Tolerancia, una sociedad con principios

      51 comentarios en Tolerancia, una sociedad con principios

Rafael J.

Es de sobra, por todos conocido y, además está de moda, la inclusión de la palabra Tolerancia en los eslóganes de la mayoría de fundaciones sociales, asociaciones contra esto y para lo otro y en la mayoría de los círculos socio-liberales que se mueven en nuestro país y casi en el resto del mundo.

Es una palabra muy bonita, tanto, que en términos generales pudiera parecer utópico su significado. Realmente usada y valorada por todo el mundo.

Sin embargo, creo que es una pena, que palabras tan importantes como esta se usen con frecuencia de una manera muy frívola y muy poco inteligente al no comprender que esta palabra alberga mucho, porque al igual que una hoguera no arde sin leña, sin una chispa y sin oxígeno que alimente esa combustión, la tolerancia tampoco será posible a secas, sin unas condiciones anexas, sin otras virtudes compañeras. Sería en definitiva, intentar hacer fuego sin leña, sin oxígeno o sin tener en cuenta que llueve.

Parece ser que se nos olvida que el entorno, el perímetro, las circunstancias, harán posible esta tolerancia y harán que hablemos de varios niveles, de varias maneras.

En sí misma, esta tolerancia no es nada. No es más que ser permisivo y pasivo con todo lo que ocurra a nuestro alrededor, con todas las personas y con todo lo que acontezca a pesar de nuestras ideas. Es caer en un pasotismo real y obligado, en un despotismo, en una falsedad y en una utopía eso sí, muy bien vista.

No nos engañemos, a diario se nos escucha que no toleramos cierta actitud del vecino, o cierta decisión de un político, no toleramos esto o lo otro, pero sí toleramos muchas otras cosas porque están de moda o porque el sentir general dice que hay que tolerar a cierto tipo de personas o actitudes. Es la época donde menos se tolera y menos se comprende.

Para hablar de tolerancia, hay que entenderla con todos los condicionantes,  todas sus propiedades y todas las virtudes anexas que necesita ese concepto, y no quedarnos solamente con su significado semántico.

Al hablar de tolerancia, es inevitable para mí hablar también de principios, de responsabilidad y de valores. Cada cual que tenga los suyos, es un terreno personal y privado en el que espero no cometer el error de entrar, pero hay que tenerlos. Si no, ¿Qué criterios y argumentos tenemos entonces? No tiene sentido tolerar por tolerar, Primero hay que saber donde estamos y para ello hay que definir que valores nos mueven y que principios defendemos. Solo así, podremos en base a ello, establecer en nosotros mismos una tolerancia real, generosa y bien argumentada, que seguro será responsable y a la cual seremos plenamente fieles.

Como es de entender, ni todo es tolerable, ni todo es tan fácil como nos quieren hacer ver con tantas campañas.

El sentido de la responsabilidad en una sociedad disgregada y transigente, es fundamental para llevarla a una sociedad más cohesionada y coherente. La responsabilidad es el verdadero argumento clave y de peso para el entendimiento verdadero de la tolerancia. Toda decisión lleva consigo un haz de responsabilidad ya que todos los actos del ser humano tienen consecuencias. No concibo una sociedad o un país disgregado  siendo tolerante desde esa tolerancia falsa y sin ese sentido responsable. Serán como mínimo, sociedades y países condenados al desastre en los cuales triunfa la voz del “TODO VALE” que además carecerán de ideologías, de principios, de valores y de libertad.

Es por ello, que al pensar en la tolerancia, debamos hacerlo pensando en un todo, en una estructura irrompible por la que al ser tolerantes estemos obligados a ser responsables, a defender nuestras ideologías, nuestros valores, derechos y principios de una forma coherente y sobretodo libre.

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51 pensamiento sobre “Tolerancia, una sociedad con principios

  1. Lorenzo

    Igual que las cosas se hacen porque sí en esta sociedad actual, ya no hay vocación para ser médico, abogado, profesor, etc. tampoco tenemos la disposición social de ser tolerante. Es más que una cualidad humana o cívica, es un fundamento adquirido después de trabajarse interiormente. Un día hablándole a mi amigo Jaspe le dije que La Tolerancia se lleva o no se lleva, pero también nos la podemos crear trabajándonos a nivel individual o grupal. A lo cual él me contestó:
    “La tolerancia es la llave civilizadora del Alma. Emerge con el impulso superior en la naturaleza del Amor manifestado. Es, la fraternidad espiritual entre las generaciones que construyen un destino común, compartiendo su Luz en términos de igualdad, respeto mutuo y solidaridad. Cuando estos conceptos trascienden en la realidad emergente de cada día, y los seres de la civilización se reconocen mutuamente en la influencia maestra de la soberanía superior, sobreviene la fortaleza espiritual que se da en la toma de conciencia del vínculo sagrado e indisoluble que hay entre el átomo simiente, la creación y Dios.
    Si construyes en la satisfacción de fusionar cada vez más armoniosamente tus convicciones personales con las obligaciones familiares y comunitarias, abrirás tu corazón a una concepción magistral de solidaridad colectiva basada en la lealtad, la justicia, la tolerancia y el amor. A cambio, obtendrás el privilegio y la facultad de recrear el entorno, proyectando tu vida hacia nuevas oportunidades. La tolerancia nos da la oportunidad de soportar las peores tormentas. Sin tolerancia nos frustramos porque cuando las cosas no salen como queremos no permitimos entrar los beneficios de la tolerancia en la flexibilidad, amplitud, y variedad de cada situación.
    Tienes abundante campo de oportunidad para desarrollar a pleno todos aquellos nobles rasgos y emociones altruistas que imperan en el ejercicio de la tolerancia, en favor de aquellos congéneres desafortunados y necesitados que aunque no han perdido irreparablemente su herencia moral ni destruido para siempre su derecho espiritual de nacimiento, van a tientas en la tempestad de la ignorancia.
    Ten presente que las marcadas diferencias de criterio que aparecen en las comunidades según el nivel social de convivencia y, de acuerdo a los grupos originados dentro de cada comunidad, son esenciales para el desarrollo de la tolerancia Humana. Recuerda que en la creación, nada es azaroso, todo es pureza en la asimetría mental, espiritual y divina.”
    -Un pensamiento simiente muy antiguo dice así:
    “Ten presente, que la tolerancia es el sello distintivo de un Alma grande”

  2. BORJA

    «Es por ello, que al pensar en la tolerancia, debamos hacerlo pensando en un todo, en una estructura irrompible por la que al ser tolerantes estemos obligados a ser responsables, a defender nuestras ideologías, nuestros valores, derechos y principios de una forma coherente y sobretodo libre»…

    En mi opinión ese todo al que te refieres es el Ser Humano, por el que ser responsables defendiendo nuestros principios y valores de una forma coherente y libre.

    Pero cuán fácil de escribir y cuán difícil de hacer.

    Ser responsables actuando en favor del interés general obliga a un esfuerzo personal para con la sociedad. Un darme a los demás de forma desinteresada.

