La lucha por el Derecho

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En la expresión «lucha por el Derecho», tomada del jurista Jhering, se quiere resumir la necesidad de combatir por las propias convicciones, las cuales se intentan plasmar en normas jurídicas, como medio de alcanzar las finalidades propuestas. Rathenau fue un ejemplo en esta lucha.

Rudolf von Jhering, jurista alemán del siglo XIX, pronunció el 11 de marzo de 1872, una conferencia titulada “La lucha por el Derecho”, en la Sociedad Jurídica de Viena. Eran tiempos en que la gente aplaudía no a los tenistas, como ahora, sino a los juristas. ¡Cómo han cambiado los tiempos!

El título de esa conferencia resume algo que posteriormente desarrollaría Jhering en su obra “Der Zweck im Recht” –El propósito en el Derecho-: toda modificación de las normas jurídicas exige una lucha contra los intereses en presencia.

Cualquier norma jurídica responde a unos intereses concretos. Si nuestra Ley de S.A. otorga el gobierno y dirección de la S.A. a los accionistas, es porque el interés de estos se ha impuesto a la hora de regular esta forma social. Quien quiera cambiar esta norma, evidentemente deberá enfrentarse a estos intereses. Cual moderno Don Quijote. Y ya es comprensible que a la mayoría no le guste luchar, pues el espíritu pacifista lo ha inundado todo.

Discrepo de esta postura que prefiere no cambiar las actuales normas, y me baso para ello en el propio concepto del Derecho. La razón de ser del Derecho es asegurar las buenas condiciones de vida de la sociedad, y para ello usa el monopolio de la fuerza residente en el Estado.

La raíz etimológica de la palabra Derecho nos descubre que el significado último del Derecho es el de ir por el camino que conduzca de manera directa, recta o derecha al fin u objetivo perseguido por la norma. De esa raíz etimológica y semántica proceden los vocablos Droit, Diritto, Recht, dirigere, rex, regere, regula, rectum, directum, Richter, regir, etc. En todas las lenguas se viene a significar lo mismo. Que no es otra cosa que indicar que Derecho es el medio para encaminarse por el camino que, de manera directa y correcta, conduce al fin previsto. De aquí viene, por ejemplo, la expresión vulgar, no jurídica, de actuar “por derecho”, o de obrar rectamente.

La medida del Derecho no es la verdad, sino la de la finalidad, la de conseguir el camino o itinerario que más derechamente conduzca a la finalidad prevista. Todo el Derecho no es sino una continua creación de caminos para conseguir las finalidades previstas o queridas por la comunidad, por la sociedad, a la que todo Derecho sirve, como emanación del poder colectivo residente en el Estado.

En la Edad Media y Moderna no se empleaba el término “función”, no se hablaba de las funciones del Derecho, sino más bien del “effectus legis”, como decía nuestro Francisco Suárez en su tratado de las Leyes. Aunque sí se usaba mucho en esas épocas el concepto de “universitas”, que no significaba otra cosa que la Unidad de lo que aparecía como separado –“in Unnum vertere” = unificar lo disperso–. Hoy hablaríamos de Sistemas, y de las funciones de un Sistema jurídico, legislativo…

Aplicando todo lo anterior a nuestra legislación sobre S.A., puede haber llegado el momento de entender que la función de la ley, su objetivo último ( que es asegurar las buenas condiciones de vida de toda la sociedad, de la “universitas”, del Todo, de la comunidad, frente a los intereses de las partes componentes: es lo que en latín se llamaba asegurar el “bonum commune”, el bien común ), en el caso concreto de las S.A., podríamos entender que se cumpliría mejor si una nueva ley de S.A. estableciese como finalidad u objetivo último de toda S.A la satisfacción de los intereses de la propia Empresa, como distintos y superiores a los intereses particulares de los accionistas, los cuales sólo están interesados en maximizar los dividendos y el valor de sus acciones. Ese interés propio de la Empresa podría considerarse que es maximizar el beneficio de los clientes, por ejemplo.

Si renunciamos al valor ordenador del Derecho, de las Leyes, estaremos retrocediendo en el camino de la civilización, iríamos a la disolución del Estado y de la sociedad, dejándolo todo en manos del más fuerte económicamente. Esto y la ley de la selva es lo mismo. Volveríamos a una anarquía -en realidad ya estamos en ella, creo yo, y por eso lo brutal de la crisis-, en la cual sólo impera la ley del más fuerte económicamente, no la ley de la mayoría social, a la que las normas jurídicas deben servir siempre –“bonum commune”-.

