Supongo que muchos nos alegramos de la elección de Obama. Supongo que muchos sentimos que algo puede cambiar…en dos direcciones, cuando menos. Nada mas peligroso que frustrar las ilusiones de cambio, sobre todo cuando esas ilusiones conectan, ni mas ni menos, con la verdadera historia de la raza humana.Las Vírgenes negras simbolizan algo que pocos conocen. Entre otras cosas, simbolizan la victoria de Obama. Mejor dicho, simbolizan su elección, porque una cosa es ser elegido y otra triunfar en la misión para la que has nacido al poder.

No es fácil. Ni mucho menos. Alguien decía que, con independencia de que Obama sea un blanco por dentro teñido de oscuro en la epidermis, lo cierto y verdad es que lo tiene muy complicado. Supongo que en gettos de frustración racial la noticia se habrá recibido con un estrépito mas que comprensible, mas que justificado, al menos estrépito interior. Con seguridad habrán acudido a aquella urna de la esperanza y a los tarros de los anhelos. Supongo. Pero una y otros, esperanza y anhelos, emociones humanas, se marchitan si no se les alimenta. Y en sus primeros compases consumen palabras. Pero después ya no. Solo se alimentan de hechos. La grandilocuencia de un mensaje crea expectativas que no deben ser frustradas.

¿Pueden no serlo?. No lo se.Conozco mal la realidad americana de hoy, pero el mundo no es americano, ni ruso, ni japonés. Es global. Y eso tiene sus consecuencias.No solo para los americanos.Para todos.

¿Podría en el terreno económico suceder algo muy diferente con Obama frente al candidato republicano?. No lo se.¿Acaso en España una victoria no socialista habría dado al Presidente del Gobierno un poder sobre la política monetaria o fiscal diferente del que ostenta el Presidente Zapatero?. Pues no, porque ambas las cedimos, aunque los españoles lo ignoren.
En fin, deseamos suerte a Obama. Es decir, deseémonos suerte a nosotros mismos.

En todo caso, su paralelismo con Kennedy, que solo es referencial, me trajo a la memoria este verano.Vivi un par de dias en un barco, de nombre Royono, precioso de diseño y magnifico de ejecución, nacido en 1.936, mas o menos, y que tiene la virtud histórica de haber sido el barco del Presidente Kennedy, en el que navegó cuando fue senador y mas tarde cuando alcanzó la Presidencia. No pudo volver a él porque lo mataron. Ese recuerdo me hace desearnos a todos una buena singladura, es decir, me hace desear suerte a Obama.

Por cierto, dicen que en ese barco, además del carismático Kennedy navegó Marylin, pero eso es leyenda, solo leyenda, nada mas……