    Defendiendo unos principios y valores que deben ser sólidos en el interior de cada individuo, inquebrantables al egoísmo, a la avaricia, al lo mío.

    De forma coherente y libre. Sólo abandonando mis cosas y fortaleciendo la persona desde el interior se mantiene la coherencia y la libertad

    EN FAVOR DE ESE TODO QUE ES EL SER HUMANO. Existiendo al ayudar en su existir a los demás.

    Solo existiendo al ayudar con nuestro existir a los demás nos desarrollamos como Seres Humanos fortaleciendo la sociedad en la que vivimos en beneficio del Ser Humano.

    1. BORJA

      …fácil de escribir y difícil de hacer, pero enormemente gratifiante cuando se hace.

  3. Pau Llanes

    Estimados Mario Conde y demás contertulios de este Foro… vuelvo a leeros tras el paréntesis veraniego y a participar en los debates. Aquí sigue lloviendo… llueve sobre mojado.

    Buen artículo, sí señor, acerca de la tolerancia y la desemantización de la misma palabra como de la actitud que debía representar. Es uno más de los efectos de lo “políticamente correcto”, la banalización de los conceptos y las ideas sociales en la posmodernidad, el adoctrinamiento “pseudo” socialdemócrata, su falta de profundidad y compromiso…

    Cuando se pide tolerancia, en realidad habría que exigir comprensión… No es lo mismo, por supuesto… Rafael ha dejado bien claro que lo primero que uno debería es conocerse y comprenderse a sí mismo, definir sus coordenadas existenciales e ideológicas, y no sólo sus “simpatías” partidistas o sus fobias o tropismos, a menudo tan simplones y superficiales.

    Coincide este artículo con el estado de opinión tan ramplón que reconozco en España tras el anuncio de tregua unilateral que ha anunciado ETA y que ayer MC invitaba a debatir… He leído todas las aportaciones con algo más que curiosidad y debo confesar que la mayoría me han parecido carentes de utilidad para cualquier nueva situación que se derive. Siento decirlo; espero disculpéis mi crítica… Creo que hay que empezar a valorar nuevas posibilidades más allá de la justa y airada reclamación contra ETA, intransigentes e intolerantes, por supuesto, desde principios democráticos y sobre todo humanistas, contra la violencia en sus modos más totalitarios y terroristas… Pero eso no quita que debamos intentar, imaginar, alguna solución, otros escenarios… ¿Qué hacer?

    Recomiendo a todo el mundo que quiera reflexionar sobre la violencia totalitaria ––por ejemplo la violencia terrorista como brazo armado del fanatismo–– que lea o relea a Hannah Arendt, sin duda una de las mentes más lúcidas del pensamiento moderno, analista crítica de la violencia y sus avatares durante el siglo pasado, sobre todo del nazismo; ella misma una de sus víctimas perseguidas, y no sólo como judía…

    Dice Arendt que mucha gente opina que no se puede luchar contra el totalitarismo sin comprenderlo: “Afortunadamente, esto no es cierto; si lo fuese, nuestro caso no tendría esperanza”… Tampoco comprender es perdonar, que sería algo así como deshacer lo que ha sido hecho, partir de un nuevo comienzo donde todo parecía acabado y sin solución… Aunque la reconciliación sea inherente y sucesiva a toda comprensión, esto no significa necesariamente perdonar. El perdón no es la condición previa ni la consecuencia inevitable de comprender. Se puede comprender aun sin perdonar; y perdonar aun sin comprender… Perdonar es una decisión individual o colectiva que no requiere mayor compromiso que ser valiente y generoso sin exigir otra contrapartida… Sin embargo comprender requiere un mayor esfuerzo, no tiene fin, no produce a corto plazo efectos evidentes en el otro, en las posiciones del otro. Comprender es un proceso complicado, es un acto sin final, en constante cambio y desde variadas perspectivas, por medio del cual aceptamos la realidad y nos reconciliamos con ella; es decir, intentamos sentirnos a gusto en el mundo pese a nuestra incomodidad, señala la filósofa… La comprensión es un modo específicamente humano de vivir, de reconciliarse con el mundo, de aprendizaje permanente que comienza en nuestro nacimiento y finaliza con nuestra muerte, por otra parte anunciada… En palabras de Hannah Arendt: “En la medida en que la aparición de los gobiernos totalitarios” ––o la violencia terrorista como expresión del fanatismo nacionalista, por ejemplo–– “es el acontecimiento central de nuestro mundo, comprender el totalitarismo no supone perdonar nada, sino reconciliarnos con un mundo en el que tales cosas son posibles”…

    Mucha gente bienintencionada cree que se puede combatir con la palabra. Pero las armas y el combate pertenecen a la esfera de la violencia, y ésta es muda… La violencia empieza allí donde el discurso acaba. Concuerdo con Hannah Arendt en que “las palabras usadas con el propósito de combatir pierden su cualidad de discurso: se transforman en clichés. La difusión con la que los clichés se han introducido subrepticiamente en nuestro lenguaje y discusiones cotidianas nos puede indicar bastante bien no sólo hasta qué punto nos hemos privado de la facultad del discurso, sino además hasta qué punto estamos dispuestos a usar medios violentos más efectivos que los malos libros con los que resolver nuestras disputas”… El adoctrinamiento fanático ––el de unos y otros que se combaten––, su intransigente posicionamiento, sus clichés verbales, sus afirmaciones maximalistas, son paradójicamente una perversión de esa vana idea de “comprender al otro” para combatirle con sus propias armas… No es esa la comprensión que reclamo, sino la que surge espontánea en nuestro intento de reconciliarnos con el mundo que nos toca vivir, padecer y/o disfrutar, en el que participamos y hacemos algo más que sobrevivir… cada uno a su manera, voluntaria o forzadamente, con mayor o menor responsabilidad.

    El adoctrinamiento (fanático) y el enrrocamiento en posiciones siempre defensivas, deliberadamente “autistas”, introducen el factor de la violencia en toda la esfera de la política… Al final serán los fanáticos, los unos y/o los otros, da igual, los que triunfarán sobre el sentido común, la lógica humanista, la efectiva reconciliación, sobre la necesaria pacificación de las conciencias… No deberíamos dejarnos arrastrar pues por uno u otro fanatismo, interdependientes, moralmente corresponsables del círculo vicioso de la violencia…

    Sin embargo, no podemos aplazar nuestra lucha contra el terrorismo-totalitarismo hasta que lo hayamos “entendido”, porque no lo haremos, “y no podemos esperar comprenderlo definitivamente, hasta que no haya sido definitivamente vencido”, afirma categóricamente Arendt… “La comprensión de los asuntos políticos e históricos, en cuanto que éstos son tan profunda y fundamentalmente humanos, tiene algo en común con la comprensión de las personas: sólo conocemos quién es esencialmente alguien tras su muerte”… Es decir, hay que acabar con la violencia terrorista mientras se la comprende, mientras nos reconciliamos con nuestro tiempo, con este estado de violencia generalizada que es el mundo actual, mientras medimos nuestra capacidad de perdonar, nuestra valentía para tomar tal decisión… Es por ello que nuestra primera exigencia debe ser que los cuerpos de seguridad del estado actúen eficazmente, sigan su trabajo, y los jueces actúen según la ley contra esos delincuentes, sean cuales sean sus pretextos nacionalistas…