Lo que ocurre es que a veces confundimos paz con falta de convicciones propias, y sobre todo, con ausencia de firmeza y fuerza a la hora de defender nuestras convicciones, y de luchar por ellas. Recuerdo que mi abuela paterna, siendo yo niño, solía decirme que “la vida es lucha”, mientras hacía tranquilamente calceta. Yo no me la imaginaba peleando con nadie, y francamente no entendía esa frase. Tuve que llegar a mayor para entender su frase, que nunca entendí por qué me la decía…La verdad es que ella, sin saberlo, decía lo mismo que ya dijera Adolf Trendelenburg, en su obra sobre Lógica: “La vida de la Ciencia, como toda vida, no consiste en otra cosa que en lucha; en luchar tanto contra las opiniones que se nos oponen, como en luchar contra los hechos que no se acaban de ajustar a nuestros pensamientos”.

No confundamos la fuerza moral de un pueblo, con la cobardía. Jhering decía que el dejar de luchar por el ideal de justicia que uno cree más apropiado para la sociedad –ideal que puede plasmarse después en las normas jurídicas-, es una forma de cobardía. Por el contrario, el luchar por las propias convicciones, por intentar que éstas se plasmen en el Derecho –lo que Ihering denominaba “la lucha por el Derecho“-, no es sólo un acto ético de autoconservación, sino además es una obligación para con uno mismo y para con la sociedad.

Jhering estaba contra el quietismo, contra esa actitud pasiva de los que se limitan a ver pasar el tiempo, esperando que el solo paso de los meses y de los años traiga el fruto deseado. Su ideal podría resumirse en esta frase: yo no puedo ni debo permanecer como fui, sino que sólo debo convertirme en lo que soy ahora.

Yo me quedo con nuestro espíritu quijotesco, tan español: aquel que no tiene miedo de enfrentarse a gigantes, que no calcula las propias fuerzas ni menos aún las contrarias, que no deja de pelear por sus convicciones, aun sabiendo que la derrota puede ser segura. Vamos, todo lo contrario del espectáculo que está dando por ejemplo el partido de la oposición, que se niega a formular una moción de censura, sólo porque sabe que la perdería. Es la actitud diametralmente contraria al espíritu tradicional español, que nunca rehuyó combatir por aquello en lo que creía. Es todo lo contrario a esa lucha por el Derecho que hoy he querido traer a la memoria.

Hubo una persona que era totalmente contraria a la guerra, pero que al ver que su país le necesitaba, se presentó voluntario en el Ministerio de la Guerra, a los tres días de declararse la primera guerra mundial. Acudió a la llamada del deber, como patriota que era. Cuando vio a su país en peligro, acudió voluntario en su ayuda, a prestarle a la comunidad la fuerza inmensa de su personalidad. Ningún partido político le llamó. Sólo su prestigio logró que al día siguiente de presentarse, obtuviera el nombramiento oficial correspondiente. Su lucha no fue con las armas, en el frente, sino que consistió en la dirección de las industrias alemanas de materias primas. Empezó con sólo tres personas y cuatro habitaciones, y todos los que colaboraban con él eran voluntarios que trabajaban desde las 9 de la mañana hasta las 12 de la noche, sin cobrar un duro. Levantó de la nada la más gigantesca Organización industrial de la Historia. Para ello no realizó cálculos previos, ni empezó a contar con cuánta gente podía empezar, ni sus colaboradores se movían por dinero. Sólo lo hicieron por convicciones. Este hombre fue Walter Rathenau, el mismo que le contestó a su madre, cuando ésta se enteró, muy disgustada, que a su hijo le habían nombrado Ministro de la República de Weimar –parece que tuvo una premonición de su posterior asesinato siendo Ministro-: ”Mamá, es que no han encontrado a otra persona”.

Ahora que hay sequía de auténticos hombres públicos en España ; cuando todos se mueven por dinero, por cálculos egoístas, cuando nadie parece interesarse por el bienestar de toda la Nación, sino que sólo existe la guía del interés partidista, reconforta volver los ojos a la Historia, ver otros ejemplos. ¿Conseguirá alguno de los nuestros emular estos ejemplos? Yo no lo dudo, pues la Historia de España está llena de personas que han asombrado al mundo.Estamos probablemente en vísperas de conocer nuevos momentos de asombro.

Como enamorado que soy del viejo Derecho romano, y del buen Derecho en general, me permito terminar con una cita tomada del primer tomo de la obra “Zweck im Recht” de Jhering, que viene a cuento de todo lo anterior. Cuando en esta cita leamos “intereses particulares”, podemos traducir esa expresión por la de “intereses particulares propios de los accionistas”, y de esa forma podremos llegar a conclusiones interesantes sobre la, a mi juicio, necesaria reforma de la legislación mercantil española sobre S.A.:

“La educación política del pueblo no es otra cosa que lograr que el pueblo entienda cuáles son sus verdaderos intereses. Hay dos clases de intereses: los inmediatos, los que podemos tocar con nuestras manos; y los lejanos, aquellos que sólo ve un ojo experimentado. Y por eso hay dos clases de Política: una a corto plazo, y otra a largo plazo. Sólo ésta última merece llevar el nombre de Política. La Política auténtica, definida con brevedad, no es otra cosa que la visión a largo plazo de los intereses, es la mirada extendida hacia el largo plazo, capaz de saltar por encima de la visión estrecha del corto plazo, que sólo se concentra en los intereses inmediatos o particulares.

