Vivir atento es vivir; lo otro, vegetar. Un ejemplo personal

      Comentarios desactivados en Vivir atento es vivir; lo otro, vegetar. Un ejemplo personal

122arboles y rio peq

El fin de semana resulta movido en exceso. Se ve que no estoy acostumbrado a tanta agitación externa -ya tengo bastante con la impenitente interna- porque lo que me sucedió supongo que tiene que ver con la memoria, o con la atención. Por cierto, el verso que aporta Pilar, “Cuando miro con cuidado /¡Veo florecer la nazuna /Junto al seto! “ es exquisitamente profundo y por ello produce los efectos que describe. ¿Por qué a unos sí y a otros no?. Lo explica bien el propio verso: porque unos miran con cuidado y otros no. ¿Qué es mirar con cuidado?. Poner atención. ¿Creéis que ponemos atención en la gran mayoría de nuestros actos diarios?. ¿En cuantas ocasiones mientras ejecutamos algo, por importante que sea, nuestra mente vuela dispersa hacia páramos distintos’. Sin atención no se vive, se vegeta, al igual que aquel que se siente fragmentado mas que vivir sueña. Vivir atento. Es clave. En mi celda de Alcalá Meco tenía un cartel pegado en el frontal de la mesa de obra. Lo escribí a mano con un rotulador azul sobre un cartón que encontré perdido en el almacén de Ingresos y Libertades. . decía así: “Atento”. Incluso en la pantalla del inefable móvil que me regalaron cuando recuperé la libertad, grabé esa misma palabra para que apareciera como fondo de pantalla (¿se dice así?) y me recordara que en la atención reside la diferencia entre vivir y vegetar. Si estás atento a los menores sucesos de cada instante, tal vez percibas que eso de ser materialista puro es ….es un poco dificil de sostener.

Bueno pues se ve que no predico con el ejemplo porque ayer, con la finalidad de codificar en flash para colgarlo en el blog un vídeo que he confeccionado sobre La Fonte Santa que visité en el viaje a Galicia, algo que me quedó bastante bien, por cierto, porque se puede intuir el mensaje, me di cuenta de que en mi inseparable maletín negro no estaba el mac blanco de 13´ que suelo llevarme en los viajes. Es un cacharro al que tengo especial cariño, fundamentalmente porque se lo regalé a Lourdes y no pudo llegar a usarlo en demasía, así que es un cierto icono. Bueno pues el icono no estaba, como digo, en mi maleta. Supuse que tal vez mi hija lo usó por algún motivo, pero no tuve éxito en la pesquisa. Así que a recorrer el camino de vuelta para saber dónde se me pudo perder algo que no es como para andar olvidándolo por ahí como si fueran unas gafas de leer o un libro ladrillo.

Con la moda esta de que tienen que poner el ordenador en una bandeja especial e independiente con el fin de que los controles de seguridad puedan ejercer su misión con eficiencia -eso dicen- pues lo saqué en el aeropuerto de Santiago y debió quedarse allí. ¿Cómo es posible?. Pues por falta de atención. No es que no viera florecer la nazuna junto al seto. Lo mío se quedó en mucho mas prosaico: no atendí a la bandeja que guardaba el ordenador. Metí -eso debió ser- los demás trastos en la maleta, me puse cinturón y otros aparejos que te ves obligado a retirar de la vestimenta, y allí se quedó el regalo de Lourdes. La imagen visualizada de la bandeja de plástico con el precioso ordenador de Lourdes me produjo una sensación de desprecio a ese yo-mismo-pequeño nada reconfortante. Un inmenso cabreo, por decirlo en román paladino, y me puse inmediatamente en marcha, lo que significa llamar a Jose Ramón, el empresario de Microgal S.A. con el que compartí el viaje a A Fonte Santa, pasar la vergüenza de relatarle lo sucedido, pedirle que, por favor, intentara localizarlo en el aeropuerto de Santiago y que, de encontrarse allí, intentara recuperarlo. Así lo hizo, porque es esencialmente amable, es decir, amable por esencia, y cuando volvía de cenar en un magnifico lugar en el que -¡que delicia!- no existía cobertura para móviles (ya veréis como pronto esa ausencia de cobertura se anunciará en los establecimientos públicos como símbolo de verdadero lujo), al recuperar la conexión con las ondas -me refiero a estas profanas- entró el correo en el que Jose Ramón me anunciaba no solo la localización del portátil sino, además, del inicio de la mecánica administrativa destinada a recuperarlo.

