El lector de lágrimas

      50 comentarios en El lector de lágrimas

Juan L. Prada

Llevo una temporada en la que no hago mucho caso a George. Soy un superviviente pragmático y poco amigo de las emociones que George me pone delante. Considero a las emociones como residuos de nuestra frustración, el fracaso o reminiscencias descontroladas de fantasías, basuras de percepciones bien fuertes, hechos catárticos, histerias o complejos de inferioridad. Detesto el sentimentalismo. Pero hay excepciones gloriosas.

En mi última chapuza americana me reencontré, en un paseo, con un libro que se me atravesó y que había perdido. Hay libros que sostienes frente a tí pero que tu sabes que tiene que pasar un tiempo para que te dejen todo lo que contienen. Es de Tom Lutz, y se llama El llanto. Historia cultural de las lágrimas (Taurus). El llanto privado, solitario, representa para mi un milagro. Se hace carne algo que proviene del mundo de lo intangible, de lo sutil. Algo muy crístico.

Yo apenas si lloro. Pero un hecho concreto hizo nacer mi interés por esta acción. Tuvo lugar la última vez que recuerdo haber llorado. Fue un día de 1993, en el rutinario ingreso número 98 (en 25 años de enfermedad) de mi padre en la Clínica de la Fundación Jimenez Diaz.  Decidí  ir a verle desde el trabajo antes de irme al pueblo a dormir.  Mi padre era un hombre serio, sobrio, acostumbrado a ponerse en las manos de Dios cada semana, y nuestra relación era muy castellana.  Yo siempre he tenido una serena consciencia de la decepción que yo representaba para mi progenitor. Repentinamente, mientras charlábamos, sentí una urgencia repentina, rara. El llanto venia de la nada. Reprimí aquello cuanto pude pero se dio cuenta de la violencia de lo que retenía en mi interior. Me fui a casa. Esa misma noche murió. Fueron lagrimas premonitorias.

Desde entonces percibo el llanto de una forma distinta. Representa un contacto con algo que determina territorios esenciales en la identidad  del doliente (me gusta mucho la palabra mourner), con aquello que representa lo verdadero para éste. Leer en el llanto es una de mis pasiones. Pocas cosas hay mas honorables que el llanto solemne o silencioso. Muchos otros me repugnan.

En la mística judía, se fuerza el llanto como técnica  para obtener un saber, incluso el acceso a un secreto superior. «Multiplicad vuestras lágrimas, pues las puertas de las lágrimas no están cerradas y las puertas celestiales se os abrirán», canta la Cábala (FCE) de Idel Moshe. La cábala llega a ordenar el llanto en etapas, confiriendo distinto sentido según la temporalidad del mismo.  A veces, el llanto está destinado a conmover; es decir que promueve lágrimas en lo alto (!!). En un típico funeral español se fuerza el llanto para otros “propósitos”. En un juicio con gitanos, el rapto alcanza cotas de paroxismo insuperables. Hay muchas clases de llantos. Pocos tienen valor.

Kafka, tan pudoroso como yo,  hablaba de «el mecanismo de lo íntimo» y del llanto como enunciación. Aristóteles se decanta por la función catártica del llanto.  El catolicismo también sugiere el llanto como herramienta para liberarse de los pecados y la medicina alternativa como alivio para los órganos vitales. Kierkegaard entiende el llanto cristiano como una prolongación de la idealidad absoluta de su seriedad, en la que no habría nada de cómico, porque dicha seriedad contempla al hombre siempre bajo el aspecto ético y, por consiguiente, no encuentra motivo alguno de risa, sino de llanto. Pero todo eso son citas.

