Ayer nos reunimos alrededor de mil personas en el hotel Intercontinental de Madrid para asistir a la presentación de Los días de gloria. Después de haber presenciado el año pasado la presentación de Memorias de un preso, parecía imposible que la presentación de un libro pudiera superar, en términos de convocatoria, lo que vivimos el año pasado, pero ayer fue así. La sala destinada al acto estaba completamente abarrotada, con tanta gente de pie como la que ocupaba los asientos, pero, en cualquier caso, lo cuantitativo es lo de menor importancia, lo que cuenta es lo que allí se dijo y el motivo que nos llevó a estar allí.
La presentación del libro estuvo a cargo de Alejo Vidal-Quadras, destacado político y europarlamentario, quien remarcó la necesidad de un libro como éste para entender cómo funcionaban los mecanismos de poder en España, a través del que representó, según el vicepresidente del Parlamento Europeo, uno de los casos más escandalosos de la época junto con Rumasa y el GAL. Un claro ejemplo, como bien dijo Vidal-Quadras, de cómo el Sistema usó todas sus fuerzas y todos los mecanismos a su alcance para la aniquilación de una persona.
A continuación tomó la palabra Mario Conde, quien, a lo largo de un emotivo e interesante discurso, desgranó algunas de las claves que permiten entender los hechos narrados en el libro. Este libro, como señaló, “no es un ajuste de cuentas, es una radiografía de la época, un relato desprovisto de calificativos, pues los hechos califican y descalifican a quienes los cometen”.
El libro repasa los años en los que la figura de Mario Conde llegó a convertirse en el principal referente de una sociedad española necesitada de líderes, pero su autor quiso destacar especialmente dos momentos que explican, en buena medida, la situación en la que ahora nos encontramos. El primero, el discurso en el Vaticano, donde dijo que “la economía de mercado ha ganado la batalla, pero pongamos unos límites éticos al capitalismo para que el capitalismo financiero no se apropie de la economía real”. El segundo, el discurso de 1993, en presencia del Rey, en el que avisa de que la sociedad civil estaba siendo aniquilada por la clase política: “tenemos que recuperar el protagonismo de la sociedad civil”.
La sociedad, todos nosotros, hemos mantenido una actitud pasiva, lo que ha permitido, no sólo que los problemas de 1994, como bien recuerda Mario Conde, sean los problemas de hoy, sino que incluso éstos sean los mismos pero agrandados:
“Este libro tiene unos protagonistas que están en negro y otros que están en blanco, los que están en negro son las personas que ahí estaban, […] probablemente no supimos estar a la altura y tomamos decisiones sobre asuntos grandes por motivos emocionales y personales. Pero tiene otro protagonista, el que está en los espacios en blanco, que somos todos nosotros, […] si el sistema existe es porque todos dejamos que exista, si hoy la sociedad civil brilla por su ausencia y nos encontramos ante la crisis de valores más importante que ha tenido occidente es porque hemos dejado que ocurra”.
Esta situación puede cambiar, pero no va a ocurrir si no nos implicamos todos y cada uno de nosotros. Así, concluía Mario Conde señalando que “este libro pretende decir: de este entramado que tenemos se sale a condición de, primero, entenderlo y, en segundo lugar, ser valiente, honesto y honrado. Tenemos que recuperar la creencia en el hombre. […] Hemos perdido el sentido de la trascendencia y esto es lo que nos hace andar desorientados. […] Crean en el hombre, la sociedad civil no es un concepto, somos nosotros. No crean en las palabras de los hombres, ni siquiera en los hechos, crean en su conducta”.
Veo que nombra en el libro al Sr. GArcía Ambrosio, Consejero DElegado del Banco Zaragozano y de Cartera Central (cuya única misión era el acoso y derribo de Banesto y Central, con las bendiciones del Sistema), a pesar de lo que dijera en contra el Sr. Cortina. Los conozco personalmente, son cordiales, afables, divertidos.
Cuando pillaron al Sr. Cortina con Marta Chavarri, se comentaba: «Han pillado al menos golfo». Así es, no son malos, ¿quien es malo? Solo la ambición les cegaba. Y cuando nos ciega la ambición material (no está mal moverse por ambición, pero no es sano que nos ciegue) , no vemos el bien, y seguimos la senda del mal.
