Silencio, ruido, conversación y ego

      140 comentarios en Silencio, ruido, conversación y ego

Leer debería ser conversar con el autor del texto, siempre que se trate de libros de ensayo, porque si de novela nos ocupamos, leer es introducirte en el mundo confeccionado por el autor. Es claro que puedes en algún momento mantener una suerte de diálogo imaginario con alguno de los personajes de ficción, pero en todo caso el diálogo verdadero de producirse nace con el autor del libro que no ha utilizado interlocutores intermedios para expresar su pensamiento. Pero, y esto quiero resaltarlo, es una conversación en silencio, no obstaculizada por el ruido físico de las voces que se cruzan, cuyos tonos, en sí mismos, generan, provocan y transmiten emociones.

Cuando escribo algún artículo mantengo igualmente una suerte de monólogo, esta vez conmigo mismo, sea lo que sea ese mi-mismo. De nuevo en silencio, aunque aquí se ve ligeramente turbado por el sonido de las teclas al ser accionadas por mis dedos sobre el teclado.

Pero el silencio mas importante no es el propiamente físico, sino el emocional. El primero es ruido monótono que acaba por perderse en la lejanía de la concentración interior. El asunto es el segundo. El modelo educativo en el que hemos sido formados (mejor, deformados) implica, nos guste o no, una valoración del ego como premisa mayor. Es el enaltecimiento o el desaire al ego lo que primariamente nos importa en un diálogo, sobre todo cuando se ha producido con eco de público, con notoriedad, porque en ese instante el ego se siente afectado, en una u otra dirección, por el que pensará aquel con quien conversamos y todos los demás que sean recipiendarios de los sentimientos que provoca la conversación sostenida. En la mayoría de las ocasiones en las que me ha sido dado contemplar un supuesto y teórico diálogo, he percibido como si cada uno de los contertulios no escuchara al otro sino que estuviera atento a qué decir a continuación, y no con el propósito de argumentar de modo coherente, sino de quedar bien, de ganar, y si existe auditorio, si algún público presente en lo físico o presenciando en las ondas atiende a lo conversado, en casi todas las ocasiones se habla para quienes contemplan la escena, a quienes aplauden o reprueban, dejando de lado al interlocutor mas directo. En ningún caso se trata de aprender o de ilustrar. Se produce una perversión de la esencia de conversar.

El otro día, en un lugar que no concreto para no identificar sujetos, un tono de cierta agresividad surgió de uno de los presentes a continuación de mis palabras en las que pedía sugerencias y preguntas. Me extrañó, porque ni el lugar ni lo conversado impulsaban a esa agresividad tan notoria como sorprendente. Pero inmediatamente me percaté del fondo de aquel gesto al escuchar una queja, un lamento de quien hablaba por un comentario que yo  había efectuado, seguramente con intención de que alguien meditara sobre sus palabras, pero en lugar de provocar ese efecto todo indicaba que dañé el ego de quien a nosotros se dirigía.  Y cuando alguien habla impulsado por semejante sentimiento no suele ser capaz de coordinar un discurso coherente. El efecto es demoledor, porque no solo se percibe el ego dañado sino, además, la incoherencia del relato. Y, por si fuera poco,  el daño impide el aprendizaje porque la emoción tapona el conducto del intelecto. Es superior ese tipo de extraño dolor por sentirse menospreciado, al deseo de obtener algún tipo de enseñanza, siquiera una reflexión. Incluso a la capacidad de construir con coherencia.

Precisamente por ello mantengo serias reservas acerca de la conversación como instrumento del aprendizaje. Si es privada, si carece de testigos, podría ser mas beneficiosa, pero cuando se expone a  la luz pública el ego cortocircuita demasiados senderos interiores. Pero cuando la exposición externa se traduce en alimento o veneno del ego, en esos casos los daños colaterales son cualquier cosa menos despreciables, con independencia de que el aprendizaje brillará por su ausencia.

De ahí mi manía personal por el silencio. De ahí que me cueste la asistencia a actos teóricamente destinados a la conversación, al intercambio de pareceres, al aprendizaje mutuo. Espero que se me entienda.

Me gusta el silencio. No solo es que experimento que en mi caso resulta mas productivo, es que, además, me gusta, me siento bien. Por ello mi manía de escribir sobre el silencio, de definirlo como un estado productivo. Por ello mi noción de rezo, que, en mi idea, no consiste en hablar con Dios, sino en permanecer en silencio profundo de modo que, si quiere, y siempre quiere, sea Dios quien hable con nosotros. Es equivalente a aquello que decía el sacerdote gallego en la celebración de la Pascua de Enero: hacer sitio a Dios en nuestro corazón. Y si cualquiera de los sentimientos generados por la estimulación del ego, sea el orgullo o el dolor del menosprecio, se instala en esas dependencias, desgraciadamente no queda sitio para que alguien venga a ocuparlas. En ese caso el silencio se transforma en ruido. En un ruido que no solo es molesto sino espiritualmente demoledor.

El silencio, en mi idea, genera energía. Quizás sea mas preciso decir que permite que el interior se alimente de energía limpia. En todo caso da igual, porque lo que cuenta es la noción de carga energética. El ruido, por el contrario, la consume. Y la vanidad o el odio, por citar los  mas característicos, son altamente consumidores. Por ello pueden, incluso, provocar lesiones orgánicas.

Una de las características mas demoledoras de esta etapa de la civilización occidental es el consumo de ruido, en sus múltiples variedades espirituales, por llamarlas de algún modo que permita entender lo que quiero decir. El cultivo del silencio es profundamente necesario. Recuerdo en mis tiempos de lecturas acerca de los procesos de iniciación. En la Escuela de Samos, regentada por el inolvidable Pitágoras, a los aprendices se les imponía tres años de silencio absoluto. ¿Debería imponerse el silencio como asignatura obligatoria en la Enseñanza Primaria?

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140 pensamiento sobre “Silencio, ruido, conversación y ego

  1. I Landero

    Además del silencio, deberían /podrían imponerse otras enseñanzas. Por ejemplo, la danza o baile, especialmente para los chicos, y no por aquello de la igualdad de sexos. Sino por sus indudables efectos positivos para la armonía de mente y espíritu y con el prójimo. En la Edad Media, siempre tachada de oscurantista, eran más listos de los que nos parece. Tenían el Trivium y el Quadrivium, con enseñanza de la Música y danza como una de las asignaturas fundamentales. ¿Por qué no rescatar esa sabiduría antigua? Entre la que se cuenta el silencio.

    ¿No se retiraban las personas necesitadas de recogimiento, al desierto? Hombre, hoy sería excesivo. No tenemos el Sahara al lado. Pero puede uno procurarse un desierto particular, todos los días, donde estar un poco en silencio. Es el tiempo de la meditación ; o de la oración cristiana. Tiempo de encontrarse con uno mismo, con Dios – como bien dice Mario Conde, Dios se acaba colando en nuestro interior, siempre-, con nuestro prójimo, aunque físicamente esté lejos.

    ¡Estupendo artículo el de hoy, sí señor!

  2. BORJA

    El departamento de calidad del producto humano no supo preveer un defecto de fabricación demasiado común:

    Silenciamos el interior mientras hablamos. Sólo escuchamos el interior cuando callamos.

    ¡Cuánto bien habría en el mundo si el egoísmo humano desapareciera…¡

    Se te entiende perfectamente Mario.

  3. Joaquín Tamames

    Gracias por el sugerente artículo.

    Yo también creo que el silencio permite la carga energética. Y el silencio consciente aún más. Y cuando va acompañado de la soledad (no en sentido negativo) es aún más poderoso. Una comida en silencio, con consciencia, es una práctica de construir salud que ya se ha perdido.

    El ruido de la sociedad es permanente y sin embargo con el trabajo interno podemos ir poco a poco acallándolo (también debemos acallar nuestro propio ruido interno). La contaminación que generan los medios de comunicación es alta: la prensa, la radio, la televisión tienen un gran poder erosionante, pero son como la gota que cae sobre la cabeza, no reparamos en ella hasta que el agujero está hecho. Los sitios públicos, desde grandes almacenes a la consulta del dentista hasta las gasolineras e incluso los quirófanos, están todos invadidos por el ruido de canciones anodinas y empalagosas a discreción, con toda su carga emocional cansina y también muy erosionante. (En mi opinión la música sin parar genera una ansiedad interna imperceptible en la superficie que puede derivar en un intento de alivio mediante la compra compulsiva).

    En este Foro hay personas que han practicado la meditación vipassana que incluye muchos días de silencio. Y sin llegar a ello, la práctica de espacios de silencio muy definidos cada día y quizás reforzados una vez a la semana (un paseo largo por la naturaleza, en solitario) tienen un poder curativo enorme y traen claridad a la mente.

    En cuanto a la asignatura, recuerdo en mis tiempos de niño que los lunes teníamos una hora y media de “biblioleca”. Cada cual leía un libro en la clase, en silencio. En ese silencio de 25 chavales leyedo todos callados, yo descubrí la magia de la naturaleza en los libros de James Oliver Curwood. 45 años después recuerdo aquellas “clases” de biblioteca como algo mágico. Si, sin que el silencio deba ser una asignatura, introducirlo sutilmente en los programas disfrazado de otra cosa pudiera ser algo muy enriquecedor.

    Creo que sería magnífico que del artículo y comentarios de hoy, la comunidad de los que formamos este Foro nos planteemos cada uno dentro de su circunstancia y posibilidades conquistar ese espacio de silencio diario y semanal al que me refería. Gracias por el recordatorio.

    1. vanmergeren

      Retirado en la paz de estos desiertos,
      con pocos, pero doctos, libros juntos,
      vivo en conversación con los difuntos,
      y escucho con mis ojos a los muertos.

      La entrada y su comentario son muy sugerentes.
      Reciba un cordial saludo,
      Van

    2. Fernando Santos

      Querido Joaquín :

      Es difícil cumplir con el silencio voluntario, en una sociedad, ciertamente, abocada a la confusión y a la prisa.