En mi observación no encuentro mucho interés en el llanto público. Yo intento encontrar una clave  perdurable. Y quiero para ello presentar unos ejemplos de los cientos que me han llamado la atención  en los últimos meses de montaña rusa.

a) Muchos ancianos en sus últimos días se hacen muy llorones con cualquier cosa.  Hace unos días estuve ayudando en un acto de una emisora de radio en un cine, y una cantante  hizo sollozar a todo el público con Suspiros de España. Yo pensé que todos eran abueletes cuyo llanto era de fin de fiesta, de melancolía, de canto del cisne. Pensé que se trataba de gente que identificaba sus ciclos cumplidos.

b) A los pocos días, leí como Juan Manuel de Prada glosaba generosamente un documental: La ultima cima. Me fui a verlo. La audiencia era nuevamente gente mayor. Y también lloraban mucho. Yo me resistía, porque los cineastas españoles somos así. Se homenajea a un sacerdote joven y brillante, bastante gracioso, doctor en filosofía, que muere bien joven. Mantuve la distancia emocional aunque con gran esfuerzo cuando el padre ejemplar cuenta como su difunto hijo, recién ordenado sacerdote y con gran tranquilidad, le dijo  «yo ya no me pertenezco». Pero el público lloraba por el dolor que representaba la perdida de un hombre ejemplar, en un acto casi de rebelión contra lo que percibían como una injusticia.

c) El siguiente caso es de la pasada semana, en la calle, cuando vi a un grupo de minusválidos capitaneado por mi amiguete Mendieta (Mendi), un síndrome de Down al que mi hermano dio catequesis. Estas personan suelen ser bastante divertidas hasta la adolescencia y pierden gran parte de la alegría según envejecen. Andaban agrupados con esa tristeza propia de los seres temerosos, y varios transitaban apoyándose entre si, con la dificultad del tullido veterano, derrotado por el tiempo y su tara. Fui con mi hermano a saludar a Mendi pero vi que no nos reconocía, y durante unos segundos eternos, todos nos miraron atemorizados, componiendo un cuadro desolador, de personas que parecían avergonzadas de existir, de molestar por su presencia en el mundo. Mi hermano tuvo que tragar mucha saliva para no ponerse a llorar.

d) Otra episodio tiene lugar en un cole americano. Es en una lectura que realizan los niños de un clásico allí desde 1964: The giving tree (El árbol que da) de Sheldon Allan «Shel» Silverstein. Un historia de amistad entre un árbol y un niño, que generó controversia entre la progresia intelectual yankee, al mostrar un perfil descarnado de la infancia que puede resultar traumático. El árbol es un donante desinteresado que da todo al crio (sombra, hojas, ramas) y el niño es cada vez mas codicioso e insatisfecho. Contiene mensajes bien crueles. El niño siempre usa el verbo quiero y, cuando ya es un mozalbete, abandona el parque dejando al pobre árbol convertido en un simple muñón seco. Años después el niño regresa, ya hecho un hombre viejo. El árbol le dice «no tengo nada más que darte». El antes niño le contesta: solo necesito (cambia el verbo por fin) es un lugar tranquilo para sentarse y descansar hasta que llegue la muerte. El árbol accede. Ese “no tengo nada mas que darte” abrió las espitas del llanto. Muchos padres, esos de los ingenuos que ahora gobiernan países, criticaban el retrato despiadado del infante voraz. Los niños lloraban… por el árbol.

Podrían exponerse mas casos en torno a  la fenomenología del llanto pero sería inacabable. En todos estos momentos, de una fuerza emocional enorme, yo permanecí bien alejado de las sensaciones y, desde mi atalaya intelectual, juzgaba esas manifestaciones, prima facie, como menores, prescindibles. No deseaba entrar en el territorio de su inmanencia, en el que el llanto de calidad, el que interesa, impone reglas que te desposeen de la lógica de lo ordinario. Cuando uno llora, por cualquiera de las situaciones expuestas, se desnuda de excusas, de peros y porqués. Se pisan territorios esenciales.

Las lágrimas que me interesan son distintas de aquellas que tienen reglas conocidas, tiempos propios y protocolos. El cronograma del llanto vulgar nos dice que puedes llorar hasta quedar seco por un ser cercano o una causa concreta, pero solo durante un cierto periodo de tiempo. Exceder de cierta temporalidad te coloca en el territorio de lo extemporaneo, de lo excesivo, de lo demente: “el duelo tiene un plazo mientras que si se trata de un fin superior, la continuidad del llanto no tiene un valor criticable”, dice Tom Lutz.

