Esta madrugada, después de contestar algunos correos urgentes, me dispuse a comprobar personalmente el estado del blog durante la jornada del domingo. El Galicia tampoco salió el sol ayer, pero de vez cuando atisbamos algún claro entre el verdor de infinitos tonos de las montañas inundadas por el agua caída en este otoño que parece querer dar respiro a las admoniciones del cambio climático. Después de abandonar las nevadas portillas de El Padornelo y La Canda, fronteras naturales de nuestra tierra gallega, me encontré con la meseta castellana vacía de nieve al comienzo y repleta hasta la saciedad cuando atisbamos Avila, después de interrumpir el viaje para almorzar en Benavente. Tuve la sensación, ante lo nutrido de los copos que golpeaban el parabrisas y se almacenaban en la carretera, sobre todo en sus cunetas, que tal vez no llegaría a Madrid sin pasar la noche por algún lugar inesperado. Vivir siempre conlleva dosis inevitables de aventura. Pero no. Al final, despacio, casi arrastrándonos, pudimos cubrir el expediente circulatorio hasta que en las cercanías de El Escorial la nieve se despidió sin griterío ni alharaca.

Esperaba algo así en nuestro blog. Pues no. Al leer lo escrito tuve la sensación de que el epicentro de la borrasca seguía situado en el mismo lugar y la isobaras mantenían su proximidad las unas con las otras provocando vientos de cierta intensidad procedentes del poniente, en unos casos, y del Norte en otros.

En el fin de semana, tanto el sábado como el domingo arrojaron saldo increíbles: mas de doscientos comentarios. Pero a fuer de sinceridad, en lo escrito bajo la pluma anónima de los nicks propios de internet, se deslizaban asuntos que, con mejor o peor fortuna, con mayor o menor gracia, con palabras mas o menos alegres o soeces, con insultos y descalificaciones o alabanzas y laduatios, tenían como común denominador su ausencia de cualquier relación, consanguínea o agnaticia, con el tema del debate. Y de esto se trata.

Comentario, en mi concepto al crear el blog, era una posición de cada uno sobre el objeto delimitado para ser debatido. Expresar pareceres y opiniones, iniciativas, sugerencias, o lo que se quiera, pero manteniendo conexión con aquello que planteamos como materia de trabajo intelectivo. Y digo planteamos porque a la luz de mi comentario puede surgir otro que deriva por un sendero importante dentro del camino principal. Y a veces conviene seguir esa ruta, aunque suponga cierta desviación aparente del plan originario. Pero, como digo, siempre dentro de la materia objeto de análisis, conscientes de que no existe camino que irremisiblemente conduzca ese paraíso perdido al que llamamos Verdad.

No se trataba, ni mucho menos, de premiar la erudición, aunque solo sea porque siempre la he respetado lo justo, pero nada mas. Por cierto, al día de hoy nada mas erudito que internet, gigantesca biblioteca en la que abundan los lugares en los que se puede practicar ese deporte, que cuenta cada día con mas jugadores y aficionados, del “cortar y pegar”, ofreciendo como propio lo que es siembra y cosecha ajena. La verdad es que se suele notar algo y produce una pizca de vergüenza ajena, pero así estás las cosas por el mundo de los eruditos de lo virtual.

No. Quería aportaciones, no citas, ni autores, ni libros, ni salas, ni bibliotecas, ni universidades…Todo eso es bienvenido, agradecido, conservado, estudiado, pero sobre todo deseaba lo personal, la reflexión o incluso la mera intuición. Se trata de construir entre todos un cuerpo de pensamientos y experiencias. Porque se necesita. Sinceramente creo que es imprescindible. Mi intención al crear el blog, como consta con claridad en las palabras introductorias, residió en atender a la coherencia personal, puesto que si durante años me he dedicado a hablar de la sociedad civil, a pedir que asumiera su responsabilidad histórica, y tuve que pagar algún precio nada despreciable por ello, me parecía que en estos momentos en los que todo parece estar sujeto a revisión, en los que han fracasado de modo rotundo algunos postulados dogmáticos disfrazados de ortodoxos con los que nos han intoxicado durante años (quizás siglos), teníamos la obligación de intentarlo, de atrevernos, de poner blanco sobre negro opiniones e iniciativas. Trabajar por nosotros, dicho del modo más egoísta posible. Claro que nosotros aquí tiene un sentido de trascendencia humanista, porque nosotros somos eso que a veces suena ridículo y en otras grande, en unas lacerantemente cruel y en otras inconcebiblemente magnifico: Humanidad.