      El tiempo de la reflexión y la experiencia, se suprime por un efecto inmediato, más pragmático.

      Difícil y muy complicada, es la senda por la que caminamos en busca de una serenidad callada y anónima.

      Muchas veces, el desconsuelo y la incertidumbre, habita en el corazón de quien desea que el dolor, le sea ajeno. Cuando ya no tienes más palabras para llenar de ilusión aquellos momentos de creencias y dogmas.

      Sucumbimos a lo externo y nos olvidamos, con frecuencia, del esfuerzo de pensar por Nosotros mismos. Sin condicionantes egocéntricos ni absurdas quimeras pues parece que el reflejo, distorsionado, del Yo, no permite engendrar la humildad.

      Gracias, Joaquín, por acercarnos al cultivo del silencio y la meditación, con gran sencillez y normalidad.- F.S.

    3. juanarmas

      «En mi opinión la música sin parar genera una ansiedad interna imperceptible en la superficie que puede derivar en un intento de alivio mediante la compra compulsiva».

      Gracias Joaquín por tu reflexión sobre el silencio y su poder energizante.

      Cierto lo que comentas de los centros comerciales. Existe toda una serie de técnicas en ese sentido, como podrían comentarnos algunos psicólogos. No sé si a ti también te pasa, pero es uno de esos lugares que no sólo nos descentran, sino que nos vacían energéticamente; especialmente cuando se hallan saturados. Precisamente, caminar por la naturaleza, como bien sabes, no sólo nos brinda silencio sino que nos «carga» de energía «curativa».

      1. Joaquín Tamames

        Si, muy oportuno tu post, Juan.

        La música crea estados de ánimo, y los estados de ánimo invitan a diferentes acciones.

        Una música new age como por ejemplo la de Deuter lleva a la meditación y la contemplación. Sería ideal para aeoropuertos y aviones.

        La canción que acompaña al video de Matt Harding alrededor del mundo invita a la alegría, a la hermandad, a buscar en el otro al prójimo.

        Una música violenta genera desparrame. Son interesantes al respecto las escenas de Bagdad en las que Michael Moore entra en los tanques y nos permite escuchar la música que escuchan los chicos de 19 y 20 años que conducen y disparan desde esos tanques (estas escenas están en la película Fahreheit 911). Es rock muy salvaje, violento.

        Y evidentemente también hay una musiquilla “muzak” o “cantada” que te produce un “no se qué” incómodo que suele solventarse mediante la compra. Tipica en grandes almacenes, gasolineras…

        Y está el experimento científico de Emoto, que muestra cómo las moléculas del agua toman formas armónicas o grotescas y sufrientes según la música que se les proyecta. Así que nosotros, que somos 70% agua, somos bien influenciables por la música: para bien o para mal.

        Abrazo!

  4. Oscar

    Muy buen tema el de hoy. Y si, yo también creo que el si aplicáramos mas eso de escuchar, volver a escuchar y luego ya hablar, nos iría todo mucho mejor.

    Porqué en todos los ámbitos de la vida, ya se sabe aquello de que para decir tonterías, mejor estar callado.

  5. Socrates

    Yo he practicado desde que tengo uso de razón el sano ejercicio de hablar conmigo mismo en voz alta y en silencio. Mantener soliloquios conmigo mismo digamos que, me pone. Dice mi madre que es demencia.

    Moraleja: El monólogo discursivo ante un auditorio silente es otra forma de cultivar el ego.

    P. S.: El silencio impuesto al «interlocutor» es una forma de ejercicio de poder ególatra, aunque denota algún punto débil del orante que éste pretende ocultar no interactuando con el público, y por ende, con el mismo Dios.

  6. verano1914

    Qué interesante reflexión y análisis sobre como dialogamos, cómo escuchamos o en realidad no…Esta reflexión no tiene desperdicio para mí, la voy a releer varias veces, porque es cierto nuestros egos, por cosas no resueltas por carencias se interponen cuando nos comunicamos con cualquiera. Esto para mi personalmente es muy muy útil. Claro para ponerlo en práctica, hay que practicarlo. Y como se bloquea el aprendizaje cuando nos dejamos llevar por emociones que nos hacen daño, nacidas de un ego que no está sano. Gracias esto es interesantísimo y útil para una mejor calidad de vida, basada en un buen relacionamiento con nosotros mismos y así con quienes nos rodean.

  7. mjm

    Esto es lo que en los colegios se ha de transmitir. Qué lamentable el sistema educativo.

    La gente necesita llenar sus espacios de vacío y busca fuera de, y claro, luego viene la insatisfacción.

    Reivindicar el silencio y practicar el auto silencio cuando el ruido invade.

  8. Pau Llanes

    Interesantes tus reflexiones sobre Pitágoras de Samos, sus escuelas en la Magna Grecia (lo que hoy es el sur de Italia), en concreto en Crotona y Tarento… y su práctica del silencio. Mucho se ha escrito y especulado acerca del sentido de tal silencio y su voto obligatorio entre sus alumnos esotéricos (parece ser que los exotéricos estaban exentos o lo practicaban a discreción)… ¿Era un silencio de sabiduría, es decir, un camino hacia el saber? ¿O era un silencio prudente? La prudencia, como la paciencia, son virtudes que expresan sabiduría y autocontrol, también armonía del alma con el universo…

    Luego de un tiempo en silencio (entre dos o cinco años, según los estudiosos del tema) los alumnos eran estimulados a hablar, a preguntar, a pensar en voz alta, a debatir… El sonido, el ruido, la música tras la eternidad del silencio… ¿Pero qué música para qué oídos? ¿Qué preguntas para qué respuestas? ¿Qué silencios para qué vida alarmada?

    Pitágoras proponía vivir en armonía con el cosmos, la naturaleza revelada y cifrada en números y composiciones musicales… La “harmonía pitagórica” no es otra que la comprensión del orden del universo, su divina proporción entre el todo y sus partes… pero también es el movimiento armónico de los astros celestes, de las fuerzas que intervienen e interactúan, componiendo una auténtica música celestial, la “música de las esferas”… ¿Su silencio era una simple estrategia para percibir, escuchar, los secretos del universo? ¿O a la propia alma girando al unísono, armónicamente, con el resto de la naturaleza? Hermoso misterio…

    Recuerdo que hace casi un año, en diciembre, Pitrigilli, mantuvo contigo una sugestiva conversación en el blog. Me llamó la atención su relación con las armonías pitagóricas y copié este fragmento: “Hace poco, una sabia persona comentó ante un nutrido grupo de personas, que deberían pulsar en el quinto traste el bordón de la guitarra, con el fin de que vibre y “contagie” a las otras”… Hablaba de percibir la totalidad de las cosas rompiendo la visión dualista, contradictoria o dialéctica, de la realidad para alcanzar “una realidad última del universo”… Y es que armonía también tiene que ver con afinar instrumentos musicales, crear escalas musicales…

    Mirar al cielo y escuchar la música silenciosa de las esferas celestes es una experiencia sublime… Ser y estar en el centro de este silencio es una experiencia sobrecogedora, y algo más… Burke afirmaba que la pasión que causa lo sublime “es el asombro suspendido en el horror”… Nuestra mente está tan llena de aquello que sentimos como sublime que no puede mirar ni sentir nada más, está como hipnotizada, ni tampoco razonar. En ese estado límite de nuestra mente, el miedo nos conmueve… aunque en realidad no haya ningún peligro real que nos amenace. Se trata de una especie de “horror delicioso” o también de una serenidad con un matiz de terror: el temible placer del infinito y sus misterios prometidos…

    Luego de leer tu texto he salido al campo, en medio de la noche, aquí en la sierra a unos kilómetros de Oaxaca. He buscado un lugar retirado, despejado, y he alzado la mirada hacia el firmamento apenas iluminado por una luna-sonrisa y millones de estrellas luciérnagas gigantes. Frente a este espectáculo de la naturaleza, me he resistido a cerrar los ojos y abismarme en mi interior… Y he sentido nuevamente la pasión de lo sublime. Ese terror apacible, ese dulce miedo esperanzado… Tan pequeños y tan grandes. Tan solos y sin embargo unidos a esa placenta inmensa e indeterminada que es el universo en su plenitud… Buscaba el silencio, y todo era un puro escándalo de sensaciones y sentimientos… Entonces dejé de pensar: por minutos, no sé cuánto tiempo, quedé suspendido en la eternidad… o yo qué sé…

    Una araña en mi brazo, su caricia, me urgió a la realidad; era una “viuda negra”, la reconocí al instante… Por suerte la arrojé fuera de mí antes de que me mordiera… Volví en un santiamén para contároslo (el resto es literatura).

    Qué placer, Mario, Joaquín, deshabitarse del ruido de los pensamientos… y despertar vivo en el mundo de los vivos una vez más…

    Saludos, de madrugada, desde aquí y ahora… Pau Llanes

    1. Ze

      ¿Su silencio era una simple estrategia para percibir, escuchar, los secretos del universo? ¿O a la propia alma girando al unísono, armónicamente, con el resto de la naturaleza?

      Ambas. Unas veces una, otras veces otra. Otras…

      Es un placer leerle.

      1. Pau Llanes

        Sucedió tal cómo os conté… Por fortuna, Joaquín, todavía no era mi hora… Y no quiero pensar que mis deudos hubieran reclamado a MC por haberme inducido espiritualmente a esa locura de salir en la noche a contemplar el universo en medio de la sierra, sólo y sin apenas referencias visuales… presa fácil para «viudas negras» y coyotes hambrientos… Pero no hubiera estado mal eso de pasar de seguido del extasis visionario al silencio perpétuo. Hubiera sido una muerte memorable, no lo dudo, poética… quizá un pretexto para un artículo sobre la vida y la muerte, tan contiguas como sucesivas…

        En fin, yo también me alegro contigo de seguir en este lado por un tiempito más…

        Gracias por tu signo de énfasis, entre otras cosas…

        Pau Llanes

    2. techy-amal - teresa

      Me encantan sus reflexiones.
      Celebro que esa viuda negra no le haya picado, yo tuve la mala suerte que me picara otro tipo de araña, y ha sido dramático durante un largo año.
      Como bien dice usted, no era su hora.
      Felices sueños.