Ocurre aquí como con el auténtico hombre de negocios, el que se contrapone al mal comerciante. Este último es aquel que sólo encuentra sentido en la ganancia que ve a corto plazo. A este mal comerciante le pasa como al mal jugador de ajedrez, que se alegra tontamente de poder comerse una pieza contraria, y sin embargo no se percata de que en pocas jugadas recibirá un jaque mate que le hará perder su juego. Esto puede expresarse de forma más abstracta: lo característico de una mala gestión de negocios es la concentración sólo en los actos propios y en el momento presente. Mientras que la buena gestión se caracteriza por concentrarse en el Todo y en el futuro.

¿Por qué entonces son necesarias normas jurídicas que se sostengan por la fuerza coactiva del Estado? Por una razón: porque no todos son capaces de darse cuenta de que el interés general coincide también con el interés particular. Porque sin el Derecho estaríamos ante la Política del egoísmo, en la que cada persona vería sólo sus propios intereses particulares, cosa que hasta el más tonto puede hacer, pero nadie velaría por los intereses de la comunidad.

Por esto podemos definir a la norma jurídica, como la coalición de los que ven a largo plazo, frente a los que ven sólo el corto plazo –parafraseando la célebre definición proveniente del viejo Derecho romano, que Papiano dio de la Ley: “Lex est commune praeceptum, virorum prudentium consultum”-. Los primeros tienen que hacer que los segundos se plieguen al interés general, y esto se consigue a través del Derecho, que vela por los intereses de la comunidad. Por eso, la norma jurídica en realidad no es otra cosa que el arma que la inteligencia usa en su lucha contra la idiotez. Sólo el Derecho puede acabar socialmente con el egoísmo elevado a la máxima potencia, con ese egoísmo que hace que los intereses particulares prevalezcan sobre el interés general.”

Hasta aquí, la cita de Jhering. En terminología más actual, estaríamos ante la necesidad de Políticas sostenibles y sistémicas.

Por último,añadir que Jhering hizo esta curiosa comparación: ”Los tiempos de revueltas, de revolución, de anarquía, son las horas de colegio de la Historia, aquellas en las cuales los pueblos aprenden en vivo, en sus propias carnes, las mejores lecciones sobre lo que es el Derecho y el Estado”.

Yo me pregunto: ¿tendremos que volver a la “escuela” para aprender nuevas lecciones, o seremos capaces de comportarnos como adultos que no necesitan ya ir a la escuela para saber comportarse en sociedad? Ya lo veremos.

Estas últimas palabras de Jhering dan que pensar. ¿No será que esta crisis que padecemos actualmente, nos haya devuelto colectivamente, como sociedad, potra vez a los colegios? Para obligarnos a aprender la lección, dado que antes no quisimos aprenderla voluntariamente por nuestra cuenta. Los países o sociedades que se resistan a aprender lo nuevo, lo que nos enseña esta crisis actual, estarán condenados a no salir de ella. Así que más vale aplicarse desde ahora mismo al aprendizaje de las lecciones inmensas que nos ofrece esta crisis.

Este artículo es un alegato a favor de algunas cosas, pero sobre todo a favor del Derecho, por entender que este es insustituible como herramienta reguladora de la convivencia en sociedad.

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27 pensamiento sobre “La lucha por el Derecho

  1. eugenio de la cruz silva

    Estimado sr. Landero :

    Estando totalmente de acuerdo con su planteamiento, me gustaría hacerle una reflexión desde nuestra realidad política.

    Actualmente estamos asistiendo a una transformación de las leyes más elementales de nuestro país, incluso la constitución ha sido modificada por medio del Estatuto catalán, y por lo tanto por medio de pactos entre los partidos, tan vergonzosos como el ultimo con coalición canaria sobre el aumento del IVA, se ha cambiado el cuerpo legislativo de nuestro país, se ha cambiado en definitiva el derecho.

    ¿Se debe combatir es nuevo derecho y cómo? O por lo contrario se debe de aceptar y esperar a ver si cambia otra vez y mientras tanto resinarse

  2. Socrates

    «Este hombre fue Walter Rathenau, el mismo que le contestó a su madre, cuando ésta se enteró, muy disgustada, que a su hijo le habían nombrado Ministro de la República de Weimar –parece que tuvo una premonición de su posterior asesinato siendo Ministro-: ”Mamá, es que no han encontrado a otra persona”«.

    Le tenía que haber respondido a su madre: «Mamá, es que quiero ser artista y protagonista».