    ¿Entonces, a qué tipo de comprensión se refiere Arendt? La pensadora alemana nos recuerda aquellas palabras del Rey Salomón que pedía a su dios “el don de un corazón compresivo”… (el mayor regalo que el ser humano puede pedir y desear). “Salomón pedía este don particular porque era rey y sabía que sólo un “corazón comprensivo” y no la mera reflexión o los meros sentimientos, hace que nos resulte soportable vivir en el mismo mundo con otros, que son siempre extraños para nosotros, y que también a ellos les sea posible soportarnos”, considera Hannah Arendt… Como concepto moderno, actual si se quiere, Arendt identifica ese don del “corazón compresivo” con la imaginación… (que no con la fantasía, que es algo relacionado con sueños y delirios). La imaginación no es algo irracional, por supuesto, es sólo ver las cosas, o al menos intentarlo, de otra manera, bajo otras condiciones y posibilidades. Al respecto, Hannah Arendt nos brinda una reflexión realmente estimulante, esperanzadora, de cómo reconciliarnos con nuestras más graves realidades, y superarlas con convicción: “Sólo la imaginación nos permite ver las cosas en su adecuada perspectiva, nos permite ser lo bastante fuertes para poner a cierta distancia lo que nos resulta demasiado próximo, de tal manera que podamos verlo y comprenderlo sin predisposición y prejuicio, y ser lo bastante generosos para salvar los abismos que nos separan de todo lo que nos resulta demasiado ajeno, hasta que lo comprendemos como si fuesen nuestros propios asuntos. Este alejamiento de algunas cosas y este acercamiento a otras, forma parte del diálogo de la comprensión, para cuyos propósitos la experiencia directa establece un contacto demasiado próximo y el mero conocimiento levanta barreras artificiales… Sin este tipo de imaginación, que en realidad es la comprensión, no seríamos capaces de soportar nuestra carga en el mundo. Es la única brújula interna que tenemos. Somos contemporáneos tan sólo hasta donde nuestra comprensión alcanza. Si queremos sentirnos a gusto en este mundo, incluso al precio de sentirnos a gusto en este siglo, debemos intentar tomar parte en el interminable diálogo con la esencia del totalitarismo”… ––que no es otra que la violencia indiferenciada, ejercida mecánicamente, automáticamente, sin imaginación, es decir sin comprensión de las víctimas, sin compasión ni empatía, despojados absolutamente ante sus ojos y conciencias de toda cualidad humana, como alimañas…

    En fin… La decisión de ETA tiene que ver con sus propios problemas como organización, sus perspectivas de futuro ––individuales y colectivos––, su esperanza de vida, su calidad de vida (por decir algo)… sus dudas (que seguro las tienen). Nuestras consideraciones poco tienen que ver con sus problemas ni con sus perspectivas ni con sus esperanzas o dudas existenciales e ideológicas. Las nuestras son consideraciones éticas, cívicas, incluso justicieras, en todo caso humanas, demasiado humanas; las suyas oportunistas, falacias para sobrevivir frente el acoso policial, alivio a su estrés durante años… Pero la noticia es positiva, al menos como declaración de intenciones, aunque ensucien la palabra “democracia” con solo pronunciarla. ¿Qué hacer? ¿Cómo entender y sentir esta nueva situación? ¿Seguimos el monólogo de sordos, de ciegos deslenguados, de una y otra parte, o vamos en serio hacia el fin de la violencia armada etarra?

    Qué hacer pues ante esta nueva situación ––creo que inexorable… Desde luego, por mi parte, no confundirme ni diluir en tales fanatismos, unos y otros, en sus politiquerías… Y desde luego estar alejado de toda tentación de venganza. Intentar comprender, por ejemplo, imaginar creativamente otras soluciones… ¿Por qué no? Por algo hay que empezar a cambiar, ¿no?

    Saludos desde el otro lado… Pau Llanes

    1. wufi

      Sr Pau Llanes:
      Hay una serie de decisiones que hay que afrontar y que dejan poco margen a la creatividad:
      -¿Se permite que el entorno etarra vuelva a los ayuntamientos?
      Creo que solo hay dos posibles respuestas; SI ó NO, no hay margen para ninguna creatividad
      -¿Cómo consideramos a los presos etarras?
      Tampoco hay mucho margen de maniobra para la creatividad, ó presos comunes ó presos políticos.
      -¿Permitimos que las víctimas de los etarras sigan sufriendo la el acoso del entorno radical o no lo permitimos?
      Ó permitimos que los radicales dibujen una diana en la puerta de una vivienda ó no lo consentimos
      -¿Qué hacemos con ETA ahora que está tan débil?
      Le damos la puntilla y acabamos con ella o dejamos que coja aire.
      -Otros temas como el acercamiento de presos, algunos beneficios penitenciarios, reinserción de los que no tengan delitos de sangre, acabar con el adoctrinamiento en el odio, etc. si que admitirán alguna solución creativa, generalmente la Democracia es bastante benevolente con los que la atacan.

      Me parecen estupendas y hasta necesarias las divagaciones filosóficas sobre los temas importantes pero estas divagaciones no se pueden alejar mucho de los asuntos prácticos porque entonces sí que se convierten en discursos estériles que no ayudan a resolver los problemas reales
      “Buscar otras soluciones más creativas” sin decir cuales me parece más inútil que argumentar a favor o en contra sobre las decisiones que han de tomarse irremediablemente tarde o temprano.

      La tolerancia no se puede cuantificar, no se puede decir que una persona o grupo es más tolerante que otro, o se es tolerante o no se es, pero una relación de tolerancia sin reciprocidad está abocada al fracaso y no veo yo al mundo radical muy tolerante con los que no lo son.
      “Cada cual es como Dios lo hizo y con frecuencia peor”.( Miguel de Cervantes)

      1. Pau Llanes

        Sr. wufi

        En primer lugar, no creo que de mi texto o de las citas textuales que en él puede encontrar de Hannah Arendt se puedan inferir algunas o la totalidad de sus preguntas (que en parte se responde Ud. mismo). A lo mejor el texto es demasiado largo y no he logrado con él lo que intentaba: compartir mis reflexiones, hacer reflexionar…
        Extraigo del texto algunos fragmentos para que focalice mejor mis propias opiniones:
        “La decisión de ETA tiene que ver con sus propios problemas como organización, sus perspectivas de futuro ––individuales y colectivos––, su esperanza de vida, su calidad de vida (por decir algo)… sus dudas (que seguro las tienen). Nuestras consideraciones poco tienen que ver con sus problemas ni con sus perspectivas ni con sus esperanzas o dudas existenciales e ideológicas. Las nuestras son consideraciones éticas, cívicas, incluso justicieras, en todo caso humanas, demasiado humanas; las suyas oportunistas, falacias para sobrevivir frente el acoso policial, alivio a su estrés durante años… Pero la noticia es positiva, al menos como declaración de intenciones, aunque ensucien la palabra “democracia” con solo pronunciarla. ¿Qué hacer? ¿Cómo entender y sentir esta nueva situación? ¿Seguimos el monólogo de sordos, de ciegos deslenguados, de una y otra parte, o vamos en serio hacia el fin de la violencia armada etarra?”

