Ramón Guillén
Comienzo mi escrito con la premisa mayor, Nadie muere, sólo renace. La premisa menor del silogismo esperanzador sería a su vez, la eternidad existe y los que viven en el más allá se comunican con los del más acá. De donde se infiere la conclusión: Los renacidos nos hablan.
No obstante, el corsé racionalista, positivista y secularizante que aprisiona nuestros espíritus es tal, que todo aquello que pueda cuestionarlo -como es la creencia en la vida en el más allá- se desecha de inmediato, arrojándolo o bien, a las tinieblas de las creencias llamadas “ocultas” o “no reveladas” como la parapsicología, o a la “luz” del dogma católico de la Resurrección de nuestras almas siguiendo el camino del Cristo resucitado.
Yo, como creyente, entiendo que la Iglesia reacciona con cierto recelo cuando sus hijos defendemos la experiencia comunicativa con nuestros seres queridos, que ya trascendieron el plano físico desde el día de su óbito, y que nos aguardan en el más allá para reunirnos con ellos hasta la eternidad en el momento que abandonemos nuestras vidas mundanas. En ese sentido, ¿realmente morimos? Yo creo que nadie muere realmente, únicamente renacerá por la Obra y la Gracia de Dios. Conviene recordar que, incluso el Papa Pablo VI mandó crear en el Vaticano una cátedra de parasicología en 1970. Ese mismo otoño, durante el Congreso Internacional de “Imago Mundi” se presentó un informe sobre las voces del más allá.
¿Quién de vosotros/as ha asistido a un funeral, no para despedirse del supuestamente fallecido, sino para acompañarle en el día de su partida al otro plano? Siempre he tenido esa percepción de incluso alegría, sí, alegría aunque pueda parecer un disparate macabro. Nunca he entendido bien el duelo por los seres queridos, ni la costumbre del luto y del plañir, ya que me parece un fenómeno sociológico-antropológico que dista un mundo del ámbito espiritual y trascendente. Llorar sí, pero, de alegría y emoción no contenida. Nunca por lástima, pena y pesadumbre.
Tampoco comparto esa dicotomía y dualidad cuasi maniquea que se establece entre materia y espíritu. Para mí forman una sola cosa indivisa aunque no percibida por todos los sentidos de igual forma, porque cuando converso con mi abuelo materno fallecido hace veinticinco años, lo veo físicamente tal como lo vi el último día que lo visité en el Hospital Militar de Valencia. Es decir, yo no veo el espíritu fantasmagórico por ninguna parte ni en forma de éter, aunque no esté corporeizado con materia que pueda tocar mis manos. Sin embargo, sí le pregunto y le pido consejo, y él me responde de manera precisa y no difusa. Por tanto, no es ni una aparición, ni una visión mística, ni un espectro.
No debemos olvidar que, el alma, la nephesh, es un cuerpo animado, consciente, dotado de la misma personalidad del ser vivo, que tenía antes de que lo etiquetáramos erróneamente como “muerto”. A nosotros nos cuesta comprender esta certeza incontrovertible si se es mínimamente inteligente y humano. En este sentido, los teólogos de los primeros siglos lo habían comprendido muy bien. Este es, entre muchos otros, un pasaje de San Gregorio de Niza, del siglo IV: “Verás esta envoltura corporal, destruida ahora por la muerte, reconstruida de nuevo a partir de sus propios elementos, no según su actual constitución, sino con un entramado más ligero y etéreo, de modo que tu querido cuerpo aparezca ante ti restablecido con una hermosura mayor y más graciosa.”
En cualquier caso, si tienen razón los seguidores de Manes y de las creencias dualistas, y si el último nivel evolutivo es un estado de conciencia donde el alma no se interesa ya por la apariencia corpórea, sino por el espíritu, ¿por qué nos obsesionamos con la pérdida de la apariencia y nos empeñamos enfermizamente en la restitución de la corporeidad del ser querido, y no por la recuperación a nuestras vidas de su espíritu inmortal? Yo creo que se debe a que estamos demasiado pegados a nosotros mismos y al fraudulento mundo material.
Digamos, y según lo entiendo, la muerte como la denominamos comúnmente no es más que un paso. Nuestra vida continúa sin ninguna interrupción. Con nosotros llevamos al más allá toda nuestra personalidad, nuestros recuerdos, nuestro carácter, incluso, algo de materia. Sí materia, porque si no, ¿quién de nosotros no conoce y ha utilizado las expresiones “muerto en vida” o “alma en pena” para referirse a alguna persona “viva” aunque al mismo tiempo, moribunda sicofísica y/o espiritualmente. Veis como con los hechos y dichos desdecimos y deshacemos lo que defendemos verbalmente acerca del divorcio irreconciliable entre la materia y el espíritu. Porque, si existe un vivo que parece un muerto viviente, y otro al que el espíritu incluso, le pena, ¿cómo no va a poder comunicar con nosotros un ser querido que ya no mora en la dimensión en que nos movemos de manera corriente?
Este texto pretende ser una llamada a los que vivimos en este mundo para que escuchemos las palabras de los que viven en el otro, sin temor y con alegría de que así sea. Aunque, estoy cada vez más convencido de que cada persona sólo cree lo que quiere creer o, en el peor de los casos, le dejan; prevaleciendo en este último caso el eslogan “si no lo veo no lo creo”. Luego, si crees que puedes ver y conversar con los mal denominados “muertos”, podrás hacerlo. Es así de sencillo, y aquí las explicaciones sensu contrario científicas o racionales no tocan ni lo más profundo ni lo más decisivo de ese fenómeno tan cierto como que estáis leyendo este texto ahora mismo.
Sin embargo, esta creencia heterodoxa entiendo que está reservada a aquellos que de “ser humano” han pasado a la cualidad de “persona humana”. Sería algo así como el premio otorgado a un individuo de mayor calidad que esa mayoría que se niega tozudamente a evolucionar por miedo o por carencia de actitud o aptitudes. Ésta, mi reflexión, se puede contrastar con sendos originales, desafiantes y ambiciosos aforismos del dueño de este Foro: “El hombre superior es aquel que en el proceso evolutivo se encuentra más próximo al espíritu” “Miré por una diminuta rendija al interior de la casa de la Muerte; vi una esplendorosa Vida”. (Mario Conde, Cosas del Camino, Editorial Nous, Córdoba, 2009; págs. 181 y 185), que a mí, confieso, me produjeron zozobra y vértigo por temor a no estar a la altura, de ser ciertos. No obstante, no puedo estar más de acuerdo con esa concepción no melodramática y sí jubilosa de la muerte.