En cuanto al Sr. GArcía Ambrosio, fue durante esa época a hablar con las hermanas Koplovitz, a la sazón Alicia Koplowitz esposa de Alberto Cortina, y al llegar a oidos del Sr. Cortina que su hombre de confianza había ido a hablar con su mujer (no sé si ya era ex mujer o estaba en camino de serlo), fue despedido fulminantemente, él y su secretaria. Esto tambien fue una revolución entre los empleados que conocíamos estos movimientos en la cúpula, pues no se publicaba nada, y los sindicatos (como me dijo uno: soy enlace de la empresa…(?), cuando le dije que pensaba que era un enlace de los trabajadores….puntos suspensivos).
Los empleados del B.Zaragozano nos quedamos atónitos con todos estos movimientos que no acoplábamos muy bien. Unos señores, ricos, riquísimos, compran un Banco, y lo abandonan a nivel de dedicación, las órdenes no llegaban, no estaba clara la estrategia, los objetivos, todos se dilataba. Entonces aparece Miguel Boyer, la estrella financiera, que solo ha traido ruina y lágrimas a este país, llenándolo de desempleados (expropiación de Rumasa, incluida, por cierto, me he reido mucho con la descripción que hace el Sr. Conde de este fichaje, pag. 416, jajaja divertidisimo), fichado por el holding de los Albertos para capitanear una de las mayores operaciones financieras, que D. Mario supo capear solo con su palabra. El Verbo, la palabra, cuando se basa en el sentido común, mueve montañas, y pudo mover montañas y parar la operación de Cartera Central, con todas las mentiras incluidas. No vale todo en los negocios, a lo mejor sí a corto plazo, pero la vida es muy larga, y pone a cada quien en su sitio.
Por aquel entonces, yo acababa de entrar en el Banco Zaragozano, despues de haber renunciado en la Facultad de Psicología de Valencia a un puesto de P.N.N. (Profesora no numeraria), donde tenía que estar 3 años sin cobrar. Pero no fue esto por lo que lo rechacé, sino porque el Decano y Fundador de la Facultad, D. Heliodoro Carpintero, mi profesor preferido, que fue quien me invitó a estar de profesora, le pregunté si conocía la Teosofía. Y me dijo: «Teosofía, no Teología, Teología»….
Esta respuesta en un señor catedrático de Historia de la Psicología, fue fundamental para mí, para retirarme de la Facultad, incluidas las bofetadas y zancadillas existentes entre los que querían entrar de profesores y no eran invitados. Cuando me dijo aquello de Teosofía y Teología, mi decepción por ese hombre aumentó alarmantemente, pues pensé: «Si le gusta más la Teología que la Teosofía , no me interesa, y si no sabe lo que es la Teosofía, que me pregunte».
Pensaba que la Psicología era para aumentar el conocimiento de uno mismo y de los demás, así como aliviar el sufrimiento del alma humana,y no para tener sillones, luchar por puestos de por vida, ¿para qué?, ¿para estar envuelta en un nido de avispas?. No me interesaba a mis 20 años perder mi idealismo en esto.
Así que sali de Málaga y me metí en Malagón…, es decir, el Banco Zaragozano.
Donde he permanecido 26 años y donde he visto de todo, a un nivel mucho más bajo, pero igual de rastrero que en las alturas.
Lo único que diferencia las altas y las bajas capas de la sociedad económico-social, es la cantidad de dinero y poder. Por lo demás: las mismas zancadillas, los mismos rumores, la misma envidia, quizás más compañerismo, más risas, más buen humor entre los de abajo que entre los de arriba.
Entré como Secretaria del Director Regional, con mal pie´, pues al entrar quitaron de su puesto a la Secretaria que él tenía. Luego me hice muy amiga de ella, e incluso le atendí en sus dificiles momentos últimos de su vida, pues falleció sola, sin familia (eso me carcomía por dentro, morir solo, debe ser una de las peores situaciones de la vida, sin una mano que asir de tu familia, y mi mente no paraba de salpicarme con la idea de : M. Luz se ha muerto sola, como un perro, y no paré de llorar durante días) de cáncer de estómago, solo la visitabamos algunos algunos compañeros del Banco, que fuimos a atenderla, haciendo guardias. Esto tambien fue una conmoción para mí: ¿De qué sirve el dinero, el puesto, el cargo, si al final, es nuestra alma la que vale, la que cuenta?. La amistad que me unión a M. Luz, fue intensa, a pesar de haberse ella sentido apartada por mí, sin quererlo. ¿De qué me servía hacer la guerra a quien me la estuvo haciendo varios meses?. Tenía que convencerla que yo no iba con esto.
