Lenguaje, egocentricidad y mística. Un libro de E. Tugendhat

      Comentarios desactivados en Lenguaje, egocentricidad y mística. Un libro de E. Tugendhat

125egocentricidad y misitica

En muchas ocasiones a lo largo de la vida del blog hemos comentado los procesos místicos, de una u otra manera, con mayor o menor propiedad, y, sobre todo, el papel del ego como definidor de patrones de comportamiento humano no siempre exquisitamente deseables. ¿Existe relación directa entre el comportamiento -por así decir- místico y la idea de egocentricidad?. Pregunta aparentemente complicada, pero no tanto como podría parecer al ser formulada con estas palabras.

En mi primera visita al Monasterio de Sobrado me topé con un monje que, entre otras actividades propias del ora et labora, estudiaba chino. Disponía ya de un conocimiento considerable acerca de las espiritualidades de Oriente y deseaba seguir profundizando sobre ellas para lo cual le resulta imprescindible, en su rigor implacable que convertía al método en cilicio, conocer la estructura y funcionamiento del lenguaje chino, lo que, os aseguro,después de escucharle en tres o cuatro generalidades adornadas con un par de elocuentes ejemplos, me dio la sensación de que me situaba ante algo mas que complejo. Pues bien, ese monje me recomendó un autor al que, lo confieso, yo no atendí anteriormente. Se trata de Ernst Tugendhat. Tal vez alguno o algunos de nuestros mas eruditos asiduos del blog sepan de su existencia, conozcan su obra y hayan consumido tiempo en su lectura. Yo, sinceramente, no. Así que al regresar a Madrid me compré el libro. Encargué dos del mismo autor, para ser precisos, pero solo uno resultaba disponible para mi lugar de compras por internet. Me trajeron “Egocentricidad y Mística”, precisamente el asunto con el que iniciaba esta comunicación de hoy. En su introducción asegura:

-”Mas relevante es la difundida concepción según la cual la mística consiste en un sentimiento de unidad sujeto-objeto: el místico se vería de alguna forma en unión con Dios, con el ser, con todas las cosas”.

Así es. Ese sentimiento de Unidad del Todo o con-el-Todo, para ser mas preciso, es la esencia del sentimiento místico. Para ser mas exactos, frente a la “unión” debería utilizarse la expresión “confusión-con” puesto que en ese instante y a partir de ese instante se desvanece toda diferencia. El la “aniquilación” del sufismo. El Maestro Eckhart lo expresa de manera admirable. Por cierto en alguna cita que efectué sobre el gran místico cristiano me dio la sensación de que en los comentarios se confundía con Eckhart Tole, que, con independencia de su valía personal, nada tiene que ver con la figura para mi mas excelsa, seguida de San Juan de la Cruz, de la mística cristiana, además de que, como ya os he relatado, el M. Eckhart fue condenado por ese terrible mal consistente en “querer saber mas de lo conveniente”.(Bula di Agro dominico)

Ahora bien, este sentimiento místico, esta confusión en el Todo, puede surgir espontáneamente, pero sucede que también “uno se lo busca” y ET se formula la pregunta: ¿por qué?. ¿Cual es la razón por la cual una persona busca ese sentimiento de unidad?.

-”Porque los seres humanos tienen necesidad de paz espiritual” (pag. 9)

Una respuesta inquietante, sin duda, para muchos que ignoran -o eso aseguran- esta dimensión del ser y que lleva a la formulación de otras derivadas y concretamente ¿por qué aparece en los humanos esta necesidad de paz espiritual? Esta es la respuesta del autor:

-”Porque su alma se encuentra en un estado de intranquilidad….que tiene que ver con la relación consigo mismo específicamente humana. Quizás pueda decirse que el motivo de toda mística es liberarse de la preocupación por sí mismo o mitigar esta preocupación”

