Empezar el sendero…¿por dónde empezar?

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287molino21

Hoy es uno de esos días en los que las cosas profanas, como dicen los iniciados,se nos acumulan sin piedad y nos restringen mas allá de lo deseable el tiempo dedicable a nuestros asuntos verdaderos. Pero así son las cosas. Y por ello hoy mi comentario flotará mas superficialmente que en otros días. A cambio os anuncio que, a diferencia de otros, este fin de semana tendré acceso a internet, así que -¡lo siento!- podremos seguir trabajando algo. Al menos mañana espero poder colgar algunas cosas que tenía preparadas pero que la urgencia de hoy me cortocircuitan.

Antes que nada quiero dar las gracias en público a nuestro compañero de estas fatigas “Alquimis”. Me acaba de mandar hace un rato los archivos de El Sistema en pdf. Ha sido algo costoso porque solo ayer recibí el libro de manos de la Editorial Espasa Calpe, en un formato algo ancestral para lo que se despacha al día de hoy, pero se lo remití a Alquimis y con trabajo ha conseguido actualizarlo, así que ya tengo los archivos. Esta madrugada a eso de las cinco un correo electrónico los adjuntaba.

Aprovecho para seguir dando las gracias por la calidad de las intervenciones en los dos días que hemos dedicado al asunto de las células madre. OS confieso que yo, como algunos de vosotros, hoy dispongo de mejor criterio y si este blog sirve para que tengamos mejor calidad de pensamientos, entendiendo por tal, mejor sustento racional derivado de una mejor información de base, pues ya tiene justificada su existencia por sí mismo. Quiero preparar con ellos un documento porque merece la pena. Me tomará algún tiempo, pero lo haré.

287No soy conscientes

En otro orden de cosas, ya veis que en este blog somos premonitorios en muchas cosas. Ahora resulta que según informa El País, la Vicepresidenta del Gobierno acaba de echar una bronca a unos subsecretarios o secretarios de Estado afirmando que “no sois conscientes de la que estamos atravesando”. La frase es fuerte. Sobre todo porque da la sensación de ser totalmente cierta. Ya hemos dicho que frente a la que está cayendo algunos adoptan la actitud de ignorar su dimensión, tratando de convencerse de que es una de esas crisis cíclicas características del modelo capitalista, que pasará, que traerá empobrecimientos, quiebras, suspensiones de pagos, ruinas y cosas parecidas, pero nada más. Al cabo de un tiempo, el que sea, todo volverá a ser igual, al menos igual en la noción del “nada cambia” lampedusiano, la economía retornará a la senda del dominio de lo financiero, la riqueza -así llamada- financiera volverá a señorear sobre la riqueza real, la especulación dominará la escena del mercado y estará de nuevo listo el resto del equipaje con el que se viaja por esos caminos.

Pues no. Creo que no. Deseo que no. Presiento que no. Una cosa es que ellos no sean conscientes, que seguramente no lo son porque sus emociones (temores, angustias, avaricias…) no les permiten ser libres, libres en el sentido que Fernando ha expresado en muchas ocasiones en el blog. Libres en el sentido de Krishnamurti cuando escribe sobre la libertad primera y última.

Y es que la libertad real es un asunto de consciencia. No es un producto derivado de una normativa jurídica, se llame orgánica o constitucional. Nada tiene que ver lo real con lo virtual y el derecho en su dimensión actual, en su modo de ser vivido, es mas una realidad virtual que otra cosa, porque el poder de la Razón de Estado lo deriva hacia una forma de manifestación de la pura Fuerza. Pero no quiero profundizar sobre este asunto en esta madrugada . Tiempo habrá.

Bueno pues que ellos no sean conscientes quizás sea un hecho, pero somos nosotros los que necesitamos el nivel adecuado de consciencia, porque lo que está en juego no son las medidas que ellos adopten, que serán seguramente inertes en cuanto al fondo del asunto aunque reparen algunos de los daños colaterales del camino. Y si somos conscientes de que el modelo que nos hemos dotado a nosotros mismos ha fracasado en su esencia, entonces podremos construir sin añorar, sin deseos de retornar a un paraíso perdido que tal vez lo fuera -y artificialmente en todo caso- para algunos pocos, pero no para muchos, esto es, para los otros. Podremos construir desde la premisa de que el sufrimiento será un hecho, mas para unos que para otros, pero en todo caso para muchos, y que ese sufrimiento debe ser escuela, Academia de reflexión y caldo en el que fermente un modelo mejor.

Por cierto en el post de ayer escribí. “El conflicto emocional empobrece, en tanto que aporta elementos de disolución”. Alguno se cuestionó el alcance de la frase. Quería significar que el proceso de construir la realidad sobre lo emocional disuelve la noción de unidad. Por ejemplo, la avaricia, como emoción, disuelve por esencia la noción de comunidad. Pero Atati dio una explicación muy interesante sobre esa frase mía. Señaló:

“Este control de la mente sobre las emociones, no te hace ser un ser insensible, al revés, puesto que el análisis racional introspectivo te muestra las fallas sentimentales apegadas interesadas, posibilitando así, si eres valiente, la erradicación o renuncia a esos deseos materiales emocionales sentimentales e incluso espirituales con los que el ego efímero se suele nutrir, impidiendo que nos vaciemos para estar disponibles a la entrada de las energías del alma (Luz y Amor; Manas y Budi; Inteligencia intuitiva y Sensibilidad desapegada), que ahí están disponibles para hacerte un ser sensible desapegado y un servidor desinteresado de la sociedad” . Creo que en esencia es eso lo que quería decir.

Llamo la atención sobre este elemento: el poder de disolución de la conciencia de unidad se vive en la práctica de las emociones primarias. Mientras estas emociones dominen la idea, la noción de Unidad será solo una palabra, y ya me habéis escuchado muchas veces que la palabra no es la cosa. Solo desde el desprendimiento se alcanza la verdadera libertad, y solo la verdadera libertad permite interiorizar la noción de unidad. El desprendimiento…Noción básica, desde luego.

Termino. Ayer, o antes de ayer, envueltos en la labor profana de localizar esos archivos pdf, alguien del blog me decía que se sentía bien en su mundo empresarial. Sufriendo los avatares de esta situación, pero asumiéndolos con la conciencia de que no es algo intrínsecamente malo. Pero que en el plano personal percibía la carencia de algo, algo que -decía- pertenece a ese territorio del que en ocasiones hablamos, eso que tímidamente llamo mundo espiritual. Es algo -insistía- en lo siento que necesito introducirme y te pregunto: “¿por dónde empezar?”.

Antes de responderle miré hacia atrás en mi vida. Empezar….es palabra que consume tiempo. Y espacio, Y lo medimos en años…. Nociones todas ellas incompatibles con el verdadero sendero del espíritu, que no consume tiempo, ni espacio, porque su morada es la eternidad. Es así que siendo el principio la meta, es lo mismo empezar por el principio que comenzar por el final.

Porque no hay en este campo mas medida que la profundidad. Es la única variable para entenderlo. Lo profundo se resiste a ser cuantificado. Supera la medición.

Empezar siendo conscientes. Eso es todo. Empezar permaneciendo atentos. Eso es todo. Empezar percibiendo que existe una unidad. Eso es todo. Por eso hoy como ayer sigo empezando en este sendero. Porque en el ahora siempre estás empezando.

Siendo, eso es todo.