Ayer, el regresar en avión a Madrid, consumí parte de la hora de retraso a la que nos tiene acostumbrados Iberia en leer algo por encima la prensa nacional. A fuer de sinceridad no consumo demasiado tiempo en ese menester, quizás porque conozco suficientemente bien su funcionamiento real después de años en el epicentro de lo financiero, que constituye una plataforma de observación excepcional a nada que esté “atento”, como decíamos ayer. Por cierto, alguien pide reeditar mi libro El Sistema y a ser posible con alguna anotación. Algo de la historia trasera de ese libro os conté con motivo de mi encuentro con el Club de la Comunicación. Sin embargo, no recuerdo el relato de la llamada que recibí de Matías Cortés, el abogado granadino muy poderosamente vinculado al grupo Prisa a través de su antiguo Presidente, Jesús Polanco, ya fallecido. Poco antes de que el libro viera la luz atendí un telefonazo suyo en el que, con aquella voz con textura propia de la ternura mas jovial y fondo de genética legionaria, me garantizaba que si publicaba el libro sería muy difícil evitar que mis huesos, como vulgarmente se dice, no pasaran una larga temporada por alguna de nuestras cárceles hispanas. No le hice caso. A la vista está. Se cumplió su advertencia. Pero creo que igualmente, con libro o sin libro, el resultado habría sido idéntico, porque no iba de literatura la cosa, sino de política, y en la política se tomaron decisiones contra una persona que implicaban demasiadas violaciones como para que alguien se diera cuneta de ellas, así que lo mejor, seguramente lo inevitable, era fabricar el culpable orteguiano y seguir trabajando la mecanicidad de la mente de la masa con la inducción como técnica infalible. Otra cosa es que los edificios de papel no resisten demasiado bien el paso del tiempo, pero….

Bien pues, en efecto, hemos pensado en reeditarlo. Incluso preguntamos cuando caducarían los derechos de autor, cedidos en el contrato con Espasa Calpe en 1994,y eso sucede según los informe recibidos, a mas tardar, precisamente en el año 2009, así que si queremos tenemos la vía libre. Pues es posible que abordemos el trabajo. Lo cierto es que, y pido perdón por la inmodestia, quizás sea conveniente leerlo para darse cuenta de que aquello tan plúmbeo que describía como estructura del poder real en el Sociedad española, eso a lo que llamo El Sistema, no es un producto imaginario de una mente dañada por el acoso político/mediático ejecutado ad nauseam, como suelen escribir los que nunca estudiaron latín pero sienten la imperiosidad de parecer elegantes eruditos, ni un delirio tardío de un falso profeta que agita una lira fingida, como diría Pessoa, sino un relato en primera persona de una experiencia de poder, y ya sabéis que mi idea, tantas veces expresada, es directa y clara: no hay mas verdad que la experiencia, precisamente por aquello de la dictadura del hecho de que habla el místico hindú. Claro que, de abordarlo, tendríamos que acotar algunas cosas, algunas vivencias, algunas realidades, algunos de esos hechos de la dictadura que muestran como seguimos siendo un Sistema que comienza a hacer aguas ante la mirada silente de algunos, complacida de otros, preocupada de los menos y absorta, perdida, inerte de los mas.

Veo que no consigo centrarme bien en la cuestión del control social del crédito. Sinceramente en mis periplos la idea resulta aceptada con entusiasmo. La banca no recibe al día de hoy un afecto o consideración indescriptibles. Mas bien lo contrario. El rechazo puro y duro, a sus métodos, al comportamiento de sus dirigentes, a tener que lavar sus culpas a costa de las empresas del sector real que en nada contribuyeron a provocarlas..En fin, que el desprestigio, guste o no, se extiende. Y será mas profundo a medida que profundicen las consecuencias. Y estas pueden ser muy lacerantes, para todos, para el sistema financiero y para la economía real.