La muerte, como hemos visto, no es el final. Es sólo un paso hacia una nueva forma de vida. Como si se tratara de un nuevo nacimiento, y claro, hay nacimientos no deseados… De ahí el dolor que experimentamos los que nos quedamos momentáneamente acá, cuando algún ser querido de nuestro entorno nace precipitadamente y prematuramente al más allá sin haber previsto ni preparado el alumbramiento (que no, fallecimiento). Además, creo que es un error capital el confundirnos o querernos consolar con aquellas frases manidas de la “muerte fortuita”, la “muerte injusta” o la “muerte inesperada/ repentina”. ¿Quién no ha utilizado esa frase de “se ha muerto de la manera más tonta”? ¿No os parece un insulto al fallecido? Porque si el fallecimiento ulterior se tilda de estúpido, ¿por qué se le atribuirá brillantez a la existencia que precedió al desenlace “tonto”? A mi juicio, es un sinsentido pensar y obrar así.
Lo que sí parece cierto es que, nos llama más la atención, desconcierta, y nos corrobora nuestra fungibilidad y fragilidad corpórea, el hecho de dejar de estar acá así de sopetón y sin el preaviso de una enfermedad crónica o fulminante, que justifique o al menos explique el desencuentro final con la vida terrena. Por tanto, ¿cómo vamos a morir realmente si hemos dejado inconclusos nuestros proyectos vitales, nuestros amores reales y platónicos, nuestras ilusiones y anhelos, nuestros entusiasmos y luchas por ideales quijotescos? Entonces, si hemos dejado cosas por hacer nos comunicaremos desde el más allá con los de acá para que continúen caminando por la senda que pisamos por última vez. Luego, ¿creéis realmente que se corta así sin más la comunicación con ese nuevo nacido a la eternidad? Por supuesto que no, porque eso significaría una incongruencia y una estafa antitética con la idea de la Divinidad y del propio Hombre. Pero, me da la sensación que el Todopoderoso únicamente confiere esa potestad comunicativa a aquellos que se lo merecen por méritos propios aunque obviamente, gracias a su aquiescencia. En mi opinión, digamos que habría una meritocracia espiritual que habilitaría para hablar entre los de aquí y los de allí en el mismo plano dimensional.
Y ahora, como corolario imaginemos que morimos y vemos sin ser vistos, cómo nuestros familiares y allegados lloran desconsoladamente nuestra muerte. ¿No creéis que nos sentiríamos más desgraciados al reconocernos como generadores de desdicha ajena? Por eso no hay ni que llorar al que parte y rema mar adentro… Duc in altum!… Requiescat in pace.
Los renacidos nos hablan,
«Cuando siento una necesidad de religión, salgo de noche para pintar las estrellas».
Vincent Van Gogh
Hablas del dogma católico de la resurrección de las almas ( sic) . El Credo de la Iglesia católica habla de la resurrección de la carne. La carne es muy importante : Cristo se encarnó. El cuerpo se descompone con la muerte, y se volverá a re-componer en la Resurrección, en un estado diferente, incorruptible y glorioso.
¡Ramón, no te olvides de los cuerpos «serranos»! De esos ojos preciosos de nuestros hijos, hermanos; de esas manos amigas, tendidas al hermano.¿Cómo va a desaparecer eso?
Sé que habrá sido un lapsus. Perdonad que os recuerde cosas archisabidas. Pero a veces hay que recordar viejas verdades que parecen olvidadas.
Sí camarada Landero, pero, cuando quiero decir dogma (como lo denominan peyorativamente los incrédulos -pero crédulos de la agenda-setting, el Telediario, el 59′, Público, Cuéntame, Amar en tiempos revueltos, La Señora, etc.- y ateos) me estoy refiriendo al dogma de fe de nosotros los cristianos (como Tú y como Yo). Quizá en el texto no maticé bien esa diferenciación. Por ello, y para demostrarte que sí creo en lo que Tú señalas oportunamente, te dedico a ti (y a todos los «locos» católicos que moramos este Foro) este pasaje de San Mateo: «Aquel día se acercaron a él unos saduceos, que niegan la resurrección, y le interrogaron: Maestro, Moisés dijo: Si alguien muriese sin tener hijos, que su hermano se case con la mujer, para dar descendencia a su hermano. Pues bien, había entre nosotros siete hermanos; el primero, una vez casado, falleció, y, al no tener descendencia, dejó su mujer a su hermano. Lo mismo sucedió con el segundo y el tercero hasta el séptimo. Después de todos ellos, murió la mujer. Entonces, en la resurrección, ¿de cuál de los siete será mujer?, puesto que la tuvieron todos. Jesús les respondió: Estáis en el error por no entender las Escrituras ni el poder de Dios: pues en la resurrección ni los hombres tomarán mujer, ni las mujeres marido, sino que serán en el Cielo como ángeles. Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por ´Dios: Yo soy el Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Ahora bien, no es Dios de muertos sino de vivos. Y la muchedumbre, al oírlo se admiraba de su doctrina. (Mt 22, 23-33) Un abrazo amigo de fatigas.
Moraleja: No soy un incrédulo saduceo del siglo XXI.
P. S. (para profanos en dogma católico y enseñanzas crísticas): Hoy como hace 2.000 años, los saduceos ponen en ridículo la ley y la fe en la resurrección, relatando un caso pintoresco. Jesucristo responde poniendo de manifiesto la frivolidad de los objetores. Contesta a lo que ellos han preguntado afirmando rotundamente la resurrección de los muertos.
Querido Sócrates,
«Comienzo mi escrito con la premisa mayor, Nadie muere, sólo renace».
Este silogismo PARTE DE UNA PREMISA MAYOR ERRONEA ya que se renace (volver a nacer) cuando se muere (extinción de la vida).
La conclusión, a la que llegas para mi es errónea porque tu premisa mayor lleva implícita el reconocimiento de la extinción de la vida. Si mueres aunque renazcas no eres eterno.
Comparto contigo la idea de la no dualidad entre materia y espíritu. Cuerpo y Alma conforman al ser como único, ambos términos de forma indivisa.
Parto de la premisa mayor «Pienso luego existo», la premisa menor del silogismo sería; mientras vivo soy consciente de mi existencia y la conclusión, si muere mi mente dejo de existir, por lo tanto mi alma es una prolongación de mi mente, si pierdo la consciencia del yo dejo de existir.
Pues sí, tienes toda la razón si únicamente nos referimos a los cristianos bautizados. Como soy cristiano, y Tú eres cristiana, y el auditorio de este Foro en su mayoría es también, cristiano, o como mínimo, etnocéntricamente cristiano-occidental, y la inmensa mayoría bautizados en la Iglesia Católica; pues efectivamente, LA PREMISA MAYOR ES ERRÓNEA, me he equivocado y no me duelen prendas en reconocerlo y confesarlo públicamente. Además, mi error radica en que, cuando somos bautizados morimos al pecado original y resucitamos a la vida en Cristo, fundamental para nuestra ulterior Salvación y Resurrección. Bueno, pues ya está aquí tienes mi reconocimiento de mi error. Un abrazo y agradecido por tu inteligente análisis lógico. 😉
Siempre es enriquecedor escuchar tus análisis. Provocas la puesta en marcha del intelecto.
