Ayer la prensa dio la noticia de que finalmente el PSOE no quiere que los banqueros vayan al Congreso a explicarse. La verdad es que cuando leí esa posibilidad me quedé algo extrañado y traté de representarme la escena de los presidentes de los bancos interrogados por su Señorías. No era un decorado despreciable, desde luego. Ahora, ya mas sereno, aunque todavía bajo bajo los efectos de la gripe, compruebo que fue una falsa alarma para los financieros, o tal vez un mero fuego de artificio, una especie de advertencia, que en este mundo de la política nunca se sabe.
Lo cierto es que el PSOE rectifica y asegura que el Congreso no es lugar para machacar a nadie. Me da la sensación de que el lenguaje del subconsciente ha podido jugarle al portavoz del Partido Socialista una mala pasada. ¿Por qué habla de machacar? ¿Preguntar es machacar? ¿Es que estaba pensando en algo o la memoria le ha traído algún reflejo condicionado derivado de un recuerdo que mejor sería tenerlo olvidado?
La comisión Banesto no tuvo el menor sentido. Se prolongó durante 1.994. Terminó pidiendo que me metieran en prisión de forma poco disimulada. Los parlamentarios ejerciendo oficios de fiscal. Nuestro banco era una empresa privada que respondía ante sus accionistas -como dice ahora el portavoz del PSOE- pero que tuvo, ademas, que responder a las acusaciones de Sus Señorías. ¿Por qué?. Porque, en efecto, fue una comisión pensada para “machacar” a alguien.
Quizás este recuerdo y la constancia de que así sucedieron las cosas lo que haya funcionado como reflejo condicionado y provocado las palabras del ex-Ministro de Interior. ¿Exagero?. Creo que no. Cuando se publicaron las actas de la Comisión Parlamentaria de Banesto se eligió apara el libro que recogía esos documentos un titulo que reflejaba lo que allí sucedió. Posiblemente no pretendiera explicarse de modo tan obsceno, pero así sucedió. Al libro lo titularon “El Congreso frente a Mario Conde”.
Así que tenemos de un lado el Congreso, esto es, todos los grupos parlamentarios que actuaron unánimente. De otro a Mario Conde. No a Banesto, que parece que no interesaba, sino a Mario Conde. Y entre ambos sujetos la palabra “frente”. Supongo que debe querer decir enfrentamiento o algo parecido. O quizás freno, parón, la acción de detener. No lo sé. Cualquiera que se la traducción la claridad es meridiana.
Así que no tiene razón el portavoz, o la tiene solo en parte. El Congreso, desde luego, no es lugar para intentar machacar a sujetos privados. Pero en una ocasión tremendamente sonada así fue concebido y ejecutado con precisión de cirugía oftálmica.
Por otro lado, si un banco, como es el caso, recibe fondos del Estado, esto es, fondos públicos, desde ese instante existe título legitimador para ser llamado. No se trata de explicr qué hace el banco con fondos privados, sino qué hace el banco con los fondos públicos que fueron prestados para una finalidad determinada. ¿Por qué, entonces, se opone el PSOE’: Nadie quiere machacar. Solo explicar.