        “Concuerdo con Hannah Arendt en que “las palabras usadas con el propósito de combatir pierden su cualidad de discurso: se transforman en clichés. La difusión con la que los clichés se han introducido subrepticiamente en nuestro lenguaje y discusiones cotidianas nos puede indicar bastante bien no sólo hasta qué punto nos hemos privado de la facultad del discurso, sino además hasta qué punto estamos dispuestos a usar medios violentos más efectivos que los malos libros con los que resolver nuestras disputas”… El adoctrinamiento fanático ––el de unos y otros que se combaten––, su intransigente posicionamiento, sus clichés verbales, sus afirmaciones maximalistas, son paradójicamente una perversión de esa vana idea de “comprender al otro” para combatirle con sus propias armas”…

        “El adoctrinamiento (fanático) y el enrrocamiento en posiciones siempre defensivas, deliberadamente “autistas”, introducen el factor de la violencia en toda la esfera de la política… Al final serán los fanáticos, los unos y/o los otros, da igual, los que triunfarán sobre el sentido común, la lógica humanista, la efectiva reconciliación, sobre la necesaria pacificación de las conciencias… No deberíamos dejarnos arrastrar pues por uno u otro fanatismo, interdependientes, moralmente corresponsables del círculo vicioso de la violencia”…

        “Sin embargo, no podemos aplazar nuestra lucha contra el terrorismo-totalitarismo hasta que lo hayamos “entendido”, porque no lo haremos, “y no podemos esperar comprenderlo definitivamente, hasta que no haya sido definitivamente vencido”, afirma categóricamente Arendt… “La comprensión de los asuntos políticos e históricos, en cuanto que éstos son tan profunda y fundamentalmente humanos, tiene algo en común con la comprensión de las personas: sólo conocemos quién es esencialmente alguien tras su muerte”… Es decir, hay que acabar con la violencia terrorista mientras se la comprende, mientras nos reconciliamos con nuestro tiempo, con este estado de violencia generalizada que es el mundo actual, mientras medimos nuestra capacidad de perdonar, nuestra valentía para tomar tal decisión… Es por ello que nuestra primera exigencia debe ser que los cuerpos de seguridad del estado actúen eficazmente, sigan su trabajo, y los jueces actúen según la ley contra esos delincuentes, sean cuales sean sus pretextos nacionalistas”…

        “¿Qué hacer pues ante esta nueva situación? ––creo que inexorable… Desde luego, por mi parte, no confundirme ni diluir en tales fanatismos, unos y otros, en sus politiquerías. Y desde luego estar alejado de toda tentación de venganza. Intentar comprender, por ejemplo, imaginar creativamente otras soluciones…

        Ése empezar a pensar en el día después es lo que reclamo ni más ni menos… Salir del círculo vicioso… Dejar de utilizar los mismos clichés, las mismas palabras arrojadizas… Utilizar otras estrategias verbales que las de los violentos y fanáticos… Imaginar, particular e individualmente, otras situaciones…

        Con respecto a sus cuestiones que tienen que ver con “permitir o no permitir”, Sí o No, creo que la mayoría no dependen de nuestro hacer o pensar sino de las leyes, la Justicia y quienes deben reprimir la violencia. Así que dejemos que actúen y hagan su trabajo… ETA es una organización violenta, terrorista, delictiva, ¿no? Pues que sea perseguida y juzgados sus responsables e integrantes… ¿le parece poco?

        Y ahora vayamos a lo que cada uno puede y/o quiere hacer… A hacerse preguntas uno mismo y a contestarse con suficiente sinceridad… Estoy proponiendo acciones individuales, concretas, específicas y apropiadas para cada caso. ¿Por qué no empezamos a imaginar situaciones distintas y pensar cómo actuaríamos personalmente ante ellas? A eso se refieren las palabras de Hannah Arendt… las mías en su nombre.

        Con respecto a los radicales, a los fanáticos, tengo claro que el fin de la violencia “física” no supondrá el fin de la VIOLENCIA ideológica y psicológica que la alentó y sigue dando aire; me refiero al fanatismo nacionalista, a la exclusión del “otro” diferente, al rencor y los deseos de venganza de quienes se sienten herederos del dolor y la humillación en el pasado (lejano o reciente). Es únicamente un cambio de método, una estrategia diferente, ahora parece ser que estrictamente política, no por ello menos violenta o perversa… Y también que esta estrategia política dará pie a una nueva “economía política”, un renovado equilibrio del poder político, de unos y otros, de los que están en él y de los que quieren volver a sus “palacios”… ––ya lo ensayaron antes; hay tantos ejemplos del cómo y para qué… En todo caso, fanatismos políticos, estrategias de poder, intereses ya no tan legítimos, ni por supuesto éticos…

        No olvidemos que las instituciones, quienes las representan, los políticos, luchan entre ellos por el poder o la mayor influencia en la sociedad en donde actúan. Siempre hay individuos que desean ocupar un lugar preferente en ese espacio de representación y poder, para eso luchan e intrigan: bien sea para conquistarlo por la fuerza u obtenerlo por delegación electiva o para conservarlo indefinidamente. Quien conquista u obtiene el poder no se resigna a perderlo. Los individuos y grupos en el poder creen que sólo ellos saben y pueden representar el conjunto de imágenes de lo público que dicen representar. Tras la lucha ideológica por lo posible, bienintencionada en origen, legítima y necesaria, sólo queda la lucha por el poder. Quienes están en el poder, quienes representan el poder, saben que tarde o temprano serán desalojados de estas posiciones tan ventajosas. Los poderosos aspiran secretamente a permanecer en el lugar que creen que les es propio hasta la muerte. Por eso no es de extrañar que con sus acciones puedan provocar la muerte o la destrucción de los demás si con sus pequeñas muertes retrasan o escapan a su propia “gran muerte”, tan mezquina… En el fondo, el poder es un territorio de violencia en donde aseguran su supervivencia e impunidad los fanáticos de la política… Los políticos son fanáticos funcionales… por “estado de necesidad”…

        Es por eso que creo que las soluciones “para el día después” no serán o no deberían ser “políticas” ni “institucionales”. Yo confío más en las soluciones individuales que las colectivas para estas nuevas situaciones. Descreo de los políticos tanto como en los fanáticos de cualquier tipo con exceso de testosterona y emotividad, y qué decir de los nacionalistas fanáticos sea cual sea su bandera… Imaginar, como reflexionar, es una tarea individual… A eso invito…