Se agradece.
Un abrazo.
Yo también creo que comunicarse se comunican Socrates, pero no en un lenguaje fragmentario como el nuestro no, sino que lo hacen utilizando el amor que sentimos por ellos…
Gracias por tu artículo
Os dejo la canción que me ha recordado tu post
http://www.youtube.com/watch?v=9BHKbwHWKko
Es lógico que tu abuelo conecte contigo mostrándose tal y como lo has conocido. De otra manera, podría generar en ti la duda sobre si es él el que te habla. Son nuestras limitaciones las que demandan este tipo de recursos a los ausentes y, puesto que ellos/as que han sido antes que nosotros/as lo saben, evitarán impresiones que pudieran llegar a dañarnos. Pero eso, en mi opinión, no significa que él no haya sufrido la mutación corpórea correspondiente al plano de existencia dónde ahora mora. Nuevo escenario, nuevo ropaje. Como decís los católicos, cuerpo glorioso. Por tanto, podría decirse que Gregorio y Manes están hablando de lo mismo: la transformación post mortem.
Buenos días, Ramón.
LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE CONSUELO
Cuando los once tomaron asiento, Jesús se levantó y les dirigió la palabra:
Mientras yo esté con vosotros en la carne, tan sólo puedo ser una sola persona, en vuestro medio o en el mundo entero. Pero cuando me haya liberado de esta vestimenta de naturaleza mortal, podré retornar como espíritu residente en cada uno de vosotros y de todos los demás creyentes en el evangelio del reino. De esta manera, el Hijo del Hombre será la encarnación espiritual en el alma de todos los creyentes sinceros.
Cuando haya retornado para vivir en vosotros y para obrar a través de vosotros, podré conduciros mejor por esta vida y guiaros a través de las muchas moradas de la vida futura en el cielo de los cielos. La vida en la creación eterna del Padre no significa un descanso sin fin en la holgazanería y facilidad egoísta, sino más bien una progresión sin cesar en gracia, verdad y gloria. Cada una de las muchas, muchas estaciones en la casa de mi Padre es una parada, una vida designada para prepararos para lo que os espera más adelante. Así pues, los hijos de la luz progresarán de gloria en gloria hasta alcanzar el estado divino en el cual sean perfeccionados espiritualmente así como el Padre es perfecto en todas las cosas.
(Fragmento del documento 181 del Libro de Urantia).
«Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo(…)» (San Pablo, Carta a los Filipenses 3, 21)
P. S.: Jesús de Nazaret nació en Belén de Judá (en la actual Cisjordania de Palestina), no en el Chicago de adopción de Al Capone – EE. UU. 🙁
No sea usted tan hostil, hombre. Jesús de Nazaret ha venido para tod@s, no sólo para los suyos. Le guste o no, deberá/n aceptar que Él mora en cada creyente sincero como guía que Es.
Yo le respeto, aún sabiendo que su morada espiritual no es, ¡ni de lejos!, la que representa el mensaje crístico tal y como dicen sus príncipes rectores. Y lo hago, porque es de buen cristiano responder a la hostilidad sin ira.
Feliz Noche!
Quién en vida vive una esplendorosa Vida, igual a aquella que se vislumbra por una diminuta rendija en el interior de la casa de la Muerte, es decir, aquel que logra antes y despues de la muerte una vida espiritual, es el ser superior que en el proceso evolutivo se encuentra mas cerca del espíritu y al que se hace referencia en Cosas del Camino.
Una vida espiritual que no necesita ninguna caja fuerte en la que guardar nada material, sino una caja fuerte rebosante de actos de bondad para ser plena.
Pensemos cada día cada acto que hacemos, deshechando aquellos que busquen lo material, y potenciando aquellos generadores de bondad, para hacer de la muerte continuidad de la vida vivida.
«Una vida espiritual que no necesita ninguna caja fuerte en la que guardar nada material,» Perdona que discrepe contigo porque con el Evangelio no puedo ni debo ni se puede. Fíjate en esta Parábola de los talentos, dice así: «Es también como un hombre que al marcharse de su tierra llamó a sus servidores y les entregó sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno sólo: a cada uno según su capacidad; y se marchó. El que había recibido cinco talentos fue inmediatamente y se puso a negociar con ellos y llegó a ganar otros cinco. Del mismo modo, el que había recibido dos ganó otros dos. Pero el que había recibido uno fue, cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo, regresó el amo de dichos servidores e hizo cuentas con ellos. Llegado el que había recibido los cinco talentos, presentó otros cinco diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste, he aquí otros cinco que he ganado. Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno y fiel; puesto que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en el gozo de tu señor. Llegado también el que había recibido los dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste, he aquí otros dos que he ganado. Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno y fiel; puesto que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en el gozo de tu señor. Llegado por fin el que había recibido un talento, dijo: Señor, sé que eres hombre duro que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por eso tuve miedo, fui y escondí tu talento en tierra: aquí tienes lo tuyo. Le respondió su amo, diciendo: Siervo malo y perezoso, sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo de donde no he esparcido; por eso mismo debías haber dado mi dinero a los banqueros, y así, al venir yo, hubiera recibido lo mío junto con los intereses. Por lo tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez. Porque a todo el que tenga se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a las tinieblas exteriores: allí será el llanto y el rechinar de dientes. (Mt 25, 14-30)
Moraleja: En esta parábola el Señor nos enseña principalmente la necesidad de corresponder a la gracia de una manera esforzada, exigente y constante durante toda la vida. Hay que hacer rendir todos los dones de naturaleza y de gracia recibidos del Señor. Lo importante no es el número, sino la generosidad para hacerlos fructificar. Sabes Borja que, como cristianos, tenemos un gran y ambicioso cometido por delante y que debemos ser muy exigentes con nosotros mismos para no defraudar la confianza depositada por el Señor y por el señor de los talentos… Es decir, para comunicar desde allá con los de acá y viceversa, hay que ser o haber sido un eficiente gestor de los talentos confiados por el señor, por la gracia y obra de aquel otro que está en lo Alto.
P. S.: El talento no era propiamente una moneda, sino una unidad contable, que equivalía aproximadamente a unos cincuenta kilos de plata.
Querido Sócrates;
Ante todo, nada que perdonar, mas cuando es un auténtico placer contar con tu opinión y criterio.
Como Parábola que es, interpreto (puede que erróneamente) que lo que la deidad nos da no es material. Que lo que nos corresponde hacer fructificar no es económico. Pienso que los talentos representan una medida de humanidad y de espiritualidad en la preciosa Parábola que nos traes.
Como seres humanos nos corresponde actuar para multiplicar esa humanidad. Nos corresponde administrar bien nuestro interior, para con nuestros actos crear valor en el interior de los demás.
Por mucho que nuestra pureza, nuestra humanidad la guardemos bajo tierra para que no se contamine, para que no se pierda (como sucede en la Parábola), no estaremos actuando correctamente si con nuestra humanidad no generamos un efecto bola de nieve que contagie humanidad alrededor nuestro.