    P. S.: Las convicciones del autor de ¿Adónde va el mundo? eran la renuncia al egoísmo y al provecho individual. No me lo creo.

  3. superviviente

    Recuerdo cuando la colonización de Marruecos que un grupo de juristas, entre los que se encontraba algún familiar, les fue asignada la misión de elaborar una serie de normas juridicas para la organización social y politica del nuevo territorio español y creo recordar por algún libro de mi tio, que éste lo primero que hizo fué viajar y conocer las costumbres de las tribus del Rif para luego plasmarlas sobre el papel, se basaba para esto en que no habia que olvidar que alli existía una forma de vida desde antes de la llegada de los españoles y que nuestra presencia no debería suponer en ningún momento un choque traumático con su cultura. Se hizo un gran trabajo por el que dos culturas tan distintas pudieron convivir durante años, todo ello gracias a la labor de unos juristas que supieron captar la realidad desde dos visiones del mundo tan diferentes y hacerlas compatibles.

    Hoy el Derecho ya no toma como referencia las costumbres ni las distintas evoluciones de los pueblos para plasmarlas en leyes, hoy el Derecho es la puesta en practica de los intereses de grupos, organizaciones, multinacionales y lobbys de presión que ejercen una influencia en el legislador alejandolo de la realidad.

    Quizás la mayoria de los problemas que padecemos vengan por ahi, aquello de que el poder emana del pueblo pasó a mejor vida, el verdadero poder emana del poder económico que ha invadido con su mano invisible la razón de los legisladores. Todo tiene que ver con el Derecho, nada se mueve sin que el Derecho no esté presente, no en vano y no por casualidad esto es un Estado de Derecho, no es un Estado ético ni filosofico, ni religioso, ni humanista y ateniendonos a eso quedarían fuera del juego del Derecho, aspectos de la vida que creo que están muy por encima del mismo, más cuando el Derecho se ha convertido en un engendro legal donde resolver de manera imperfecta los problemas de la sociedad.

    Volvemos de nuevo a la busqueda del hombre libre que solo con su convicción romperá las barreras que lo atan y a las que el Derecho ayuda pues no es más que un vehiculo de organización social en torno a intereses y con Códigos hechos a medida del oligopolio dominante, la casta politica y el derecho van de la mano, por encima están la ética y la moral pero estos elementos quedan fuera del Derecho, asi lo inmoral no es delito porque solo la casta dominante ha creado un espacio blindado e impune donde el Derecho nada tiene que ver, sin embargo cuando lo inmoral acude a los espacios más bajos, a los ciudadanos sí se convierte en delíto, ahi si actúa el Derecho.

    Por lo tanto, inmoralidad y delito deben ser la misma cosa, no obstante la mayoria de los casos de corrupción que asolan a nuestro pais tienen más que ver con la inmoralidad que con el delíto, asi en las castas dominantes un señor se puede hacer multimillonario en una legislatura sin cometer ningún delito, cuando el pueblo se pregunta ¿Porqué un politico al que yo elijo para que me represente y por lo tanto haga crecer mi bienestar social, acaba ocurriendo lo contrario? ¿Porqué si ha incumplido aquello para lo que fué elegido no es sancionado? Sencillamente el Derecho, la pantomima del Derecho no recoge nada que pueda afectar a este tipo de cosas, se ha quedado en un estadio inferior que no altera para nada un espacio de impunidad donde viven los sinverguenzas con su blindaje.

    El Derecho se erosiona cuando no recoge todas las demandas de los ciudadanos y no solo cuando no las recoge sino cuando no las detecta, porque en una sociedad dormidad el Derecho tiene que actuar de revulsivo y no como mero comparsa espectador de lo que nunca podrá detectar por esa apatia y falta de iniciativa de los ciudadanos. Saludos.

    1. Meizoso

      @superviviente,
      Chapeou, amigo.

      Totalmente de acuerdo con tu lectura. Me pregunto qué posibilidades tenemos de poder separar el Derecho del Sistema de poder para que deje de corromperse. Tenemos alguna opción? Cual es el primer paso?.

  4. JS

    La lucha por el Derecho es la reacción contra la injusticia, la rebelión frente a la arbitrariedad y contra las inmunidades del Poder y por eso no sabe de legitimaciones individuales. Es un deber de todos para con la especie. En eso radica, junto con el pensamiento, la dimensión revolucionaria del mismo Derecho como factor de cambio, tanto en lo individual como en lo social.

    Y hoy, por cierto, hablando de intereses en pugna, se debate en el Congreso la enmienda antiblindajes. Ese es un caso en que la lucha por el Derecho sólo admite una postura.