        Saludos… y gracias por su atención y diálogo…

        Pau Llanes

  4. Isabel

    Bonita palabra ésta de tolerancia… Gracias por el artículo Rafael 🙂
    Para mí es una palabra con mucho significado y que no siempre la aplicamos bien. Pienso que muchas acciones se dejan de hacer en nombre de la tolerancia, cuando es en realidad una carencia de valentía, pues para mí el ser tolerante no quita la facultad de protesta o la lucha por lo que uno cree justo. No creo que todo se deba tolerar, tolerancia sí, pero como todo, dentro de un equilibrio.
    Creo que ser tolerantes es una enorme capacidad de comprensión y que eso solo bien dado cuando existe o por un lado un amor inconmensurable por todo, o por un profundo conocimiento interior de sí mismo, de los demás y de nuestra interactuación con TODO.
    Transformo una frase que esta semana me ronda y se me acaba de ocurrir;
    “Lo difícil no es ser tolerante, lo difícil es ser un tolerante justo”
    Buenos días a todo@s 😉

  5. Socrates

    La tolerancia hoy día es entendida como un leitmotiv de la progresía más rancia, que pretende hacer pasar por válidas y alabables extravagancias y demencias varias. Además, a aquél que se le ocurra contestar al pensamiento único del «todo vale» establecido como dogma de fe, se le acusa inmediatamente de intolerante, fascista o retrógrado.

    Enhorabuena al autor por su oportuno artículo y lúcida reflexión.

    Moraleja: La «tolerancia» es el eslogan de los/as intolerantes.

    P. S.: La situación de buenrollismo memo en la que habitamos en España es del todo, in-to-le-ra-ble.

    1. miguel 128

      Si, yo tambien creo que es una palabra comodin empleada por la corriente «chupiguay» (buenrollismo) que nos gobierna.
      Normalmente se le suele exigir a los demas y no al que la pregona.

      1. Socrates

        Efectivamente Miguel. Los intolerantes siempre suelen ser aquéll@s que si, sólo te gustan las mujeres te insultan con lo de «homófobo»; si se te ocurre decir el refrán: «donde fueres haz lo que vieres» o «de fuera vendrán y de tu casa te echarán» te acusan de «xenófobo»; y que si no toleras la inaceptable y totalitaria intromisión del Estado en tu esfera privada, te tildarán de «intolerante». Un abrazo.

        Moraleja: Vaya paraeta se han montado los del cuento de la tolerancia.

        P. S.: Pero, lo realmente intolerable es que usted y yo no nos hayamos vuelto a tomar otra paella en la capital del Turia.

    2. Inmaculada

      Absolutamente Sócrates, te doy toda la razón.
      Ya sabemos quién puso de moda la dichosa palabrita.
      Llega un momento que, efectivamente, todo es válido y está bien visto y todo eso no dejan de ser más que las ocurrencias de un gobierno, de unas personas, que si no tienen las bases que hay que tener, qué nos van a ofrecer? pues tolerancia por doquier!

  6. Casilda

    Existen diferentes matices entre las palabras: tolerar, transigir, soportar según el grado en que afecte la posición del otro ante nuestras convicciones, las Leyes deben cubrir los aspectos de respeto y convivencia entre los seres humanos. Por lo demás, es tan sólo la Paciencia la que nos llevará a cada uno de nosotros a preparar el campo donde germinará la semilla de las realizaciones espirituales. Una opinión.

  7. Ricardo

    Vivimos tiempos difíciles ; realmente difíciles .
    LLevamos ya dos años largos asisitiendo a un declive terible del plano macroeconómico con consecuencias desastrosas.
    Muchas familias están perdiendo su trabajo , su vivienda y las posibilidades de recuperarlo.
    Estamos asisitiendo a un escenario inusual : Toda una generación de jóvenes que no consiguen su primer empleo y que ya se da por perdida , los Ni-nis ( ni estudio ni trabajo ) que vivián de papá y mamá han pasado directamente al limbo laboral .

    Los trabajadores de más de 40 años que pierden el empleo difícilmente lo van a recuperar ; familias sin esperanza que apenas sobrevivien de las prestaciones sociales y que una y otra vez son engañadas con golosinas de corto plazo por un gobierno incapaz de afrontar el declive.

    Debemos ser tolerantes . Pero volvemos a un antiguo debate : ¿ tolerantes contra lo intolerable? .
    Personalmente creo que la escala de valores de cada uno es proporcionalmente directa al grado de bienestar , es decir, cada uno tiene los valores que se puede permitir .

    Y lamentablemente el asunto está de capa caída .
    Hay muchos , demasiados ejemplos que atentan contra la tolerancia natural .

    Ver al ministro encargado del paro y de la fallida reforma laboral hacer campaña política es algo indignante .

    En los mentideros de la villa como vulgarmente se llama a los cuchicheos , se habla ya de «acople de sillones » , viendo venir el toro mucho alto cargo se está desplazando a situaciones «más cómodas» de cara a una debacle en clave electoral» Las embajadas son fiel ejemplo de ello .

    Como decía Groucho Marx : Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros .

    saludos

  8. eugenio de la cruz silva

    Estimado Rafael:

    El fondo de tu articulo me parece genial ahora bien no creo que el termino que has escogido, “tolerancia” sea el más adecuado.

    Tal como entiendo yo la tolerancia esta es más bien tener la paciencia de soportar algo. La tolerancia se ejerce cuando un individuo se siente superior de otro y le deja hacer una acción que él considera indeseable o molesta , no la comparte, no la considera, simplemente le deja actuar.

    Vamos, para mi tolerancia es la que ejerce mi perra, una labrador robusta, con el caniche de la vecina, que le ladra siempre que la ve, al mostrar una total la indiferencia y no le hacer el menor caso.

    Por eso creo que el término más correcto hubiera sido: respecto

    Es un término en el cual el otro está en posición de igualdad y por lo tanto frente a él puedes ejercer: Miramiento, consideración, deferencia o incluso acatamiento.

    Por lo demás me ha gustado mucho tu artículo.

    Un saludo

    1. Sananda

      Tolerancia = Respeto hacia las opiniones o prácticas de los demás.

      La definición que usted dá sobre la palabra tolerancia,
      la RAE lo situa para su interpretación, -más o menos- en el 5º.

      Cordialmente.

      1. eugenio de la cruz silva

        El jesuita Baltasar Gracian dijo aquello de:

        “ Lo bueno, si breve, dos veces bueno; lo malo, si poco, no tan malo “

        Pero te soy sincero no alcanzo a comprender tu intervención por lo que no se cual de las dos posibles aplicaciones del dicho de B. G. he de escoger.

        1. eva

          Estimado Eugenio.

