El retorno a la vida

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blogLa muerte…es tal la conciencia de irreversibilidad implantada en la generalidad que la muerte funciona como esterilizador.

El triunfo después de muerto, algo consustancial a pintores, escritores, pensadores, políticos y la generalidad de los mortales, se basa, entre otras razones, en que desaparece la envidia, laminada por la irreversibildiad del desaparecer. No tiene coste la alabanza, porque no se traducirá en términos de lo de “aquí abajo”. Los ejemplos son constantes. Personas denostadas, insultadas, ofendidas vituperadas, reciben un silencio, cuando no un vomitivo elogio, una vez que la certificación de la defunción se instala en los libros oficiales, escritos y no escritos,  y en la conciencia de la masa.

Y cuando de personajes públicos se trata, al elogio post mortem se suele añadir una coletilla: el supuesto descanso en paz se traduce en silencio sobre la vida y obras del fallecido. Al menos hasta que transcurra un tiempo prudencial.

Reminiscencia de lo supersticioso. El tiempo prudencial sería la eternidad.

Los pueblos deben conocer su historia. Mejor entenderla para no revivirla de modo impenitentemente lacerante.

La vida no es opuesto a la muerte. Se recupera tras el oficial duelo, espacio temporal en el que comienza el espectáculo. Finalizado lo virtual, retorna la vida. Con todas sus consecuencias.

Miré por una diminuta rendija al interior de la casa de la Muerte; vi una esplendorosa Vida” (“Cosas del Camino”)