Me dormí tranquilo e intranquilo. Lo primero por la garantía de que ese regalo de Lourdes vuelve al redil, así que mi falta de olvido se quedó en venial, al menos en cuanto a consecuencias físicas. Pero intranquilo del otro lado, el de la falta de atención. Y poco importa ahora el ejemplo del ordenador. La pregunta es¿cuántos ejemplos mas vivimos a diario sin darnos cuenta de lo que hemos perdido?. Al menos eché en falta el ordenador y por eso me percaté de mi falta de atención, de mi ligereza, de mi resbalar sobre la superficie de la vida. Pero seguro que a diario vivimos situaciones, experimentamos sensaciones de todo orden, olfativas y visuales incluidas, a las que no estamos atentos y no podemos recuperarlas sencillamente porque no las echamos de menos. ¿Por ejemplo?. Pues por ejemplo el silencio del que hemos hablado ayer. Solo cuando queremos echar mano del silencio nos damos cuenta de que vivimos envueltos en ruido. Por ejemplo, la conexión con el Centro. Solo cuando estamos perdidos y queremos viajar al interior nos damos cuenta de que refocilamos en una civilización de la epidermis.Bueno, no quiero seguir que hoy es domingo y un rato de descanso de estas cuestiones supongo que no viene mal, aunque solo sea para tomar carrerilla, para adquirir impulso….

Lo malo es que no tengo aquí el codificador en Flash que es el formato de video que uso en el blog, y de este modo no puedo ofreceros la composición. No es nada del otro mundo, pero puede ser que a alguno eso del río de la vida que termina en la Fuente Santa para volver a empezar de nuevo, le diga algo, sin necesidad de frecuencia de móviles, por supuesto. Esta noche recuperaré el aparato y creo que mañana lo tendreis.

Mientras tanto veo que la cuestión del control social del crédito ocupa reflexiones de alguno de vosotros. Me alegro. Os aseguro que es cuestión central. Ayer mismo, mientras cenaba, conversaba sobre este vidrioso asunto con uno de mis cuñados, bastante bien relacionado con el mundo financiero. Por cierto, cada vez me gusta menos hablar de la situación económica porque la constatación de lo real produce espasmos de terror en demasiados interlocutores. Lo entiendo, pero hay que saber acertar en el diagnóstico y asumirlo. Creo que ya os dije que mi máxima carcelaria residió en dos principios: convivir con lo inevitable (no convertir el inevitable en problema) y llevarme muy bien con lo insoportable. ¿Es solo literatura?. Para nada. Fueron máximas reales. Vividas. Sentidas. Aquella mañana, al terminar mis ejercicios diarios, miré al pequeño espejo de la celda. Me vi con cara de sueño, barba de un par de días, el rostro traduciendo en sucesos de la piel la penuria inferior, y me dije: mañana vas a seguir aquí; pasado, también; al otro también. Y así sucesivamente. Así que mejor admite el inevitable como amigo diario, trátalo bien y él te trataría igualmente a ti. Inevitable era estar y ese asunto quedó resuelto. Insoportables resultaban algunos otros extremos. Así que llamé a la fábrica de insoportables, hablé con su gerente, y quedó también ese otro tema resuelto. Mas difícil, desde luego, porque lo inevitable insoportable es materia tóxica para almas poco adiestradas. Así que tocaba adiestrarse, y a eso me dediqué todas las noches y todas las madrugadas. Quizás por eso al día de hoy siga teniendo noches y siga consumiendo madrugadas.

¿Como organizamos eso del control social del crédito?. Pues os dejo una sugerencia: creo que el modelo de futuro va a ir por el sendero de las Cajas de Ahorros. No tienen accionistas, así que no responden a la presión de la retribución por dividendos ni a la especulación de sus títulos. Esto me parece sano cuando de suministro de dinero a la economía real se trata. Sí, pero -diréis- los cargos los nombran los políticos, como, por ejemplo, Castilla la Mancha que dicen es de lo peor que se despacha. No tengo idea de si es cierto eso de esa caja concreta, pero es auténtico lo de la politización de los nombramientos. Pregunto ¿están peor las cajas españolas que el City Bank que reclamaba 300.000 millones de dólares para no quebrar?. Parece que no, pero aún así el asunto de los nombramientos de los directivos gestores del crédito a la economía de mercado es asunto capital. Por ejemplo: hay que conseguir que los inspectores del banco de España hagan su trabajo con profesionalidad y que no sean terminales de fobias políticas ni instrumentos al servicio del despreciable “conveniente”. ¿Cómo?. Este es el desafío. Espero que os apuntéis a meditar sobre ello, a ofrecer soluciones. Lo que os aseguro es que difícilmente el sistema financiero volverá a ser como antes. Algunos dicen que el capitalismo financiero ha muerto. Bueno, si es toda la locura de derivados y demás basurilla financiera, mejor que sea así. Pero hay que definir, construir, aportar, levantar. En eso estamos. O deberíamos.

Buen domingo.

Vuelvo por la noche a ver si he solucionado lo del video.
Y no me olvido que tengo pendiente lo del monasterio…