          Opino que no. La tolerancia no es la paciencia para soportar algo. Eso es, mas bien, aguante.
          La tolerencia va más allá. Es aceptar que el otro también tiene sus razones para pensar de forma distinta a la mía, incluso de escucharle, de ponernos en su lugar, y, si es necesario, cambiar nuestra forma de pensar. La tolerancia no solo debe comprenderse desde el intelecto, también desde el corazón, desde el sentimiento.
          Afectuosamente,

          eva

        2. Sananda

          Perdone si no he sido lo suficiente clara.
          Mi intervención se debe a que después de leer su comentario, en el que explica lo que usted entiende por tolerancia, y por consiguiente cree sería más adecuada para el tema elegido, la palabra respeto, yo teniendo una mezcla de combinción y confunsión sobre los dos términos el de tolerancia y respeto, aunque me inclinaba más por la palabra tolerancia como «permitir» y respetar para mí es algo variable respecto a la tolerancia.
          Según de lo que se trate, existiría el respto con tolerancia, y otras veces el respeto sin tolerancia, pero respteto.
          Así que para salir algo de dudas sobre todo ésto, se me ocurrió consultar el diccionario, y el resultado es lo que le he mostrado.
          Tolerancia = Respeto hacia las opiniones o prácticas de los demás.

          Y ejemplos parecidos que podrían adaptarse a la versión que usted ha dado sobre la tolerancia, en el diccionario se encuentran (al menos en el que yo he consultado) en 5ª posición, interpretando
          el significado de la palabra Tolerancia.
          Lo que se deduciría que estaría algo más alejado al significado esencial de la palabra -Tolerancia-.
          Para mí personalmente no significa que en ese aspecto no sea correcto la interpretación que usted ha elegido de la palabra Tolerancia, que me parece y és muy comprensible.
          Pero para como punto central de este tema
          en concreto,
          «Tolerancia una sociedad con principios»,
          a mí me parece más apropiado la palabra Tolerancia.
          Mi intención no obstante no fué dar mi opinión sobre ello, sino mostrarle la posibilidad, pora que usted mismo deduciera, si és que había que hacerlo.

          Ahora ya me he extendido tanto como casi siempre, pero tampoco sé, qué, ha sido lo mejor. No importa.
          Saludos cordiales.

    2. eva

      Estimado Eugenio.

      Opino que no. La tolerancia no es la paciencia para soportar algo. Eso, mas bien es aguante.
      La tolerancia vá más allá. Es aceptar que el otro tambien tiene sus razones para pensar de forma distinta a la mia, incluso de escucharle, de ponernos en su lugar y de , si es necesario, cambiar nuestra forma de pensar. La tolerancia debe estar no solo en la mente, también en el corazon, comprender desde el corazón, desde el sentimiento.

      Afectuosamente,

      eva

      1. eugenio de la cruz silva

        Estimadas Eva y Sananda:

        Hay una ciencia que se denomina la etimología que nos ayuda a comprender el significado de las palabras.

        Y la etimología de la palabra tolerancia nos dice que el su origen es la palabra latina “ tolerantĭa-ae” , que según el diccionario latín español significaba en el antiguo imperio Romano: “constancia para soportar, paciencia” .

        Por lo tanto mi apreciación de que el término no es adecuado creo que es correcta y si por el contrario además vemos que el termino respecto, palabra latina, de “respectus-us” que significaba: consideración, no puedo menos que reafirmarme en mi opinión original.

        Lo que vosotras entiendes por tolerancia es muy loable, pero corresponde a la parte de la fabulación literal que el lenguaje poético establece muchas veces, pero no a el significado real de los términos que se usan de conformidad al vocabulario establecido y reconocido de una forma objetiva por todos.

        La respecto pero no puedo compartirla.

        Un saludo.

        1. Sananda

          Bueno pués gracias a usted también, por su explicación.
          La verdad es que la palabra «respeto» y su significado de «consideración» sí lo entiendo bastante bién.
          Aunque a veces parezca por apariencias mias adopatadas, lo contrario. Y esto lo digo por asuntos personles ajenos a este artículo de hoy, aunque sí a otro artículo en el foro.

          Seguramente tendrá razón, en su explicación sobre la fabulación literal que el lenguaje a veces establece.

          Saludos cordiales.

        2. eva

          Estimado Eugenio.

          Una palabra, etimológicamente , es decir, estudiando de donde procede, cuales son sus raices, como muy bien explica, significa lo que es, cierto, pero también es cierto que según el contexto en el que la palabra se encuentre, puede tener un significado más amplio, en esto de las palabras no ocurre como en Matemáticas que dos por dos son cuatro.
          Si no, eche una ojeada al diccionario de la Real Academia Española, y lo podrá comprobar.

          Afectuosamente.

          eva

          1. eugenio de la cruz silva

            Estimada Eva:

            Los diccionarios recogen las acepciones, esto es: Cada uno de los significados de una palabra según los contextos en que aparece.

            Pero no por eso debemos olvidar la etimología de las palabra, porque cuanto más simple sea un mensaje más fácil es poder trasmitir una idea.

            Lo que digo en mi comentario al artículo es que me parece más adecuado el termino respecto que el termino tolerancia porque este último tiene un significado que implica una posición de un superior, que tolera, y de un inferior, el tolerado. Por lo contrario el respecto hace referencia a un estado de igualdad entre el que respecta y el respectado.

            Se trata si quieres de un gusto semántico, pero no me gusta predicar la tolerancia en la medida que implica admitir que alguien está en una posición de ser superior que otro, prefiero que se predique el respecto entre iguales.

            Un saludo

            1. eva

              Buenos dias, Eugenio.

              Esta mañana, más despejada, vuelvo a leer tus comentarios y observo que la palabra que tu dices que emplearias es RESPECTO.
              Es esa la palabra?, porque si me dices que si, ya no entiendo nada. Creia que te referia a RESPETO. Ahí si que puedo entrar en un cierto debate, pero si te refieres a RESPECTO, no merece comentario alguno porque esta fuera de lugar.
              Cómo predicamos el RESPECTO entre iguales?
              (Son palabras tuyas?

              Un saludo

              eva

              1. eva

                Eugenio:

                Una persona leida, instruída y versada como Vd. no puede de ninguna de las maneras incurrir en esos fallos GARRAFALES, igual es que le aprieta demasiado la corbata y, ya sabe, la sangre no fluye como debiera.

                Afectuosamente,

                eva

    3. Antonieta

      Ozú! qué solicitado estás, Eugenio.

      Pues mira, tu perrita sí que es tolerante. También lo es mi gatito, que se sienta tranquilamente para ver cómo se traga su comida un gato callejero, y se queda tan pancho. Dicen que los animalitos se parecen a sus amos, así que tú y yo somos tolerantes, ¿es guapa tu perrita:)?

