Lo de ayer: de nuevo, de nuevo, de nuevo otra vez

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Desde hace una media hora releo comentarios. He dormido lo suficiente. Rezuman agresividad algunos. Unos de frente. Otros con circunloquios.

En todo caso, agresividad. Nacida no del comentario o del aserto o de la posición intelectual. Germinada en lugares que nada tienen que ver con este foro. Prejuicios, emociones, recuerdos, vivencias…esclavitud de una u otra manera. Curiosa la evidencia de esclavitud en quien habla de libertad. Viga, paja… Estos espectáculos son lo mas dañino que existe para un foro como el nuestro. Somos mas de mil personas las registradas que hemos entregado nuestros datos, nuestro DNI, hemos asumido el riesgo teórico que eso implica, hemos confiado en una administración de un foro y que todo ello lo hacemos porque queremos ser ajenas a esas emociones, vivencias, esclavitudes. Valoramos la inteligencia, las aportaciones sensatas, la lucidez, pero mas aún la serenidad de juicio, el no dejarse dominar por emociones cuyo origen no nos incumbe, el no convertir este foro en lugar de venganzas que nos son ajenas. Es claro: no nos gusta la violencia en ninguna de sus formas. Menos la de persona contra persona. Es exactamente lo contrario de lo que deseamos para este lugar. He dicho y repetido que los asuntos a tratar son los de la entrada de cada día. No puedo dejar que este foro se convierta en lugar de duelo por motivos ajenos a los demás. No entro ni salgo en juzgar a nadie, pero interpreto la voluntad de los pacíficos que aquí convivimos y queremos debatir sin dar ese tipo de espectáculo. Gracias a quienes gustar de debatir sin insultos, sin descalificaciones personales, expresas o circunloquiales, a quienes tienen interés en debatir no en ganar a otro, quienes prefieren saber  a humillar, a quienes hacen lo que dicen, a quienes son como proclaman, a quienes respetan su conducta mas que sus palabras, a quienes no piensan como esos hombres que denuncia el Avatar. De gente así queremos poblar este foro. Y para ello debemos ser firmes con quienes nos turban con asuntos que nos son ajenos. Porque nos dañan a nosotros y alejan a quienes desearían compartir en paz este lugar. Insisto: no juzgamos, pero si pedimos respeto por nuestras reglas. Como dicen algunos: trabajemos cubiertos de las perturbaciones profanas. Lo peor es que me he encontrado con un correo esta mañana. Alababa el articulo de ayer sobre la Oscuridad Brillante. Le impactó la sensibilidad con la que se relataba lo sucedido. Era alguien que vivió de cerca el episodio. No este en concreto, pero muy parecido. Se mostraba horrorizado por la serie de comentarios leídos a propósito de lo que ahora nos ocupa. ¿Quienes son esas personas que ante el regreso de la muerte se enfangan en miserias de la vida?. Esta fue su pregunta. Ayer me llamó el propio interesado, el protagonista del relato cuyo nombre oculté. Estaba emocionado. Quería entrar en el foro. Le pedí que no lo hiciera porque ya habían asomado a la luz estos comentarios. ¿Quien tiene derecho a provocar que yo tenga que actuar así, negando la lectura para evitar a otro sufrimiento? He tenido que quitar el atributo de pública a la entrada para personas ajenas a nosotros no vean el espectáculo

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