  9. Simba1968

    Me encanta este artículo, que inteligente, que cierto, que bueno.
    Cada vez más, nos mantenemos en silencio por muchas razones: porque no están predispuestos a escucharte, porque si no escuchan lo que quieren escuchar no les interesa, porque hay que sobresalir o llamar la atención, porque no merece la pena muchas veces, porque las conversaciones son agresivas y efectivamente al invadir la emoción o prejuicio no son conversaciones limpias.
    El silencio a mi también me gusta, es productivo, si, te llena de energía, y en la gran mayoría de las veces te alimenta y te da fuerza, porque aprendes a escuchar a observar, si observar con atención, la forma, el tono, sus movimientos, la mirada y ves la aptitud de la persona.
    Si, efectivamente, en los grupos sale el ego de las personas y ya ves por dónde van a ir los tiros por eso callamos muchas veces.
    Que desastre, me tengo que ir a trabajar, leeré de nuevo tranquilamente todo.

    Anécdota: no me gusta cuando llego a casa de alguién y me ponen música, o encienden la televisión !qué manía¡ ¿y en el trabajo? ayer me quejaba y decía: !! si es que no me dejan ni cinco minutos para leer un artículo tranquilamente¡¡ todo el mundo va rápido a no se dónde, haciendo preguntas rápidas continuamente no llevan a nada, van como marionetas de un lado para otro, hasta pones un cartel que no funciona la puerta y se dan un golpe porque no leen el cartel, me río en silencio y pienso » Madre mía……» así nos va…..

    Buenos días!!

  10. alf-iris

    Caray! Qué identificado me siento con tus palabras…
    De hecho iba a guardar silencio porque creo que no puedo aportar nada, pero dándole vueltas al artículo decir que a la gente se nos caen los problemas por la boca o por el teclado en cuanto se inicia cualquier conversación, sólo tenemos que escuchar 5 minutos a cualquier persona o a nosotros mismos, ya no en una tertulia sino en cualquier situación de la vida, en el mercado, en el banco, en la empresa, en casa, en los foros, en los blogs…, para comprobar como se desvía la conversación hacia un problema muchas veces disfrazado de respuesta a cualquier planteamiento que no tiene nada que ver.
    El ser humano pide ayuda a gritos a través de la voz de las personas. El silencio ya no existe ni el ascensor. Las tertulias y las conversaciones se tornan en combates de boxeo entre egos. Creo que la gente tiene miedo a encontrarse consigo mismo en el silencio. Es cuestión de tiempo, el ser humano termina aflorando sobre las personas aunque sea en el lecho final.
    Ahora también es cierto que tenemos que diferenciar la autoestima del ego.
    Un saludo.

  11. fj-jeugenio

    Hace unos días, se reunían algunos de ustedes en el monasterio de Sobrado de los Monjes; el silencio absoluto de los cartujos es, junto con la penitencia y la oración el camino hacia la santidad de esos seres excepcionales.
    Todos, hablamos más de la cuenta y muchas veces veces, a posteriori, nos arrepentimos de haber dicho cosas , que si hubiéramos practicado la virtud del silencio no hubiera sido así.
    «De hablar, te arrepentirás muchas veces, de callar nunca».

  12. juanarmas

    ¿Debería imponerse el silencio como asignatura obligatoria en la Enseñanza Primaria?

    http://www.youtube.com/watch?v=__0GIfhnwPs

    Sí, porque aprender no es sólo lo que nos han enseñado -retener datos y agilizar la lógica.

    Creo que es inevitable en una conversación la presencia de los egos, especialmente cuando en ésta participan más de dos personas. Conversar puede ser una manera de aprender de otras visiones y pensamientos, pero también nos puede ayudar para afirmar la que consideramos es nuestra personalidad. Por otro lado, suele ocurrir que proyectamos distintos egos -o distintos grados del mismo ego- en función de con quién hablemos o del tema abordado. El ego como herramienta es necesario en nuestra vida cotidiana.

    Puede darse el caso de que una de las personas utilice el encuentro como un medio de agresión más que de afirmación; agresión que en los hechos revela una vulnerabilidad herida, no tanto por lo que se le ha dicho sino por cómo ha reinterpretado y valorado la intención de las palabras o por el concepto prejuzgado que se tenga de su interlocutor o del tema abordado.

    El silencio ayuda a desprenderse de estos episodios más o menos cotidianos que todos acumulamos diariamente. Junto con la experiencia mística, el hecho de darnos cuenta -de ser conscientes- de ese silencio grato que no pide justificación ni identificación con pensamiento, sentimiento o forma, nos libera, nos aligera. Es así, en ese silencio vivido como experiencia, cuando nos percatamos de la presencia de nuestro «amigo invisible»: de esa fuerza inteligente y amorosa, perenne y misteriosa, que impele a mantener el latir de nuestro corazón y el fluir rítmico de la respiración, llenándonos y manteniéndonos enlazados en los distintos planos de vida, dotándolos de expresión por medio de pensamiento.

    Por eso a muchas personas la simple idea de mantenerse en calma silente les parece directamente una idiotez. No se entregan a fondo al juego de la experiencia porque les da miedo su propia presencia: todos en mayor o menor grado tenemos miedo de algunos aspectos nosotros mismos. La televisión, en ese sentido, junto con su papel dogmatizador, tiene un no menos despreciable rol de adormidera colectiva: mata el silencio incómodo -el propio y el compartido.

    Buen día.

    1. juanarmas

      PD: Es de agradecer que puedas dedicar más tiempo a escribir en el blog. Y que lo hagas. Gracias Mario.

    2. mjm

      Gracias por el vídeo Juan, precioso.

      Antes en el cole nos llevaban de ejercicios espirituales y de «convivencias».

      Solo desde el fortalecimiento interior se puede proyectar en positivo.

      1. Fernando Santos

        Querida mjm :

        Sinceramente, no me importaría y quizás, debamos de recuperar, «el espíritu de Sobrado», de nuevo.
        Volver a escuchar el lenguaje de las piedras, el sentir del frío al amanecer y la belleza de los maitines.- F.S.

        1. j.galan

          Fernando, hay una persona que conocemos muy bien, obsesionada en ese espíritu de Sobrado. Pretendo acompañarla, pero desea ser escoltada por su soledad. Debió de oír en Laudes, Vísperas y Completas algo más que el sigilo de las piedras y la congelación del alba.

          Chissss, silencio!

        2. juanarmas

          Estimado Fernando:

          Ese espíritu de Sobrado es posible que se extienda por otros lugares de la geografía española. Como dice mjm, así trabajaríamos -multiplicándolo más que sumándolo- el «fortalecimiento interior». Sin duda sería enriquecedor.

          1. Fernando Santos

            Querido Juan :

            Desde mi profunda admiración por Ti y todos tus grandes conocimientos, te agradezco muy sinceramente que mantengamos, cuidemos y fomentemos este tipo de actos y que se hagan extensivos para TODOS.

            En Sobrado dos Monxes, ya convenimos que se hacía necesario un camino hacia el encuentro con Nosotros mismos, con más meditación e interiorización. Estoy seguro que la semilla ya está puesta y entre TODOS, sabremos hacerla germinar.

            Te ruego que cuentes conmigo y que sepas de mi total disposición para descubrir otros lugares, en los que el Alma se sentirá cómoda, entre el sosiego y el silencio.

            Gracias, de todo corazón, Juan.

            Un fortísimo abrazo.- F.S.

            1. juanarmas

              Querido Fernando: gracias por tus palabras. De igual modo, a pesar de que vivamos en los polos :), cuenta conmigo. Ojalá el próximo encuentro lo propicie. Es muy posible que así sea.
              Un fuerte abrazo para ti también.

  13. Aloe

    Buenos días, una gran pensamiento. El silencio es necesario, gracias por este artículo de hoy, nos hace reflexionar.

    Dejo estas cuatro letras. El pensamiento en ocasiones necesita de ese reposo… silencioso.

    El mar eleva su mirada en una ola,
    intentando otear la probidad de la tierra.
    En su repetitivo e incansable asalto,
    de esa barrera con la que tropieza
    una y otra vez, retrocede y regresa
    a ese lugar, donde el pensamiento halla su pureza
    su descanso y alberga la esperanza del reposo.
    De este modo… así… retorna el pensamiento. Silencioso

    Buen día, a todos.

    aloe.

    1. Aloe

      PD:

      Primero, el lenguaje. Incluso para pensar, hablamos internamente, después el pensamiento y así podemos llegar al silencio, lugar, donde no es necesario el ruido
      También de esta manera nos escuchamos a nosotros mismos. Cuando
      Una idea , llega a nuestra mente insistentemente una y otra vez, es el momento de pararnos , para escuchar lo que nuestra razón,o nuestro inconsciente , desea comunicarnos.
      Eso, se consigue sin sonido externo… sin ruido, después podemos abrirnos al silencio … en paz.

      Aloe.

      1. juanarmas

        Verbalizar ha sido fuente de desarrollo pero también nos ha «condenado» al pensamiento perpetuo.

        Así, ya que es casi imposible detener el flujo de pensamientos -tanto como detener ese mar-, sólo nos queda intentar bucear y centrar nuestra atención en ese tiempo/espacio intermedio,aparentemente muerto, donde no hay olas ni pensamientos.

        Gracias Aloe por tus versos.