Es por ello por lo que pienso que una vida espiritual no necesita ninguna caja fuerte en la que guardar nada material, sino una caja fuerte rebosante de actos de bondad para ser plena. Porque con esos actos de bondad generará plenitud en los demás.
Un fuerte abrazo.
Exacto camarada, a un fiel cristiano corriente como Tú o como Yo no puede pasarnos inadvertido el hecho que Jesús quisiera explicar la doctrina de la correspondencia a la gracia sirviéndose como figura alegórica del trabajo profesional de los hombres. ¿No es esto recordarnos que la vocación cristiana se da en medio de las ocupaciones ordinarias de la vida? Un abrazo. 😉
Quien sabe, a lo mejor los renacidos (si hay tal renacidos) hablan, pero igual por nuestra dimensión, capacidades no los oímos o puede ser también que no los escuchamos.
El duelo real no es una pose, es un sentir. El tratar si se debe de tener alegría ó tristeza es una pose, uno siente y punto en base a lo vivido. Pero sobre todo sabe que no tiene esa persona, si lo que hablamos que no se muere que sigue pero en otro estado, la fe de cada uno acerca de este tema reubicará a sus seres querido en un lugar u otro…. pero no la tiene a su lado en el estado reconocido humano.
No es que nos empeñemos en una cosa u otra, es que hay una gran diversidad de enfoques creencias a cerca de este tema delicado, porque es delicado, al fin y al cabo se trata de nuestro futuro después de esto. Sobre la mente fluyen tantas cosas, que pueden ser meras ilusiones como resultado de experiencias, por ello a veces conviene utilizar el filtro del raciocinio. Los dogmas y dogmáticos precisamente entorpecen el fluir del verdadero sentir. La religión en este caso puede ser una pastilla amortiguadora de sufrimiento por sus efectos en fe, o grandes best sellers, que además tienen finales diferentes, que dejan incógnitas. Y en el hombre en su dimensión es un explorador que a contra reloj quiere respuestas que le llenen, y le llenan cuando les encuentra sentido.
No creo que haya que recurrir a lo que dicen cuatro importantes de la historia, hay que recurrir al interior de cada uno, al verdadero sentir. La única verdad.
Sí, Sócrates, si, alegría, pero cuando se vive una muerte cercana( al menos es mi experiencia), se tiene un proceso. Muchas veces hemos hablado aquí de que estamos interconectados por una red de vivencias, de afectos… incluso mucho más profundo, cuando muere alguien que forma parte de ti, al margen de los lazos familiares, esa transformación que sufre la vives tu también en el grado que sea, esto es lo que te produce vacio, además de que sabes que no la vas a volver a ver físicamente, la cara de tu padre, sus manos… sientes el vacio del cambio, necesitas tiempo para comprender, para asimilar y a esto le llamamos tristeza, mas tarde cuando intelectualizas el sentimiento o cuando dejas que intervengan tus creencias, paulatinamente, va apareciendo la luz otra vez hasta que incorporas esa vivencia a tu vida y te ensanchas como ser humano, hay personas que nunca aceptan la muerte, no la comprenden, no tienen fe, se quedan estancados en la primera etapa y necesitan ayuda psicológica para entender, somos iguales pero somos diferentes, no todo el mundo reacciona igual ante un mismo hecho, y la solución siempre es la comprensión y el amor el mejor bálsamo… pacífico Sóckratex
Ay, Sócrates! No eres de este mundo.
Una servidora ha despedido a sus seres queridos con profundo dolor, no precisamente con alegría. Y todavía no he conocido a nadie que llore la pérdida de una persona amada con felicidad, a no ser que fuera un sinvergüenza y lo asumiera como una liberación. Recuerdo que, en cierta ocasión, conocí a una señora que estaba más contenta que unas pascuas, porque después de rogar tanto a Dios, para que le dejara vivir, al menos, un añito sin su marido, por fin, éste había atendido sus súplicas. La buena señora me decía “niña, mira si me quiere Dios que llevo diez años sin el cínico de mi esposo”.
A San Gregorio le rezaré con gran fervor para ser aparecida toa guapa y salerosa.
Buen fin de semana.
«Ay, Sócrates! No eres de este mundo.» Ni maldita falta me hace. «Y les decía: Vosotros sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo; yo no soy de este mundo.» (Ioh 8, 23)
O sea que, gracias por el piropo.
Moraleja: Únicamente no siendo de este mundo, se puede uno comunicar con los del «otro» mundo, y ellos con uno.
P. S.: No es obligatorio no serlo, aunque algunos/as creáis erróneamente que sí lo es.
Perdón por salirme del art. y utilizarlo para recordaros que hoy 5 de junio, hace un año que se produjo el primer encuentro de esta familia, que dejamos de ser virtuale y nos convertimos en seres de carne y hueso.
Primero la firma de «Cosas del Camino», luego la cena en el Thai, y el resto de aquella mágica noche….
Cuantas cosas hemos vivido en este año, y hasta donde hemos llegado….
Mario, tu obra, crece, se expande y se llena de sentido.
Felicidades!!!!
Hola Doña! Gracias por el recordatorio y por la información. Un saludo
Muchas gracias por recordarlo, es verdad que fue precioso, y desde entonces han pasado tantas cosas que parece que ha transcurrido mucho mas que 12 mesdes !
Un abrazo grandote para ti y aprovecho para darte las gracias por seguir organizando eventos y haciendo posible no sólo que cada vez seamos menos virtuales, sino que además, nos sintamos tan cerca, que mira que nos queremos !
marichen
Doñita, estás en todo! contigo no necesitamos agenda. Qué arte tienes, chiquilla!
Un beso to grande.
Hay cosas difíciles de olvidar!!
Feliz cumpleaños. 🙂
En tres tiempos se divide la vida: presente, pasado y futuro.
De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso y el pasado, cierto. (Séneca).
P.D.- Y con perdón servidora también,
«¡¡¡F E L I CI D A D E S!!!», por alusiones, para nostálgicos y como regalo de «cumpleaño»:
Ayer….
Mario Conde – Escrito el 6 de Junio de 2009
Ayer se reunieron muchas personas, mas de cien, en un local en donde se pretende curar a seres humanos con una dimensión humana de la medicina.
Ayer se reunieron muchas personas, y una proporción considerable de ellas viajó desde otros lugares para estar allí con todos
Ayer se reunieron muchas personas, algunas de las cuales nos acompañó espiritualmente desde sus sitios de residencia
Ayer se reunieron muchas personas, ninguna de la cuales quería nada de las otras, nada mas que convivir.
Ayer se reunieron muchas personas, y en todo momento se percibió que existía un vínculo de unión de naturaleza sutil.
