Un viejo molino que se muere

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Consumir el fin de semana en la ribera del Miño, en la Galicia profunda, en terrenos de Lugo (¿algo que ver con el Dios Ligur?), es una experiencia reconfortante, pero asumes como unos de sus llamados costes no disponer de conexión telefónica, a menos que te desplaces algunos kilómetros a lo alto de un cerro desde el que consigues comunicar. Esto, asumiendo que llueve, la temperatura es fría y las ganas de desplazarse mas bien pocas, provoca que el fin de semana estuviera casi totalmente desconectado del blog. Y digo casi, porque en el lugar en el que residía -Casa da Fervenza- conseguí, por fin, una ligazón vía ethernet, pero muy puntual, y en lugar en el que me exponía, como dirían los iniciados, a las miradas profanas. Creo que pronto ese lugar dispondrá de conexión wifi y cobertura de alguna compañía telefónica en cantidad suficiente. Supongo que será para bien, aunque el aislamiento es muy de agradecer en algunas ocasiones.

Así que salvo lo urgente de las validaciones mi ausencia del blog fue completa. Ahora leo los comentarios del fin de semana. Quiero antes que nada dar las gracias a Ricardo por el video que ha confeccionado sobre el Blog. Los que trabajamos con esas cosas de los multimedia sabemos el esfuerzo que implica un producto así. Gracias, aún a pesar de sentir cierto pudor por el tono de alabanza que se respira en lo elaborado.

He leído comentarios profundos sobre el material astrológico, y, además, hoy trataré de conocer la hora exacta en el que este blog nació con el fin de que nos elaboren -amable y gratuitamente- la carta astral. Confieso que, como dije en el comentario del día pasado, mis conocimientos en astrología son limitados, muy limitados, a la par que igualmente admito que siempre me he sentido atraído por este tipo de predicciones, porque asumo la atracción de anticipar el futuro.

Me resulta difícilmente comprensible en términos de totalidad porque ahí, en la totalidad, se funde la ecuación espacio/tiempo. Pero en nuestra manifestación, en nuestro estado, acostumbrados a pensar como pensamos, esto es, moviéndonos en el territorio creado por el espacio/tiempo, poder anticipar el porvenir es algo capaz de arrancar dosis ingentes de entusiasmo en muchos humanos. Seguramente algunos con finalidades tan concretas como ganar dinero a base de saber lo que va a ocurrir, y otras parecidas, porque la codicia es capaz de extender su influencia en los prados de la astrología, pero, en fin, admito que esa fascinación por conocer hoy lo que sucederá mañana me alcanza en cierta medida, aunque, esto sí, no comparta esas finalidades colaterales de algunos.

Pero ignoro los fundamentos de la astrología predictiva; al menos no dispongo de conocimientos suficientes para opinar con un mínimo de solvencia. Me gusta la idea de que somos parte de un todo, y ese todo tiene sus propias leyes, y en tanto en cuanto el todo se encuentre afectado, nosotros recibimos como partes que somos la alícuota de influencia. Esto es, si el cosmos funciona de una manera, de esa manera nosotros nos vemos obligados a funcionar. Esto lo entiendo. Pero el modo en el que la oposición interplanetaria, o el papel de Plutón, pueden ser determinantes en la generación de nuevos valores para ordenar la convivencia humana, es algo que no acabo de encajar con la suficiente solidez como para fundamentar mi discurso interior. Pero leer sobre ello me gusta mucho. Y por eso agradezco las nuevas incorporaciones, la nuevas aportaciones de alta calidad que se han producido este fin de semana.

Los comentarios sobre la situación de los créditos derivados de las palabras del Presidente de Santander provocaron una reacción excesiva de mi parte referida a Isra, que luego se vio mas que recompensada por una declaración pública de perdón de parte del “recriminado”. Ahora me toca a mi reconocer aquí que también me excedí en el ímpetu de la recriminación. Y a modo de disculpa diré que conozco bien como funciona la banca, cual es el “espíritu” que la anima en sus relaciones con la economía real, y creo que, salvo muy contadas excepciones, eso de fomentar la creación de riqueza no pasa de ser una de esas buenas intenciones destinadas a figurar en un catálogo para consumo de agricultores de la ingenuidad. Los bancos han buscado siempre el beneficio, como seguramente no puede ser de otro modo en el modelo actual. Ocurre y este es el problema, que su beneficio, o mejor dicho, las consecuencias de una búsqueda enloquecida del beneficio, peden provocar destrozos en el tejido social y en el proceso de creación de riqueza.

El comentario de CALUCO se encuentra bien documentado, pero como él mismo dice, ese no es el asunto. Vuelvo a insistir: empresas que iban bien, que no sentían el deterioro económico de su actividad, han comenzado a ir mal a raíz de -entre otras razones- las limitaciones impuestas por la banca al volumen y coste de sus créditos, y esas limitaciones, esas nuevas normas bancarias, son ajenas a la economía real y derivan de los problemas de liquidez y capital provocados por actuaciones bancarias en las que nada tienen que ver quienes actualmente la sufren. Es así como se genera un círculo vicioso destructivo: en un cuadro de dificultad económica, el aumento del coste y la restricción del crédito inciden de manera directa en la supervivencia empresarial.