  14. TERESAGM

    Buenos días: Excelente artículo el de hoy.
    El ego nos juega «malas pasadas»
    De qué me sirve ser más «listo» que otros si no soy amigo de mí mismo?
    De qué me sirve el intelecto si no vivo desde el corazón?
    Cuando vivo desde el corazón hay Amor.
    Preguntarme ¿Qué siento? en lugar de ¿Qué pienso?
    Cuando vivo en el corazón mi realidad cambia. Todos somos Uno.
    Cuando sólo vivo en la mente el ego me domina.
    Humildad y Amor es lo que el mundo necesita.
    Saludos,

  15. MARIAJO

    La palabra es una vibración mas de este mundo. Si Dios nos la dio, aunque no sea la cosa y la cosa no sea…nada, provablemente sería para decir te quiero y no te odio, para cantar nanas y no gritos de guerra, para animar y convertir tristezas en buenos propósitos. Otra cosa es que, como buenos seres de libre albedrío que somos, la utilizemos en exceso y para equivocados fines. El silencio, es otra vibración mas de este mundo y si Dios nos hizo descubrirlo, aunque tampoco sea la cosa y la cosa no sea… nada, provablemente sería para pensar en como arreglar este mundo roto, para ordenar ideas y sentimientos, para descansar y en el descanso producir nuevos impetus de construcción. Otra cosa es, que como malos seres de libre albedrío que somos lo utilicemos para olvidarnos del mundo, de nuestras responsabilidades con el y nos volvamos unos egoístas anacoretas. Todos necesitamos de las palabras y de los silencios. Unos dedican su vida a contar historias y otros a orar en celdas pequeñas y porticos acristaldos. Solo los mas privilegiados pueden hacer las dos cosas sin atormentarse por el lugar que ocupan. Todo está puesto aquí…y elegido para vivir… de antemano.

  16. Meizoso

    Estar en silencio supone observarse a uno mismo, estar con uno mismo… y eso da mucho miedo a todas aquellas personas que no se quieren o valoran.

    Personalmente utilizo el silencio sobetodo en días en los que ha predominado la tensión, la toma de decisiones o cuando he tenido sentimientos o sensaciones que han provocado reacciones no muy positivas con las personas que me rodean, ahí me gusta refugiarme en mí mismo, valorar mis pensamientos, mi conducta.. hacer autocritica, limpiar esas malas sensaciones y planificar cómo afrontar el día siguiente con una energía más serena y armoniosa. El silencio es el contexto perfecto para un trabajo interior tan necesario en tiempos donde la única forma de mejorar nuestra sociedad es sintiendo la responsabilidad como individuos de mejorar, y sólo así, con la mejora de cada uno de nosotros como individuos, mejoraremos la sociedad que formamos.

    Un abrazo a todos, me voy para Albcete,

  17. felix de valois

    Quizá resulte baladí poner cierto énfasis en una minúscula apreciación reseñada en el texto y que.a manera de conclusión,nos lanza,se lanza a sí mismo; dice:»por ello mantengo serias reservas acerca de la conversación como instrumento del aprendizaje». Es cierto que lo que sigue a continuación de esta cita es coherente y sumamente correcto,si bien,su contrapeso,se halla en obviar los efectos que la otra parte pudiera obtener.
    Demasiadas veces nos recuerda que los sujetos,los egos,suelen tener comportamientos «extraños». A veces observa como el simple hecho de no mirar a alguien cierto número de segundos es interpretado,fue interpretado,como cierto desprecio o desdén de vd. hacia esas gentes que,visto desde una perspectiva un tanto lejana,casi nos atreveríamos a calificarla como de infantil o pueril; pero esto que no deja de ser así es también motivo para alimentar nuestro conocimiento interior. No es dificil herir a los semejantes,pero poco se puede hacer cuando aquellos son pura herida;decía Goethe en situaciones tales que curar a alguien así es matarlo.
    Volviendo al texto, es apreciable la utilización del plural –lo que nos dá idea de que tales conductas suelen ser reiterativas– como también lo es que identificara la agresividad,notoria y sorprendente,del emisor. Pero hay veces es que estas apreciaciones vienen condicionadas por elementos externos,ya sean emitidos por el propio emisor,ya por el entorno,ya por el receptor. En cualquier caso,casi siempre resulta beneficioso algo que solemos solapar, sobre todo por aquellos que atesoramos un resorte en el ánimo que nos impulsa cual ballesta, y que no es otro que la pausa.Escuchar.Oir al otro.
    El silencio. Ese minúsculo terruño propio e indivisible donde damos cobijo a nuestro ser íntimo. Ese lugar de análisis que como una película pasa,o hacemos pasar ante nosotros despreciando unos forogramas y atesorando otros. Sí,es aquí donde nos encontramos seguros y,no obstante,es aquí donde también nos hacemos los mas ácidos y críticos con nuestros pareceres,¿es reflexión? si lo es, bienvenida sea.
    Conclusión. Siempre hay salvavidas. Toda critica nos hace mas fuertes…si sobrevivimos claro.
    Saludos cordiales

  18. Elena Enriquez Alcina

    Muy interesante el artículo. El ego, la vanidad…….el silencio.
    Tengo todos esos defectos, cuando miro hacia el interior algunas veces me compadezco de mi misma, soy consciente de como alcanzar la libertad, pero no sé hacerlo. Soy demasiado débil, demasiado vanidosa, demasiado humana……… frustra saber quién eres y no ser capaz de mejorar.
    A veces (solo a veces) el sentimiento de asocial me acompaña, me incomoda este o aquel, perturban mi tranquilidad, el error es mío, lo sé, pero también el sentimiento.
    Una de las cosas que deseo cada semana, es volver a levantarme el domingo temprano y sentarme donde sea en silencio, casi en estado catatónico, sin pensamientos, sin ruido, solo sintiendo esa inmensa paz que me regala ese momento, escuchando el silencio, llenándome de la tranquilidad abrumadora que me ofrece, es un momento insustituible y necesario para seguir viviendo. En esos momentos solo siento.
    ¡El silencio!. Uno se conoce en el silencio, a veces es aterrador convivir con uno mismo, aunque más aterrador es enfrentarse con quien eres. Conlleva sorpresas y el riesgo de no gustarse está omnipresente. Es el único camino que conozco para cambiar, si deseamos mejorar tendremos que acudir al silencio.
    Sería interesante que se impusiera en los colegios meditación, una introspección diaria. Tal vez no seamos capaces en público de ser quienes somos. A solas y mirando hacia dentro, el engaño no es posible.

    Un saludo.

  19. Abucide

    Esa vieja frase «el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras» fue y es una de las grandes verdades que esta humanidad a dicho y recogido.
    Cierto, el silencio es oro para el ser humano que lo usa, pero también es cierto que en muchas ocasiones es indicativo de falta de sinceridad, saber estar y saber hacer.
    Cordiales saludos compostelanos

    1. Elena Enriquez Alcina

      Abudice, pienso que el hombre es dueño de sus palabras y esclavo de sus silencios.
      Precisamente el refran al que haces referencia está cargado de EGO.

      El silencio es un lenguaje introspectivo, con uno mismo, el receptor y emisor, es uno mismo y el canal, el alma.

      El silencio no puede utilizarse como instrumento de dialogo entre personas, cuando se utiliza crea suspicacias, malos entendidos, suele ser aleccionador y despreciativo.

      Las palabras no tienen porque ser inamovibles, hoy dijiste esto, si cierto, tal vez mañana cambies de opinión, hecho normal en el ser humano, que evoluciona y modifica su conducta. Es de agradecer.

      No hay que tener miedo a decir algo, hay que tener valor para reconocer una equivocación.

      Es una visión muy particular, lo sé, pero creo en ello. El miedo es el alimento de la mentira.

      1. TERESAGM

        ¡Qué razón tienes Elena! El miedo es el obstáculo más grande del ser humano. Nos impide ser quienes somos, sin inociencia,sin espontaneidad, sin alegría. Y ¿Cuál es el obstáculo del alma? El Ego.
        El miedo a ser aniquilado.

    2. juanarmas

      Estoy de acuerdo con ambas. El silencio que señala Elena nos anima a aceptarnos -a ser realmente nuestros amigos (cosa que no es fácil) y permitirnos abrirnos a lo que pensamos, sentimos, queremos o temamos, por ejemplo-.

      El silencio que indicas con ese refrán no siempre es señal de asertividad. Como bien dices, hay silencios que lejos de convertirnos en dueños reflejan nuestra esclavitud. En ese sentido también los silencio propios o ajenos nos enseñan.

      Un cordial saludo.

  20. Westmoreland

    Siento poner la nota díscola sobre la valoración del silencio, pero para quien suscribe, la vida ha de tener su ruido, su música y el bullicio inevitable de toda sociedad de personas que tienen afán de comunicarse, para lo bueno y para lo malo, que no le falta razón al articulista cuando expone las razones por las que gusta del silencio.
    Asumo que el ruido es parte de convivir, que tiene sus momentos negativos, muchos, pero que no queda otra en un planeta donde habitamos millones de seres humanos, con capacidad de hablar, emocionarse, sentir y sobre todo, con necesidad de comunicarse, aunque a veces sea en demasía.
    No se me hubiera ocurrido entrar, de oficio, en la benemérita escuela filosófica de Samos, y de haberme admitido sus autoridades académicas, por error, me hubieran expulsado fulminantemente en no mucho más de 24 horas, con carácter urgente, porque el voto de silencio se me haría muy cuesta arriba en ese plazo.
    Es más, a veces cuando estalla la calma nocturna, se echa en falta el bendito ruido de fondo, porque la vida tiene sus sinfonías, y sus cacofonías también.

    Os dejo para las dos escuelas, las de los ruidosos y los silentes, con los matices de cada uno, un par de vídeos, emulando a un ex compañero de foro al que le profeso enorme simpatía y le echo en falta por esta casa, porque para esto de las notas musicales se pintaba solo, todo un magister.

    sound of silence. Simon&Garfunkel
    http://www.youtube.com/watch?v=9hUy9ePyo6Q

    aunque a mí la que me va es esta, claro

    Coldplay – Speed Of Sound
    http://www.youtube.com/watch?v=TahH7B_aUZc

    Buena jornada

    1. Inmaculada

      De acuerdo West que el ruido es parte de esta, nuestra vida diaria, pero cuántas veces se hace necesario incluso con ese ruido abstraerse del mismo…
      El silencio también es vida.