Ayer se reunieron muchas personas que sienten que algo hacemos que nos ayuda a caminar
Ayer se reunieron muchas personas que creen que estamos aqui por y para algo aunque no lo sepamos definir
Ayer se reunieron muchas personas conscientes de serlo
Ayer se perdieron los nicks y hasta los nombres, porque se encontraron las personas
Ayer….
Podría escribir mas cosas de ayer. Pero con eso no llegaría, ni esforzando mi pluma a sus límites superlativos, aproximarme un milímetro al ayer.
La palabra no es la cosa
Y la cosa de ayer fue eso que fue
Con algo de calma escribiré, no por el propósito de describir, como digo, sino simplemente de testimoniar.
Quería poner algunas imágenes, pero problemas técnicos me lo han impedido. Se ve que la informática quiere que primero ayer sedimente y luego se muestre.
J Tamames leyó algunos correos.
Yo los llevaba leidos dentro
No fue una firma de un libro. Menos aún, una presentación. Firmé cientos de libros, pero eso no fue lo que pasó ayer
Fue lo que fue.
Eso
A todos muchas gracias en nombre de todos
http://vimeo.com/5046488
Gracias Vporta, ha sido todo un placer volver a verlo.
Saludos.
Gracias Socrates
Por eso del «ojos que no ven corazón que no siente», cómomoda opción para los agnósticos cerrar página de los asuntos del más allá…y a otra cosa mariposa…
Bueno, yo me he leido atentamente tu artículo
Un saludo
«Y a otra cosa mariposa…» Sí amiga, de ansiolítico a antidepresivo y tiro porque me ha caducado el hipnótico de turno. Pero, claro, muy modernos y muy ateos.
Moraleja: Más Platón y menos Pro…zza…cc desayunado a lo Lady Di. 🙁
P. S.: En Españolandia se consume el doble de esos fármacos diseñados para escapistas que la media de la UE.
Interesante aportación, y me parece muy valiente por tu parte presentar el ejemplo de tu abuelo.
Yo era muy «si no lo veo, no lo creo». Es cómodo refugiarse en esa postura; pero nada como leerse Las Enseñanzas de Don Juan y darse un paseillo por México para que todas las nociones positivistas se vengan abajo. A día de hoy me he vuelto más ambiguo. Me hablan de cosas y experiencias que me cuesta creer, pero no las descarto como falsas.
Saludos.
«Al llegar donde la multitud, se acercó a él un hombre y, puesto de rodillas, le suplicó: Señor, ten compasión de mi hijo, porque está lunático y sufre mucho; muchas veces se cae al fuego y otras al agua. Lo he traído a tus discípulos y no lo han podido curar. Jesús en respuesta dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que sufriros? Traédmelo aquí. Le increpó Jesús y salió de él el demonio y quedó curado el muchacho desde aquel momento. Luego se acercaron a solas los discípulos a Jesús y le dijeron: ¿Por qué nosotros no hemos podido expulsarlo? El les respondió: Por vuestra poca fe. Porque os digo que si tuvierais fe como un granito de mostaza, podríais decir a este monte: trasládate de aquí allá, y se trasladaría y nada os sería imposible. (Mt 17, 14-20)
Muchos manuscritos añaden, tomándolo de Mc 9,29, el versículo 21: «Esta especie no puede expulsarse sino por la oración y el ayuno«.
Gracias por tu aportación.
Moraleja: Si en Calcuta has dado de comer y aliento a personas necesitadas, ya has ayunado y orado. Luego, ya no has de tener dudas de fe porque no podrás caer unas veces al agua y las otras muchas al fuego.
P. S.: Si estás sano o curado, ¿cuál es el problema? ¿Por qué seguir nadando entre las dos aguas de la tibia ambigüedad?
Me ha encantado tu artículo. Creo que es el mejor de todos los que has escrito.
Muchas gracias. Saludos.
Cuando alguien a quien quieres mucho te deja sin avisar y de forma súbita el sufrimiento es grande porque tambien grande es el apego. El tiempo ayuda al desapego y como el sufrimiento ayuda mucho a evolucionar (con lo facil que resultaria aprender con la felicidad) con el tiempo te das cuenta lo que es o no es importante y… si estas atento te vas despertando a este contacto sutil que muchas veces está contigo y llegas a valorarlo tanto como cuando estaba fisicamente a tu lado.
Como dice Merce no creo que haya que recurrir a nadie, solo escuchar tu sentir interior que es lo importante.
GENEALOGÍA DE JESÚS
Luc 3:23-38 [26] «Jesús, al comenzar su ministerio, era como de treinta años, hijo, según se creía, de José hijo de Elí, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José, hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Esli, hijo de Nagai, hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá, hijo de Joana, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri, hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er, hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José, hijo de Jonán, hijo de Eliaquim, hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán, hijo de David, hijo de Isaí, hijo de Obed, hijo de Booz, hijo de Salmón, hijo de Naasón, hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá, hijo de Jacob, hijo de Isaac, hijo de Abraham, hijo de Taré, hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sala, hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé, hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán, hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios».
Toda la Sabiduría está contenida entre dos. Unos pasaréis la vista como por las piedras, otros tomarán algún tiempo y los signos les vendrán como griego al extranjero, para otros no faltará la risa y la fiesta de los ciegos e incluso bostezo a los de abajo, los de la caverna que al títere burlesco coronan alumno de Zeus.
Saludos.
Muy bonito e interesante tu artículo, Ramón Guillén, especialmente para los que tenemos la fe en Cristo.
Creo que lo que tu expones es la práctica del dogma de la comunión de los santos.
Sobre este tema, Jesús Higueras, párroco de Nuestra Señora de Canaá, escribió en el ABC, con motivo de las fiestas de todos los Santos y los difuntos, el artículo que pego a continuación:
Nuestro Dios no es un Dios de los muertos
Quién de nosotros en estos días, no ha tenido un recuerdo especial para sus personas queridas que ya marcharon y que pasaron por ese trance que llamamos “muerte”. La muerte que nos llena a todos siempre de pena y de dolor, aunque tengamos fe. porque la fe no quita ei dolor tras la separación de las personas amadas.
Sin embargo hay que decir que la muerte es ficticia. Siendo una realidad corporal, no es una realidad que afecta a toda la dimensión del hombre. Eso es lo que intenta Jesús explicar en el Evangelio de este domingo, cuando le hacen una trampa e intentan que cuente eso de la muerte, que cuente como va a ser el mas allá. Y Jesús responde que la muerte no es un concepto que entre en la mente de Dios, porque nuestro Dios no es un Dios do los muertos, sino de los vivos.
Para todos aquellos para los que el ser humano es solo corporalidad, evidentemente la muerte es el final. Sin embargo, para aquellos que afirmamos que el ser humano es persona, que tiene una dimensión muy profunda mas allá del cuerpo y de la mente, eso que San Pablo denominaba el espíritu, el alma, sabemos que ese alma no puede ser destruida por nada ni nadie. Y sabemos que en ese alma se asienta, como cuando se queda en un santuario, la misma Trinidad.