    1. Meizoso

      @JS,
      Te pregunto lo mismo que a «superviviente» JS, qué podemos hacer para que algo tan obvio como que el Derecho no debe mezclarse con el poder político y debe ser un órgano totalemente autónomo y más cercano a las necesidades del pueblo que a las necesidades de la cúpula de poder se ponga en práctica? ¿Cómo es posible que aún haya personas que estén exentas al Derecho? ¿Qué está en nuestra mano para que quepa la posibilidad de que eso cambie?

      PS: Quizá lo peor de todo es que han llegado a tal desaguisado en las cúpulas de poder que ya ninguno tira de la manta del otro…, así que ninguno atiende a Derecho no sea que mañana hagan lo mismo con él…. o si no quién se explica que Aznar no tirase de la manta de Felipe González?

    2. be

      @JS,

      Hola JS, el Derecho se ha convertido en la mejor arma arrojadiza a favor de los intereses económicos y políticos, en ocasiones acogiendo además los intereses generales, pero en otras muchas dejando en entredicho el bien de la generalidad para acoger la conveniencia del poder.
      Y para muestra un botón: La aprobación al fin de la eliminación de las claúsulas de blindaje con el apoyo de CIU, que se encuentra en prevísperas de elecciones. Acertásteis con vuestros vaticinios en este Foro. (Se salvaron las no cotizadas, algo es algo).
      Suscribo la expresión vertida por ILandero de ser un enamorado del Derecho Romano. Su sentido pragmático-consuetudinario-filosófico no tiene parangón en el Derecho actual. Hoy es habitual ensuciarlo con partidismos e intereses ajenos a su verdadera esencia. Es mi opinión…

  5. juanarmas

    Gracias I Landero.

    Ayer se comentaba sobre la Iglesia y la Justicia. En ambos casos -frente al ambiente ritualístico y las herramientas de su labor-, está ante todo la intención del ser humano que decide voluntariamente ejecutar tales acciones y el rol propio de su oficio. En ese sentido, como en casi todo lo que depende de la acción humana, lo que distingue -humilla o ennoblece- es la intención, por encima incluso del resultado de nuestra labor. El Derecho no es una excepción.

    Cierto que el Derecho tiene esa visión de veleta que guía los vientos de la Justicia. Cierto que hay abogados que han pagado con su muerte o su desgracia la defensa de lo que para su interpretación significaba la decisión justa. Pero también es cierto que el Derecho es el medio por el que se enriquece en algunos casos -lamentablemente, no pocos-, a costa de la miseria o la necesidad ajena.

    Ni culpables ni inocentes. Las luces y sombras suceden. Como todo.

    Buen día.

  6. Pitigrilli

    La lucha por el Derecho.

    Tras leer y reflexionar sobre el post del compañero de Blog I. Landero,y seindo como soy un lego en materias jurídicas; me permito disertar sobre la misma, basándome en una acepción de esa palabra-léase Derecho-, que contempla el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua…. «Facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor, o que el dueño de una cosa nos permite en ella».

    Si analizamos esta acepción, y sobre todo el final de esta definición; creo que queda bastante claro el uso o posible uso de la misma; en un País en donde la filosofía de Montesquieu es recordada, aunque no practicada en muchos lugares respetables.

    Desde mi camino del medio.

    1. Hipocampo

      @Pitigrilli,
      El Derecho que tenemos es ese que permite que seas libre con 20 años en caso de ser condenado por cometer un crimen a los 15? Seguro que hay más de una madre y padre esperando a que alguien les ayude a entender cómo puede ser eso…
      Volvemos a lo mismo… No queremos enfrentar lo que somos, ni nos interesa hacer el esfuerzo por discernir aquellos casos que tienen solución de los que son casos patológicos para abordarlos adecuadamente y evitarnos tanto sufrimiento.

      Las religiones nos separan, cuando deberían hacernos mejores y ayudarnos a ser mejores personas y a estar más unidos, a dar valor a las diferencias, a enriquecernos con ellas. Pero no, todo lo institucionalizamos. Necesitamos hacerlo. No sabemos convivir sin institucionalizarlo todo! Jerarquizamos, nos encanta hacerlo. El poder…

      Dogmas, ideas impuestas, ideas copiadas. Miedos, muchos miedos. Miedo a ir por el mundo con tus propias ideas porque es inevitable que te tilden de loco. Miedo a no ser lo que nuestros allegados esperan de nosotros (padres e hijos y…) , a no ser lo que nuestros colegas de trabajo esperan de nosotros, Sólo dejándote de importar lo que tus semejantes piensen de ellas.

      Las ideas, los ideales… Los medios y sus intereses… Las grandes corporaciones… La Iglesia

      Y el Derecho es la única esperanza de justicia que muchos tenemos pero nos están enseñando que Derecho no es sinónimo de Justicia. Desde el momento en que se contamina con otros intereses, nos lo estamos cargando. Y eso sí que es grave para el individuo y para la sociedad.