      1. Fernando Santos

        Igualmente, querida Inmaculada, también hay vida en el silencio pues existe como una demanda hacia el interior. Ahí, debemos crecer y madurar pues aunque, muchas veces, descuidada es igual de importante.

        Totalmente, de acuerdo, contigo.- F.S.

        1. Inmaculada

          Que alegría coincidir Fernando, supongo que formamos parte de esos muchos que, en determinados momentos anhelan ese silencio.

  21. juanlo

    El silencio permite acudir hasta la raiz del pensamiento, que en realidad es el observante del incontrolable flujo de conceptos etiquetables, desordenados y arrastrados como peleles por las neuronas automaticas.

    El ego es inevitable, conformado por marcas inborrables en nuestra masa gris. El silencio permite identificar esos surcos y sus origenes y habitos anexos. No es malo tener un ego muy activo. Solo hay que reconocer que interviene de vez en cuando.

    Csikszentmihalyi en su libro Fluir hablaba del perderse en la acción o en un seguimiento mental de forma pura. Del mismo modo, la ingesta de ciertas sustancias elimina la existencia del observante interventor. El ruido puede surgir en un monasterio, en un atasco de zombies a las 6 de la mañana como en una disputa verbal. El observante marca la presencia de una u otra quimica cerebral.

    Los que no pueden tener fé, o sentir la llamada de lo trascendente, acuden al otro extremo del hilo, al recurso físico de lo emocional y, alterando el curso que interviene en la emoción, asiste a la misma paz de forma mas burda.

    Etiquetas y suciedades. Eso es el ego. Y soy yo.

    1. juanarmas

      El juego flagelador.

      Si tu tú fueras realmente Tú, no habría lugar para perspectivas distintas en las infinitas variantes que puede ser la realidad de tu tú, desde el Tú, que también es mi Yo: nuestro YO.


      Me alegra que hayas roto por un flash tu silencio.

    2. mjm

      Leí Fluir hace ya unos años y me encantó. Estar tan dentro de algo de forma que pierdes hasta la noción del tiempo. Son los «momentos» de felicidad.
      El nombre del autor es «imposible». Veo lo recuerdas.
      Un saludo

      1. juanarmas

        No conocía a este autor ni a su obra. Buscando en la red encuentro que Csikszentmihalyi define fluir como:

        «Un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad para su propio placer y disfrute, durante la cual el tiempo vuela y las acciones, pensamientos y movimientos se suceden unas a otras sin pausa. Todo el ser está envuelto en esta actividad, y la persona utiliza sus destrezas y habilidades llevándolas hasta el extremo. La persona está en flow cuando se encuentra completamente absorbida por una actividad durante la cual pierde la noción del tiempo y experimenta una enorme satisfacción.

        No sé si realmente es así o no, pero quizás tendría un punto en común con la perspectiva zen del «Se» hacen las cosas. Es decir, cuando nos apartamos y permitimos que las cosas se realicen atraves nuestro, como en el caso del tiro con arco.

        Gracias a Juanlo y a ti por resaltar a esta obra y autor.

  22. Fernando Santos

    Existe un proverbio hindú que reza así: -«cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio». Estoy completamente de acuerdo.

    Quizás vivimos sometidos, a varios ruidos perturbadores, desde una ausencia de reencuentro con Nosotros mismos, a una insoportable carga de autocomplacencia que no nos permite ser uno, como persona, como Ser, físico y espiritual.

    Probablemente, a muchos, el silencio, les cause dolor pues compartimos una sociedad, repleta de sonidos y de voces, muchas de ellas vacías de contenido, de carga emocional y mucho menos, cultural. Donde lo de menos ese el mensaje sino la presencia del individuo, con enorme acritud e insolente convicción.

    Quizás el silencio, también asusta, en el silencio escuchas cosas que no deseas sobre ti mismo, y eso no te permite un encuentro con el sosiego y la meditación. Instantes de desnudez espiritual, tan íntimos como vitales, para transmitirte tu propia Verdad.

    En el silencio, no convencemos ni aparentamos, no deseamos ni codiciamos, no imponemos ni brillamos, no huimos ni conquistamos, simplemente…. SOMOS.

    Se hace necesaria esa búsqueda del silencio, esa dimensión introspectiva, para volver a la humildad e indiferente con el ego pues en la sencillez y en la verdad, sólo existe el camino del corazón.

    Es tiempo de .- F.S.

  23. miguel 128

    Cuanta verdad en este articulo.
    Se lo voy a mandar a unos cuantos a ver si se dan por aludidos.
    Gracias

  24. Xana

    Buenos días.
    Gracias Mario, qué necesarios son de vez en cuando éstas palabras en un mundo ensordecido.
    Sólo añado un bello poema.
    —————

    El Silencio
    Me alejo del ruidoso mundo
    refugiándome en el bosque del silencio
    huyéndoles a los molestos decibelios
    que aturden mi agobiado pensamiento

    Descansando en la quieta soledad
    en mis reflexiones inmerso,
    nuevas ideas estimulan mi intelecto
    cual feliz renacimiento.

    Me embarga una inmensa calma
    que invade mi interno fuero
    refresca su sed mi deshidratada mente
    bebiendo del manantial del sosiego.

    Embriágame perfume de las flores
    que me llega cabalgando sobre el viento.
    oigo el conversar de sus olores,
    como dulce susurro de barlovento.

    Percibo los nostálgicos recuerdos
    que vienen de muy lejos,
    lejanía que refleja una distancia,
    distancia que se alarga con el tiempo.

    Inapreciable Compañía es el silencio
    con su mudo acento,
    cuando se retiran nuestros tímpanos
    a un merecido asueto

    Silencio que me permite disfrutar
    de un sordo momento
    en el que podemos soñar
    ya dormidos, ya despiertos.

    -Cástulo Gregorisch-

  25. Merce

    Todo en su justa medida, el problema es la justa medida.

    Que hablen para saber y que me dejen decir para que se sepa, en silencio concluiré.

    A veces la cabeza, el alma o como se quiera llamar nos pide silencio, el alma es sabia hay que dárselo cuando lo demanda por el propio bien de uno mismo.
    Provocar silencio porque sí tampoco creo que sea necesario. Las conversaciones dan grandes frutos, hay algunas que parece que necesitarían toda una vida para entenderse. Porque hay tantas vanidades, egos, violencia, paz, entendimiento, confrontación…. como personas conversan/hablan todo ello forma parte de la personalidad, todo lo tendremos siempre, lo importante es ir aprendiendo a manejarlo. Seguro que cada cual dependiendo en qué situación lo llevará mejor o peor.

    Ruido es otra cosa, a veces hay ruido en el silencio.Y silencio en el ruido.

    A los niños hay que dejarles que pregunten que pregunten todo lo que quieran, dejarlos en silencio cuando lo tengan, no introducirles en nuestras obsesiones que ni siquiera les tenemos respuesta. A los niños hay que enseñarles como está funcionando este mundo, y escucharles y dejarles ser ellos mismos.
    “Dejar a los niños en paz” el silencio lo necesitamos los adultos, hablamos mucho y decimos poco.

        1. Rio

          Buenas noches.

          Disculpa Merce, encantado de conocerte y te ofrezco mi correo personal ya que seria un placer charlar contigo, como así ha sido con muchos foreros, espero que cada vez seamos más.

          Un saludo.

          Río.

  26. f1

    A tu pregunta «¿Debería imponerse el silencio como asignatura obligatoria en la Enseñanza Primaria?» mi respuesta es: Lo que debería de enseñarse es a tener VIDA INTERIOR.

  27. Osnofla

    ¿Debería imponerse el silencio como asignatura obligatoria en la Enseñanza Primaria?

    En ningún tipo de enseñanza debe imponerse nada, precisamente esta es la causa de estos devaneos existentes en los mundos que vivimos. Si desde niños nos hubieran dejado aprender en completa libertad, desde la naturaleza y con ella, muchas cosas habrían cambiado en el desarrollo de nuestras vidas.

    Claro que entiendo y apoyo lo que dice. Si asumiésemos ignorancia en cuanto a lo vivido en nuestras vidas, sería magnífico que fuera una asignatura obligatoria, pues eso querría decir que los profesores, a su vez, la habrían estudiado también, es decir, sabrían perfectamente lo que es el silencio. Esto me lleva a exponer el siguiente considerando: de tal manera que ellos mismos estarían reformando las maneras de enseñanza y haciendo valedoras las correctas. Y por todo este encadenado de actos, las gentes nacidas en esos momentos, estarían aprendiendo en libertad. La consecuencia de ello sería que poco o nada tendríamos que hacer nosotros, salvo orientar y poco, el resto sería labor efectiva de ello y el cambio de la Sociedad Civil estaría produciéndose de inmediato.

    Sr. Mario, me gusta este tipo de escritos, profundos y directos. Me hacen plantearme muchas cosas, pero a su vez me hacen darme cuenta del avance que ha dado mi vida desde unos años para aquí, cuando tomé la decisión de variar el rumbo de la misma definitivamente, y valorar otras cosas, como el silencio que nunca existe, es como el tiempo-espacio que tampoco existe, dejando de lado lo artificial que nos acompaña permanentemente. ¿Pero de verdad somos capaces de ello o solo usamos palabras para disimular nuestro no entendimiento y la falta de puesta en marcha de lo que decimos es lo correcto y lo bueno? Desvaríos y profundos. Simientes que enredan. Dichos voluntariosos que impiden a nuestra locura determinar nuestros comportamientos.

    Lo que más me duele es la exquisita cultura existente, burlesca, hacía quienes se expresan de maneras diferentes a las conocidas como correctas. Esa burla hipócrita dice mucho de los señores feudales que solo sabían ordenar hacer hijos con los pijos de los sirvientes, pues ellos solos se bastaban exclusivamente para joder, nada más.