Por eso, en estos días en los que recordamos a nuestras personas amadas, tenemos que repetirnos: “Aunque ya no te vea, aunque ya no te oiga, aunque ya no te toque ni te abrace, aunque ya no te disfrute corporalmente, tú estas vivo. No solamente estas vivo en mi recuerdo, en mi corazón, en mis afectos, sino que tú realmente con independencia do mi, estás vivo.”
¡Cuántas son las frases y las alusiones que Jesucristo en el Evangelio hace a la vida eterna!.. Y si aceptamos a Jesús de Nazaret, no tenemos que aceptarlo solamente como el fundador de una ética encantadora que nos dice cuatro cosas para que seamos buenos, sino también como el Salvador de la humanidad, que viene a remediar todas las tragedias del hombre, y especialmente, ese resumen de tragedias que es la muerte de alguien amado. Par eso, Cristo, claro quo es Salvador de la muerte, y por eso, en Cristo, todas las muertes quedan resueltas y transformadas en vida, porque creemos que nuestros seres amados están en Dios. Por eso, claro que vamos a los cementerios, ofrecemos la Santa Misa y rezamos con especial intensidad por nuestras personas amadas, porque están vivas y queremos comunicarnos con ellas, porque queremos provocar la comunión plena con ellas. Una comunión, que ni la muerte siquiera es capaz de romper, porque en estos días les decimos casi a gritos que os seguimos recordando y amando, que seguís formando una parte esencial de nuestra vida, y que a través de ese puente que es Cristo y a través de la Eucaristía, que es esa señal y esa realidad del Dios encarnada, podemos encontrarnos con vosotros.
También tenemos que pedirle a Jesús, que nos enseñe a vivir en esa nueva dimensión a la que tan poca gente se asoma que es la dimensión espiritual, aunque a veces estamos tan perdidos y tan distraidos con los sentidos, que nos olvidamos de la dimensión espiritual, a través de la cual, sí se puede establecer una verdadera comunicación con las personas amadas.
Jesús HIGUERAS
Párroco de Santa Maria de Canaa
Creo que hay dos preguntas que se repiten en todas las culturas, en todas las religiones, en todos los tiempos y en todo ser humano: “¿quién soy yo?” y por extensión en esta misma pregunta, “¿mi vida (sea yo quien sea) es mortal o será eterna?”
Resulta un imposible llegar a un punto de encuentro por medio de la argumentación, precisamente porque nos movemos en terrenos ajenos a la racionalidad de los argumentos. Como recreo intelectual seguirá siendo tema de interés.
Sólo cuando las vueltas de la vida convierten la curiosidad en necesidad, surge la búsqueda íntima, disciplinada y honesta. Experiencias subjetivas como las que has vivido con tu abuelo dan buena fe de ello: para ti verdad; para quien las lea, objeto de valoración en función de sus valores y creencias, como bien comentas.
A veces, saber al menos lo que no es abre puertas a nuevas certezas (aunque con ellas, inexorablemente, a mayores dudas internas).
Gracias Ramón.
Repasando comentarios de ayer, te aporto dos preguntas y dos repuestas.
Las hice a un conocido que andaba por Harvard, titulado en Medicina.
– P:si soy capaz de decir a mi cerebro que mueva mi brazo; seremos capaces alguna vez, de lanzar nuestros anticuerpos al foco de infección?
-R: Por supuesto, es cuestión de saber utilizar nuestra mente para más cosas de las que venimos haciendo.
-P: Llegaremos a vivir 100 años o más.
-R: Sí, y no tan tarde como podemos pensar.
Buenos días
Interesante. Al leerlas me he acordado del Doctor Eric Pearl y la «reconexión». Creo firmemente que creamos a partir de lo que creemos.
A esos niveles que pueden parecer fantasiosos para muchos, sólo se accede por medio de la fe en intentarlo, hasta que la suma de resultados individuales devenga en «cotidiano».
Buenos días y Gracias 🙂
Te matizo, con toda humildad, pero forma parte de mi pensamiento, lo relativo a que «creamos a partir de lo que creemos».
Diría yo:
Descubrimos a partir de lo que creemos.
Es una pequeña tara y perdóname el considerarme «creador» de nada, prefiero Descubrir, ingeniar o inventar.
Un saludo
Me parece oportuna tu matización, jmn. Así lo vives y así lo sientes.
Creo que es un tema de conceptos.
Un saludo.
Lucas.
¿De quién es hijo el Cristo?
20:41 Jesús les dijo entonces: «¿Cómo se puede decir que el Mesías es hijo de David,
20:42 si el mismo David ha dicho en el Libro de los Salmos:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
20:43 hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies?
20:44 Si David lo llama «Señor», ¿cómo puede ser hijo suyo?»
Dudas pocas. Jesús afirma no sólo que es hijo de David, sino también que es Señor y Dios. Para ello cita las palabras del Salmo 110: al Mesías, descendiente de David, sentado a la derecha de Dios, el mismo David le llama Señor. Alude Jesús con estas palabras al misterio de su Encarnación: es hijo de David según la carne, y es Dios y Señor por ser Hijo del Padre, igual a Él en todo: así puede entenderse que sea Señor de David habiendo nacido mucho después que él.
Moraleja: it’s all so clear.
P. S.: El Salterio, fundamental para disipar tergiversaciones y dudas capciosas.
Ni tergiversaciones ni dudas capciosas. Si fue antes que Abraham y estuvo al lado del Padre desde la Creación, sólo quería hacer observar la caída y la redención, y cómo no se observa correctamente el significado de resurrección y reencarnación. Dos ejemplos de las Sagradas Escrituras, Adán-Jesús y Elías-Juan el Bautista nos lleva a meditar sobre el misterio en cuestión. Busco la verdad, pero no la tengo. Busco discusión amigable, si he errado, lo siento.
Un cordial saludo.
Cristo no creía en la
reencarnaciónsino en la Resurrección. Juan el Bautista es Elías el profeta, no en la persona, sino en la misión. Se nos olvida que los 1ºs cristianos sólo podían creer en vidas anteriores sobre la Tierra, no en vidas futuras en base a reencarnaciones, ya que para los seguidores de Jesucristo el mundo estaba abocado a una pronta desaparación.Moraleja: Como nuestros contemporáneos gnósticos se creen inmortales y que ésto no se va a acabar nunca, pues, se creen la Hª esa de la reencarnación. Yo no. No comment.
P. S.: En consecuencia, cada uno es libre de admitirla como válida, si le parece y viene bien. No problem. 8)
Los gnósticos -antiguos y contemporáneos- no hablan de la inmortalidad en el contexto que usted señala con insidiosas afirmaciones. Ellos, los cristianos verdaderos, aspiran a regresar al Origen después de esta dura experiencia en la materia gobernada por el prícipe impostor al que denominan demiurgo. El mismo al que Jesús denominó príncipe de este mundo.
