De nuevo sobre las enseñanzas de Japón

      Comentarios desactivados en De nuevo sobre las enseñanzas de Japón

273ermita 4

Las informaciones que llegan sobre la evolución de la crisis siguen mostrando que parece que no queremos darnos cuenta de su verdadero alcance. Perdón por la autocita, pero fue precisamente en marzo de 2008, en la primera entrevista que concedí a la Noria, donde casi de pasada dije que vivíamos una gran crisis financiera, de consecuencias cuando menos similares a la de 1929, y que las cifras que veríamos de los bancos serían aterradoras. En ese momento creo que ni siquiera comenzaban a sentirse en España los efectos perversos de la situación. La proximidad de las elecciones recién celebradas permitían todavía un discurso que “rechazaba el catastrofismo”. Pero la vida real no es cuestión de palabras, sino de hechos. Y los hechos evidencian.

El sector real crea riqueza. La llamada riqueza financiera se ha demostrado nociva, casi letal, para iniciativas del sector real. En crear una empresa se tardan años y se consumen muchas energías. Para destruirla son suficientes algunos días. La ausencia de crédito al sector real produce el efecto de destruir empleos y acaba destruyendo empresas. Desmorona el tejido empresarial de un país. Por ello resultan mas que inaceptables opiniones como la de Miguel Martín, Presidente de la llamada AEB, afirmando que los millones de empresarios y autónomos son los culpables de esta situación y que la banca en España y en el mundo funciona como gran Padre que soluciona los problemas. Menos mal que está ahí -dijo el exsubgobernador del Banco de España- la banca sino la crisis sería de consecuencias gigantescas. Mas o menos. No es verdad. Pero es peor: creo que resultó ofensivo para millones de empresarios que ven a diario sus problemas derivados del cortocircuito incomprensible del crédito bancario.

Hemos trazado en este blog el paralelismo con Japón. Asumo que hay condiciones en España peores en lo que a características estructurales de la economía se refiere. Como mínimo no somos, como Japón, un país exportador por excelencia. Al contrario. Tenemos, por ejemplo, excesiva dependencia del sector construcción/inmobiliario. El papel del sector turismo era y sigue siendo muy importante. Un descenso de las entradas por este capitulo agrava la situación. Según cálculos de J. Calaza, el déficit comercial español es en términos relativos el mas potente del mundo. Añade que si sumamos en el cálculo del déficit USA la riqueza creada por las empresas americanas en el exterior, es decir, déficit en términos consolidados, España tendría el déficit absoluto mayor del mundo, mayor, incluso, que el de EEUU. Y esto resulta difícilmente concebible y tiene que ser dolorosamente deglutible. Porque implica financiarse en el exterior. Y las deudas hay que pagarlas. Y se pagan con riqueza real, con riqueza generada en el circuito real de la economía, Y si lo dañamos, si lo destruimos mediante el cortocircuito de la financiación, el circulo vicioso se intensifica.
Enseñanza de Japón: larga duración de la crisis. Imposible evitar quiebra de grandes bancos. Caída en flecha del valor de los activos, en especial inmobiliarios. Caída de valores bursátiles. En 2006 todavía muchos activos no llegaban al valor que tuvieron en 1.995…¿Cómo salieron?. financiando al sector real de manera directa.

Es claro: hay que evitar que fondos del Estado -es decir, nuestros- sirvan para seguir solucionado problemas financieros. Sigo obligado a creer lo que decía el Banco de España: que no hay especiales problemas en la banca española. Lo que decía, aunque ahora ya parece querer decir otra cosa. Con ello contesto a las preguntas que se formularon en el programa por medio de sms que aparecían en pantalla. Pero cada vez que una empresa del sector real cae, eso afecta a familias que de ella viven, incrementa la morosidad y acaba afectando a la banca. No es concebible una crisis del sector real con una sanidad absoluta del sistema financiero. Los problemas de liquidez se acaban transformando, en ese contexto, en problemas de solvencia. Creo que están preparando el terreno para algo. No lo deseo. No es bueno. Perdemos todos si el sistema financiero o algunos grandes “petan”, como se dice en el argot. Pero se necesita tener ideas claras para evitarlo.