En cualquiera de las circunstancias descritas, cuando pasan los días y escuchas de nuevo los testimonios y repasas los fundamentos que convocaron esas lágrimas, puede reproducirse el rapto de nuevo, pero solo si se trata de llanto verdadero. Oscar Wilde escribió en El príncipe feliz, las historia de una estatua con lágrimas pétreas, y logra conmover a todos.  Tom Lutz nos revela que su moraleja nos conduce al corazón de las lágrimas. El secreto de las lágrimas del príncipe es que en vida nunca había llorado; llora como estatua cuando desde lo alto contempla la miseria del mundo. Y se plantea otra cuestión; sin secreto, la emisión de las lágrimas petrificadas puede carecer de motivación. Se escucha decir: no sé por qué lloro. La búsqueda de esa moraleja en la lágrima es la búsqueda de la verdad de uno mismo.

Cuando escuché, a miles de kilómetros de Madrid, las palabras grabadas de los asistentes al programa de radio, desconectado del espacio físico, de condicionamientos emocionales, vuelvo a sentir la llamada del llanto. Y ya no sentía que se trataba de un acto de grosera melancolía. Las palabras de los asistentes solo mostraban gratitud, limpia y cristalina. No iban contra nada ni nadie y, en este detalle, se reconocía  el poder de esas verdades que dan cuerpo y origen a valores perdurables, a veces durante milenios. Valores sin contrarios.

Cuando recuerdo a los niños emocionados por el árbol generoso, vuelven las lagrimas de un espacio ignoto, recién descubierto por ese contacto sutil, diamantino, con algo verdadero. Los niños, sin contaminación previa, dan lecciones imposibles a unos padres que si están traumatizados por la prisión racional y hedonista en que pretenden convertir la existencia. Padres que niegan la imperfección de las relaciones, lo triste que muchas veces debe ser la vida, y el proceso educativo que se gesta con los actos fallidos.

Puedo decir que los ancianos que lloraban al cura fallecido simplemente daban homenaje a un tiempo pretérito que saben prescrito para siempre, inhábil para futuras generaciones, con códigos aniquilados que ellos consideraban genuinos, por los que dieron muchos vidas enteras. Pero lo importante es percibir que para ellos son valores verdaderos, pilares sobre los que edificar este tiempo y el post-morten. Sin asalto a una verdad no existe llanto verdadero.

Cuando veo al síndrome de Down mirarme desvalido, acurrucado a su grupo, esperando lo peor de mi intromisión, de mi acercamiento, siento una sensación grosera de vergüenza al ver a un ser inocente que, en mi ciudad, pueda sentirse amenazado por una presencia extraña. Recuerdo aún aquel título, Hijos de un Dios menor. ¿Quien es  menor? Las lágrimas aquí tienen mas sentido que en ningún otro caso. Nacen de una verdad que trasciende ideas, tiempos y espacios. La lágrima se hermana, en primer término y de una forma mas primitiva, con la tragedia de encontrar a un ser indefenso pero luego, sobre todo, con una intuición muy poderosa en la que encuentras el sentido de una existencia. Son seres concebidos con una misión que yo nunca podré desempeñar de forma tan perfecta, anónima, impecable. Han nacido solo para hacerme mejor. Es una información confidencial…

Dicen muchos científicos que lo verdadero escasea. Lo que vemos, oímos, olemos o palpamos, toma cuerpo en nuestra mente tras esos segundos de percepción previa, pero el conjunto nace de información almacenada en el cerebro, que rellena los huecos. Incluso, la memoria falsea datos. Vivimos sosteniéndonos en información ya desfasada, y jugamos la vida como un partido en falso directo. Encontrar realidad genuina es, necesariamente milagroso. Existen pocos vehículos para recibir la verdad que mas importa, desprovista de intereses, vanidad, amor por el conocimiento, pasión, ambición. Entre esos vehículos tengo mis predilectos. Está el amor puro, bien extraño. Están los niños, cada vez mas mayores. Está el humor. Están los moribundos y los locos. Estos me caen muy bien. Y están, sobre todo, las lágrimas.

“Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.”

Evangelio de San Lucas (Lc 6,20-26)

“Hay una idea extraña de que el llanto sea invención de la divinidad y la risa en cambio una invención diabólica.”

Diario de Kierkegaard.

