El caso Madoff

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134Restos del castro celta

Algunos asistentes al blog se preguntan acerca de lo que sucede en el sistema financiero en general y en el caso Madof en particular. Sobre este multimillonario asunto confieso mi mas profunda ignorancia, de modo que todo lo que puedo escribir es fruto de mi experiencia en el sistema financiero y de lo que puede llamarse sentido común. Poco mas puedo añadir y con tales utensilios confecciono este comentario.

El primer punto debe constituirlo la magnitud de la catástrofe porque no es lo mismo una estafa voluminosa, de dimensiones considerables pero, digámoslo así, humanas, que una avería cósmica, y esta del Sr. Madof pertenece a esta última categoría. Porque 40.000 millones de euros es algo así como siete billones de las antiguas pesetas, es decir, unas 17 veces lo que se decía era el desfase contable del antiguo Banesto. Pero aquí, encima, al parecer no se trata de desfases contables, de provisiones no efectuadas aunque recuperables, de estimaciones de valor de las empresas…No. Se trata de estafa pura y dura, que suele consistir en que el dinero no está, ha desaparecido, se ha volatilizado. Y para mejor medir el tamaño del problema digamos que implica perder diecisiete Banestos de la época. Pero perderlos de verdad, sin remisión, sin genios salvadores de una catástrofe fingida.

Y de nuevo sin que nadie se entere. ¿Es posible?. Posible, parece que si. ¿Creible?. Esto ya no. Ahora resulta que los políticos, los reguladores y los medios de comunicación social, con todos sus ingentes recursos, no se enteran de la crisis económica mundial, de las prácticas capaces de, al menos supuestamente, desencadenarlas. Y de nuevo no se enteran de un fraude de siete billones de pesetas. Cuesta creerlo, sin duda. Sobre todo cuando hoy en el almuerzo alguien me decía que ya hace siete años la competencia del Sr. Madoff denunció sus prácticas pidiendo que se investigara lo que tenía, al menos para tales denunciantes, las trazas de una posible estafa de proporciones nada despreciables. Pues no se investigó. Nadie quiso saber nada. Todos, políticos, reguladores y medios de comunicación, miraron para otro lado. O eso parece.

En este caso, además, entra en juego un nuevo regulador: la SEC, que es como nuestra CNMV pero dicen que mas rigurosa. Pues no se dónde encuentran el rigor a la vista de los acontecimientos. Por si fuera poco no queda mas alternativa que preguntarse acerca de los auditores y de las agencias de rating.. ¿Es que no se dieron cuenta de que no existían en las cuentas de las empresas de Madoff nada menos que siete billones de pesetas?. Recuerdo un dia en casa de Arturo Romaní en los primeros meses de 1.994. Acababan de intervenir Banesto y nos reunimos a cenar con Miguel Martin, entonces subgobernador del Banco de España y principal ejecutor del designio político, lo que llevó a cabo con un placer inusitado, tal vez porque su espiritu necesite dosis de crueldad diaria para seguir vivo. Fue una conversación sin desperdicio. Ahora os suelto una de sus perlas, pero hubo muchas del mismo código genético. Se trataba de justificar la intervención de Banesto y le dije que creía que iba a resultarles muy dificil convencer a los auditores de que dieran las cifras que ellos necesitaban para justificar formalmente lo que habían decidido, porque los auditores conocían la verdad y esta nada tenía que ver con sus necesidades políticas. El entonces subgoberndor (hoy no se qué a que se dedica profesionalmente) con aspecto irritado y un punto de sangre en unos ojos que siempre me inspiraron temor, dijo:
-A ver si te enteras que las auditorías dirán lo que nosotros les digamos que digan. Por la cuenta que les trae.

Pues no se trató de una amenza gratuita. Suponiendo que este poder del banco Central sea extrapolable a otros paises, habrá que situar las reponsabildiades de cada uno en su justo lugar.

Bueno pues parece que han sido sus hijos de sangre los que acuden a denunciar lo evidente. Supongo que la llamada de la sangre será mas fuerte que la del dinero….

Ocurre, además, que, según me han contado, el método era mas bien simple: pagaba las rentabilidades prometidas a unos con el capital recaudado de otros. Por ello necesitaba crecer continuamente. Nuevas entradas eran la base del mecanismo estafador. Si la bicicleta se detenía todo quedaba al descubierto. Por lo visto, la ausencia de liquidez propia de estos tiempos provocó que se detuviera el pedaleo de la bici, así que a la luz pública las andanzas tan singulares. Por tanto, cantidad ingente de dinero, mecanismo rudimentario, denuncia de la competencia y todos sin enterarse….Cuesta un poco asumirlo como verídico.