Pues al leer los comentarios me he encontrado con que en mi interior una vez mas ha sonado la letra de la vieja música “no es esto, no es esto”. Y no digo que este “esto” sea despreciable. Digo que este “esto” no es el “esto” que concebí y al cual dediqué mucho esfuerzo, antes y ahora. Y este “esto” no me compensa en absoluto. Porque no es el “esto” al que quise contribuir con el esfuerzo mío y el que reclamo de todos vosotros.

Creo que fue Joaquín Tamames quien me indicó al comienzo que los comentarios tardaban en salir a la luz a diferencia de otros blogs. Así era. Quise tamizar todos aquellos que no conectaran con el debate principal sencillamente para cumplir con la misión encomendada a mi mismo y a quienes con ella quisieran sintonizar. Pero, claro, tengo otras cosas que hacer por eso del primum vivere, así que disponía de intervalos de tiempo para efectuar esa selección, que nada tenía que ver con que me gustara o repeliera lo escrito, sino, sencillamente, con que se ajustara a lo que nos proponíamos debatir, cualquiera que fuera mi juicio sobre sus aseveraciones, sugerencias, ideas o admoniciones.

A la vista de ello me dispuse a retirar el filtro previo que, dicho se de paso, me parece que existe en todos los medios de cierto nivel. Algunas voces interesadas en este blog me advirtieron que no lo hiciera y pensaban que esa libertad podría ser malentendida y llevarnos al fin del blog por desvío de su finalidad originaria. Imaginaban que algunos podrían dar rienda suelta a sus problemas, emociones, frustraciones y un largo etcétera, digno del mejor de los respetos, pero destinado a vivir en otros lares, que existen y son abundantes en esta gigantesca casa de internet. No les hice caso y dije que retiraran el filtro. Al principio funcionó. Pero poco a poco fue mutando la naturaleza hasta llegar a donde finalmente nos encontramos al día de hoy.

¿Y donde estamos?. Pues ante un producto bueno, creo que muy bueno, original y seguramente necesario, del que me he sentido muy satisfecho, pero que por obra y gracia de este invento de la creación al que llamamos individuo ha ido caminando imperceptiblemente hacia una especie de chat con el que no me identifico. Y no digo que la comunicación de nuestros asuntos personales no sea un valor-en-si, como diría un existencialista de la vieja escuela. Y no me fijo en el lenguaje utilizado, en las palabras altisonantes o halagadoras, que de todo hay en esta viña. Porque de todo tipo somos los sujetos que las creamos y usamos. No. Lo de menos es la palabrería. Lo de mas el asunto central, el origen y finalidades perseguidas por el blog. Y he de reconocer que a pesar de las sugerencias soto voce que efectué el día pasado, nuestro domingo, además de lluvia, frío y nieve en las afueras, nos dejó un blog cargado de mas de lo mismo en los adentros. Quizás con mas recato en algunos casos, pero en esencia mas de lo mismo. Tal vez con menos insultos descalificadores y comentarios jocosos con mayor o menor gracia y talento, pero mas de lo mismo. De modo que este “esto” no es mi “esto” y presiento que no es el “esto” de muchos de vosotros.

¿Entonces?. Pues lo tengo claro. Cuando estudiaba derecho aprendí un palabro terrible que sonaba a culto de salón divino: el sinaglama, que, por si fuera poco, se subdividía en dos clases, el genético y el funcional. Ni mas ni menos. Quedaba elegante y culto utilizarlo en los temas de abogado del Estado. ¿Y que era ese palabro?. Pues algo tan sencillo como esto: si una cosa no sirve para la finalidad para la que se concibió (“sinaglama genético”), porque se ha transformado en otra cosa en el plano de los hechos, es que se ha alterado el fin del contrato (“sinaglama funcional”) y, en consecuencia, los contratantes podían pedir la resolución del compromiso adquirido. Pues mas o menos. Los hechos se descompasan con la música inicialmente concebida. Se ajustan a letras y melodías que se ejecutan en otras salas de concierto de internet, pero que no eran propias de este. Por tanto, es mi obligación decir que con este “esto” no puedo seguir. No era mi “esto”.