No puedo estar mas de acuerdo. Ese estado de intranquilidad estructural a partir de un determinado instante de mi vida lo califiqué, como sabéis, de “insomnio del espíritu”. La siguiente pregunta resulta inevitable: ¿por qué esta necesidad, este liberarse de la preocupación por sí mismo?. De nuevo una respuesta sabia:

-”la necesidad de distanciarse del modo peculiar en que los seres humanos se dan importancia y se preocupan por sí mismos, incluso cuando se preocupan de otra cosa. En otras palabras, la mística consiste en trascender o relativizar la propia egocentricidad”.(pag 10)

Pues la conexión entre ambos términos, mística como resultado y egocentricidad como punto de partida a ser superado, se conectan en un proceso que me resulta diáfano. Por ello el autor concluye de este modo:

-Si se desea entender los motivos de la mística, hay que entender los peculiares problemas que tienen los que dicen “yo” con su egocentricidad”.(pag 10)

Fijaros en el modo peculiar de utilizar el yo. Se refiere a los que “dicen yo”, aclarando que “los seres humanos no pueden decir yo desde un comienzo” (pag 11) de manera que “a partir de cierta edad, los seres humanos dicen “yo” y solo pueden decir “yo” porque hablan un lenguaje proposicional”.

El salto ahora me importa todavía mas. El lenguaje, el tipo concreto de lenguaje humano, es el responsable de decir “yo”, en consecuencia de la egocentricidad, en consecuencia de la relación con sí mismo, en consecuencia de la intranquilidad, en consecuencia de la necesidad de paz espiritual, en consecuencia de la aparición de la mística. Esa conexión entre Mística y lenguaje proposicional es enriquecedora y conecta de nuevo con lo que algunas veces he escrito acerca de papel fragmentador del lenguaje, algo que algunos no quieren/pueden llegar a entender en su tercera dimensión.

A partir de este instante la cuestión es:¿cuando comenzamos a decir yo?. ¿Cuando surge el lenguaje proposicional?. ¿Puede decirse que el comportamiento de la especie “no está genéticamente predeterminado, sino verbal y culturalmente condicionado”? (pag. 17).

La idea de que las diferencias fundamentales entre los humanos y las demás especies pueden explicarse en base a la estructura de su lenguaje aparece ya en Aristóteles, como señala el autor del libro. El lenguaje humano, todas las lenguas, se caracterizan por la estructura proposicional, mientras que los otros lenguajes son lenguajes de señales, ligados a una situación

Nasa sabemos del origen preciso de las lenguas diversas que componen el lenguaje humano, pero el autor concluye de esta manera. “la especie humana alcanzó un nivel cognitivo mucho mas alto gracias a la racionalidad (la capacidad de preguntar por razones) que el lenguaje proposicional hizo posible” (pag. 22)

Si siguiéramos esta proposición de modo lineal y la conectamos con lo dicho al comienzo resultaría que el hombre reclama paz espiritual, que la reclama para trascender o superar las relaciones con sí mismo, que ese conflicto deriva del yo, es prototípico de los que dicen “yo”, que se trata, en consecuencia, de superar la egocentricidad, y que esa egocentricidad deriva del lenguaje proposicional que permitió la racionalidad. La conclusión sería, como digo linealmente, que la propia racionalidad conduce a la situación de conflicto y provoca la búsqueda de la paz espiritual.

Bien pues dejo estas cuestiones encima de la mesa para que abordemos entre todos los que deseen participar esta cuestión. Comprendo que el libro es de lectura compleja y que yo mismo carezco de algunos elementos de lingüistica imprescindibles para la cabal comprensión de sus asertos. pero en eso consiste la gracia del blog, que entre todos podemos intercambiar conocimientos y de este modo llegar a una mejor aproximación al problema. Obviamente no lo vamos a resolver pero al menos ejercitaremos algunas de esas facultades que, con independencia del lenguaje o dependiendo de su estructura, según se mire, nos caracterizan como especie humana.