Las mentiras romanas ya han masacrado inocentes en el pasado, pero algunos en el presente, procuraremos impedir -en la medida de nuestras posibilidades- que se propaguen nuevas injurias de forma gratuita como las que ha vertido usted sobre una respetabilísima comunidad de individuos no institucionalizados.
Las enseñanzas de Orígenes, uno de los padres y teólogo más grande de la cristiandad, mostraban el sentido de la reencarnación. El emperador Justiniano promovió la condena de sus enseñanzas en el año 553, más por motivos políticos que religiosos.
Cada uno interpreta las Sagradas Escrituras con la porción de mente que Dios le otorgó, y puede ser una lectura compartida o única. «Cristo no creía» o los «cristianos no podían creer» es una lectura correcta para usted, para mi hay más que suficentes ejemplos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento para creer en lo que expongo. No soy persona docta, ni gran conocedor de las Sagradas Escrituras, me allego a ellas buscándome.
Todos somos Adán, el que se reconoce puede retornar por el camino de Cristo.
«Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:
Levántate y vete a casa del alfarero,
y allí te haré oir mis palabras.
Y descendí a casa del alfarero,
y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.
Y la vasija de barro que él hacía se echó
a perder en su mano; y volvío y la hizo otra vasija,
según le parecío mejor hacerla.
Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
¿No podré yo hacer de vosotros como este
alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová.
He aquí que como el barro en la mano del alfarero,
así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel».
Jeremías 18:1,6
Para los cristianos debería ser una gran alegría filosofar sobre las Sagradas Escrituras, no como hombres naturales, sino como hombres que buscan renacer en Cristo, para que no nos pase aquéllo que dijo San Pablo: «Los que se llenan de orgullo, saben algo que no saben como tienen que saber».
Un cordial Saludo.
Orígenes admitió una sucesión de Eones, es decir, una sucesión de mundos (no de cuerpos), en cada uno de los cuales vivía cada alma una sola vez. Además, el maestro cristiano y Padre de la Iglesia no hablaba de la reencarnación a la que Vd. se refiere, no. Él trabajó la idea de procedencia de todos los espíritus de Dios, su caída, redención y retorno de Dios, como la clave de la evolución del mundo; y en el centro de dicha evolución está la encarnación del Logos entendido como la sabiduría o palabra personificada de Dios (no del hombre v. gr. en sapo :(). En ese sentido, en el Nuevo Testamento el prólogo al Evangelio de Juan (cfr. Juan 1, 1-18) describe a Cristo como el Logos preexistente, activo en la Creación y que se encarna como ser humano. 🙂
Para los pensadores cristianos renacimiento o nuevo nacimiento expresa el conocimiento que conduce al hombre a reconocerse en Cristo según la Gracia. Si Adán cayó por el conocimiento de la Naturaleza, la Gracia le ha reconducido de nuevo al seno de su Padre. Adán miró hacia abajo, a través de la estructura de los cielos y quiso ser creador como su Padre, tomó del fruto de la muerte y se alejó de la casa Paterna, pero la Gracia, por el camino del autoconocimiento, le ha reconducido a Dios. Entre ellos dos está toda la Escritura y toda la sabiduria.
Debemos nacer dos veces: una natural de nuestra madre y otra sobrenatural en Cristo. No muere el cuerpo y renacemos, si no que el autoconocimiento nos lleva a abandonar lo corpóreo, la materia grosera, contemplando desde el espíritu el camino de la salvación que nos enseñó nuestro hermano mayor, Jesús el Cristo.
Saludos cordiales.
No muere el cuerpo y renacemos, si no que el autoconocimiento nos lleva a abandonar lo corpóreo, la materia grosera, contemplando desde el espíritu el camino de la salvación que nos enseñó nuestro hermano mayor, Jesús el Cristo.
¡Amén! 😉
Querido Ramón,
y yo que pensaba que eras insuperable; pues no, me has vuelto a sorprender !
He leido varias veces tu artículo y me parece sincero, confidente, la comunicación con tu abuelo es entrañable, fijate que mi madre tambien dice que su padre le dice, aconseja, y cuando hay algo bueno en la familia, le ve como rie y se siente feliz.
Por otro lado, como he tenido la suerte de ser madre, al nacer mis hijos, en un momento pensé que no era posible que fuesen nuevos en éste mundo, por la forma en que miraban y en general por la comunicación que transmitian, sería eso un nacer o renacer?.
Por todo esto, por lo que he recordado leyendo tu precioso escrito y porque vivo dias de mentalización de despedida ya que mi padre se va, lentamente se esta yendo, por todo ello, gracias por tu generosidad dejándonos disfrutar de estas, tus intimidades.
un abrazo
marichen
Gracias por tu halago inmerecido. No tiene ningún mérito mi escrito y todo se lo debo al Creador. Únicamente he intentado concretar toda la caridad del Evangelio. Pues, ¿no vino Jesús a predicar la caridad y no murió para salvarnos a todos? El texto sencillamente lo ha movido el sentido común, y no ninguna capacidad extraordinaria o elogiable. Pero, claro, a veces el sentido común cristiano, pues, éso, sorprende. 😉
Hola Sócrates,
Tu artículo me ha gustado mucho.
Pienso igual o muy parecido a usted.
Quizás en un punto, – aunque sea el mismo razonamiento pero me lo explico de forma algo diferente -, es sobre lo que ha escrito de que el Todopoderoso le dá la facultad de comunicación con los «renacidos», solo a quienes El cree que se lo merecen por sus propios méritos…
Yo creo que ese merecimiento lo tiene El Todopoderoso dispuesto ya para cada uno de nosotros. Solo hace falta que el ser humano desde aquí, vaya «desgranándose» en la sensivilidad natural (con la purificación paualatina del espíritu) para progresivamente acceder a este «merecimiento» automáticamente.
Acceder a la facultad de comunicación con los que ya renacieron por otras dimensiones y además con otros seres…
Saludos cariñosos para Sócrates.
Gracias guapa, y me congratulo por tu buen gusto. Sí, puede que tengas razón (tutéame por favor que ya nos conocemos de tiempo) en lo de la distinción meritocrática. Son simplemente impresiones personales. Porque, me imagino que Dios será más ecuánime que la sociedad actual donde se suele primar al más tonto e inútil pero, enchufado. Gracias por tu aportación y matiz. 🙂
Muy interesante artículo. Gracias por ello.
Un abrazo.
Pienso que las creencias espirituales no tienen por qué estar reñidas con la ciencia, y sobre todo hoy en día, pues pienso al hilo del artículo que los seres que se van, dejan aqui su cuerpo, pero su alma (su esencia incorpórea, que animaba su cuerpo, va a otras dimensiones).
Sobre la comunicación con los «muertos» o mejor dicho los que ya no están en este dimensión con su cuerpo físico, no creo que sea positivo forzar una comunicación. Si se da de forma natural, por ej. a través de un sueño, o a través de una experiencia consciente, un recuerdo , me parece bien, pero no me parece correcto que haya comunicación entre ambas dimensiones.