¿Y qué tenia este hombre para ser capaz de atraer tanto dinero?. Pues al parecer desempeñó un puesto oficial, controlador, gestor o lo que fuera o fuese de la Bolsa Americana, creo que del Nasdaq en concreto, la bolsa de valores tecnológicos que suelen ser los mas erráticos en su cotización, los que permiten mayor flujo de actividad a los especuladores. ¿Y eso de haber dirigido el Nasdaq es muy importante?. Mucho mas de lo que se pueda pensar. ¿Por qué?. Porque implica recibir el marchamo de ortodoxo, la patente de corso del sistema en su versión finanzas. La tendencia a la casta es implacable. En las finanzas el titulo que te permite situarte en los Consejos de su peculiar reino son los expedidos por los bancos centrales y que se traducen en ser ortodoxo, esto es, dicho en roman paladino, ser uno de los que pertenecen a su sistema, los que entienden que en esos lares no hay mejor máxima que el do ut des, facio ut facias. Así funcionan las cosas. Los que no lo son, los que se encuentran extramuros, por no ser ortodoxos son “peligrosos” para la estabilidad del sistema de pagos.

Pues parece que los que han creado el problema se sientan en las butacas de ese consejo tan singular. No solo Madoff sino los demás. Todos los demás. No aparece un hereje financiero por ningún sitio al que atribuirle la responsabilidad de las penas causadas y las por causar. Son todos miembros de esa familia. Asi que ortodoxo, por un azar irónico del destino, ha venido a significar causante de catástrofe financiera. ¡Quien lo iba a decir!

Ocurre que la pertenencia al Sistema otorga credibilidad y este atributo es básico para entregar a otro tu dinero. Así que Madoff tenia credenciales para recibirlo. Pero otros también. ¿Qué podría diferenciarle?. ¿En base a que resultaba creible ese plus de rentabilidad que ofrecía?. Pues no lo se. Desde el lado del que entrega el dinero la motivación se llama avaricia, porque son todos -según cuentan- grandes fortunas, gigantescas fortunas que quieren seguir creciendo a base de plus de rentabilidad, rompiendo el principio de que “ya tengo suficiente” porque al parecer en el diccionario del dinero la palabra “suficiente” ha sido suprimida manu militari.

Pero, la motivación por la cual canalizaban su deseo de rentabilidad extraordinaria a través de este hombre es asunto mas complejo. Quizás porque su propia pertenencia al Sistema y en particular su adscripción a la Bolsa de Valores le convertía en un supuesto poseedor de información privilegiada, y ya se sabe que el beneficio se legitima en el riesgo pero si se puede ganar mucho con poco riesgo, pues mejor que mejor, y el modo mas eficaz de no asumir riesgos es disponer de información privilegiada. Quizás no totalmente privilegiada para no incurrir de lleno en delito de insider trading, pero un poco privilegiada no viene nada mal. Ya se sabe eso de no sobrepasar los niveles de inmoralidad media de la sociedad….

Bueno y ahora la pregunta es: ¿que pasa con los pobres inversores?. Pues nada porque no son pobres sino mas bien todo lo contrario. ¿Es lógico que el banco se llame a andanas diciendo que no es de su responsabilidad?. Pues no lo se, pero como se trata de personas muy ricas que pueden contratar abogados capaces, digo yo, de solucionar el dilema, lo dejo aquí, porque no se trata de ofrecer ideas que otros tienen y seguramente mejores. Sobre todo mejor remuneradas. A mi me da la sensación de que hay por medio, como me decía ayer una jurista, un asunto de gestión de negocios ajenos y de responsabilidades encuadrables en ese marco, pero no me he puesto a profundizar sobre la materia.

¿Moraleja?. Que parece que esto no para. Que la descomposición del sistema arroja nuevos episodios cada día. Que es evidente que se trata de una crisis de valores. Que es necesario un nuevo modelo de organizar el suministro el crédito. A mi esto de Madoff en el fondo me da igual, porque se trata de grandes bancos o instituciones financieras, que manejan grandes fortunas, que quieren grandes rentabilidades, que se consideran en grandes manos…Si pierden grandes cantidades de dinero pues es su asunto.

Ni siquiera creo que afecte a la confianza en el sistema, es decir, en el mercado de valores, porque la desconfianza ya es supina y, además, como no sé a ciencia cierta el grado de manipulación actual, prefiero no opinar.

Lo malo reside precisamente en esa manera de funcionar de el Sistema, en las derivadas de lo ortodoxo, en la pertenencia a la casta…Todo ese mundo que parece derrumbarse aunque algunos parece que no son conscientes de ello. Si aprendiéramos el peligro de etiquetar, sobre todo cuando la adscripción a etiquetas obedece a motivaciones de filiación no excesivamente limpia…La credibilidad de las instituciones diseñadas para el manejo del crédito parece bajo mínimos. No solo del sistema financiero sino de todo el entramado institucional. Quizás con ello se pongan a pensar como diseñar algo mas eficiente. Claro que si quienes mantienen intereses en lo actual son quienes debe diseñar el futuro….