      Pero Piti, no hay que rendirse. Hay que organizarse!!! Y hacer, hacer, hacer, todos los días un poco. Y se logran resultados que revierten positivamente en la sociedad. Es tarea ardua, frustrante pero sólo a momentos 🙂 hay muchos más en los que reconforta. Te acuerdas de «Contamos contigo», pues eso.

      Y de inmediato, es crucial aprovechar TODOS los encuentros para abordar cuestiones que en estos momentos son urgentes y sobre las que todos deberíamos tener criterio. Asi es que ya te puedes anotar los puntos que te parecen a tí urgentes e imprescindibles para que arranquemos de una vez. Un abrazo

      1. Pitigrilli

        @Hipocampo, Estimada amiga Hipocampo: Tenía preparados para Mayo, dos días para realizar un encuentro con temas puntuales y personas expertas para desarrollarlos. ¡Créeme!.

        Hoteles a precios de amigo en temporada baja, restaurantes a 15 euros con copa adicional, temáticas programadas con el fin de enriquecer y aglutinar personas en una sinergia positiva, risas, cantos, chistes adicionales…etc…pero de momento, mi gata ha decidido aplazar ese evento/confraternización.

        Se lo mucho que vales…personas como tu hacen falta a docenas…a cientos. Espero que los nimbos dejen paso algún día a cielos repletos de luz y sol.

        Permíteme un enlace musical dedicado a lo mucho que vales como Ser humano y a esa sonrisa que siempre sueles lucir:

        http://www.youtube.com/watch?v=_Il4gNHiaa0

        Desde mi camino del medio.

        1. Hipocampo

          @Pitigrilli,
          Para no molestar aquí, te perseguiré por otros medios. Porque los nimbos están y dejan de estar, y vuelven a estar… tú ya sabes que no podemos depender de la climatología, no! Sería un error.
          Everywhere you go, always take the weather with you! Eso dice una canción. No se me ocurre ninguna que regalarte después de la maravilla que me acabas de dedicar. Qué gusto tan exquisito tienes, estimado Piti!

  7. heliodoro1789

    Don Quijote era un caballero andante (un personaje real, de carne y hueso natural de la Argamasilla, campo de Caltrava, hoy provincia de Ciudad Real) que defendía el derecho de la «edad dorada» y así lo pone de relieve en su discurso del mismo nombre. Era un luchador por el derecho natural de la humanidad y por esto soltó los 12 galeotes que iban atados y condenados sin haber aceptado voluntariamente sus castigos.
    Ihering es el jurista más lúcido que ha escrito sobre el origen y la dinámica del Derecho. Pero Ihering ha creyó que la lucha por el derecho era una lucha entre fuerzas antagonistas, el derecho y la arbitrariedad. Y es más complejo. Es la lucha de la naturaleza (el derecho, la razon, la justicia en el sentido humano) contra su contraria, la perversion y la depravacion. Pero esa lucha tiene un cauce preestablecido, una especie de marco de circunstancias no visibles, el cual hay que conocer para saber si una lucha puede fructificar en el tiempo o es solo un peldaño para una obra futura. Porque a veces la lucha por el derecho es un trabajo en favor de los que aun no han nacido y no es la catedral sino solo un par de piedras. La gente de ahora no es «pacifista» sino «aborregada» (beeeeee) que es distinto, eso se debe a que el género humano hace milenios que perdió el norte y anda descarriado de su redil, la Naturaleza. Atraer la paz del derecho exige montar guerras y no pequeñas contra los intereses creados. Hoy esas guerras no se nutren de cañones sino de palabras y de gestos que tienen el poder de cambiar las cosas. Rafael Pérez Escolar, otro de los damnificados del caso Banesto, gran jurista, tenía a la «lucha por el derecho» de Ihering como biblia personal. Y a Don Quijote como un modelo de carácter.
    Para ser un luchador por el derecho hay que ser valiente, tener carácter, estar dispuesto a sufrir ataques sin desanimarse, tener o lograr una mente lúcida e intuitiva para vislumbrar en medio de la polvareda montada por donde está la salida.
    El derecho es el orden racional, la justicia humana, pero ojo, a veces las leyes están infectadas de prevaricaciones e intereses oscuros de los legisladores, que tambien se corrompen, esas leyes deben de ser derrocadas. El derecho es justicia y los tribunales están llenos de jueces injustos y arbitrarios que hacen de su capa un sayo. La lucha por el derecho exige tambien expulsar a esos intrusos del templo de la Justicia. Y cada hombre en este mundo tiene una tarea, no todos han de luchar del mismo modo por el Derecho porque no todos tienen el bagaje necesario para acometer semejante empresa. Pero todos tienen/tenemos el deber de construir humanidad, esa es la lucha genérica de todos por el Derecho, que es como decir, por el imperio de la Razón, la verdadera diosa de la humanidad.
    Ah, y la lucha por el Derecho premia a sus guerreros, a sus huestes, siempre recompensa los buenos servicios aunque parezca todo lo contrario. Pero esto forma parte de la FE DEL LUCHADOR POR EL DERECHO.

