Cosas de la vida misma

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Hoy apenas si tengo tiempo porque ciertos asuntos mundanos urgentes me reclaman. Como supongo que cualquiera de vosotros, a nada que ejerzáis cierta actividad empresarial, os daréis cuenta que lo de la crisis va muy en serio. Leemos, escribimos, comentamos, razonamos…Pero cuando la vivimos de cerca, cuando nos enseña la cara y nos da el zarpazo es cuando el salto de la teoría a la práctica se traduce en complicaciones de la vida diaria. Y en dolor por entender el funcionamiento de este proceso de destruccion

Ayer viajé a Burgos. Hace mucho años, cometimos la “imprudencia” de participar en una empresa de maquinaria herramienta de precisión en el País Vasco. Ahi seguimos. Hemos atravesado período dificiles, pero a base de ajustar la plantilla (calidad por encima de cantidad) de remunerar la calidad (tenemos coste medio de personal muy alto) de ajustar el inmovilizado, de no repartir ganancias sino capitalizar la empresa y de entender que la calidad es al final algo que permitir subsistir, hemos conseguido superar esos momentos dificiles. Ayer, fue uno de esos días en los que necesitas una carga adicional de valor. Porque las perspectivas no son buenas. Son muy malas.

Quizás por mi estancia universitaria en Deusto, tal vez porque en esas tierras comenzó a forjarse mi fermento intelectual, siempre he sentido admiración por el espíritu emprendedor del empresariado vasco. Sus individualidades, muchas de ellas ignoradas del gran público, son total y absolutamente ajenas a nociones tales como derivados, riquezas financieras, cesiones parciales de créditos consorciados y otros similares. Creían que la misión del empresario es crear riqueza real. Y punto. No estoy diciendo -que si no luego alguien protesta- que ese espíritu sea exclusivo de los vascos y que no surja tambien en cualquiera otra de lo rincones de la geografía de España. Digo que en mi época universitaria el contacto con lo real del pueblo vasco me impactó y que pienso de esa manera respecto de semejante espiritu. Y de cualquier otro que mantenga la misma esencia de fondo. Por cierto, nunca hemos tenido el menor problema de esos que desgraciadamente asolan a otros en ese territorio. Ya me entendéis. Quizás a partir de mañana..

Bueno, pues nuestra empresa el año pasado consiguió cerrar un ejercicio bueno, sobre todo teniendo en cuenta el ambiente general. Pero este año, según vimos ayer, las perspectivas son sombrías. Los clientes, los que nos piden, los que confeccionan con sus demandas nuestra facturación, se retraen. Algunos son entidades conocidas. Nos cancelan porque a ellos les cancelan. La cadena…Lo peor de todo se encuentra en que no es sólo el descenso del consumo la razón de semejantes cancelaciones. Cierto que si se prevé que la demanda del producto va a descender, la prudencia aconseja no arriesgar. Pero, como digo, no es esa la única razón. Una empresa potente nos decía que ha tenido que cancelar parte sustancial de su actividad debido a que la banca les dejaba de financiar el circulante. Así de claro. Problemas de la banca, dificultades con sus “recursos propios” se traducen en reducción de la financiación del circulante a empresas buenas, las que a su vez reducen pedidos a otras, las que a su vez ajustan personal, venden lo que pueden y muchas de ellas al final cierran..en fin, la cadena conocida. Y, al margen de otras consideraciones y razones, esa cadena se debe a algo tan concreto como que la banca deja de financiar circulante. Es así. Por eso es tan lacerante que Miguel Martin, el hombre que trabaja para la patronal bancaria y que fue subgobernador del Banco de España en una de las etapas mas oscuras de la historia de esa casa, salga a decir publicamente en el Congreso de los Diputados que la culpa es de los empresarios y que menos mal que está la banca para sacarles las castañas del fuego… Ciertamente hay empresarios malos, imprudentes, especuladores ..Si, pero eso no es el fundamento. Basta con vivir la vida para darse cuenta de que lo que dice Martin eso no es sólo una falacia. Es una ofensa en toda regla.

