¿Torturas en el Supremo?. Demos las gracias por el acto de ayer

En algunas ocasiones preferirías no tener razón cuando formulas juicios acerca de la evolución de  los acontecimientos. Cuando lees las noticias relativas al acto de ayer convocado por Sindicatos y Jimenez Villarejo, con presencia de cargos en activo de la Administración Pública, en el que se acusa al Tribunal Supremo de complicidad en el delito de torturas por el mero y simple hecho de juzgar a Garzón, el estado de ánimo que semejante esperpento provoca va evolucionando a medida que los hechos fermentan en el interior.

No es extraño que el primer sentimiento sea un «ya lo decíamos en el foro, era evidente que lo que se libra es una batalla de poder singularmente orientada por el diario El País, en la que colaboran de modo gozoso o forzado todos aquellos cuyas productos mediáticos necesitan de sus páginas, de sus ondas, de su grupo multimedia para tener algún espacio en la sociedad. Perder esta batalla será un golpe demasiado duro, añadido a los terribles problemas financieros que ya acosan a Prisa y que, al decir de muchos analistas, cuestionan de modo serio su supervivencia como tal, al menos en su configuración actual». Eso pensaba, de esta manera escribí en varias ocasiones en el Foro, y ahora, lamentablemente, veo que por el poder son capaces de llegar lejos, muy lejos, demasiado lejos. Mas allá de lo que muchos ingenuos pensamos, pero es que el poder solo tiene una regla: la conservación a cualquier precio.

Como jurista, como abogado del Estado, el espectáculo produce pena. ¿Cómo recomendar a nadie que crea en eso que llaman el Ordenamiento Jurídico y la Independencia Judicial después del esperpento? Como habitante de este país, me produce sonrojo. Pero después de darle la dimensión  debida a ambos sentimientos, en el fondo lo sucedido es de agradecer. Primero, porque evidencia como funcionan los poderes mediáticos cuando de casos judiciales con repercusión política, (léase poder) se trata. De manera obscena han puesto sobre el tapete que en tales ocasiones la Ley no importa. Cuenta el poder y se llega hasta donde sea necesario. He sufrido un caso de acoso político/mediático/judicial y por ello mismo les agradezco que evidencien de semejante manera cuales son sus actitudes reales, las que se esconden detrás de frases tales como el respeto a la Ley, la independencia de los jueces y otras de genética similar que banalizan con sus conductas

Sabemos ahora como piensan algunos. Sabemos como actúan. Conocemos lo que son los sindicatos al tomar partido en un asunto que les es ajeno. ¿Acaso no tienen derecho a manifestarse los sindicatos sobre cualquier asunto público que o sea laboral?. ¿Acaso no son piezas de la sociedad civil?. Eso dirán otros.  Cuando las conductas manifiestan los pensamientos de fondo, sobran las palabras

Es un momento triste, sin duda, por la degradación de determinados valores esenciales para la convivencia. Pero es un buen día porque nos permiten, nos obligan  a entender la banalidad de muchas palabras pronunciadas por personas y entidades que se autocalifican de  independientes y defensores del estado de Derecho.

Lo de ayer ha sido una enseñanza de un valor nada despreciable.

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132 pensamiento sobre “¿Torturas en el Supremo?. Demos las gracias por el acto de ayer

  1. jisl

    La gente no progre no claudicará ni renunciará a nada, no están dipuestos… todo pasa por SU LUCHA, es el único negocio que tiene y defienden a toda costa. Estemos preparados, tenemos antecedentes.

  2. Javier León

    Que un sindicato unipersonal denuncie a Garzón me parece bien si Garzón ha cometido algún delito. Si el sindicato tiene una ideologia definida y la denuncia tiene que ver con hechos relacionados a genocidios, dictaduras, etc., la cosa me parece sospechosa. Si la sociedad civil, o parte de ella, se moviliza por ello y la sociedad civil, o parte de ella, es criticada por ello, entonces el espectáculo es recíproco. Así que gracias por el espectáculo que la historia juzgará con toda la fuerza de los hechos…

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