Pienso que hay un velo que separa la vida de la muerte, y no es bueno levantarlo, por nuestra propia salud mental.
Las religiones, todas nos están hablando de lo mismo, y cuando profundizamos en ellas, nos indican que hay un viaje que realiza el alma, cuando deja este cuerpo físico, al final de este camino.
Cada ser , en la dimensión que se encuentra, está realizando un camino, un viaje, una evolución propia , y por tanto irrumpir en ese camino, estando nosotros en otra dimensión, no me parece positivo ni para ellos, ni para nosotros.
Por ello las actividades que realizan las mediums de comunicarse con los muertos, me parecen un atentado a la propia evolución de los que dejaron esta vida, y tambien un atentado a la propia salud mental de quien participa y dirige esas actividades.
Ya digo, de forma natural, si se da la comunicación, me parece bien, pero forzar las cosas no tiene resultados positivos generalmente.
Os dejo una frase que me gusta:
«La religión es el opio del pueblo», dijo Marx, y yo le contesto: pero a veces un poco de opio espiritual es necesario para andar el camino, como pasa con el vino: con pan y vino se anda el camino…
Karl Marx cuando pertenecía a la logia francesa de los Filadelfos y era colaborador de Annie Besant (la sucesora de Madame Blavatsky) escribió un poema satánico titulado Oulanem (Anticristo), cuyo título es el anagrama invertido de Manuelo (el Emmanuel).
Moraleja: Hay que seguir el orden inverso del camino emprendido por ese demente de Marx que engendró la más perniciosa droga social que existe: El comunismo-socialismo. 🙁
Existe una imposibilidad de entendimiento, cuando dos personas especulan y una tiene Fe y la otra no.
Es un dialogo en el cual uno habla en chino y el otro en ruso, no se escuchan ni se comprenden. Es inútil, con afecto,
A mí esto de la resurección de la carne siempre me ha parecido un cuento chino. Una vez de joven pregunté a un cura del colegio si los resucitados en el momento de su resurección aparecían con el cuerpo que tenían en el momento de morir, o si por el contrario aparecían con un cuerpo joven, sano, intacto, con pelo, dientes y así.
Se ve que no le gustó la pregunta porque estuvo a punto de sacudirme un sopapo, pero sigo pensando lo mismo. ¿Un decapitado cómo aparece, o un anciano decrépito con todos los huesos corroídos, o un eunuco, o un borrachín con el hígado hecho polvo? ¿Con qué cuerpo se resucita, cuando tenía 20 años, 30, 40 ó 95 si fuera ésa la edad de su muerte?
Porque claro, si el cuerpo es el mismo que en el momento de su muerte, entonces nos han engañado bien engañados con tanto alargar la vida; ahora que la media es mucho más alta que hace cien años o mil años, cuando se moría con 40 o 50 años, pues los muertos de la antigüedad van a tener ventaja respecto a los muertos de ahora; aunque si tenemos en cuenta las maneras de matar de entonces, con descuartizamientos, hogueras, y así, pues igual no tienen tanta ventaja.
Además, en la actualidad con las bombas que hay, a saber con qué cuerpo resucitan todas las víctimas de Hirosima; así que al final no sé si es mejor haber vivido antes o ahora.
Pero lo que más dudas me reporta la teoría de la resurección de los cuerpos, es en los casos de los comidos por los caníbales, ahí sí que ya ni me imagino con qué cuerpo sería posible semejante prodigio. Bueno, de todas formas, agradecer al amigo Sócrates su artículo por contarnos estas cosas tan curiosas.
Ya veo que le pones muchos “peros” al cuerpo renacido…
Sin entrar en el asunto de a qué se podían referir o no con este término “resurrección” (personalmente le doy otra interpretación),me parece que ,mientras a alguien se le alegre la pestaña y/o tranquilice el ánimo pensar/creer que su más o menos serrano body va a renacer o tenga tantas dudas como atati acerca de cual podría ser el “momento corporal” elegido para renacer,de forma que el asunto le resulte más o menos creible…muy apegado/identificado se halla aún con este yo terrenal y ,en consecuencia,en mantillas andamos aún en el asunto del desapego.
Hombre,mejor ir a la esencia que perderse en el “ornamento”, ¿no?
Ya lo comenté en el tema de José Gómez ,así que no me repito.
Saludos mundano atati,cuide su body para que haga usted un lindo cadáver y,por ende,cuerpo renacido …
Iba para atati pero se colocó aquí (¿algún juguetón desencarnado,quizás???)
Ya veo que le pones muchos «peros» al cuerpo renacido…
Sin entrar en el asunto de a qué se podían referir o no con este término «resurrección» (personalmente le doy otra interpretación),me parece que ,mientras a alguien se le alegre la pestaña y/o tranquilice el ánimo pensar/creer que su más o menos serrano body va a renacer o tenga tantas dudas como atati acerca de cual podría ser el «momento corporal» elegido para renacer,de forma que el asunto le resulte más o menos creible…muy apegado/identificado se halla aún con este yo terrenal y ,en consecuencia,en mantillas andamos aún en el asunto del desapego.
Hombre,mejor ir a la esencia que perderse en el «ornamento», ¿no?
Ya lo comenté en el tema de José Gómez ,así que no me repito.
Gracias,Ramón,por tan personal e interesante artículo.Discrepo en algunas cosas pero,en lo básico (la comunicación encarnados-desencarnadaos) estoy de acuerdo,aunque lo de los «meritos» no lo comparto,verlo así o bien es una manifestación más del ego humano en esa tendencia a separar y,lo que es peor,denotar como status todo lo que toca,o bien aquilatamos el concepto «mérito»…Separo de lo «básico» el asunto del renacer corporal,someramente aclarado anteriormente al mundano atati jejeje…
Saludos
El que parte y rema mas adentro, a veces le cuesta y se queda remando mucho tiempo, para ayudar y encaminar a los que se quedan luchando para conservar y conseguir sus metas, para marcharse, y hay personas capaces de percibir y sentir a esos remadores incansables y ayudarlos a ayudar a sus seres queridos, para luego ellos cruzar a un nuevo reto y comienzo de la vida hasta que cumplen todo se desvanecen y queda lo mejor de ellos y eso sucede cuando morimos de bebes, es la culminación de muchos despertares. Así que las lagrimas y las despedidas hacen nuestro remar placenteros de haber dejado un corazón lleno de amor, es un ciclo natural de la vida, como el decir te amo todos los días, las emociones a fin y al cabo es lo único que tenemos y nunca debemos dejar de sentir, es nuestro es personar y sobre todo aliviador, expresar lo que sentimos cada día, nos hace mas felices y hacemos mas felices a los que nos rodean, a la hora de partir nos vamos con poco equipaje y remaremos mas y llegaremos cuando nos toca.
Feliz día a todos.