Por la noche cenamos para hablar del mundo editorial. Parece que la situacion de las empresas de ese sector, las grandes, las consolidadas, no es mala. Aparecen muchas editoriales nuevas tratando de especializarse en segmentos específicos. Tienen, claro, problemas financieros, ¿cómo no?. Comentamos que la presencia del libro electrónico en la vida diaria será cada día mayor. A mi me cuesta leer en pantalla mas de un folio, pero quien hoy nace al mundo de la lectura/escritura está acostumbrado a lo electrónico. El papel pronto comenzará a reducir dramáticamente su presencia. En las relaciones entre la Administración y el administrado ya cuenta cada día menos. Entre empresas las facturas electrónicas son un hecho creciente. Pero lo mas complicado de ese sector, en mi opinión claro, reside en el mecanismo de distribución, en el papel de las distribuidoras y de las librerías. Sinceramente creo que ese será el campo de la inmediata transformación del sector. Ya se ha producido un gran cambio con la impresión digital. Pero el mundo de la distribución parece querer vivir al margen. Eso es negar la realidad. El papel reducirá su peso, pero coexistirá con lo electrónico. Pero la dirección es imparable. ¿Sabeis que se editan en España un millon de ejemplares diarios?. ¿Imaginais los problemas de espacio?. ¿Entendeis los costes de financiar almacenes?. ¿Comprendeis lo pesado de la estructura de distribución?. Reflexionar sobre esto conduce a que seguramente los cambios van a resultar inevitables.

Acabo de leer la prensa por encima. Me detengo en un artículo en el que se cuenta que Montoro, el portavoz económico del PP, llama la atención a Gerardo Diaz Ferrán, el Presidente de la CEOE. Asi lo cuenta la prensa: El encontronazo se ha producido durante una edición sobre la crisis económica del programa 59 segundos, de TVE, en la que Gobierno, patronal y sindicatos han escenificado su voluntad de mantener el diálogo social aunque mostrando las fuertes diferencias que les separan en temas como el despido, la Seguridad Social o los impuestos. Después de que el máximo responsable de la organización empresarial mantuviera que el Ejecutivo socialista es el único que ha rebajado el impuesto de sociedades, Montoro afirmó que cuando gobernaba el PP, redujo “en cinco puntos este impuesto para las pymes”. “Jesús [Bárcenas, presidente de Cepyme] lo recordará mejor que usted, que entonces estaba en otros menesteres”, añadió. En su respuesta, Díaz Ferrán admitió que es cierto que el PP rebajó el impuesto de sociedades a las pymes, pero advirtió a Montoro de que “no tiene derecho” a decirle que alaba al PSOE. “Nosotros con el Gobierno que han elegido los ciudadanos tratamos de colaborar”, aseguró el máximo responsable de la patronal, quien añadió que, “gobierne quien gobierne”, los empresarios dicen “las cosas que les parecen bien y las que les parecen mal” y se callan cuando lo creen “necesario”

Ciertamente quizás no fue del todo afortunada aquella frase del presidente de la patronal de pedir que se dejara en suspenso transitoriamente la economia de mercado…Pero en lo que dijo ayer tiene toda la razón. Y Montoro se dejó llevar por sus instintos: o conmigo o contra mí. Algunos del PP practican esa máxima de que al enemigo ninguna virtud. De modo que si el Gobierno, aunque sea por casualidad, hace algo que no está mal, no se puede reconocer, porque eso es “echarle flores”…. Seguro que tal mentalidad no es exclusiva del PP y que esa posicion abunda en muchos partidos políticos, asociaciones, fundaciones… Pero los hombres que la encarnan….

Yo os decía que en nuestra pequeña empresa vasca la subsistencia es debida entre otras razones a la calidad de las personas que empleamos. Me imagino que la intervención de Montoro ayer habrá servido, entre otras cosas, para que muchos se den cuenta cual es el verdadero talante de quienes quieren ocupar espacios de poder público…Por cierto, creo que Montoro estaba allí, en el poder, cuando se sentaron las bases, o se continuaron sentando las bases, de cosas que sufrimos hoy. Aunque es posible que sea yo el equivocado.