El Sufismo y la Sabiduria de los Idiotas

      Comentarios desactivados en El Sufismo y la Sabiduria de los Idiotas

74Sufis

Ayer, o quizás antes de ayer, que el tiempo resbala imperceptible, alguno de los asistentes a este blog me calificó de idiota,y no descarto que tenga mucha razón, pero en ese caso era claro que utilizaba el adjetivo en el sentido sufi de la expresión, correspondiéndose con un libro propiamente sufi cuyo título es La Sabiduría de los Idiotas. Asumo que muchos conoceréis la doctrina sufi, otros no y quizás sientan curiosidad, y otros, finalmente, carezcan del menor interés en ella. Pues sinceramente algo del sufismo merece la pena, sobre todo en estos momentos en los que el encuentro Oriente/Occidente, eso que llaman el Diálogo de Civilizaciones o algo parecido, no da la sensación de que avance a velocidad estimable. Y debería. Ya lo creo. En 1.992, creo recordar, me empeciné en organizar en el Vaticano un encuentro de la tres religiones monoteístas de Occidente: cristianismo, islam y judaísmo. Algunos judíos pisaban por primera vez el Santa Sanctorum en el que celebramos las ponencias de unos y otros. El Papa Juan Pablo II avaló la iniciativa y permitió el uso de sus dominios para tales fines. Pero luego pasó lo que pasó y la iniciativa, como tantas otras, se cercenó de raíz. Por cierto, quizás merecería alguna atención este encuentro en el Vaticano para comprender, quizás solo para intuir, algunos acontecimientos posteriores.

Sobre el Sufismo existe abundante literatura y son muchas las páginas de internet que se refieren a esta doctrina, por calificarla de una manera. En el plano mas elevado sitúo el libro de Sufismo y Taoísmo, escrito por el maestro japonés Izutsu Toshihiko, al que hice referencia en mi libro “La Palabra y el Tao”, de editorial Nous/Séneca. Pero una buena síntesis se encuentra en el libro escrito por Idries Shah cuyo nombre es, precisamente, “Los Sufis”.

Es común la creencia que asigna al sufismo un papel exclusivo dentro del Islam. Pues al menos ellos lo niegan afirmando que se acomodan a cualquier religión, sosteniendo que constituyen la “enseñanza secreta” (el costado esotérico) de todas las religiones, lo que no es una pretensión modesta, desde luego. Lo cierto es que no tienen lugares de culto, no conforman secta, carecen de ciudades sagradas,no albergan instituciones monásticas. Ni un solo elemento de la parafernalia común a las religiones dominantes. ¿Por qué entonces ese aroma oriental?. Porque recibió la protección del Islam, pero ellos insisten en ser comunes a Oriente y Occidente…

Para el sufi todo sistema que aconseje el pleno aislamiento del mundo es perjudicial, implica desequilibrio. Renuncian a la contemplación propia de la vida monástica cristiana o budista. La práctica alternativa de distanciamiento e identificación con la vida es el camino a la libertad (“vivir en el mundo sin ser del mundo”). El sufismo es como la vida: una aventura, pero una aventura necesaria, porque la vida es lucha, pero debe ser una lucha coherente; a la vista está -dice el sufi- que el hombre corriente lucha contra demasiadas cosas a la vez y así resulta imposible la victoria. El Camino se va desarrollando como una necesidad interna y el verdadero Monasterio vive en nuestro corazón.

Una de sus características básicas es el método de enseñanza que reside, entre otros, en el relato de historias aparentemente inocentes, casi cuentos infantiles. Pero nada de eso. Se trata de relatos que deben asimilados en un plano diferente porque el efecto neto de comprender un relato a varios niveles diferentes al mismo tiempo es despertar la capacidad innata de comprensión de un modo mas amplio y objetivo que haciendo uso del lento y para estos fines deficiente raciocinio normal.

Con independencia de estas historias, algunos postulados en forma de frases mas bien cortas, quieren transmitir ideas que constituyen motivos de reflexión. Hoy es Domingo, así que tal vez dispongáis de algún rato para sacar jugo a algunas de estas máximas sufis que os dejo a continuación.

¿Cómo puede un hombre dormido despertar a un hombre dormido?

Una abeja liba de muchas flores, pero no por eso tiene que convertirse en flor.

El león no come las sobras del perro aunque muera de hambre en su guarida. Abandonad vuestro cuerpo a la inanición; no pidáis favores a los infames.

Mil años antes de Einstein, el derviche Hujwiri se refiere a la identidad del tiempo y del espacio aplicada a la experiencia sufi.

Un sabio que no usa sus conocimientos es como un burro cargado de libros

Cosas antagónicas ejercen una acción común aunque nominalmente sean opuestas

Cuando se llega al mar ya no se habla del afluente

El hombre no posee una conciencia estable. A merced de impactos internos y externos la conducta de casi todo el mundo varía de acuerdo con su estado de ánimo y de salud.

Dijo el Mulla: “Yo puedo ver en la oscuridad”. Es posible Mulla, pero si eso es cierto, ¿por qué llevas a veces una vela encendida por la noche? -preguntó el discípulo. “Para evitar que los demás tropiecen conmigo”.

La percepción sufi de la belleza está asociada a un poder de penetración que rebasa el alcance de las formas usuales de arte.

Lo que parece absurdo al intelectual se convierte en una fuerza para el intuitivamente perceptivo.

Para el sufi la divinidad es una cuestión de experiencia personal

La luna es mas útil que el sol porque es de noche cuando nos hace falta la luz

Por mucho que te concentres en la espiritualidad, te evitará si eres indigno.

Si no te quitas las muletas, ¿cómo sabré que puedes andar solo?.

Cuando uno posee un potente intelecto, su función última es demostrar que dicha intelectualidad es meramente un preludio de algo diferente

La doctrina sufi de un continuo refinamiento de la materia: la materialidad se prolonga en un refinamiento sucesivo hasta que se convierte en lo que en general se consideraba separado: el espíritu

Aunque hagas cien nudos la cuerda sigue siendo una

Pregunté a un niño que iba con una vela: “De dónde viene esa luz?. Al instante la apagó y dijo: “Dime a dónde a ido y te diré de donde vino”.

Para el derviche no existe la aparente interrupción que tiene lugar en la muerte física convencional. Entre él y la siguiente forma de vida existe un continuo intercambio y comunicación

Mientras vives, aprendes. Los que aprenden mediante un esfuerzo deliberado por aprender impiden que les llegue la enseñanza proyectada sobre ellos en su estado normal. A menudo, hombres sin cultivar poseen cierto grado de sabiduría porque permiten el acceso de los impactos de la vida.

El Espíritu es una sustancia de características físicas, un cuerpo sutil. Esta substancia existía antes de la corporeidad del hombre. Después de la muerte física, el espíritu substancia continúa existiendo en una de diez formas, cada una de ellas correspondiendo a la formación que ha alcanzado durante la vida ordinaria. Hay diez etapas en este sentido, la primera de las cuales es la del “sincero” y la décima la del sufi que ha transformado su naturaleza mediante su desarrollo terrenal.