Martes, 3 de Abril de 2007
El libro Diálogos con Krishnamurti, Editad por Edaf, bajo licencia de la Fundación Krishnamurti, edición Mayo 2004, es realmente bueno. Es de esos libros que conviene leer. Seneca dijo algo así: el exceso de libros perturba; ten, por tanto, sólo los que puedas leer”. Bien, pues este libro hay que tenerlo. Merece muchos acotamientos. Ahora, a la luz de lo que decía en la entrada anterior acerca de la liberación de los dogmas, voy a transcribir un fragmento de su conversación con E. Schallert S:J., cuya observaciones realmente impresionan por su claridad. Es conveniente retener que se trata de un sacerdote católico, Jesuita para mas concreción. La conversación en conjunto es de lo mejor que he leído. Ahora me concentro en lo dicho:
ES: Krishnaji, ¿quiere usted decir que para que un hombre sea simplemente libre, de algún modo tendrá que desprenderse no sólo de las doctrinas, dogmas y mitos de tipo político, cultural y social, sino también, y en especial, de los de orden religioso a los que se ve asociado como persona religiosa?.
K: Así es. porque, después de todo, lo que importa en la vida es la unidad, la armonía entre los seres humanos. Eso sólo puede ocurrir si hay armonía dentro de cada uno; y esa armonía no es posible si existe cualquier tipo de división dentro o fuera, externa o interna. En lo externo, si hay divisiones de orden político, geográfico, nacional, evidentemente tiene que haber conflicto; y si hay división interna, obviamente eso tiene que generar mucho conflicto, el cual se expresa en forma de violencia, brutalidad, agresividad y todo lo demás. De modo que los seres humanos son criados de esta manera. Y el hindú y el musulmán se atacan continuamente, o el árabe y el judío, o el estadounidense y el ruso, ¿me sigue?.
ES: De lo que se trata no es tanto e imponer la armonía al ser humano desde fuera…
K: !OH No!.
ES:…o de imponerle la discordia al ser humano desde fuera. Mis manos son perfectamnete armoniosas entre sí, mis dedos se mueven juntos y mis ojos se mueven en consonancia con mis manos. Pero puede haber conflicto en mi mente, o entre mi mente y mis sentimientos en cuanto yo he interiorizado ciertos conceptos o ideas que entonces entran en conflicto.
K: Eso es.
ES: Lo que debo descubrir, si he de ser libre, es que de hecho hay armonía dentro de mi, y si he de unirme a usted, de un modo u otro tengo que aprender de mi mano lo que significa formar parte de algo. Porque mi mano ya existe armoniosamente en relación con mi brazo y con mi cuerpo, y con usted. Pero luego mi mente establece esas extrañas dualidades.
K: Ese es el problema, señor. ¿Son estas dualidades creadas artificialmente?. En primer lugar, ¿Por qué es usted protestante y yo soy católico o yo soy comunista y usted es capitalista?. ¿Son creadas artificialmente porque cada sociedad tiene sus propios intereses creados, cada grupo tiene su forma particular de seguridad?. ¿O es la división creada en uno mismo por el “yo” y el “no yo”?. ¿Comprende lo que quiero decir?.
ES: Comprendo lo que quiere decir
K: El “yo” es mi ego, mi egoismo, mis ambiciones, codicia, envidia, y eso separa, le impide entrar en ese campo
ES: En realidad, cuanto mas consciente es uno de su egoismo, su codicia y su ambición, o, del otro lado de la cerca, de su seguridad o incluso de su paz en el sentido superficial de la palabra, tanto mas inconsciente es del yo interior que ya está, de hecho, unificado con usted, no importa cuan poco consciente sea de ello.
K: Espere un momento, señor. Eso se convierte en algo peligroso. Porque los hindúes han sostenido, como lo han hecho la mayoría de las religiones, que dentro de uno hay armonía, que está Dios, que está la realidad, y que todo lo que hay que hacer es ir quitando una a una las capas de la corrupción, hipocresía y estupidez, y paulatinamente llegar a ese punto en el que uno se consolida en la armonía porque ya la posee.
ES: Me parece que los hindúes no tienen el monopolio sobre esa forma específica de pensar..
K: No, por supuesto que no.
ES:…nosotros los católicos tenemos el mismo problema (Se ríe)
K:¡El mismo problema, desde luego!