Gracias a todos en la hora de la despedida

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Es muy posible que mucho de vosotros, de los miles que nos seguís a diario, encontréis esta decisión frustrante, porque el blog os gustaba y los temas que aquí se trataban os parecían dignos de atención. Coincido con vosotros. Pero lo cierto y verdad es que dejé claro en algunas ocasiones mis intenciones y mis requerimientos mínimos, que, creo, son los mismos que la inmensa mayoría de los que participamos aquí.

Y coincidiréis conmigo en que esos requerimientos no han sido atendidos en la práctica. Las consideraciones de este tipo se formulan una vez. No dos, ni tres. Es claro que el blog implica mucho trabajo. Y lo hacía gustoso porque entendía que podía servir para finalidades que me importan. No buscaba, como dije, ni poder, ni influencia, ni nada parecido. Sencillamente abrir un debate sobre asuntos que nos conciernen, en el terreno de la sociedad civil y en el campo del sendero individual y colectivo. Es un momento especialmente grave el que nos toca vivir. No solo en lo económico, una vez admitida la evidencia de la depresión, sino en cuanto modo de organizar la sociedad, de definir nuestros modos de pensar, de ajustar nuestros modos de comportamiento. Por eso, precisamente por eso, nació este blog.

Y no puedo negar el éxito de asistencias a pesar de que he cuidado celosamente la ausencia de publicidad, porque imaginaba que la cantidad no siempre iría unidad a la calidad de las intervenciones. En las últimas semanas mas de diez mil páginas diarias vistas con tiempos de permanencia media que superan los 18 minutos.

Concebí el blog libre. No funcionó. Introduje muy a regañadientes controles. A la vista está que no ha funcionado tampoco. Seguimos revueltos con personas que quieren contarnos sus cuitas personales, algunas de corte poro edificante, sus tribulaciones corporales, gentes que se sienten ofendidas en una patología de nick a nick, en un proceso inconcebible de estiramiento de una personalidad virtual, individuos que se inventan personajes vivos y posteriormente los fallecen con propósitos difíciles de esclarecer, de personas que organizan polémicas artificiales con finalidades que he preferido no esclarecer… No merece la pena continuar con estas descripciones porque los que asistís al blog lo sabéis muy bien. Lo sufrís, para ser mas exactos

Cierto es que sois muchos mas lo que buscáis aquí algo diferente. Seguro que pensareis que carece de lógica el que unos pocos -porque no son muchos- consigan destruir algo que interesa a muchos. Es así. Pero no puedo dedicar mi tiempo a censurar, a llamar la atención, a recordar las normas establecidas…No puedo. Ni quiero. Intenté establecer dos “habitaciones” para que los que querían charlar por esta vía pudieran hacerlo. Pensaba que esto estimularía la convivencia. Pero ni se ha respetado la separación de espacios porque algunas se empeñan en contarnos lo que no nos interesa, ni se ha estimulado la convivencia, sino todo lo contrario. He tenido que leer denuncias que luego no se ponen, amenazas y retractaciones, apelaciones a abogados y cosas similares. No…no es esto,no es esto, una vez mas.

Así que este blog ha sufrido las consecuencias de su éxito, y de las patologías que se evidencian en este curioso y excitante mundo de internet. Sencillamente en su funcionamiento actual, a pesar del éxito de asistencias, no cumplía la misión para la que fue concebido ni legitimaba interiormente el trabajo que me provocaba. No tenía opción. Lo siento.

Es posible que algunos penséis que se trata de terceros que ante el éxito del blog han decidido cerrarlo amparándose en esos nicks y dedicándose a prácticas variadas en las que la imaginación al servicio de lo torticero alcanza cuotas nada despreciables. Es posible. Pero…. No quiero dedicarme a decir en el blog de manera pública a quien censuro y a quien no. No me gusta ese deporte. En absoluto. Ni me preocupa demasiado. Lo que tenga que suceder va a suceder. Exista o no este blog.

Estoy fuera de Madrid y no puedo mas que eliminar las ultimas entradas. Posteriormente daré instrucciones a los informáticos para que la página quede fuera de la red. Me voy a conceder un plazo de quince días/un mes para pensar si podemos encontrar alguna fórmula, que desde luego no sea la actual, para no defraudar definitivamente las expectativas de algunos ni para destruir este trabajo. Si la encontramos, pues bien. Si no, tendremos la satisfacción, una vez mas, de haberlo intentado.

Pero me parece lamentablemente evidente que desde el anonimato, desde la curiosa y enervante protección de un nick, nada sólido, al menos nada sólido desde esta naturaleza, puede llevarse a un puerto seguro. La plena identificación de quienes deseen participar en proyectos de este tipo se me antoja como una conditio sine qua non, por mucho que se diga que es contraria a la práctica de internet. Lo será, pero si esa práctica sirve para ser utilizada con finalidades torticeras, para estimular patologías de diverso corte, pues no sirve, sencillamente. Al menos a mí no me sirve.

Los que de verdad tengáis interés en nuestros asuntos y no en estimular falsas personalidades, ni convertir el blog en confesionario de pecados veniales o mortales, ni en plataforma de insultos y descalificaciones, ni en otros deportes parecidos, podéis dirigiros a la cuenta del blog, blog.marioconde@me.com y enviarme vuestras sugerencias, vuestras ideas acerca de si conviene continuar y de qué manera. Yo las estudiaré y comentaremos de alguna manera, no se todavía cual, las propuestas y la decisión definitiva. Os pido paciencia porque presumo que no serán pocos los correos que reciba

Ahora os dejo. Siento la satisfacción de haberlo intentado. Os doy las gracias a todos los que habéis hecho de este blog un producto exitoso. También a quienes os encargáis de evidenciar los instintos de bajo vientre físico y espiritual. A todos las gracias, porque como he dicho siempre la verdad es una experiencia y esto ha sido una experiencia ilustrativa.

Mario Conde