Luego fuí ascendida a Ayudante Técnico del Director Regional, donde tenía que asesorarle en todas las funciones , incluidas: objetivos y presupuesto, autorización de precios de pasivo, dirección del equipo volante (14 empleados, de los cuales hoy en día alguno es Director Regional de Empresas, etc.) y muchos otros temas de personal muy delicados, . He de reconocer que me ha servido para aprender muchas cosas, si bien no era lo mío.
Su libro me ha hecho revivir mi historia, cercana a la suya , pero en el otro bando… Los bandos son superficiales, las personas son lo que cuentan, su interior, sus problemas, sus ansiedades, y en este mundo, todos estamos cortados por el mismo patrón: todos sufrimos, todos padecemos crisis importantes, y a todos se nos clava el sistema en el alma.
Gracias por todas sus enseñanzas que ha plasmado en su libro.
ME GUSTARIA DISPONER DEL VIDEO PARA PODER VER LA PRESENTACIÓN EN DIRECTO.
MUCHAS GRACIAS
Aquí os dejo la entrevista (escrita y en video)realizada a MC por Carlos Dávila, en el programa Diálogos al Limite, interesante muy interesante
Abrazos
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/mario-conde-%E2%80%98dialogos-al-limite%E2%80%99-%E2%80%9Cyo-no-queria-oir-hablar-los-creditos-part
Gracias Mumtaz…No paro de reirme imaginandome los ojos salidos de las orbitas de los que son mencionados en el libro pensando» me dejaron con el culito al aire…»X_D .Si vale, es una risa un tanto «malvada» pero no puedo evitarlo…que absurdo
Menudos»dias de gloria» don Mario… ay señor de la cañita…virgen de la azucarera…¿Que puedo decir?No haberlo hecho :S si la clave es saber cuándo parar y cuando decir «tengo suficiente».Yo es que oigo cifras y pienso¿pero pa que tanto?¿que van a comprar? ¿Una isla? ¿Y pa qué?Yo tengo menos de la mitad de la mitad y la mitad y me voy a vivir a nosedonde,hago una cosita chica tengo tiempo libre..un par de tablas una cama(internet que no falte) y una huertita pa plantar papas mis seres queridos y ve con dios…y todavia me sobraria pa algun viajecito o alguna cutreaventura
Asi es Vedi, creo que tienes mucha razón: la tranquilidad de alma y cuerpo no la da el dinero, la da la tranquilidad, y esta se obtiene con lo necesario y que sobre un poquito para un viajecito, como dices.
Gracias Angeles por tus palabras amables 🙂
Pero que dificil es a veces decir el «ya basta» cuando nuestro cuerpo y mente está en medio de una tormenta…
Ahora no es tan dificil, gracias a la crisis estamos más limitados, en ambicionar y en gastar…
Me gustaría saber si podremos disfrutar en Barcelona de la visita de Mario Conde el próximo Sant Jordi ya que me fué imposible asistir al evento de Madrid.
Estimado Mario:
Es cierto que vivimos una pérdida de valores muy grande. Ser cobarde y lavarse las manos son dos males de esta sociedad. Nos estamos acostumbrando a tener una posición pasiva y a ser simplemente receptores. Echamos la culpa a la intransigencia o a la soberbia de ciertas personas y de ciertas instituciones que nos manejan y manipulan pero los verdaderos culpables somos los que nos dejamos tratar así, los que nos dejamos utilizar, los que no pedimos responsabilidades, los que decimos “si guana” a todo, los que estamos siempre con Dios y con el Diablo , los que quedamos bien con todo el mundo y nunca contradecimos, ni nos implicamos, con el fin de evitar algún conflicto o posicionamiento en el que pueda quedar en evidencia y salir perdiendo.