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50 pensamiento sobre “El lector de lágrimas

  1. eugenio de la cruz silva

    Estimado Juan:

    Me ha complacido mucho leer tu artículo. Me parece de justicia el emocionar nuestra alma con las lágrimas sinceras, que muchas veces los convencionalismos sociales desdeñan y ridiculizan.

    Por eso quiero reconocer que ayer mientras veía el video, que luego e incrustado en mi Blog, llore. Cuando lo volví a ver por segunda vez no vi nada no sabido que justificara mis espontaneas lagrimas, pero lo cierto es que en el primer visionado no pude contenerlas.

    El video esta en

    http://www.youtube.com/watch?v=wOzVNk8W03I&feature=player_embedded .

    Lo pongo por si alguien más quiere compartir conmigo la emoción que el video me produjo.

    Gracias , por tu magnifico articulo.

    Un saludo.

  2. BORJA

    El sábado pasado disfrutamos en Madrid de la cena del Foro. Nos reunimos 63 personas en torno a una mesa. Todo estaba exquisitamente organizado.

    Acudimos a la cena amig@s de toda España. De Galicia, de Canarias, de La Mancha,…Reimos y disfrutamos entre plato y plato.

    Sólo desde la grandeza de lo que este foro edifica se justifica tamaño esfuerzo por asistir, voluntad tan férrea por querer estar, compartir, disfrutar,… Nada menos que desplazamientos de miles de kilómetros para por una noche cambiar una familia por otra familia.

    Hablamos de nuestras experiencias en el foro, nuestras vivencias, nuestros comentarios. El ambiente era excepcional.

    Recurrentemente los unos nos decíamos a los otros que nuestros inicios en el foro se remontan a la admiración por Mario. Nos encanta cada día encontrar en el foro sabiduría, respuestas, inquietudes.

    Con la misma recurrencia manifestábamos la tristeza que nos producía ver en ocasiones el insulto, la descalificación, la duda lanzada respecto a la honorabilidad del compañero.

    Tristeza que personalmente me produce llanto. Llanto por cuanto apaga el trabajo y esfuerzo de muchos. Llanto por cuanto paga ilusiones inmensas. Llanto por cuanto lo que el sábado pude disfrutar no lo merece.

    Sin embargo, el sábado el llanto era alegría. La tristeza de algunos episodios pasados no había evitado que amig@s del foro se subieran en un avión simplemente para cenar, compartir, bailar,… en compañía de grandes amig@s.

    Este foro goza de amistades enormes. De una calidad humana impresionante. De conocimiento desbordante.

    Por favor, no utilicemos el insulto, la descalificación. No generemos llanto en quién nos lee, y sí ilusión por la sabiduría que todos ofrecemos a los demás.

    1. Fernando Santos

      Gracias, Borja, por tus amables y sentidas palabras, por todos cuantos acudieron a la cena y así como por otros que no pudimos asistir.

      Mantengo y suscribo tus palabras, este Foro siempre se ha distinguido por su pluralidad y su verdadera esencia de la concordia, desde los tiempos en que éramos un Blog hasta hoy, en los albores de la Fundación Civil.

      El insulto, se convierte en el verdadero estigma de la intolerancia y la mediocridad. Sin absolutismos ni egocentrismos.

      El Foro somos TODOS .- F.S.

    2. Angeles

      Borja, +1. Pero pienso que en este mundo la alegría está mezclada con el llanto. Para que exista la alegría, tiene que existir el llanto, igual que para que exista el sol, el día, la luz, tiene que existir las tinieblas, la oscuridad.

      Lo positivo se fundamenta en sí mismo porque existe lo negativo, la mujer se basa en su diferenciación del hombre, el sabor dulce, del salado, y así vemos que en la naturaleza la lucha de los opuestos se da en completa armonía.

      Si en este foro, como tu dices, y se vivió en la cena del pasado día 26 podemos mezclar, sincretizar, sintetizar todos los pensamientos, todas las opiniones, todas las ideologías y creencias, en base a un respeto por los demás, una valoración del otro que nos está enseñando a mejorar, podremos superar los encuentros negativos, las discusiones llamadas bucles, donde nos encontramos en callejones sin salida, pues cada uno se va a quedar con su propia opinión, sin tratar de entender o escuchar la del otro.