Ayer leía en un diario nacional una editorial en la que se escribía mas o menos literalmente que no vaya a ser que la tan alabada banca española, que al día de hoy tiene solo problemas de liquidez, no acabe teniendo también problemas de solvencia. La bicha acaba de ser mentada, como dicen por el Sur. Y allí tienen mucho miedo a la famosa bicha, hasta el punto de que en Los Carrizos, en las faldas del cerro donde se construyeron las casas, nace una fuente que alimenta, entre otras cosas, un magnifico naranjo. Pues bien, allí vi un día a la hora del angelus que se decía de antiguo, una culebra de tamaño medio (no se muy bien cual es la referencia de media de esas tierras) plácidamente tumbada -siempre lo están- calentándose con el sol de invierno. Al volver a las casas y preguntar de donde se subía el agua para regar el jardín, me respondieron que “de la fuente de abajo”, por lo que formulé una nueva inquisitoria : ¿Cual, la de la fuente de la culebra?”. Como si hubiera mentado al mismísimo diablo. Gestos de estupor y casi de pánico, a los que siguieron unas palabras que apenas podían nacer con cierto tino de una garganta aterrada: “No diga usted eso, por favor, no mente la bicha, que eso es muy malísimo…” La agregación de superlativos es prototípica del Sur, al menos del Sur sevillano, que por donde ando cuando por allí voy. Bueno pues el editorial, no se si muy malísimo, mentó la bicha. Aunque, justo es decirlo, una bicha muy pequeñisima, como comentaría un sevillano de pro.

El diario aventuraba posibles problemas de solvencia porque, según la editorial, los créditos problemáticos derivados del sector inmobiliario eran unos 17.000 millones de euros..Ojalá fuera ese el asunto. La verdad es mucho mas dramática. Según Recarte, los créditos promotores inmobiliarios ascienden a mas de 300.000 millones de euros. Si a eso sumamos el endeudamiento de las familias por importe de 600.000 millones y los créditos a la construcción por otros 150.000 millones, nos daremos cuenta de que las cifras son bastante mas espesas que las mencionadas en la editorial. La bicha de repente se ha convertido en un pedazo bicha…. ¿Inexorabilidad de la catástrofe?. Pues no, ciertamente. Probabilidad de problemas serios, sin duda. Certeza de que algunas instituciones financieras, y no precisamente diminutas, se encuentran ya en situación complicada, muy complicada, pues esa certeza se expande por las emociones del mercado que espera de un momento a otro la mala nueva. O la buena nueva, según se quiera mirar.

Pero que el sistema financiero va a seguir proporcionado disgustos al sector real es algo que se me antoja como una de las pocas seguridades de las que disponemos, uno de esos inevitables de los que hablo. ¿Y entonces?. Pues entonces muchas cosas, y entre ellas que el prestigio de los sujetos (banqueros) y de los objetos (bancos) no va a ascender. Al contrario. Así que la idea de tratar de evitar que en el futuro pase lo mismo otra vez seguramente tomará mayor cuerpo de solvencia. ¿Cómo?. De momento no paso de eso que llamo control social. Es poco, desde luego. O mucho, según se contemple. Quiere decirse con ello, no sólo que no se puede volver a reproducir lo actual sino algo mas profundo: que si seguimos con lo mismo que ahora, lo mismo que ahora volverá a pasar luego. No se trata de mas regulaciones. De mas controles, de mas limitaciones. Decir que la banca tiene que volver a ser lo que era es el presupuesto. La pregunta es ¿como?. ¿Volver a ser como era de la manera en que es ahora que dejó de ser como era?. Pues no. Me parece que para juego de palabras vale, pero no es de jugar, precisamente, de lo que estamos hablando. Y menso con palabras, que no son la cosa.