Sé que personas como tú resultan incómodas, lo entiendo; pero claro, a mí me resulta incomoda la hipocresía, falsedad, engaño y sobre todo la poca valentía de conductas sociales que nadan entre dos aguas y que son incapaces de implicarse, comprometerse, mojarse y por supuesto de mancharse. Te agradezco tu valentía y tu compromiso con la verdad.
Siempre he creído que los cambios han de venir de dentro de cada uno, a nivel individual y no de forma colectiva. Tendremos que cuestionarnos esta posición pasiva y hacer un ejercicio de reflexión. De esta forma reinventaremos un modelo más justo, cercano y no tan abusivo.
Coincido contigo en que los partidos políticos buscan proyectos de poder y no de país; los políticos viven demasiado ocupados en sus proyectos de poder como para ocuparse de un país. Soy profesor, en un Instituto de Guadalajara. También viví mis “días de gloria”; fui director de un centro escolar durante unos años y fui testigo directo de la endogamia política que vive esa casta de los políticos. Son grupos cerrados, estancos, encerrados en sí mismos; inmersos en números, estadísticas y resultados electorales y olvidan la verdadera esencia para la que fueron colocados en sus puestos: un tratamiento adecuado de la educación para elevar el nivel de los alumnos. Utilizan la educación como negocio y por supuesto como plataforma política con fines electoralistas o como lanzadera profesional en la que adquirir galones como responsable o jefe de determinada sección educativa es el objetivo. Creo que sobran cargos, asesorías, subsecretarías, subdirecciones; demasiados puestos y despachos liberalizadores de la tiza.
Deberían marcharse a sus respectivos puestos de trabajo todos esos figurones, amiguitos del alma y enchufados que hay colocados en puestos políticos. Tendrían que evitar que se solapen cargos y funciones, pues en muchos casos hay duplicidad de gestión; pero claro, estos puestos sirven para colocar a una gran cantidad de políticos no muy brillantes, a los afiliados al partido, a familiares y amigos; y por si fuera poco, estos se llenan de asesores, puestos evidentemente a dedo.
Parece que vivimos en el mundo al revés, se desprecia la honestidad, se castiga al que trabaja y se recompensa la falta de escrúpulos y la mentira. La injusticia es la atmosfera en que vivimos y la hipocresía el principal gas que respiramos. Los más aptos suelen estar en los peldaños más bajos y los más inútiles en una gran mayoría de situaciones son nuestros jefes. Este es el modelo de éxito en el que vivimos y posiblemente en el que muramos sino ponemos remedio y encontramos entre todos una vacuna para tal pandemia que termine con estos buscadores de la verdad que tan cerca están de la mentira.
Espero no contagiarme de este mal endémico y poder sobrevivir en este mundo al revés y en esta verdad que vivimos, que es sólo parte de la mentira. Espero Conseguirlo. Te agradezco que nos sirvas de modelo y nos abras camino en busca de estos mentirosos.
Yo estoy contento de no haberme dejado nunca atrapar en el papel de “funcionario corderito pasivo”. Me siento bien conmigo mismo por romper con los paradigmas, modelos y patrones con los que nos atrapan nuestros gestores y jefes educativos, muchos de ellos arcaicos, estúpidos y muy envarados; pero bueno como decía A. Einstein: “Solo hay dos cosas infinitas en el mundo, el universo y la estupidez humana”.
Yo también tengo la obligación moral de contar la verdad, la cuento en mi blog: http://laverdadcongeladaa.blogspot.com y desde mi profesión intento buscar una nueva conducta en las personas para que entre todos encontremos un modelo más justo.
Te agradezco la lucha pública tan valiente que haces de estos valores, te agradezco la obligación moral que te has marcado, te agradezco tú libro “los días de gloria”. Un “día de gloria” estuviste en la cúspide del poder financiero pero hoy, con tu lucha, con tu actitud, con tus ideas, con tus palabras y con tus libros; para mi, estás en la cúspide del poder moral y te agradezco la apropiación “debida” que haces de nuestras necesidades y obligaciones. Espero que esta vez no te acusen de estafa, aunque todo cabe esperar. Suerte y a cuidarse.
Veo que hay un montón de nicks nuevos, tal vez algunos arrastrados por la corriente de «Los días de gloria», sea cual sea la razón de la llegada, bienvenidos a todos.