      Sin embargo, en cierta ocasión un amigo de mi hijo me expuso el concepto que tiene de la tolerancia. Más o menos me lo espetó así: “lo primero, y muy importante, la persona tolerante es aquella que alguna vez ha salido contigo de marcha, te ha aguantado las tonterías, te ha hecho algún favor o te ha prestado dinero sin quejarse ni poner fecha de devolución (si te lo regala ese sí que es tolerante, para ponerle un monumento!) si nadie hizo o hace eso por ti, no te preocupes que existen otros factores secundarios y con otras características que también son personas tolerantes…está quien te aguanta las resacas del fin de semana y te deja dormir en su casa para que tu madre no te vea entrar en semejantes circunstancias, es decir, el que evita que tu madre te de una paliza el domingo por la mañana. Tampoco hay que olvidar al tolerante que te deja los apuntes de clase, el que entra todos los días a todas horas del curso entero para después dejártelos a ti que te has pasado toda la mañana acostado o tomando cervecitas. A veces hasta hacen ellos las fotocopias y las pagan ¡eso es ser tolerante y lo demás tonterías! Ah, muy importante si te deja copiar en el examen con la máxima seguridad de que vas a aprobar y con buena nota”.

      Pues nada, desde entonces esa es la acepción que le doy a la persona TOLERANTE…jeje
      Saludos.

        1. Antonieta

          ¿Te refieres a la perrita de Eugenio, a mi gatito o a la percepción del amigo de mi mijo?

          En mi opinión la tolerancia no está reñida con los adjetivos que mencionas.

          Saludos desde Andalucía.

          1. Sananda

            Igualmente, saludos desde Andalucia,

            No,la palabra -Tolerancia- no está reñida
            con la de -Respeto-.

            Mi comentario era referente a la persepción del amigo de tu hijo, sobre ello.

            Cordialmente.

  9. Manuela

    Buenos días:

    «ni todo es tolerable, ni todo es tan fácil como nos quieren hacer ver con tantas campañas».

    Gran verdad, todo tiene un límite. Hoy en día da la sensación que tenemos que permitir todo, que cada persona es libre para hacer lo que quiera, como quiera y donde quiera. Parece que todo tiene que ser tolerable, pues yo creo que no, vivimos en sociedad, no somos entes individuales que vagan solos por el mundo.
    Tenemos que tolerar, de acuerdo, pero primero tenemos que respetar y ser respetados, tenemos que aprender vivir en una sociedad con unos principios sólidos, tienen que existir normas de conducta.
    El todo vale no lleva a ninguna parte, salvo al caos.
    Respeto, siempre y por supuesto la libertad también tiene un límite, cuando no existe ese límite, la mayoría de las veces termina en libertinaje.

  10. DOÑAJIMENA

    Hablamos de tolerancia, y encuentro esta descripción en la wiki:
    «la tolerancia social es el respeto hacia ideas, creencias o prácticas cuando son diferentes o contrarias a las propias»+
    Y es entonces cuando me doy cuenta de lo poco que la practicamos y de lo mucho que nos la quieren imponer desde «arriba» sin ser tolerantes con nosotros.
    El ser tolerantes con lo que nos rodea, debería estar basado en ser respetuosos con los demás, siempre dentro de unos limites logicos.
    Pero prevalece «mi interes por encima de todo» , qué me importan tus razones, tus ideas, tus porqués, tus fines??
    La soberbia en la que vivimos instalados nos lleva a actuar con los demás desde la intolerancia.
    Sería una buena cosa intentar cambiar de actitud

    1. Angeles

      Interesante reflexión. La soberbia nos lleva a la intolerancia, y por tanto la humildad a la tolerancia: quien soy yo para decirte a tí lo que tienes que hacer?…

      Una cosa es la tolerancia particular y otra que el Estado administre con tolerancia o que se juzgue con demasiada tolerancia. Cuando interesa: Tolerancia 0, por ej. con el alcohol, con el maltrato, etc. , sin embargo mucha tolerancia con algunas separaciones o divorcios, con los daños morales o emocionales , incluso con algunos delitos, demasiada tolerancia.

  11. wufi

    Tolerancia es otra de esas palabras prostituidas.
    La tolerancia sin el respeto es imposible y el respeto a los demás discurre indefectiblemente por el sendero de la cortesía y la buena educación y no es nada nuevo:
    Don Pedro Calderón de la Barca escribía ya en el siglo de oro:
    la cortesía,
    el buen trato, la verdad,
    la fineza, la lealtad,
    el honor, la bizarría;
    el crédito, la opinión,
    la constancia, la paciencia,
    la humildad y la obediencia,
    fama, honor y vida son,
    caudal de pobres soldados;
    que en buena o mala fortuna,
    la milicia no es más que una
    religión de hombres honrados.»
    D. Pedro Calderón de la Barca
    Soldado español
    Hoy en día tolerancia es otra de esas palabras prostituidas, por el estigma de lo políticamente correcto, se recurre con facilidad a la palabra tolerancia pero se olvida lo que encierra; las palabras de Calderón.
    No quiero ni pensar las críticas que recibiría de la censura de la dictadura del progretariado un artículo que explicara la tolerancia con las hermosas palabras que implícitas dentro de la propia tolerancia como cortesía, honradez, humildad, honor, lealtad, etc
    Muchas gracias Doña Jimena

  12. Katia Alonso

    Buenos días:

    Tolerancia, menuda palabra. Demasiado grande para llenar ciertas bocas.
    Parece que cuando usamos algo especial a diario se acaba desgastando,pierde ese toque, pues a la palabra tolerancia,creo que le esta ocurriendo lo mismo.
    Para ver el mal uso que se hace de ella, copio literalmente la definición de la misma:
    -Respeto hacia las opiniones o prácticas de los demás.

    ¿Acaso hay un 10% de las personas que la utilizan habitualmente, lo hacen de un modo correcto?
    En mi opinión, no, y suscribo el comentario de Sócrates totalmente acerca del uso de la misma. Para mí un uso partidista e interesado.

    Un saludo y enhorabuena por el artículo.

    **Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.** Gandhi

    1. atati

      Pues esta frase de Gandhi, amiga Katia, para muchos, incluso en este Foro, sería un «memo» buenrollismo con tachadura incluida. También hay mucha intolerancia con la tolerancia; pero también eso es muy viejo. Saludos amiga.

      1. Katia Alonso

        Cierto, pero a veces no hay cosa peor que ser intolerante con lo tolerante así que…A mí que me gustan esas cosas las pongo, porque además en este caso la considero una verdad como un templo.
        El día que yo misma aprenda a ser tolerante, entonces me habrá llegado el momento de estar llena de valores…
        Un saludoOô

  13. Aguamarina

    Refrescante tu artículo.Refrescante al hacer referencia a «valores»esos que son intemporales por mucho que la incultura,laxitud y quiebra del sentido común que vivimos en esta España llevada a ser Absurdistan quiera sustituirlos por educaciones para la ciudadanía,excelencias de la incompetencia bien remunerada,apedrear nuestro propio tejado masoquistamente en nombre del progresismo más perdido en el despropósito ,tragar lo intragable y llamarlo tolerancia,aunque en el intento te sorprendas atragantada ,revuelta y con una sensación de intoxicación preocupante.
    Tolerancia como ese:Ama al prójimo como a ti mismo.Tolerancia como consideración de que todos necesitamos de todos.Tolerancia en la visión de admitir limitaciones propias y llevar bien las ajenas,condición humana tomando lo humano en sus mejores posibilidades y no en la permisibilidad de lo que es nocivo y ayuda a confundir más que a construir.Tolerancia
    como referente para desarrollo de la espiritualidad humana y no como instrumento para argumentar las indignidades políticas ni intentos de lavado de cerebro para hacernos mas tontos y maleables,ni pasar por el aro de confundir gimnasia con magnesia.Ni admitir nada que nos degrade intelectual ni espiritualmente.La tolerancia como peldaño de escala de valores,sin confundirla con falsa cruzada moral que sólo responde a cínicos totalitarismos.
    Muchas gracias por tu artículo.