    Dejemos que la sensibilidad vaya cuajando, que los momentos serios se conviertan en problemas más reales y que distribuidos, los regalos, a quienes supieron disfrutar viendo el horror en el ojo ajeno, llanten sus horrendos silencios como alaridos en sus oídos para que entiendan que: el silencio es mucho más que todo el resto junto. ¡Malditos seáis!

  28. Osnofla

    Planteemos la posibilidad, ya existió hace unos cuantos miles de años o millones, la cifra no es importante, que recordamos como podemos comunicarnos en el silencio, con nuestras mentes, y transmitir esas palabras, mentales, en este caso, como actos vibratorios. En este contexto, esas mismas palabras podrían ser o formar un lenguaje visual también, o kinésico entre otras maneras o formas de expresión. La principal cuestión que quiero plasmar es la ignorancia supina que disponemos al cerrar nuestros conocimientos a aquellas otras maneras de entender esos mismos conocimientos. Como no lo hemos aprendido, no nos lo han enseñado, hacemos dejación de aceptarlos como válidos y por tanto, preferimos mantenernos en la ignorante situación de creernos más lúcidos y enseñados, pero no más educados, correctos y vibracionalmente aprendidos por conceptos lógicos y demostrados.

    Hemos de reconocer que el silencio, como la oscuridad, o la palabra miedo, nos produce lo inducido que no experimentado nunca anteriormente, salvo por la expresión obligada de nuestros enseñantes que nos quitan, nos roban, el libre aprendizaje en nuestras vidas para introducirnos por vena, directamente, sus ímpetus de mantenernos subyugados e imposibilitados para ser nosotros mismos, y por lo tanto, grandes amigos de nuestros silencios que no dejan de ser parte de lo esencial de nuestra vida vibratoria.

    Lo explico de otra manera. Para poner un pene de hombre erecto, hace falta sangre en sus venas. Para ser inteligente simplemente hace falta vibrar como somos y no como quieren que seamos. Nosotros somos la sangre. Nuestra mente silente, la palabra.

  29. vermeer

    Para mí, la lectura, que es una afición que me ha acompañado desde siempre y sigo deleitándome de ella, necesita de una ausencia de sonido para su mejor disfrute porque, a mi modo de ver, la música me arrastra con su melodia y me dejo arrullar por ella y puedo perder la concentración en el texto que estoy leyendo.
    Del mismo modo, pienso que si una persona se quiere formar intelectualmente, en general, necesita de grandes dosis de soledad y silencio. Hablo por propia experiencia, claro está.
    Por otro lado, creo que España es un pais sumamente ruidoso, principalmente en zonas urbanas y los urbanitas como yo, nos vemos sometidos sin descanso, en mayor o menor medida, a los sonidos de la ciudad, con sus sirenas de bomberos, tráfico, ambulancias, coches de policia y demás acústica. Incluso se podría decir que los españoles usamos un tono elevado para comunicarnos, según lo veo yo. Asimismo, en lugares de ocio el volumen de la música es altísimo.
    Debo de decir que es lo único que encuentro molesto en las ciudades, el ruido.
    Al mismo tiempo, yo pienso que, aparte de ruidoso, nuestro pais, en mi modesta opinión, es poco respetuoso con el silencio y, creo, que hay falta de civismo y educación.
    Esto lo compruebo yo cada vez que acudo a una biblioteca pública y se oyen voces hablando en un tono alto, en vez de estar en silencio o hablar en murmullos, lo cual es muy molesto para los que desean leer. Podría hablar, también, de la omnipresencia de los teléfonos móviles y gente hablando por ellos no sólo allí en la bibloteca, sino en museos, centros de salud, etc, lugares donde no se puede hablar por teléfono, pero la gente lo hace, como podemos comprobar a diario.
    Como mucha gente de mi ciudad, soy devota de la Virgen del Pilar, y visito la Basílica con mucha frecuencia, así que puedo decir que, salvo pocas ocasiones, hay ausencia de silencio y que, a veces, hay gente hablando por el móvil, cosa que a mí me suele irritar bastante por la falta de respeto y educación. Lo encuentro penoso, a todas luces.
    Mil gracias.
    Un abrazo.

  30. Angeles

    Excelente artículo que invita a releerlo y a reflexionar sobre él.

    Es cierto que muchas veces hablamos y no escuchamos, igual que miramos y no vemos, no sentimos al otro , no sentimos las cosas, las circunstancias, vamos por la vida mirando sin ver, sin darnos cuenta, pasando por alto tantas cosas. Nuestra conciencia es muy limitada, y además si no la practicamos (la atención) , solo somos marionetas o máquinas producto de nuestros genes (reencarnaciones anteriores, hábitos adquiridos de nuestros padres, , de nuestro inconsciente personal, etc.)

    Y para ello el silencio es necesario, nos conecta con el interior, con nosotros mismos.

    Pero en el articulo observo que no se habla del silencio mental, sí del silencio emocional, supongo que englobando éste a aquel. Estar con la boca callada no es eficaz mientras nuestras mentes no paran de procesar pensamientos, muchas veces éstos son invasores, apenas los podemos controlar, y cuanto más luchamos contra ellos, más nos atacan. Por ello es necesario con el silencio gutural, mantener un silencio mental. ¿Cómo podemos parar la mente?. No hace falta parar la mente, solo observarla, y darnos cuenta de los pensamientos que entran y salen, pacificamente, sin luchar contra ellos. Poco a poco esos pensamientos se irán difuminando y cuando demos la orden de estar en silencio, lograremos conectarnos solo con la respiración y con nuestra esencia, con esas aguas tranquilas, transparentes, abiertas, donde todo cabe y todo se refleja. Quizás es ahí cuando la intuición o la comunicación con el Absoluto, con Dios, se produce.

    En cuanto a su pregunta: ¿Debería imponerse el silencio como asignatura obligatoria en la Enseñanza Primaria?
    Mi contestación es que solo el silencio no me parece productivo, pues como comentaba antes mientras la mente no se quede en silencio, no adelantamos nada, solo reprimir nuestra laringe, mientras el parloteo y la rumiación interior continuan.

    Pero sí veo necesario que en toda la enseñanza obligatoria, empezando a los 3 años, se enseñara a los niños y niñas a relajarse, a escuchar su respiración, a estar en silencio exterior e interior. Hay profesores de infantil, que despues del recreo ya lo hacen con sus alumnos (suelen ser profesores que practican habitualmente la meditación y ven los beneficios de la misma).
    En primaria enseñaría la relajación física y mental, en silencio.

    Como dice Osnofla, tambien dejaría más libertad a los alumnos para que saquen de ellos su sí mismo, su libre creación interna, ésta que se despierta a partir de los 14 o 15 años, cuando los cuerpos físico y emocional están formandose y el mental apenas comienza a integrarse en la estructura del individuo. Por eso con la enseñanza actual se obligan a aprender asignaturas que nada le dicen al alumno y que no le sirven para nada, pues luego las va a olvidar.

    Y como práctica habitual semanal, que cada alumno practicara una media hora o una hora de estar en silencio, paseando por un jardín, por un bosque, en contacto con la naturaleza. Abriendo sus pulmones, sus sentidos (ojos, tacto, oidos, olfato y gusto) a los multiples estimulos de todo tipo que contiene la naturaleza. Creo que Dios habla a través de la naturaleza silente.

    Tambien enseñaría a escuchar música. No se escucha de la misma manera todas las clases de música. Solo la música clásica y armonica se escucha con el corazón, mientras que la musica rítmica y melodiosa, moderna, se escucha con el estómago. Una va dirigida a un centro energia y otra a otro más bajo. Por eso en las discotecas la gente bebe, habla a gritos, y la música alta saca de dentro sus instintos más básicos (tampoco está mal una catársis de vez en cuando). Hay meditaciones de Osho, por ej. que son activas, moviendo el cuerpo al compas de tambores, o melódicas, dejándose acariciar por la música.

    ¡Son tantas las cosas que se podrían hacer con una nueva educación, más integral, más humana, más acorde tambien con los tiempos que vivimos (como por ej. enseñar a crear una empresa, o ser autónomo, no solo enseñar a los niños a aprobar una oposición o a trabajar por cuenta ajena, sino realizar y sacar de dentro lo que más les gusta, lo que anida en su interior, y que esta civilización materialista aplasta con sus ruidos y su cemento)… algún día llegará todo esto, si queremos que llegue.

    Muchas gracias por el artículo, y en cuanto a lo que comenta sobre que no le gusta compartir con otras personas, porque se pueden producir choques, algun altercado, etc., pienso que es normal que estos ocurran. Somos seres limitados, finitos e imperfectos, y todos, tenemos aspectos que pulir, y muchas veces en sociedad, en conexión con otras personas es como mejor se pulen, pues podemos ver si nos observamos lo que decimos de más o de menos…somos como los cantos rodados de un río, vamos con la corriente de vida, fluyendo, y nos pulimos las aristas con esos golpes, con esos encuentros con otras personas. No es bueno aislarse de manera permanente, no es natural. Algunas personas a lo largo de la historia lo han hecho: yoguis, ermitaños, fakires, filósofos. Me parece que es forzar la naturaleza para llegar a una espiritualidad impuesta, no natural. Sin embargo el silencio diario, durante un tiempo, incluso la meditación o relajación integral como la llamo, es necesaria.

    D. Mario su presencia es siempre muy valorada, y creo que tendria que dejarse ver más, pues como dice en la biblia: La lámpara tiene que ponerse encima de la mesa, para que la gente la vea e ilumine la habitación.

    Me ha gustado mucho leer los comentarios de los foreros.

    Un saludo,

    Creo que Vd. tiene muchas cosas que decir, y quizás heridas que curar, y éstas no solo se sanan escribiendo un libro que tambien, compartiendo con sus iguales o semejantes, tambien se sanan. Somos seres sociales, necesitamos comunicarnos, pero tambien necesitamos procesar esa información, y ésta se procesa en silencio, en calma.

