundidad. La castaña es fruto dulce, pero su caparazón exterior se encuentra lleno de púas que es necesario vencer para llegar al corazón del fruto. Aqui dejo estas reflexiones.
Me acojona cada vez mas la idea de ser una minúscula partícula abandonada por el gran creador. Gestada de forma involuntaria, como yo genero caspa o residuos orgánicos mas tozudos.
Como ya hablamos, eso me convierte en una hoja al albur de los aires ocasionales, un ser amoral que se castiga con códigos éticos nacidos de esa peregrina concepción del cosmos como un orden sensato. Me hago victima de un sistema que yo creé para vivir en paz. Si todo obedece a un plan, seré consecuente al mismo y así la tragedia será sometida a un control mínimo pero satisfactorio.
Eso me lleva a ser un serial killer que persigue tan solo apetitos, el resto es literatura. La inteligencia se convierte en un arma y yo en un proyectil frustrado.
Lo abarcable ¿?
jkl
@mas vida, perdon por lo que hay escrito es un fallo, no se como va eso de «citar» y al hacer una prueba ha salido esto. ¿alguien me lo puede explicar?
Los amigos y los cuento con los dedos. (Muy vulgar pero es la verdad de los dichos castellanos.)
Los amigos de verdad no me dicen lo que quiero, me dan de bruces con la realidad. Y no están para apoyarnos, me ayudan a no desfallecer.
Al profesor Galván le recuerdo incertidumbres parecidas.
Tengo la suerte , y pido mis disculpas, de no haberme sentido solo ni abandonado.
El menoscabo del orgullo es una sensación similar.
El otro día viajaba en un tren rápido y veloz entre dos viejas ciudades no sólo de la Iberia como del mundo. A cierta altura, observando mis compañeros de viaje, vi el mundo, pero, en seguida vi los mundos que allí viajaban. Me vi parte, partícula, y me vi mundo, pero, mundo que está en mi y parte de mi; que piensa en el todo, pero, que no es más que parte y que es único. En seguida, volví a ver para el paisaje humano que compartía conmigo el tren y viaje y pensé cuantos mundos van aquí a pensar que no hay más que un mundo…
Nadie nos abandona; somo nosotros que abandonamos la visión.
Las duras reflexiones son las que hoy precisa Occidente.
Ya vemos a donde nos han llevado tanto amor y misericordia.
Hace falta rigor.
¿Y quién mejor que los demonios para mostrar el camino del árbol? ¿O acaso no son ellos quiene nos enfrentan a nuestra falsedad?
Lo infinitamente pequeño es idéntico a lo infinitamente grande,
cuando se olvidan los límites y se disuelven las fronteras.
¿Qué es lo ‘pequeño’? ¿Qué es lo ‘grande’? ¿Dónde está el límite entre lo ‘pequeño’ y lo ‘grande’? ‘Límite’ y ‘frontera’ son nociones creadas por el pensamiento dualista y consustanciales a la percepción analítica que escinde el Todo en partes. Los límites y las fronteras serían el espacio en el que una ‘parte’ termina y otra comienza. Pero ¿qué ‘parte’ puede ser separada del Todo? ¿Qué ‘parte’ puede existir independientemente de sus relaciones con todas las demás ‘partes’? ¿Cómo podría existir lo pequeño si no fuera comparado con lo grande? Y si lo pequeño necesita a lo grande para ser pequeño, lo pequeño es tan grande como lo grande, y lo grande es tan pequeño como lo pequeño. El maestro zen Eihei Dôgen dijo: “No hay ni una mota de polvo en la Tierra”. Esto es, no puede haber una mota de polvo separada de la Tierra. Una mota de polvo es la Tierra entera. ¿Qué sentido tienen pues las fronteras? Cuando las garzas reales atraviesan los océanos y los continentes no encuentran ninguna frontera en los cielos. Sólo los seres humanos hablan del ‘espacio aéreo francés’ o del ‘espacio aéreo español’. Sólo la mente humana crea límites artificiales separando la No dualidad fundamental en múltiples parcelas inconexas.