El problema bancario de liquidez genera un problema económico en la empresa que se traduce en morosidad. El banco ha creado morosos donde no los había Y ahora no se les presta debido a esta condición. Y el círculo comienza. El problema de liquidez camina hacia un problema de solvencia. Es muy claro para quien quiera verlo. Nadie pide que se preste a quienes no pueden pagar. Se pide que se diga como comenzó todo, y todo comenzó de un modo que es, al menos en una medida importante, ajeno a la economía real, y eso sin que olvidemos que el turismo, la construcción, la promoción inmobiliaria y otros sectores de nuestra economía tenían defectos propios independientes de los problemas bancarios. Lo se. Pues todavía peor para nosotros si los agravamos.

Reconozco que me abruma un tanto la crisis cuando la vivo a pie de calle. Admito que mis consideraciones teóricas chirrían cuando vivo de cerca los problemas concretos de aquellas personas con las que comento el diario vivir. Siento que las esperanzas de que todo esto conduzca a un mejor modo de relacionarnos entre nosotros se sienten golpeadas por la fuerza dramática de las experiencias diarias con las que convivo. Y me cuesta decir a quien carece de medios para subsistir que todo esto es para bien, que con paciencia y trabajo ganaremos el futuro….

El paro aumenta. Y detrás de las cifras de paro hay millones de dramas singulares, con nombres y apellidos, dramas que sienten la impotencia de la explicación coherente, porque mas que explicaciones coherentes quisieran consumir soluciones suficientes. Parálisis de ideas. Lugares comunes. Frases grandilocuentemente pronunciadas que se componen de naderías de consumo vulgar. Desconcierto. Y frente a a toda esta parafernalia, sufrimiento. Pero sufrimiento que tiene nombres y apellidos, millones de nombres y de apellidos. Y aun a pesar de eso, de ser consciente de eso, me muevo, viajo, consumo…No se…

Comparto al cien por cien estas palabras escritas en el blog:”No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. “ Lo se. Lo sabemos los que sentimos/prensamos de una manera determinada. Nada tengo mas claro que ese cuadro pintado con esas ideas. Pero la realidad del vivir para quien debe consumir esa esperanza frente a la inanición del día a día…. Ciertas son también estas otras palabras escritas ayer: “Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.”.

Estoy de acuerdo. La crisis es un fracaso colectivo. Es de todos y todos somos, en mayor o menor medida, responsables. Todos hemos tolerado este estado de cosas. Todos hemos incorporado a nuestro quehacer diario esos no-valores que se encuentran en la raíz del problema. Todos hemos contemplado la alegría financiera de los bancos cuando casi nos regalaban el dinero para que consumiéramos lo innecesario o especuláramos con la vivienda, todos hemos sido protagonistas de la espiral de especulación, hemos contemplado a la razón de Estado campando por las habitaciones de la Justicia, al espionaje ilegal penetrando en vidas privadas ajenas…Pero como se trataba de “otros” o como nos agradaba el beneficio, permanecíamos silentes y conformes con el desatino global. Lo se. Lo admito. Así es.

Estos días en Galicia, al pie de un río colateral, vi abandonado un viejo molino. Se pudría. Se está pudriendo. El lugar es de una belleza incomparable. El río fluye limpio. El molino silente, que antaño conoció la gloria de la utilidad para los humanos, sufre el abandono y el desprecio. Ramas arrancadas por la fuerza de los elementos se agolpan contra los muros que en origen contenían la fuerza del agua; la contenían y la dirigían, la orientaban hacia la confección de un grano dispuesto para ser consumido y hasta de una electricidad fabricada por la naturaleza…El agua, la Naturaleza y el hombre aliados en la creación de riqueza.

El molino se muere. El río sigue su curso, silente, sin siquiera detener su mirada en la vigas putrefactas que se desprenden al golpes de viento. El sonido de la madera al chocar contra el río es lamento de todo el paraje.

Hemos dejado que el molino de nuestra convivencia sufra en exceso. Las palabras del indio del video que aportó alguien -creo que Ricardo- son estremecedoras. La simbología del agua capaz de provocar escalofríos. Ahora tenemos que reparar el molino. Seguramente construir muchas cosas nuevas en el lugar de las viejas, pero preservando su verdadera misión. Un de vosotros ha escrito:”Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla’.”. Si así es, pero….

No se, quizás me equivoque, eso espero, pero la situación crítica que decía Rierola y que han ratificado en el blog buenos conocedores de la Astrología, se me antoja evidente, y no por esos conocimientos -que no tengo- sino por la observación diaria que practico. Se que todo esto es para bien, asumo que la evolución es un inevitable y que el grado de sufrimiento real que nos espera es directamente proporcional al placer irreal que generamos como motor de convivencia. Lo entiendo. Lo siento desde hace mucho, mucho tiempo.. No hay desánimo en mi palabras de hoy. Hay preocupación por lo que vivo. Ojalá sea solo una reflexión derivada de la estética del molino moribundo.

Por cierto, ¿alguno conocéis las consecuencias del vivir cerca del agua que fluye con fuerza?. ¿Sabéis algo de la acumulación de energía de las corriente potentes del río y su influencia sobre los humanos?. ¿Es peligroso/dañino o beneficioso/estimulante vivir en esos molinos?. Hay leyendas en Galicia sobre esto. Agradecería cualquier comentario vuestro