  8. mjm

    En mi opinión, lo que diferencia nuestro tiempo de hoy con otros tiempos anteriores, es la evolución constante y permanente de las cosas. El trabajo tiene que ir dirigido a que las Instituciones se adapten a la nueva dinámica. Gracias I Landero

  9. EL ZURDO

    Como dije no hace mucho, sobre la Derecha como categoría metapolítica blindada en su weltanschauung y las derechas como anécdota volátil siempre susceptible de corrupción y autotraición, sólo cambiando una vocal podríamos repetir el distingo entre Derecho, como voluntad categórica de armonizar y desarrollar un proyecto de vida en común, aunando tradición y futuro, y siempre vinculando estrecha, orgánica, monistamente la necesidad y el ideal, y la anécdota de la metástasis de los «derechos», al final caprichos, chantajes morales, arbitrariedades de los ineptos, disfuncionales y mediocres cuando los mejores duermen o se hallan fuera de su tiempo, injustas paridades, discriminaciones positivas que sólo generan futuros pendulazos desde el agravio comparativo…

    Es muy sugerente la coincidencia de esta entrada con la inmediatamente posterior (los titulares de Prensa) porque se complementan y realimentan.

  10. Luna

    Entiendo que una de las palabras claves que apoyen tu artículo es la de Paciencia. Ser pacientes es casi una virtud, un planteamiento de vida que nos lleva a saborear los momentos presentes y a vivir de forma más plena los momentos productivos del futuro.

    Saber esperar ese beneficio de empresa con quietud, sin pretender el “pelotazo” inmediato, sabiendo que el rendimiento positivo dedicado a esos clientes será una repercusión altamente fructífera para nuestra empresa. Sabemos que este planteamiento está presente en la mente de muchos pero no en la acción y creo que a corto plazo es imposible verlo, a medio plazo casi imposible y a largo plazo sí puede que sea posible. Veremos.

    En cuanto a la lucha referida por tu abuela, desde la calma y normalidad, es la que debe “imponerse” en la sociedad y no quepa la menor duda de que contra ese tipo de lucha no hay ninguna organización pacifista que esté en contra.

    Un saludo.

  11. Jose Soler

    Me ha gustado mucho este artículo.
    Sin embargo hay un par de cosas que no comparto:

    1.- La medida del Derecho no es la verdad
    2.- La política del corto plazo no es política (esta cita no es textual)

    En cuanto a la primera, en mi opiniòn, el derecho no puede basarse al nada que no sea verdad.

    Y en cuanto a la segunda, la política del dia a dia, dejando aparte los conceptos expuestos en el artículo del corto y largo plazo, que comprendo y comparto, es sin duda política y de verdad, pues aunque no formara parte de una mira a largo o corto plazo, si demuestra la voluntad que solo se manifiesta en la inmediata respuesta, en la acción política, justo lo que nos falta hoy día, en el que en aras de supuestos beneficios futuros hiptecamos el día a día que es del que vivimos.

    No quiero polemizar con esto, pero a mi modo de ver, lo veo así. Es incluso posible que estemos diciendo lo mismo con otras palabras, me refiero al segundo punto, pero creo que la política del día a día es expresión de la reacción que hoy nos falta.

    En cuanto al primer punto creo que nuestros puntos de vista son radicalemente divergentes, porque yo no concibo un Derecho que no se base, sin excepción, en supuestos veraces, por muy finalista que quiera ser.

    Por la demás, me ha encantado tu artículo, gracias por ofrecérnoslo hoy. Su hubiera un estado capaz de apoyar a un empresario como el que comentas, habría, sin duda, un montón de empresarios dispuestos, no me cabe duda.

    Salu2.