      Lo dicho: para que exista la alegría compartida, tienen que haber aspectos no tan alegres, donde cada uno pretende mantener su propia visión del mundo y del hombre a costa incluso de insultos o de actitudes prepotentes.

      Es una buena idea que de vez en cuando haya encuentros en vivo para conocernos mejor en persona, pues ya sabemos que una imagen vale más que mil palabras.

  3. Joaquín Tamames

    Qué bonito y profundo texto, Juanlo. Al final de tu escrito nos presentas muchas claves, que están ahí y es bueno recordar. Muchas gracias.

  4. Isabel

    Precioso texto Juanlo, muchas gracias. Con tu permiso me lo guardo en unas alforjas que comencé a llenar hace casi dos años.

    «Sin asalto a una verdad no hay llanto verdadero»

  5. EOLO

    «tengo seco el corazon y es de haber llorado tanto» … dice una cancion.
    Emociones.
    Simplificar las cosas nos ayudaria a comprendernos mas.

    Gracias por su escrito.

    EOLO
    uuuuuuffff

  6. juanarmas

    A veces nuestro juez nos priva el desahogo del llanto; la tristeza seca: la previsión del desengaño como única vía liberadora -el triunfo de la víctima.

    Llorar limpia nuestro cauce emocional de esos “residuos de frustración”. Sin embargo, estimado y apreciado Juan, creo que aún es más exclusivo y misterioso de nuestra naturaleza humana el estallido de la risa; de la risa auténtica, de la que parte del “alma”; de la que son maestros y mensajeros ejemplares los niños que aún ignoran la máscara de las palabras.

    El llanto de la Luna refleja la risa del Sol.


    Tomo nota del libro. A modo de trueque, aunque conocida, recomiendo vivamente sobre el tema «el Cielo protector», de Bertolucci, sobre libro de Paul Bowles.

  7. kefas

    Querido Juan:

    Gracias por este ¿relato? ¿artículo? … no sé calificarlo, pero te diré que me he identificado con bastante de lo leído.

    Lo que ocurre es que está mal visto en nuestra cultura, me acuerdo por ejemplo de eso de «los niños no lloran».

    Bueno, yo sí lloro, lo que ocurre es que no sé cuando me va a pasar .. a veces es una película, un libro, o hasta cuando me entero de una buena noticia (cuanto mejor es más lágrimas me vienen).

    Creo que lo expresó como nadie Concepción Arenal:

    «El llanto es a veces el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras.»

    Salu2

  8. martinh

    Excelente artículo, Juan. Y muy oportuna, en un día como hoy, la metáfora (no sé si casual) de la estatua del príncipe que llora desde lo alto al contemplar la miseria del mundo…

    Si alguien duda sobre la conveniencia de mantener vivo este foro, la calidad y la utilidad de este artículo tuyo podrían ser un par de magníficos argumentos a favor.

    Mi enhorabuena y mi agradecimiento más sincero.

  9. zerogravity

    Qué maravilla de relato!… Qué bonitos, podrían llegar a ser los sábados, qué diferentes las lágrimas. Gracias Juanlo.

  10. Osnofla

    Buenos días. Regreso para darte las gracias querido amigo George. Sabía que estabas ahí, que tras ese fondo incierto existía un ser con clara predisposición a valorar y valorarse con otras maneras y herramientas distintas a las habituales. Gracias.

    Dicen que quien sabe llorar,
    de niño aprendió la mejor manera,
    de sembrar cada gota,
    para de mayor o de más mayor,
    recoger los frutos de la siembra,
    para poder seguir llorando.

    La vida nos hace duros e insensibles,
    agota el manantial del agua que lleva
    a nuestras mejillas, eso que llamamos
    risas en forma de lagrimas,
    convirtiéndose en vergüenzas, descritas
    por surcos en la piel del rostro.

    Gracias George, ahora Juan L. Prada,
    por traer la evidencia de los niños,
    el recuerdo de una vida sana, sin edad,
    la angustia de no saber o poder llora,
    y la alegría que supone recordar cada día,
    las gotas que de niños pudimos sembrar,
    para después, de más mayores,
    poder volver a llorar.