Y me da pena. Una pena racional, valga la expresión, porque creo que algo así se necesita y si no nace por aquí difícil tiene florecer en otros barbechos, que esto del Sistema no es coña marinera, sino realidad de la peor de las realidades, en ocasiones, las menos, sutil, y en otras, las mas, grosera entre las groseras.

¿Alguna solución?. Pues de vosotros depende. Probado lo inútil de dejar que el autocontrol funcione incluso en un lugar como este, la única solución es volver sobre los orígenes, como digo a propósito de la banca. Es decir, restaurar el control original, con la única misión de que salga a la luz de este blog aquello que tiene conexión con el tema propuesto, de modo directo, indirecto o circunstancial, pero conexión al fin y al cabo. Me da igual que se trate de alabanzas o improperios. Me da igual que sean erudiciones escritas o intuiciones comentadas. Lo conexionado, laudatorio o vejatorio, verá la luz del blog. Lo otro se quedará guardado en las intranet de su arquitectura interna.

Si estáis de acuerdo con el proceder lo pongo en marcha y seguimos. De este modo podéis mandarme enlaces de video, documentos, opiniones, comentarios, sugerencias y podéis contar con que no habrá mas censura que la ligazón con el fondo del asunto. Así ganamos tiempo todos. Y somos coherentes. Por cierto,en la moneda del vivir realmente humano en una cara aparece la Dignidad. En la otra la Coherencia. No necesito nada mas para seguir caminando con a cabeza erguida. Si os parece que este control no altera la esencia de lo que pretendemos, pues adelante. Ya os anticipo que eso privará de inmediatez a los comentarios porque yo, y solo yo, efectuará la selección, al menos por el momento. Podéis facilitar la labor si en el antetítulo del comentario indicáis una referencia al asunto.

Os pido encarecidamente vuestra opinión a lo largo del día de hoy. Yo hablaré con los informáticos para que implementen una de dos decisiones: terminar con el blog o restaurar los controles de comentarios. Y eso a la máxima brevedad posible para evitar que las cosas se estropeen y conseguir que se mantenga el clima creado.

También os pido vuestra colaboración si hemos de continuar. Os solicito que me enviéis documentos escritos pos vosotros, además de, como digo, links de vídeos, o lo que sea que consideréis útil a nuestros fines. Esos documentos por vosotros elaborados deberán ver la luz, sea en el blog diario sea en el proyecto de crear una Revista del Blog editable en pdf con varias aportaciones vuestras. Los envíos podéis realizarlos a

blog.marioconde@me.com

Los espero con interés si continuamos en este foro.

¿Y el chat?. Pues me parece que hemos alanzado una suerte de comunidad, sobre todo entre algunos, y existen ya relaciones formadas que tal vez quieran continuar. Preguntaré a los informáticos acerca de la posibilidad de crear un apartado de chat en este blog en el que vuestros comentarios aparezcan de modo instantáneo y podáis escribir allí vuestros asuntos sin mas limite ni control que el que vosotros queráis imponeros a vosotros mismos. Yo mismo lo consultaré porque esas cosas también me interesan, porque son humanas, y no soy ajeno a nada de lo humano. Bueno, a nada no, a algunas cosas demasiado “humanas” no presto excesiva atención ni consumo en ellas excesivas energías. SI eso sirve de algo lo mantendremos y sino, como existen muchos otros lugares de Internet en los que se puede cumplir sobradamente ea misión, pues se pueden volcar en ellos tales necesidades comunicativas.

Bueno pues gracias a todos por vuestra colaboración.

Espero vuestras opiniones en el lugar destinado a comentarios de esta comunicación de hoy.