  12. Angel Luis Alonso

    La base ideológica sobre la que se sustentó el Derecho en su creación, es la Experiencia Social. Sólo a traves del tiempo, de las vivencias, se recogen las vicisitudes naturales y las respuestas que la sociedad, en cada momento de la historia, aplica a las distintas contingencias.
    Enfrentarse al Poder cuan Quijote Social, es un deber honesto, enraizado en las aspiraciones de la gran mayoría de la sociedad que, hoy dormida, o aletargada, o cegada, o subliminalmente manejada en su intelectualidad, no parece apreciar la necesidad de un gran cambio.
    Quizá, como bien articula el señor Landero, el Derecho sea la piedra sobre la que asentar las nuevas «Tablas de Moises», que hagan posible tan necesario cambio. Aún así, dándose este hecho, tan importante como el principio del derecho, es la aplicación justa y equitativa del mismo, a la vez que a tiempo. Por lo tanto no significa nada cambiar la Ley, el Derecho, si no se cambian las estructuras de poder y las formas de ejercitarlo. Si no se dan las igualdades en las formas, el derecho sirve tan sólo a los intereses de los que ostentan el poder de modificarlo, no a los intereses de todos. Se dice en el artículo que «solo el derecho puede acabar con el egoísmo de unos particulares». Insisto en que no solo el derecho, sino su aplicación mediante las formas, las personas y el tiempo. Y en ello se mide en gran manera, la dignidad y el respeto de un pais. Un poder Judicial, nunca, jamás debería tener nada que ver con el Político, porque se pierde en su esencia, ya que el político puede modificar la Ley que el derecho debe aplicar, y esto crea una combinación de relaciones harto difícil de manejar si no es desde una posición interesada e individual o partidista.
    Hoy tenemos muchos ejemplo de esto. Ayer se cumplió el aniversario de la famosa frase «La Justicia es un cachondeo», que ya entonces lo era, en mayor abundancia hoy.

  13. crodrima

    Gracias por la exposición, me quedo con la frase » Toda modificación de las normas jurídicas exige una lucha contra los intereses en presencia»

  14. jtamames

    Gracias por tus elaborados trabajos.

    El derecho como progreso humano: indudable. Siempre hay que recordarlo. Y hablar además del arte del derecho que puede ayudar al hombre en su difícil devenir en la tierra. Algo se ha avanzado a pesar de los surcos.

    La crisis de valores: incuestionable. Pero añado que hoy hay una cierta consciencia de esta crisis: esto es bueno. Antes probablemente había crisis de valores pero se metía todo bajo la alfombra. En tiempos de mi abuelo materno, en la mesa no se hablaba. El que hablaba recibía un bofetón sonoro y doloroso. No eran tan buenos esos valores…. Ahí está el siniestro film “La cinta blanca”, Alemania en 1914.

    Tu admiración por los hombres valientes es algo que creo muchos compartimos en este foro. Ejemplos son Rathenau, Churchill, también Mario Conde. Estoy de acuerdo, pero cuidado con los que ven todo bajo al óptica del apaciguamiento de Chamberlain (Vietnam, invasión de Irak).

    ¡Sigamos!

  15. EOLO

    Las leyes que regulan nuestras convivencias, van siempre por detras de los problemas humanos. Suelen llegar tarde y mal.
    La vida es lucha, que gran verdad, luchar es vivir. El mal endemico esta en que este pais como otros muchos, existen poderes muy fuertes que los que somos «pequeños» ciudadanos de a pie no llegamos a ver ni tan si quiera en el horizonte mas cercano. Nuestros politicos adaptan las leyes a su conveniencia y campan por tierra del derecho a su libre albedrío como caciques de un tiempo pasado. Los ciudadanos solo tenemos un punto fuerte y es la democracia, aunque esta sea un poco «light». Denunciemos las injusticias, digamos en voz alta todo lo que otros nos roban de las arcas publicas y pongamonos a trabajar en la casa del «ahora». El silencio nos dara todo lo demas. Paz y serenidad necesarias para momentos de crisis, paz y serenidad para pensar, para reir y mirar el presente como el camino necesario para empezar cada dia algo nuevo que ayude a la convivencia con nuestros semejantes.
    Mientras aprendemos a caminar, no olvidemos sentirnos parte de este planeta y del mas alla.

    Le hablo al viento.

    EOLO
    uuuuuuffff

  16. Bgrial

    Hola,

    La ley del más fuerte económicamente y no la ley de la mayoría social la propició la propia sociedad de manera egoísta, buscando su propio interés. Quizás más de uno de nuestros políticos crean que son Quijotes y nos quieran hacer creer que hay gigantes dondo sólo hay molinos, tampoco Quijote se libra de nuestras egoistas interpretaciones. A España o al espíritu español , le pasa lo mismo tanto se es un héroe como un villano, a veces positivo y a veces negativo. Cuando hablamos de un posible pacto de Estado, podría haber sido una gran oportunidad para sentar bases de política a largo plazo en la que deberíamos estar todos implicados por »derecho».
    No falla el sistema sino el hombre que al final es comido por sus propias creaciones. ¿Está España preparada para coger las riendas o podemos caer en una anarquía real? Cuando digo esto me refiero a que a veces creo que deben desaparecer »x» generaciones para seguir avanzando (quizás la mía estea entre estas generaciones pero sin estas generaciones ¿se podría llegar al fin? al final, estamos haciendo camino andando)
    Saludos

  17. Nacho Rivera

    Muy buen artículo.

    Me quedo con lo de volver a la educación, pero esta vez encaminada en la cooperación y el bien común. Entonces el buen derecho sería mera anécdota. Y la lucha una excepción.

    Convirtámonos en grandes hombres en nuestros pequeños ámbitos…

    Un abrazo.

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