    Gracias querido amigo George…

    1. Ylex

      Estimado Osnofla:
      Me he alegrado mucho al ver de nuevo este nick circulando por este espacio. Yo al menos, creo que muchos más, he echado de menos tu punto de vista en muchos artículos durante las últimas semanas.

      Me alegro de verte.

    2. atati

      Hola aventurero Osnofla. Un placer leerte de nuevo. ¿Vas a volver en plan poeta, o más bien, vas a sacar toda la poesía que llevas dentro? Un abrazo.

    3. Sananda

      llevo dias pensando en tí…
      y ya estaba «preparándome» para darte «el toque» en privado, por tuausencia.
      Afectuosamente.

  11. Marien

    El ser humano cuenta con un mecanismo de reacción, las lagrimas. Disuelven muchas bolas internas que se forman en el devenir de la vida. Y la mayoría de las veces, por contenerlas.

    Leyendo a Kefas, en su segundo párrafo, me ha hecho recordar esta canción, que he necesitado volver a escuchar.
    http://www.youtube.com/watch?v=bxpImmFM2vE

    Gracias compañero por este articulo, profundo. Mirando hacia atrás en el tiempo, la sociedad, desde esta canción a hoy, algo ha cambiado. Aunque solo manifestemos lo negativo, el balance, comparativo es positivo, muy positivo. Me alegra mucho hoy, tomar consciencia de esto.

    Siempre me extiendo, demasiado, a veces, en mis intervenciones. Hoy no tengo muchas palabras.

    Saludos.

  12. Naciendo

    He leído varias veces el texto, para captar o intentar captar todos los mensajes colocados con gracias en el.
    Gracias, un saludo a todos.

  13. Eliseo de Bullón

    No pensamos al llorar. Sólo lloramos. Sólo somos.
    Un saludo codial Juan L.

  14. ermitaño

    Esta mañana leí su articulo. No me dejó una buena sensación. No por su contenido, sino por la dureza emocional de castellano austero. Sólo me venía una idea a la cabeza: la gente es finita. Incapaz de soportar lo que la excede. Las lágrimas nos sobrepasan, nos desbordan cuando el dolor es intenso. Demasiado intenso.

    En un mundo donde nos damos por enterados de todo, capaces de todo, impermeables a todo, las lágrimas nos recuerdan que somos criaturas. CREATURAS, creados. Procedentes de. Tenemos orígen, no somos conclusos, ni insuperables. Sólo somos…hombres.

    Cuando pienso en lágrimas, pienso en el dolor inmenso de un niño de 14 años enterrando a su madre en una aldea gallega. Y se me abre la carne. Algo se acaba en ese momento conmigo. Ese niño ha deseado todos los días de su vida, desde entonces hasta hoy, ser él quien fuera en la caja. Quien hiciera el viaje.

    ¿Qué le importan a ese niño el motivo de sus lágrimas Juan?

    Gracias, un cálido abrazo

  15. Naïf

    Gracias, hermoso post Juanlo, me ha recordado esta frase de Platón.

    «Cada lágrima enseña a los mortales una verdad».

    Lo siento, pero no recuerdo para poder citar a su autor/a donde y cuando he leido …….. ¿Puede una lagrima gritar lo que un sentimiento trata de callar?

    Sed Felices

  16. yolanda

    El texto en precioso. Un gustazo leerlo. Muchas gracias por compartirlo.

  17. f1

    Gracias por tu texto. Esta es la verdadera razón de estar aqui. Acudimos movidos por MC y descubrimos gente espectacular.
    Gracias

  18. eva

    Hacia mucho tiempo que no me encontraba tan a gusto leyendo un texto. Es realmente maravilloso, muy bien escrito y transportador de emociones.

    Espero leerte más a menudo.

    eva

  19. atati

    Muy bonito el artículo, y eso que no soy muy amigo de los mensajes emotivos por los derrapes mentales que ocasionan, pero debo reconocer que me ha gustado mucho. Gracias amigo.

  20. Hipocampo

    Este texto es fantástico y lúcido.
    Desde el título hasta el final.
    Me parece un privilegio que hayas compartido aquí palabras con tanta fuerza emocional y tan íntimas.
    No quiero decir nada que lo estropee.