Hay que reconsiderar el papel del crédito. De momento hay que garantizar suministro de dinero al sector real. Garantizar es garantizar. Garantizar no es recomendar ni sugerir. Luego vendrá el diseño del modelo futuro. De momento hay que evitar el desplome de la situación. ¿Cómo?. Insisto: es responsabilidad del Estado

—Aclarar de una vez por todas la verdadera situación del sistema financiero. Dejarse de noticias contradictorias y de apariencia de una falsa serenidad. En EEUU y en Europa contemplamos a diario que mas y mas dinero se invierte en grandes grupos financieros. Y suma y sigue porque cada día se necesita mas como si el agujero fuera sin fondo…. ¿Qué sucede?. ¿Engañan con las cifras?. Son cantidades monstruosas…¿Qué sucede con los reguladores?. Me refiero a los Bancos de España de turno en cada país. ¿Es que no se enteraron de esas cifras?. Puse el ejemplo del City Group: 350.000 millones de dólares…algo así como cien “banestos”…uno cada tres días… y nadie se enteraba… No es creíble.

—–¿Es que acaso es necesario nacionalizar total o parcialmente para saber la verdad de los balances bancarios?. Algunos dicen que si. Muchos están empezando a creer que algo de eso hay.

—–Al margen de eso habilitar de urgencia dinero real para el sector real en condiciones que permitan mantener empresas y puestos de trabajo. Destruida una empresa por falta de acceso a crédito se destruye tejido, se genera paro, se incrementa el gasto público en desempleo, se aumenta la inestabilidad social, se crean problemas de seguridad.

——Nuestros compromisos con la UE son ciertos, reales. Pero nuestros problemas en España son ciertos y reales. Alemania parece que está permitiendo actuaciones fuera de los niveles comprometidos porque a ellos les va mal. Tenemos que asumir nuestras carencias. Cedimos la política monetaria y fiscal: es tarde para lamentaciones. Empieza a ser tarde para soluciones.

La bolsa de ayer vuelve a situar en su terreno real las proclamas de falso optimismo. el mercado es el mercado. Los bancos caen en flecha. Caen sobre enormes caídas anteriores. La gente desconfía. Mal asunto. ¿Por qué no se atienden las enseñanzas de Japón?.

Vuelvo a insistir: detrás de esta crisis financiera con derivadas graves en la economía real hay una crisis de valores. Todo un esqueleto de valores fermentados a lo largo del ardor generado a partir de 1995, con cimientos anteriores, se desmorona. Un conjunto de premisas de ortodoxia económica y de modos de pensar en general se muestra obscenamente nocivos porque generaron un modo de comportamiento que ha estallado. Nadie dice que el capitalismo quedará destruido. Al menos no lo digo. El sistema de economía de mercado subsistirá porque es eficiente en la creación de riqueza. Pero el mercado no es un dios infalible. Tiene carencias. Y hay cosas que no se pueden dejar al albur del mercado. Lo dije en 1.992. Lo repetí en 1.993. Lo repito hoy.

Tenemos por delante sufrimiento, pero también una oportunidad. Es cuestión de ajustar los limites y darse cuenta de que una sociedad que genera estos niveles de paro es un modelo que ha fracasado. Poco importa el nivel tecnológico si conlleva el sufrimiento ingente de esas cifras de parados. Una sociedad que permite semejante desequilibro en la distribución de la riqueza, dentro de la sociedad Occidental y en el contexto del mundo, se traduce en un modelo fracasado. Hay muchas, muchas cosas que han fracasado. Basta con abrir los ojos por una vez y ver.

Algunos estaban dormidos. Algunos siguen dormidos. No pueden ver. Decían los sufis: “un hombre dormido no puede despertar a un hombre dormido”. En efecto. Así es. Por eso resulta incongruente que se permita/obligue a quienes sustentaron y soportaron los valores que han fracasado y han conducido a esta situación a ponerle remedio aplicando los valores y principios contrarios. Eso creo.