¿Las Cajas de ahorro actuales funcionan políticamente comprometidas?. Pues seguramente sí. ¿Y los bancos no?. Dejemos ingenuidades para otros menesteres mas románticos. ¿Quien nombró a Emilio Ybarra, por ejemplo, Presidente del BBV?. Pues un laudo arbitral de Mariano Rubio, Gobernador del Banco de España. Es decir, el poder político. ¿Quien nombró a Francisco González Presidente de Argentaria?. Pues el poder político. Y lo digo sin la menor brizna de descalificación personal hacia ellos. Al contrario. ¿Quien nombró a Alfredo Sáenz interventor de Banesto con todos los poderes?. Pues el poder político. Creo que tenemos que ser serios. De lo que se trata es de limitar el poder de los políticos sobre las estructuras bancarias.
Seguro que alguno argumenta que son las finanzas las que mandan sobre la política. No se equivoque quien así piense. El verdadero poder se encuentra en el Boletín Oficial del Estado.

Lo que quiero decir es que para que el sistema financiero pueda cumplir su misión con garantía para el sector real de un flujo neutral de dinero es necesario darse cuenta de que el modelo actual ha fracasado. Y si no que se lo pregunten a los miles, cientos de miles de empresarios que ven como se les niegan sus créditos ya concedidos, les suben los intereses y las comisiones, y todo ello en un contexto que no entiende en absoluto. Tenemos que volver a ideas clásicas con otras estructuras.

Seguramente la eliminación del accionariado que reclama mas valor a costa de lo que sea, posiblemente la necesidad de un perfil bajo en la misión de asignar recursos desde el ahorro a la inversión, probablemente la garantía de neutralidad se encuentre en unas estructuras similares a las de las cajas pero exentas de influencia política directa. ¿Cómo?. Pues pensado un poco, porque el asunto merece la pena. Al menos eso creo. Como dice Jaime Génova “con esta dichosa crisis financiera pudiera ocurrir que estuviéramos en vísperas de dar un salto cualitativo, en vísperas de construir algo nuevo, que no conocíamos hasta ahora. Sólo falta ponerse manos a la obra. Seguro que entre todos podremos dar este salto tan necesario”. Para hacerlo no hay que rasgarse las vestiduras, que el invierno viene frío, ni consumir tópicos, que son indigestos, ni convertir en información lo que solo son tribulaciones desde fuera. Hay que trabajar con la dictadura del hecho.

Eso no quiere decir que instituciones como el Triodos Bank, del que se habla ene l blog, no sean capaces de funcionar y merecedoras de elogio. Pero no os olvidéis de una cosa. El problema no reside solo en la institución, sino en el hombre. Tríodos y cualquier otra similar dependen de la estructura mental de quienes la gobiernan. Si estrellas un Mercedes contra una pared, el problema no es del coche sino del conductor. Conviene recordarlo.

Es mas, tampoco quiere decirse que el modelo deba ser excluyente. Se trata de que el crédito se suministre al sector real en condiciones de regularidad y neutralidad. Si, conseguido el objetivo, algunas entidades financieras quieren dedicarse a especular, a derivados, a titulizaciones, a fragmentaciones o a hipotecas sub lo que sea, pues adelante, con tal de que cumplan con los requerimientos de capital, la normativa adecuada y si el público quiere dejar sus dineros en ellas, pues adelante. Pero si lo pierde que no se queje. El estado no tiene que garantizar esos depósitos. En modo alguno. Ni impedirlos dentro de los marcos legales adecuados. No se trata de poner puertas a todo el campo. Se trata de acotar un terreno para que no sea cercado de caza de algunos depredadores. Nada mas. Ni nada menos, claro.

¿Meditación del día 12?. Pues eso. Como dije en otro momento en este blog, permanecer quietos, sin moverse, en el máximo silencio exterior posible, en el máximo silencio interior alcanzable, sin agobios por no poder detener la mente, sin pretender nada, solo tratar de ser lo que verdaderamente somos, dejando a un lado el traje de la personalidad. Con eso es suficiente. La conciencia universal se encarga del resto.

Que tengáis buen lunes.