    1. atati

      Se te ha olvidado una vertiente de la tolerancia, amiga Aguamarina, como es la tolerancia y respeto correspondiente a las ideas que no compartas, siempre que no atenten a la legalidad y se manifiesten de manera respetuosa. Esta vertiente es fundamental, la piedra angular más bien, para una convivencia sana e incluso enriquecedora. Saludos.

      1. Aguamarina

        Sólo necesita recordar quien se ha olvidado de algo…por eso yo no necesito recordar,lo llevo integrado.No necesito buscar en vertientes lo que es base fundamental en una mente sana.Las vertientes pueden contener eso;vertidos,residuos.Prefiero dejar circular la savia buena que la tolerancia auténtica ya tiene en si misma y no mirar a vertientes,algunas pueden conducir a precipicios o confusión como lo que planteas:LA TOLERANCIA NO PUEDE TENER COMO VERTIENTE LA PROPIA TOLERANCIA,La tolerancia una vertiente de la tolerancia como dices ?,la auténtica tolerancia ya contempla ideas ajenas,no se fracciona,la estaríamos desvirtuando o la estamos echando a rodar por otros derroteros.
        La auténtica tolerancia es un buen detector de actitudes y limitaciones humanas,eso si.Lo bueno es saber asumirlo.

  14. Sananda

    Estimado SR. Rafael J.F.,
    muchísimas gracias por su escrito.
    Para mí, de la forma que ha abordado la palabra TOLERANCIA, más que un tema a debatir, significa, como una fina y agradable agua de lluvia, de la que no deseo protegerme ni reservarme de ella.
    Sino que me incita a pasear por el campo aligerándo mis ropas, para poder gozar de ella directamente……

    Todo lo que sobre ello ha expresado, lo comprendo y comparto tal y como de mí ser saliera.
    De hecho así mismo lo he sentido yo una y otra vez……

    Así que por lo pronto, permítame que hoy me limite a deleitarme con su escrito.

    Gracias de nuevo y un cordial saludo.

  15. atati

    Buen tema has elegido para tu artículo, amigo Rafa, la tolerancia. Me parece bien que hayas delimitado algunas condiciones que deben acompañar a la tolerancia para que ésta sea una actitud positiva y no un pozo sin fondo donde la demagogia acaba por prostituirla.

    Partiendo de la base que todo lo ilegal en principio debe ser intolerable, el concepto de la tolerancia sobre aspectos que sí son legales, creo que es el fundamento del debate que propones.

    Así por ejemplo, todas las ideas, palabras y actos que no atenten a la legalidad vigente, son tolerables siempre y cuando se manifiesten con respeto, civismo y a poder ser con educación. Al fin y al cabo la tolerancia es el respeto a los demás aunque tengan otros valores; y la intolerancia precisamente sólo sería válida con las actitudes irrespetuosas o agresivas, es decir, a las formas y no al contenido, ya que cada cual puede pensar como considere oportuno.

    Pero esta tolerancia o respeto a las ideas de los demás, no debe confundirse con estar de acuerdo con las mismas, siendo posible a la vez ser tolerantes con todas las ideas pero sin embargo no aceptarlas e incluso rebatirlas con el debido respeto al contrincante dialéctico.

    Resumiendo: tolerancia, respeto, buen rollito, sí; pero también derecho a exponer o dialogar o discutir o debatir las ideas discrepantes con la debida tolerancia, respeto o buen rollito.

    Ya sé que es una obviedad lo que digo, pero no siempre es puesta en práctica porque todavía hay mucha falta de respeto o tolerancia hacia las ideas diferentes a las propias. Por eso este Foro, además de los contenidos de sus artículos y comentarios, tiene para mí una función fabulosa como es el acostumbrarnos a discutir respetuosamente las ideas que no compartimos. Sólo por eso ya vale la pena compartir este espacio con todos vosotros. Gracias Rafa por este buen artículo.

    1. Angeles

      A veces la legalidad vigente no es moral, y por tanto no tendria que ser tolerable (crimenes de estado). Y tambien a veces la legalidad es moral, y la autoridad no la tolera ni la respeta (Estatut de Cataluña).

      Tenemos muchos ejemplos, otro el tema del divorcio: ¿Es posible que se salga de rositas un señor o una señora que abandona una familia? Ya no digo que se separe, sino que literalmente la abandone…¿Y las secuelas que deja en su compañero y en sus hijos?… Si se trata de una casa, y con hipoteca más todavía, esto no ocurre: a nadie se le pasa por la cabeza abandonar una casa, solo si tiene una hipoteca, como hacen algunos extranjeros que se van a su país y no pueden pagarla. En España, el Banco se queda con la casa, y aún tiene que pagar más dinero, porque ahora la casa ha perdido valor. Tenemos muy bien reguladas las cuestiones físicas, materiales, pero no tanto los daños emocionales, mentales, psíquicos….

  16. RafaelJ.

    Muchísimas gracias a todos por vuestras aportaciones y comentarios a mi artículo.

    Este artículo es en el fondo un parón en seco.
    De esos parones que deberíamos dar más a menudo para deglutir, interiorizar y valorar nuestro modo de hacer, de pensar, hablar y, no nos olvidemos también, de lo que dejamos de hacer,de lo que dejamos de hablar y de lo que dejamos de pensar.

    Parones en seco para «saber» quienes somos, como estamos aprendiendo de la vida y como usamos estos conocimientos en nuestro andar diario. Quejarnos o ensalzar.

    Parones.
    Buenas recetas para ir sabiéndonos mejores dia tras dia.

    Rafael J.F. Canalejo Palma

    1. Sananda

      Ya que hoy ando todavía por aquí,

      (Trasnochando por Atati)
      aprovecho para darle de nuevo las gracias y felicitarle por su artículo, que mo le dije, ¡Me ha encantado!

      Cordialmente.

  17. Charo

    Me resulta curioso leer sobre la tolerancia a algunas personas. Vaya, vaya, interesante.

    Muchas gracias por tu bonito artículo Rafael.

  18. Auxi

    Tolerancia, paciencia, inteligencia de saber entender; esperar y sobre todo comprender.

    1. Charo

      Hola Auxi, lo que no entiendo aquí es lo de «esperar», ¿esperar qué? ¿esperar a cambiar uno a gusto de los demás?, ¿o que cambien los demás a nuestro gusto? ¿u otra cosa distinta que yo no sé que hay que esperar?

      Muchas gracias y un abrazo. 😉

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