  31. Isabel

    Yo, que hablo más que un sacamuelas de los de antes, que hasta debajo del agua soy capaz de hacer gorgoritos… Reconozco que descubrir al silencio ha sido para mí una bendición…
    Menos mal que ahora y en silencio soy capaz de reflexionar sobre todo lo que digo 😉
    PD:Gracias Mario por el artículo, me ha sentado tan bien que me voy a callar 🙂

    1. Isabel

      Se me olvidaba contestar a la pregunta;
      Pienso que educar a los niños a disfrutar de momentos en silencio es una muy buena manera de que empiecen a no temerse a sí mismos.

  32. Ze

    «Si hablas y escuchas desde el corazón, comprendes», dicen los cri, unas tribus norteamericanas que declinan sus palabras de diferente manera, según designen a seres con alma o sin ella. Para ellos la tetera o la canoa, por ejemplo, poseen alma.

    Dicen también los cri que se aprende mirando, sin explicaciones, y que cada uno aprende según su espíritu. Que explicar es robar a alguien la oportunidad de aprender. Y advierto en esto una lejana conexión con el énfasis en que lo importante no son las palabras, sino la conducta.

    Los toltecas hablaban también de la sabiduría de dialogar con su propio corazón, ese órgano que recoge información del estado de las diferentes partes del cuerpo y bombea la cantidad de sangre que considera necesaria.

    Su texto provoca multitud de ecos. Es un regalo.

    Permítame que le a mi vez una palabra:

    Waseskun

    que en cri quiere decir la dispersión de las nubes después de una tormenta y el momento en que el sol asoma en un cielo azul

    1. Ze

      Ahora me doy cuenta de que «Waseskun» se aproxima a nuestro «escampar».

      «Ya podéis salir. Ya ha escampado» decían aquellas voces de nuestra infancia. Y cuando salíamos el sol asomaba entre las nubes, el aire tenía una transparencia cristalina, el suelo y los árboles estaban alfombrados de millones de destellos y el olor a tierra mojada nos empapaba y alimentaba por dentro.

      Waseskun

  33. atati

    El estar a gusto en el silencio, el disfrutar del silencio, el aprender del silencio, no sólo del silencio físico sino del más determinante como es el silencio emocional que con la debida práctica logra también el silencio mental, es una capacidad natural de los seres humanos destinada a encontrar su verdadero ser para después poder conectar con energías más sutiles y luminosas provenientes de planos más elevados de conciencia.

    Pero sin tener que llegar hasta estos logros místicos/esotéricos, la práctica del silencio consciente es una medida de gran efecto terapéutico tanto para la salud física, como para la emocional y mental.

    Esta práctica del silencio puede ser tanto pasiva como activa. Pasiva estando recogido sobre sí mismo, inmovilizando tanto la mente como el cuerpo, en reposo absoluto para recargar las pilas del organismo y adquirir la fuerza y serenidad necesaria para el quehacer diario. Después, una vez adquirida la serenidad debida, si se estima necesario se puede reflexionar sobre los acontecimientos del día, o los planes del día siguiente, o sobre cualquier tema menos prosaico y más subjetivo.

    Activa estando en movimiento, paseando por montes y campos, estando sólo atento a las sensaciones que produce la visión de la Naturaleza, sus colores, sonidos, olores, integrándose uno con todo ese mundo como si se fuera un árbol, planta o animalito más, en plena comunión o fusión con el entorno, de efectos también muy saludables para el organismo. Abrazarse a un árbol por ejemplo, sintiéndose árbol, es una experiencia que recomendaría a todo amante de la Naturaleza.

    Pero en esta sociedad que nos ha tocado vivir, no es posible estar siempre en silencio, también es preciso cumplir con las obligaciones sociales, familiares y laborales, interactuar y comunicarse con los demás, unas veces en ambientes agradables, otras no tan agradables donde la agresividad o las malas artes o las actitudes egoístas de los menos serenos y equilibrados ponen a prueba la serenidad adquirida en las fases de silencio; siendo no siempre posible salir indemne de la situación.

    Pero así es como se aprende, alternando teoría y práctica, en el silencio y en el bullicio, detectando en el silencio las fallas del ego en el bullicio, y mejorando las prestaciones para que en el próximo bullicio inevitable si se está en sociedad, hacerlo mejor que la vez anterior; pero hacerlo si se cree necesario la aportación, bien sea de palabra, de pluma o tecla, o de actividad.

    Muchas gracias Mario por tu bonito e inspirador artículo que ojalá nos haga reflexionar a todos-todos.

  34. bernardino

    Sr Conde:

    Decía mi apreciado Baruch Spinoza que «la experiencia nos ha demostrado que a la persona no le resulta nada más difícil que dominar su lengua» y en más de una ocasión, he tenido que pasar por este momento, por esta comprometedora experiencia. Unas veces como protagonista y otras veces «víctima» de esta triste situación. Y digo bien cuando la llamo «triste» pues tratándose de Seres Humanos, resulta extraño que se llegue a este tipo de situaciones, cuando con un simple silencio, experimentamos un gran beneficio interior, que se agranda con el tiempo…

    Las personas – y pido perdón por si sale algún tópico que pueda parecer un acto de justificación – nos hemos salvado del exterminio gracias a que hemos formado sociedades, unos colectivos en los que la palabra, esa doble arma, que ha hecho de bálsamo y de látigo, ha actuado siempre como de ligadura para que se pudiera avanzar. Es como si hubiéramos sido «creados» para ser sociales, para vivir en sociedad, pero a la fuerza, con violencia, con dolor y mucho más. Efectivamente, solo cuando tras unos momentos de paz, en los que irrumpe el silencio nos damos cuenta que hubiéramos avanzado no un poco sino mucho mas, si la moderación hubiera reinado.
    Respecto a lo que debería de ser el leer, que escribe usted al principio, tiene razón. Recuerdo que hace unos años había una revista que se llamaba «El Paseante» era una revista bimensual, que recuerdo que aunque rompía mi economía cuando la compraba, si la veía en algún kiosco trataba siempre de hacerme con un numero. Antes, como ahora vivo en la aldea, y como habitante de provincias, cuando bajaba a la ciudad, o cuando viajaba a la capital del reino la compraba, y recuerdo una vez que a eso que usted llama conversar con el autor, una vez leí un texto de no se que autor, que decía que las cartas que escribía, eran «conversaciones con el ausente» y esta frase tan hermosa me ha venido a la mente cuando empecé a leer su hermoso artículo, pues es verdad, es lo que debería de ser. ¿Será ese el motivo por el que las novelas no me gustan?…¡quien sabe!

    Un saludo

  35. Ricardo

    Sin el silencio no existiría la música : sería simplemente ruido de notas atropelladas . Los compases no tendrían sentido porque los ordena el silencio .

    Yo sí considero una conversación como instrumento de aprendizaje , pero «precisamente » manejando bien una escucha atenta y respetando los silencios .

    Hay cosas obvias : el mejor compañero del estudiante es el silencio .
    Hasta la música aunque sea clásica o suave nos puede desviar la atención .Todo depende de la capacidad de atención y ésta se aprende desde el porpio silencio .

    El silencio es una gran herramienta reparadora y comparto la idea de «energía».

    El problema viene con ciertas tecnologías como los móviles . Es complicado hablar , no escuchar nada del otro lado del aparato , ( porque está silente) y tener que cortar de vez en cuando…»¿ Sigues ahí?» Muchas veces ocurre que te quedas como un tonto cuando te das cuanta que «hablabas solo » .

    Silencio no es ausencia de ruido , el silencio «suena» .

    Os dejo un curioso interrogante .

    ¿ Cómo oye un sordo sus pensamientos ?

    1. Q

      Con imágenes?»… tampoco sé muy bien como oye sus pensamientos alguien que oye, y por ejemplo, no ve, con sonidos??’ esto es como cuando te preguntan en qué idioma sueñas o si los ves a color o en blanco y negro, los sentidos y las ideas se relacionan, son sensaciones mas bien creo yo, si piensas junto al mar, está claro, lo que oyes es el ruido de las olas al romper, el ruido del viento te ayuda también a interiorizar, aunque a veces el viento pronuncia palabras misteriosamente, por eso los suicidios , pero los pensamientos no se expresan mediante sonido, creo yo… es una duda que siempre tengo.
      Quería decirte que me parece muy equilibrado tu comentario, y es verdad, pienso igual, respetar los silencios, los tiempos… tan importantes como las palabras que se pronuncian en una conversación, y si puedes acompañarlo de miradas mejor, los gestos también hablan. Pero el pensarlo paraliza, se puede ejercer control sobre otras personas mediante la observación y el silencio permanente o por el contrario hablando sin parar, lo mejor es la naturalidad, aunque no digo que sea fácil.
      Ser un todo con lo que observas mediando el silencio es reparador, sobre todo si lo que observas es naturaleza, si es otra cosa ya no me lo parece tanto.

      Saludos Ricardo

    2. juanarmas

      Tú, como músico, sabes que el silencio es el vacío en que se sostienen las notas y le sirven de contrapunto para afirmarse, para ser.

      No sé si conoces la obra de John Cage, «cuatro minutos treinta y tres segundos»:

      http://audicionescomentadas.blogspot.com/2010/04/433-de-cage.html

      Supongo que la experiencia de «vivirlo en vivo» debe ser para muchas personas chocante, casi tanto como verse hablándole sólo al movil 🙂

  36. Charo

    Creo que entiendo a Mario cuando distingue entre «silencio físico» y «silencio emocional». Es ese ruido que no se mide en decibelios, y que molesta el alma. Que te deja una sensación perturbadora, que va más allá de las palabras, y que también puede emitir un gesto.

    Por lo que leo en los post, hay muchos que se decantan por las excelencias del silencio sobre todas las cosas. O como si el silencio también debiera aplicarse a la palabra escrita (que también puede tener su efecto perturbador) siempre ciñéndose, claro está, a unos parámetros de respeto y educación.
    Hay gente calladita, la hay «verborreica» y luego los demás.
    No creo que sea un síntoma de egoísmo hablar en sí mismo, sino que la gente al hablar puede dejar en evidencia su egoismo, al contrario, creo que hablar es de una gran generosidad, es una expresión del carácter, una forma de energía, de extroversión, de dar a los demás testimonio de ti mismo. ¿No hay necios silenciosos? Lo malo que tendrán es que difícilmente sabrás quien tienes delante. Así que necio y todo, mejor que hablen, así sabré quien tengo delante, aunque me perturben, si esta perturbación abunda y termina por hartar, me alejaré de esa persona.