    Gracias
    cuando pasan los días y escuchas de nuevo los testimonios y repasas los fundamentos que convocaron esas lágrimas, puede reproducirse el rapto de nuevo, pero sólo si se trata de llanto verdadero
    qué cierto es!

  21. Pitigrilli

    Cuando la belleza se une a la profundidad de un pensamiento hecho palabras; entonces surge una magia indescriptible que nos hace sentir mas allá de lo humanamente conocido.

    Muchas gracias Juan L. Prada, por tan maravilloso artículo:

    Cuando el Alma se convierte en lluvia,
    los sentimientos acaban regando nuestras mejillas-Rafael Aparisi-.

    ttp://www.youtube.com/watch?v=2toqM6A26T4

    Un abrazo en tu Alma

    1. felix de valois

      Ya decia yo que este Aparisi aparece y desaparece como el Guadiana;unas veces en Paris y otras en Guadix.
      Bienvenido. Bueno esto sobra; ya sabe Vd.que estamos un poco huerfanos desde su ausencia por tanto deberemos felicitarnos a todos esos otros,pequeños cospiradores noctucnos,de tenerlo de vuelta. Un abrazo fuerte,de verdad.
      Y a su gata,claro.

    2. be

      Hola querido Piti, muchas veces me acordé de tí.
      Me alegra mucho verte.

    3. diferente

      A veces el excesivo calor que desprenden los demás nos quema tanto que es mejor mantenerse a salvo y alejarse de ellos para no fundirse y perecer.
      Cuestión de supervivencia,…no?

    4. atati

      Hombre, Piti, no me había enterado que andabas por aquí. Bienvenido y espero verte con más frecuencia, si te place, claro. Un abrazo.

  22. Charo

    Hola Juanlo. ¿Tendrías la amabilidad de escribir más artículos, tan bonitos como este?
    Te lo agradecería.
    Muchas gracias y un abrazo.

  23. Sananda

    Hola Juan,
    hoy he podido leer su artículo. Muy interesante, Me ha llamado la atención, lo que expone sobre los fines de la tradición judia con los que utilizar «también» el llanto. No sé como se «estimulan para conseguir un llanto con estos fines, aunque a mí me gustaría probar…..
    El inconveniente que veo, es que al menos yo, solo lloro cuando ocurre algo, desde mis interior o del exterior, que me «obliga» a llorar. Aunque hoy en dia más que llorar, loque ocurre conmigo es que las lágrimas aparescan,
    -«salto de lágrimas»- y no mucho más….
    Pero un llanto para poder utilizarlo como «via» a otra dimensión… lo veo dificil en mí de momento. Seguramente habrá técnicas para conseguirlo.
    Pensando por ello en los actores y actrices….

    Aunque me imagino que el llanto que realmente tuviese fuerza para traspasar barreras dimensionales, sería un llanto provocado por el verdadero sentimento que yacen en el corazón, y no por una técnica programada friamente…. no sé nada de esto…..

    leyendo suartículo he recordado una de las series televisivas que más han hecho llorar a tantos. Niños pero sobretodo a adultos….

    Esta es : «HEIDI».

    Una obra de arte para mover la sensibilidad en plan «dulce», en la versión de dibujos animados japoneses.

    Saludos cordiales.

  24. Aloe

    Excelente artículo, hay tantos llantos… no todos húmedos, los hay secos, que nadie ve.

    Llorar.

    Muchas veces pienso que es muy bueno llorar cuando llueve :

    Llorar para adentro, no es lo mismo que llorar por dentro, cuando, así lo hacemos, pocos nos ven.

    Llorar para adentro, es más difícil, además no estamos muy seguros de, si acertaríamos a encajar todas las lágrimas, esas que no deseamos que nadie vea .

    Por eso la lluvia nos ayuda, por si alguna de esas lágrimas se escapan y se pasean por el exterior, en contra de nuestra voluntad ; entre la lluvia, no se notaría… Aún así, estarían ahí,disimuladas, calladas.

