Soy consciente de que quiero plantear al blog un asunto polémico en el que los factores emocionales y las creencias ideológicas, y en especial las de naturaleza religiosa, pueden atraer componentes sentimentales, por llamarlos de alguna manera, que tal vez dificulten un visión serena. entiendo ahora por serena los mas alejada posible del exabrupto descalificador por esencia. Pero aún así quiero plantearlo de modo abierto y ello por varias razones.
Ante todo porque es un asunto de capital importancia. Me refiero ahora al plano médico, es decir, a su capacidad de salvar vidas humanas. No cuestiono ahora cual es el precio. Solo pongo por delante el resultado. De ahí, precisamente, el debate. Pero para decidir si o no en una materia que afecta a la vida humana, hay que manejar argumentos de indudable solidez. Y es la fuerza del argumento lo que proporciona densidad a la materia y al debate.
En segundo lugar porque los componentes políticos son indudables. Obama, en uno de sus primeros actos como presidente de EEUU, acaba de liberar los fondos federales para ayuda a la investigación en el campo de las células madre embrionarias. Con ello ha transmitido en imágenes la importancia que concede al campo de investigación. Las declaraciones adicionales de liberación de la ciencia de ataduras políticas e ideológicas abundan en este sentido. Bush adoptó exactamente la misma decisión, pero en sentido opuesto. Oposición frontal implica carga emocional. De eso no tengo duda. Pero carga emocional se traduce en carga política. Precisamente por ello los republicanos, al menos algunos de ellos, según relata la prensa, comienzan a desconfiar de Obama por este hecho, incluso mas que por las medidas orientadas a una mejor redistribución de la renta.
Tercero, la reacción de la Iglesia Católica es inmediata y fulminantemente condenatoria apelando de modo indeleble a la dignidad de la vida humana. De una manera en ocasiones subliminal y en otras mucho menos estereotipada se conecta la investigación de las células madre con prácticas abortivas.
Admito que estos componentes me resultan lo suficientemente atractivos como para que me interese esta cuestión. Pero es que, además, he consultado con dos personas, inteligentes y con niveles de educación superior, una técnica, es decir, en el ámbito de la ciencia médica en sentido amplio, y otra docta en humanidades, y curiosamente, a la vez que me decían que el asunto es sumamente interesante, manifestaban su ignorancia de fondo. Claro que mantienen conocimientos epidérmicos, pero sobre estas materias hay que penetrar cuando menos en la dermis. De otro modo el silencio es la norma de prudencia. Y en determinados asuntos el silencio obligado es una limitación nada despreciable.
Así que como hoy por hoy mis conocimientos me condenarían al silencio y me rebelo contra semejante pena, es por lo que apelo al blog. Doctores tiene la Iglesia, pero, claro, esos doctores parece que están condicionados por sus creencias. El blog es abierto y aquí cabemos todos, aunque alguno/a se vaya por encontronazos de nicks… Creo, además, que tras la experiencia del pasado somos lo suficientemente maduros como para abordar estas cuestiones. ¿O no?
Supongo que alguno se habrá preguntado por que no he penetrado en temas conflictivos en donde la convicción religiosa impone unos condicionantes dogmáticos nada fáciles de sortear. Pues no me atreví hasta no comprobar el estado de maduración del blog. ¿Y me atrevo ahora que tenemos miles de visitas y casi mil quinientos afiliados firmes?. Pues sí. Y seguramente por eso. Atreverse es esencial, como el asombro resulta imprescindible para el cultivo de la planta del conocimiento.
Pues aquí dejo el asunto en toda su crudeza para que quien sepa nos informe. Solo pido la madurez elemental y la separación de lo científico y lo ideológico, de lo reproducible en laboratorio y lo exigible en el dogma que cada uno quiera seguir. Son ámbitos diferenciados. Algún día hablaremos de hasta qué punto un gobernante es debe seguir sus convicciones de orden espiritual. Pero eso es , aunque solo relativamente, otro cantar.
Así que concluyo.
¿Qué opináis de la investigación con células madre embrionarias?
¿Cómo influyen los condicionantes religiosos en la aproximación a este tema?.
¿Que posición mantienen otras confesiones no católicas?.
¿Que conexión si es que alguna guarda con la legislación sobre el aborto?.
Veremos si mi suposición de que el blog está maduro es una ilusión o una certeza. Ya se sabe que de ilusiones, aunque se vive, se vive poco en los tiempos que corren
Gracias