    Claro que me gusta el silencio, y la soledad, pero también soy un animal social, que necesita expresarse, ser comprendido y comprender, aprender de unos y enseñar a otros, aceptar y sentirme aceptada, amar y sentirme amada (eso ya es más complicado y difícil).
    En mi caso particular, también tengo exceso de energía que necesito liberar, soy hiperactiva, por eso no estoy en un convento de monjas de clausura, porque sería «Sor Citroen».

    Esta vez, no estoy de acuerdo con Tamames cuando dice que hay que comer en silencio, no concibo que en el momento de reunión familiar por excelencia, se tenga que estar callado como Clinton en su escudilla. El silencio tiene su sitio, sobre todo, en el recogimiento de los claustros monásticos, en el campo, en la intimidad de tu casa, en…, y cuando alguien se tiene que callar, lo mejor es que le digan «¡Que te calles!» (como le dijeron a Chavez) aunque sé que no es fácil decirlo.

    Dejo una proverbio que suelo utilizar mucho, en contrapunto a tanta loa del silencio, es para compensar la balanza, no porque no me guste el silencio ¿eh, «malpensaos»? es como eso de «No por mucho madrugar….» y luego «Al que madruga Dios lo ayuda», es que hay para todo.

    Abrazos a todos
    ——————

    «Guárdate del perro mudo y de las aguas quietas»

    Proverbio ¿? (no sé, no es mío)
    ————-

    También para los amantes del Silencio a ultranza, el archiconocido concierto de John Cage 4’33», recuerdo haberlo puesto hace tiempo aquí, pero siempre es interesante oírlo de nuevo. Que os deleitéis.
    http://www.youtube.com/watch?v=hUJagb7hL0E
    (Hay que oírlo entero, eh?)

  37. Miquel

    Silencio, Ruido y Conversación. El EGO lo llevamos dentro, y puede ser nuestro amigo, o nuestro enemigo, según modo y circunstncia.
    Para los que aun estamos inmersos en la voragine del dia a dia, el silencio es absolutamente necesario, reparador para cuerpo y mente.Batería donde recargar energia. Hay que disponer de un sitio, ysino buscarlo para poder respirar hondo.
    La naturaleza, el mejor lugar, si hay tiempo.
    Pero..Siempre hay un pero.
    Olvidamos a este montón de personas absolutamnete solas,mayores, que ya no tienen a nadie o casi nadie (El otro dia, sin ir más lejos habían dejado a una anciana sola, en silla de ruedas, en plena Diagonal- en Barcelona)para ellas la conversación es el todo, y a falta de esto, cualquier otro ruido, un gato, un perro o la televisión.
    Como siempr, y una vez más, todo es según el color del cristal con que se mira, lo que equivale a decir las circunstancias personales de cada quién.
    Adoro y necesito el silencio,pero me aterroriza pensar que por cuanquier circunstancia tuviera que acabar como la anciana de barcelona.
    Le veo esta noche en El Gato.
    Y para todos un buen descanso.

    1. Elena Enriquez Alcina

      Ver como esta sociedad trata a los ancianos, es doloroso. Ellos son más sabios, más cariñosos, más transigentes…..ellos están más cerca de Dios, y nos atrevemos a ignorarlos.

      El mundo camina al reves.

  38. Tata

    Me gusta el silencio y también me siento cómoda sin hablar mucho. Pero ojo, hay que distinguir. El mejor silencio es el que uno practica consigo mismo. Quietud, desconectar del ruido exterior, pero prestar atención al ruido interior, nos da muchas pistas. Es sano escucharlo para así poder equilibrarlo.

    Pero también hay que conversar, hay que escuchar de manera limpia sin estar haciendo juicios de valor todo el tiempo.

    Hay momentos para el silencio y hay momentos para la palabra y expresión corporal, no nos olvidemos también de esto. El que opta por el silencio, nacido del desencanto y temor a que lo hieran, con el tiempo se convierte en estatua con cerco de pinchos.

    Hay silencio solemne y hay silencio del EGO….ismo y las fobias.

    Lo mejor el equilibrio, a cada momento lo que sanamente corresponda.

  39. Fernando Santos

    Al igual que muchos otros, soy un gran consumidor de silencios. Sin otro afán que el de devolverme a un estado de quietud, muy necesario para mí y así, mantener una cierta cordura, frente a esta sociedad caduca y algo, esquizofrénica.

    Posiblemente, sea una víctima más de esa ausencia de humanidad y de dialogo útil. Donde sólo encuentro momentos de consuelo, cuando me enclaustro en mí mismo, con el deseo de sentir paz, una paz interior, conquistada por mi renuncia al bullicio y el tumulto.

    Me gusta sentir la leve caricia de las hojas cuando caen sobre el frío suelo, el crujir de las páginas de un libro, el crepitar de unas llamas de fuego sobre una chimenea o el suave tintineo metálico de una cucharilla sobre una taza de un café. Estos pequeños gestos, casi rutinarios, me devuelven al sereno concierto de mi Alma con el recuerdo.

    Me siento como un nómada del sosiego, que transita por las sendas del delirio y el dolor, en busca de una vida apartada y recogida hacia una espera constante de mi propia felicidad.

    El mejor dialogo, el silencio de unas miradas, que lo dicen todo y a su vez, dan por callada su tímida respuesta, fuera de los egos y el ruido de los demás.

    Es tiempo de sigilo, ojalá mis palabras no rompan la serenidad y la calma de mis semejantes.- F.S.

  40. Angeles

    Este artículo me ha encantado, junto con todos los comentarios. Forman un todo unitario de multiples matices, donde cada uno ha sacado sus reflexiones interiores. Felicidades….

    Queria solo añadir una cosa:

    Las personas introvertidas, no les cuesta casi nada estar en silencio, es su habitat natural, en cambio las personas extravertidas son mas dependientes de la gente, más sociables, y necesitan más la comunicación interpersonal.

    Pero el silencio beneficia a ambos, sobre todo al extravertido que desparrama mucha más energía con los demás.

  41. Tata

    Por lo que respecta al silencio como asignatura para nuestros pequeños. Uf¡ me da terror si no se aclara bien cual sería el contenido de esta asignatura.

    En mi colegio teníamos muchas horas de silencio, pero como norma de convivencia y respeto hacia los demás, y estaba bien, pero eso de asignatura, uf, uf, uf. Recuerdo que los sábados nos daban lecciones de compostura, pero basicamente relacionadas con la educación, el respeto y las buenas maneras.

    Lo mejor, mejor, padres, hermanos, abuelos, enseñar a nuestros pequeños a rezar con recogimiento y consciencia.

  42. rosario

    El silencio es muy necesario en algunos momentos, asi lo demanda el propio espíritu.
    Sin embargo, la conversación sincera es también un alimento muy nutritivo para el alma, incluso con efectos terapéuticos para el cuerpo.
    Por eso los monólogos voluntarios al igual que la soledad elegida son actuaciones interesantes. Nos permiten analizar comportamientos, valorar decisiones con mayor eficacia. A través de la comunicación, del diálogo conocemos al otro. Cuando la conversación se convierte en monólogo, esto es, la comunicación se produce en un solo sentido, deja de ser comunicación.
    P.D. “Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios”,
    » Madre Teresa de Calcuta.

  43. Rio

    Buenas noches, disculpar si llego tarde.

    Me sumo a la cita que traes a este Foro Rosario:

    “Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios”.
    » Madre Teresa de Calcuta.

    En silencio, en público, en privado, en familia, en el gato, en la vida….

    Solo puedo y debo decir para deciros a todos y digo a todos incluido Mario, que soy una persona afortunada porque durante un tiempo poco prolongado no llegaba a entender la envergadura del proyecto de los Cafés del Foro, solo lo sentía en silencio hasta que salte a la arena…

    Un antes y un después, esta es mi experiencia personal. No os invito a surcar los mismo caminos que un peregrino que suscribe, no soy tan osado pero si tengo que decir que merece la pena.

    El problema no es el silencio ni el bullicio, ni los tiempos que uno tiene y como debe administrarlos, ojala y ese fuera el problema tendría pronta y fácil solución. La esencia misma del problema está en todos y cada unos de nosotros, decimos, pensamos, hablamos, tomamos café, salimos en los medios pero no ejercitamos siendo….

    Un salido en silencio, pero por si acaso no os llega un saludo en público, pero sin ego con azúcar, pero sin orgullo con cariño, pero más bien templado sin frio…

    Rio.

  44. techy-amal - teresa

    Que buen artículo, y que buenas respuestas, gracias.
    Transmite paz, serenidad, quietud, reflexión… y mucho silencio

    ¿Debería aplicarse el silencio como asignatura obligatoria en la Enseñanza Primaria?
    Debería, entre otras cosas, como bien apunta Landero, la danza, danzar es algo maravilloso.
    http://www.youtube.com/watch?v=oiNi1GYHfes

    Como también estaría bien comer en silencio, masticando muy, muy despacio, lentamente, con los ojos cerrados y escuchando cada palpitar de nuestro yo.

    El silencio es pura energía, adoro el silencio…vivo en el silencio.

    Hay que desconectar nuestro chic particular, vaciar la mente cada día para llenarse nuevamente de vida, energía.

    En el bosque donde vivo, en el silencio de la noche se escuchan muchos sonidos diferentes… ahora hay un túnel de oscuridad, la brisa y el sonido de los árboles acarician el rostro en la noche, la quietud y el silencio es profundo.
    Gratitud por el artículo.

    El verdadero silencio es el reposo de la mente; es para el espíritu lo que el sueño para el cuerpo: alimento y renovación. WilliamPenn

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