    Mientras tanto, las otras, las que van por dentro, estallan la presa del corazón, buscando el mismo caudal que sus húmedas compañeras. Así, nos encontramos, con el mismo llanto, que avanza por dos cauces diferentes, condenados a encontrarse, condenados a llorar. Una s mojadas, otras muy secas…

    ¿Es mejor ,llorar cuando nadie te ve?
    ¿Es mejor, llorar en silencio?
    Es mejor llorar…
    ————

    Haiku.

    Las cicatrices
    no cierran las heridas
    las testifican.

    Bsa,aloe.

  25. Pitigrilli

    Solo soy un simple surco en el camino
    que riego con lágrimas de estrellas;
    pues no quiero vestirme de guirnaldas
    compradas al cobijo de las hienas.

    El pueblo anda hoy mas que sedado
    en un mundo virtual que lo maneja;
    intentando ser lo que medra en sus adentros
    y vendiendo dignidades por parcelas-Rafael Aparisi-:

    http://www.youtube.com/watch?v=zTQuzldkjas

  26. samsara

    Gracias por acercarnos lágrimas en este desierto que día a día atravesamos, seguro que darán fruto.

    Cuando el ser humano llora de verdad, crece.

    Buen día.

  27. Alania

    Hacía mucho tiempo que no leía algo tan emotivo y tan bonito y me recuerda que no hace mucho se me caían los lagrimones cuando llegué a la misa del peregrino en Santiago ( no tiene mérito por que fui en coche )pero me emocioné mucho a pesar de haber estado varias veces bajo esos mismos pilares…el que estaba a mi lado también lloraba, pero creo que por otros motivos diferentes a los míos. Los míos eran más bien de alegría, lágrimas de emoción de reconocimiento, de encuentro conmigo misma, notaba que algo «vibraba» dentro de mi, como cuando brota un manantial…Me ha despertado el interés lo que comentas de la Cabalá:
    “Multiplicad vuestras lágrimas, pues las puertas de las lágrimas no están cerradas y las puertas celestiales se os abrirán”, canta la Cábala (FCE) de Idel Moshe. La cábala llega a ordenar el llanto en etapas, confiriendo distinto sentido según la temporalidad del mismo. A veces, el llanto está destinado a conmover; es decir que promueve lágrimas en lo alto»…

    Será esa la explicación de por que al poner los pies en suelo santo, se me abren las puertas de las lágrimas como una compuerta de una presa?? Gracias y felicitaciones por tan excelente artículo.

    Un abrazo,

    Alania

  28. Tata

    Tu relato me ha traido a la memoria una viviencia de mi tio Manolo, ya fallecido y muy llorado por lo querido, y que gustaba relatarnos.

    Mi tío Manolo era pediatra. Un día atiende en su consulta a una amiga que le lleva un recién nacido en brazos, mientras intenta hablarle envuelta en lágrimas.

    ¿Que tiene el niño? .- Nada, Manolo, yo creo que el niño está bien, pero tiene Sindrome de Down.

    ¿y por eso lloras?.- ¡Mujer! has tenido suerte, estos niños aman a sus padres toda la vida. No llores más para que puedas disfrutar este hijo especial que has recibido.

    Bonito, verdad? El nos lo contó a lo largo de su vida muchas veces.

  29. diferente

    Las personas que son capaces de emocionarse en un instante y dejan que sus lágrimas fluyan sin vergUenza son a las que se las tendría que llamar para formar parte de fundaciones y….demás.

  30. Calixto Arosa

    En mi opinión, sólo al demonio se le podía ocurrir tal cosa (el llanto).

    Con esto no quiero contradecir a San Lucas… ni mucho menos! Es más, estoy totalmente de acuerdo con él. Dado como está montado el escenario, resulta casi inevitable para un alma con sensibilidad crística no tener en la vida un episodio con el llanto como protagonista.

    Ahora bien, aún no siendo ello obra de Dios tal y como yo lo percibo, he de confesar que siempre he extraído de tal experiencia un resultado de alegría por la lección aprendida. Claro está, que para que ello ocurra, es imprescindible que el pupilo muestre una apropiada disposición de ánimo en el proceso de aprendizaje propuesto.

    Por eso creo… que la risa es cosa de Dios.

    Gracias, Juan

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