los medios: ¿estímulo o remedio?

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Siento que el blog debe empezar ahora una etapa de debate. Una vez que comenzamos a acercarnos a las cuatrocientas personas registradas, el asunto es debatir. Luego vendrá la síntesis. Si no somos capaces de debatir civilizadamente, entonces mejor nos dedicamos a otro oficio y asumimos que tenemos poco remedio. Eso nos permitirá seguir quejándonos y alimentar el complejo de víctima…

Bien. Otro debate. Una mujer trata de vender su muerte porque se encuentra en proceso cancerígeno terminal. También vende su boda, al parecer diseñada exclusivamente para ser vendida. A diario en los medios de comunicación social muchas personas cobran dinero por arrendar su pudor, su dignidad, su condición humana, relatando escabrosos sucesos de sus intimidades. Cierto es que la sociedad consume este tipo de productos. Paga por ello. Y las cadenas acuden a este fundamento: si la gente lo quiere, ¿cómo evitarlo?.

La cuestión es: ¿lo que demanda la gente es la norma que debe regir la conducta de un medio de comunicación social?. ¿Es un medio un producto como una fábrica de bicicletas?. ¿Es lo mismo demandar una bicicleta de tres ruedas que pedir que se venda la muerte de una enferma terminal de cáncer?. ¿No existe una mínima función social educativa en el medio?. ¿Debemos satisfacer cualquier demanda social previamente alimentada por el mero hecho de ser mayoritaria?. ¿Hay limites éticos?. ¿Hay limites morales?. ¿Donde se encuentra la frontera?.

El sábado un medio debatía sobre la cuestión penitenciaria. Un preso preventivo fue captado por un móvil. Lo de menos es que esa captación sea ilegal y traiga consecuencias, que las traerá. La cuestión es que el debate sobre un preventivo que tiene presunción de inocencia influye en la opinión pública. A continuación se crea artificialmente una alarma social. Los jurados y jueces ya están influenciados. El debate paralelo organizado. La justicia, digan lo que digan, mediatizada. Por ejemplo: es indudable que el asesinato de la joven sevillana creará tensión en las Juntas de Tratamiento y en los jueces de Vigilancia para conceder determinados permisos que hasta ese momento venían funcionando para los presos que los recibían con total normalidad. ¿Tiene sentido?.

En fin, es un asunto extremadamente grande. Y grave. El papel de los medios. Su responsabilidad social. ¿Debe regirse un medio exclusivamente por criterio de oferta/demanda del cuerpo social? ¿Es adecuada la legislación que tenemos?.¿Deberían ponerse limites en ciertos casos?. ¿No resulta mas perjudicial la censura que la libertad?. ¿Es inevitable cierto tipo de limites cuando de valores superiores se trata?. ¿Cómo equilibrar el derecho a informar con la presunción de inocencia o con la intimidad personal?.

En ocasiones veo que los medios de comunicación social denuncian el crecimiento de la violencia en nuestra sociedad. Mi pregunta es si, analizado nuestro entorno real, nuestros medios cumplen una función educativa o en ocasiones esa llamada ley de oferta/demanda estimula la violencia que denunciamos. Asumamos que hay patologías extremas. En ocasiones un sujeto sería capaz de matar solo para tener su minuto de gloria en los medios. He vivido en prisión un tiempo y os digo que esta reflexión no es mera elucubración mental. ¿Somos conscientes que al dedicar cientos de hora a informar sobre detalles escabrosos podemos estimular semejantes patologías?.

Debatir el papel de los medios es un punto capital en esta hora que nos toca vivir.