El silencio culpable de los medios de comunicación

Decía Luis María Anson, cuya calidad como periodista de raza es indiscutible, que lo mas importante de un director de medio es la cesta de los papeles, es decir, no las noticias que autoriza su publicación, sino precisamente lo contrario: aquellas cuya aparición en las páginas del medio decide vetar. Y, ¿qué razones  pueden tener para hurtar una información?. La primera, que no sea relevante, lo que constituye, claro, un juicio de valor. Pero a la vista del tamaño y tipo de noticias publicadas, casi todo, por no decir todo, acaba siendo relevante.

La segunda razón es mas importante: porque no interesa, porque no es conveniente, porque la publicación colisiona con los intereses de la empresa periodística o de sus director. A medida que el poder económico se concentra, la capacidad de la empresa, de ese poder económico, de influir en el medio se incrementa exponencialmente. Los medios, en cuanto empresas, se encuentran en situación difícil. Los ingresos publicitarios son determinantes. Sin ellos no subsiste. Y el poder publicitario se concentra. Así que dos o tres llamadas consiguen maravillas. Entiendo ahora por maravillas que se publiquen las cosas mas o menos como ellos quieren y que no se publiquen aquellas que pueden resultarles molestas, nocivas, peligrosas o insalubres.

Pero tambien entra en juego el propio medio. Si algo evidencia el comportamiento de sus dueños, de sus directores, de sus periodistas, si algo pone en tela de juicio -cuando menos- esos postulados de los que alardean tales como independencia o libertad informativa, la respuesta suele ser el silencio. Es decir, ocultar a sus lectores noticias de interés. Es decir, mentir por pasiva. La papelera de Anson se llena de productos con esos ingredientes.

Pero consiguen poco, porque evidencian el miedo al producto y confirman la veracidad de cuanto se expone en él. La sociedad civil lo percibe y se da cuenta del engaño. De este modo el silencio certifica la veracidad. Es un error grueso. pero así son las cosas. El día de la presentación de Los días de gloria, Alejo Vidal Quadras dejó claro que esperaba respuesta de los afectados y que si esta era convincente cambiaría incluso su concepto de mi. Yo le advertí que la única respuesta del poder  ante la verdad es destruir al contrario. Si no pueden, entonces el  silencio. La respuesta de la sociedad será comprar el libro y leerlo. Y más, cada vez más, a medida que perciben el silencio. Porque, como digo, el silencio certifica la veracidad del contenido.

Por si fuera poco aparecen las revelaciones de wikileaks. Evidencian corrupción de  la Audiencia Nacional. Hoy dejan clara la posición y la textura moral de Aznar en sus conversaciones con el Embajador de EEUU. Las revelaciones son tremendas. ¿Están teniendo el eco debido? No. Claro que no. Lo comentábamos Joaquin Tamames y yo en un encuentro el pasado miércoles.Y este silencio o minimización ¿es debido solo a envidia periodística? En parte sí, porque parece ser que en España el único que ha recibido las filtraciones es El País y no quieren hacerle el juego Pero, claro, el diario de Prisa, ahora en manos de inversores americanos, publica y predica información para conocer la verdad, mientras silencia otras publicaciones que afectan a su verdadera identidad. La doble moral tan típica de quienes se instalan en la mentira.

Pero no es únicamente la envidia la razón de fondo para estos silencios. Tambien los intereses. Como digo,dos o tres llamadas significan millones en publicidad. Hay que atenderlas. El otro día EL País publicaba que El Mundo se encuentra en quiebra técnica. Decía deducir esos datos de las cuentas públicas presentadas por la empresa editora del periódico. Ignoro si es o no cierto. Pero lo que no cabe duda es que no atraviesa una situación especialmente brillante. En este caso el poder disuasorio de quienes controlan la publicidad aumenta, como decía, exponencialmente.

En fin, eso es lo que tenemos. Con esos bueyes aramos. Y no solo se produce un alejamiento entre la sociedad y la clase política. Sucede lo mismo con los medios convencionales. La credibilidad de sus publicaciones se encuentra bajo mínimos. Y no es extraño dado su comportamiento. Y los silencios como los descritos abundan en esta pérdida de credibilidad.

Si no existiera Internet la cosa sería preocupante para la sociedad civil. Con la RED la cosa es preocupante para ellos. Allá con sus decisiones.

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99 pensamiento sobre “El silencio culpable de los medios de comunicación

  1. Fisterra

    La red de momento es la vía de escape para la sociedad. Y digo de momento porque los que ejercen el poder, o no, ya se han percatado de la situación, y aunque todavía son minúsculas sus intervenciones, dada la falta de normativa, ya se observan los pequeños brotes de su estrategia para controlar la difusión de la información por la red.

    Habrá que estar muy vivos en tanto a lo que se articula entorno al mundo de las nuevas redes de comunicación para que no caigamos en los mismo errores del pasado y acabemos obteniendo información carente de credibilidad alguna.

    Ahora bien, ya veremos si somos capaces de aprovechar esta oportunidad que nos brinda el mundo de las nuevas tecnologías para hacer frente al control mediático de los Sistemas.

  2. juan moncayo

    Visité un gran diario de Gotemburgo en 1987
    Cada evento noticiable era cubierto por 2-3
    periodistas. El Jefe de redacción determi-
    naba que redactor publicaba. Había tres de-
    fensores de los redactores para que recoger
    las quejas en su caso.
    ¿Como haces para que lo editado se corres-
    ponda con tu idea?. Lechuga y palo, me con-
    testó.
    Aùn, todavía no había tomado posición directa el Sistema.

    Vista, Oido,intuición,conocimiento, tiempo
    buena intención e internet.

    Saldremos adelante.

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